domingo, 12 de noviembre de 2017

CANCIÓN DEL PROFUNDO

QUÍNTUPLE CAMINO DEL MAHAMUDRA
(final)


Mahamudra

Si de la expansión como cielo de la naturaleza de la mente
Las nubes del pensamiento conceptual no son alejadas,
Los planetas y estrellas de las dos sabidurías no brillarán.
Encárgate, por tanto, de esta mente sin concepto.

Este verso contiene la presentación del mismo mahamudra. La frase de la expansión como cielo se refiere al espacio, libre de toda limitación, como una metáfora para nuestra mente, libre de toda ilusión. Cielo o espacio no tiene demarcaciones, límites o forma física, pero es sin embargo el fundamento para todas las formas, hasta planetas, galaxias y estrellas. El cielo no depende de los elementos, pero los cuatro elementos dependen del quinto elemento de espacio. El azul del cielo no es el cielo mismo. Llamamos a este color azul “un ornamento del cielo”. Ni las nubes son el cielo. Podemos ver el cielo pero no hay palabras para describir este espacio ilimitado. Aunque el espacio en sí mismo es libre de cualquier forma, color, condición, etc. nada puede manifestarse o funcionar sin el espacio. Todos los fenómenos se manifiestan desde el espacio y se disuelven de nuevo en el espacio como nubes.

Es lo mismo para nuestra mente. Tanto en el samsara como en el nirvana, todas las experiencias, proyecciones y objetos son solo el movimiento diestro de la reproducción de la mente. La mente búdica es la base desde la cual todas las experiencias se manifiestan. Nuestro cuerpo, los cinco skandas, los doce vínculos de interdependencia, los dieciocho elementos y todos nuestros pensamientos positivos y negativos se manifiestas desde este estado.  Todos dependen de la naturaleza búdica pura, pero la naturaleza búdica no depende de ellos. Es totalmente libre y sin límites. Sin embargo, en principio no tenemos idea de lo que se parece nuestra mente; no podemos ver esto porque estamos tan perdidos en la ilusión.

Cuando las nubes cubren el cielo, no podemos ver la naturaleza pura del es-pacio. De igual manera, cuando los pensamientos conceptuales ocupan la mente, no podemos ver la naturaleza pura de la mente. Para comprobar si esto es verdad, podemos meditar hasta que la mente se vuelva relajada y pacífica, entonces hay un ambiente para desarrollar compasión, amor y bodhicitta. Pero cuando nuestra mente está ocupada por los pensamientos conceptuales y los pensamientos negativos, no hay espacio para desarrollar las buenas cualidades. Nuestra mente se vuelve llena de sufrimiento y no podemos desenredarnos de la confusión. Enfocando la atención en un pensamiento negativo pequeño puede dar lugar a otro pensamiento negativo y luego a otro, hasta que la mente está plenamente ocupada con emociones perturbadoras. Es igual como cuando vemos el cielo lleno con una pequeña nube tras otra hasta que el cielo entero queda bloqueado a la visión. Cuando nuestra mente pone énfasis en los pensamientos positivos, calmos y relajantes, no deja espacio para que surjan los pensamientos negativos. Entonces podemos mantener una mente armoniosa, pacífica, independiente de las condiciones externas. Esto se vuelve un asunto de cuánto nos habituamos a las enseñanzas del Dharma.

La meditación Mahamudra comprende cuatro yogas progresivos. El primero, el estado de una mente fija en un punto, abarca nueve etapas en el mundo del deseo, cuatro en el mundo de la forma y cuatro en el mundo sin forma. Ninguno de los cuatro estados meditativos del mundo de la forma es un fundamento perfecto para la visión penetrante especial. El segundo, libre de elaboración, ocurre cuando la mente está en un estado de absorción total o equilibrio. Esto crea una excelente oportunidad de comprender la naturaleza total de la vacuidad. Este estado es llamado “libre de elaboración”. El tercero, un solo sabor, consiste del equilibrio y la visión penetrante especial concurrentes. El que continúa en esta práctica con atención consciente experimentará la naturaleza vacua del samsara y del nirvana, del sufrimiento y la dicha, que no pueden ser diferenciadas. El cuarto, la no meditación, es la continuación del equilibrio y de la visión penetrante especial concurrentes, en el que ellos están plenamente perfectos. Entonces la mente es completamente revelada en la luminosidad que todo lo impregna. No hay sesión de meditación que pueda ser distinguida de la pos meditación, así se puede decir que el dharmakaya o iluminación ha sido alcanzada.

En este contexto de estas cuatro etapas de yoga, la práctica del mahamudra es con frecuencia explicada en términos de fundamento, camino y fruición. El fundamento mahamudra es la naturaleza búdica que tiene cada ser sensible. Si ellos realizan esto o no, el potencial para iluminarse intrínsecamente impregna a todos. Por su naturaleza, la inseparabilidad del samsara y el nirvana es no elaborada.  Es la misma naturaleza búdica con la que todos los seres sensibles están dotados de manera inherente. Cada individuo debe reconocer este potencial, la posibilidad de iluminarse, y entonces practicar el camino del mahamudra para ayudarnos a realizar este estado. Esto abarca las prácticas de purificación que nos ayudan a eliminar las contaminaciones adventicias. Así, sirve para purificar nuestras obscuraciones, reunir las dos acumulaciones y la perfecta sabiduría. A través de estos pasos, uno logrará la fructificación del mahamudra, que es el resultado de estas prácticas, el logro de la budeidad.

El fundamento del mahamudra. El fundamento del mahamudra comparte la misma naturaleza como el samsara y el nirvana. Por ejemplo, el cielo tiene la misma naturaleza, sea nublado o libre de nubes. El cielo mismo está libre de contaminación y obstrucción. Esto también es verdad para el samsara. Si investigamos empíricamente el samsara, no podemos encontrar algún fenómeno permanente, ni aun tanto como una partícula sub atómica de arena. Los seres sensibles están confusos sobre la naturaleza del samsara, tanto en su as-pecto físico como en su aspecto mental, debido a su ignorancia fundamental. Pero esta ignorancia en sí no tiene base legítima. A veces la ignorancia y las aflicciones parecen ser muy poderosas y reales, pero si aplicamos sabiduría y las investigamos en el contexto de la vacuidad, encontramos que ellas no tienen hasta ni una traza de existencia firme. Ellas son manchas adventicias, como nubes en el cielo. Por lo que, sea si alcanzamos la budeidad o permanecemos como seres sensibles en el samsara, la naturaleza de luminosidad de la mente no es diferente. Si comprendemos este fundamento, seremos inspira-dos para ir por el camino que puede purificar todas las obscuraciones y revelar la naturaleza absoluta de la iluminación, la paz total.

Camino del mahamudra. Con la inspiración y guía de un auténtico maestro espiritual, el discípulo es animado a desarrollar el coraje de enfrentar los obstáculos y dificultades del camino. Uno recibe las instrucciones de tópicos como los cuatro fundamentos (también llamados los cuatro pensamientos que tornan la mente), las prácticas de meditación preliminar (ngöndro) y especial-mente el quíntuple camino del mahamudra. Luego, uno puede estudiar su significado y realmente seguir el camino de la práctica de meditación paso a paso, purificando gozosamente las obscuraciones gruesas y sutiles, así como desarrollar la estabilidad mental y la calma. A través de estos métodos, uno sostiene en su mano los medios completos para disipar todas las obscuraciones temporales y realizar el fundamento del mahamudra.

Para permitir que aparezca la gran sabiduría, hay cinco caminos consecutivos a practicar: el camino de acumulación, el camino de preparación, el camino de la visión penetrante especial, el camino de meditación y el camino de perfección. Pero primero debemos estudiar las enseñanzas para comprender completamente que la naturaleza del samsara es no permanente, que está conformada de fenómenos compuestos, que es resultado de causalidad y que es de la naturaleza del sufrimiento; en pocas palabras, un estado que trae insatisfacción. Con el apoyo de una buena comprensión del samsara, podemos desarrollar la visión penetrante que nos permitirá ver todo como un arcoíris o un espantapájaros.

Todos los seres sensibles están confundidos y victimizados por la ilusión. Este hecho empírico nos da razón para desarrollar la bodhicitta, la naturaleza de la sabiduría y la compasión. Practicamos las deidades yidam que nos transforman en el estado iluminado, el guru yoga que desarrolla confianza y fe, como coloca la mente correctamente en la meditación mahamudra. Hay diferentes métodos para traer la mente en buen lugar, descansar en concentración en un solo punto, como permanecer calmadamente en tranquilidad y equilibrio. Por ejemplo, podemos tomar la respiración como el objeto de nuestra meditación al contarla o reposar en ella. Cuando esta práctica ha progresado, podemos mantener la meditación sin apoyarla en un objeto.

La base fundamental para la visión penetrante especial depende del samadhi, llamado también “meditación equilibrada” o “absorción”. Uno puede enfrentar muy diferentes tipos de impedimentos, como fuerte apego, ira o resentímiento, torpeza, celos, etc. Para contrarrestar estos obstáculos, contemple objetos como una bella flor, con la comprensión que ellos no tienen esencia.  Como burbujas en el agua, vienen y pasan y son meras manifestaciones. Cuando uno se convence de esto, uno ve que no es beneficioso apegarse o molestarse. De lo contrario, el encanto de las apariencias nos enredará tanto que sufriremos sin poder hacer nada. Contemplar los muchos niveles del sufri-miento experimentado en todo el mundo, también nos puede ayudar a liberar-nos del apego y de la ira. Estos métodos nos ayudarán a meditar y lograr la absorción equilibrada que es el fundamento para la realización del mahamudra. Hay nueve etapas diferentes de permanecer en tranquilidad (shamata) a desarrollar, y luego uno puede aprender los cuatro samadhi y los cuatros estados sin forma. Para practicar formalmente el mahamudra, es requisito indispensable tener la experiencia de plena absorción o equilibrio meditativo. Sin permanecer en calma completamente, no hay base desde la cual realizar y estabilizar la meditación mahamudra.

Fruición del mahamudra. Sobre la base del fundamento y el camino del mahamudra, después de purificar las emociones perturbadoras y las obscuraciones sutiles para la iluminación, como después perfeccionar las dos acumu-laciones de mérito y sabiduría, uno alcanza la fructificación de los esfuerzos de uno, la budeidad. Un buda tiene dos formas básicas: dharmakaya (cuerpo de sabiduría) y rupakaya (cuerpos de forma). El cuerpo de sabiduría es la cesación definitiva del sufrimiento y todas las causas del sufrimiento. Esto significa el beneficio de uno, que se está libre del sufrimiento y que ha perfeccionado las infinitas excelentes cualidades. Los cuerpos de forma son la perfección que satisface los deseos de los seres sensibles. Hasta el fin del samsara, estas manifestaciones infinitas surgirán fácilmente según las necesidades de los individuos.

Se obtienen dos categorías de sabiduría. La primera, la sabiduría primordial, es la mente que realiza la naturaleza de todos los aspectos de los fenómenos, tal como ellos son, en el estado no elaborado. La sabiduría se logra a través de la meditación de la absorción equilibrada llamada “como vajra”. La segunda categoría, conciencia de sabiduría, ocurre dentro de este estado y es el conocimiento de todos los fenómenos, su significado, la definición de las palabras y el logro de confianza en la expresión de la causalidad de los fenómenos. Esta sabiduría se logra cuando todos los oscurecimientos están totalmente agotados y dejan de existir. Estas dos sabidurías son realizadas cuando nuestra mente está pura y despejada de los pensamientos conceptuales.

Al principio, cuando están sólo habituándose a las prácticas del mahamudra, dejan que la mente descanse en el estado no referencial, libre de todos los objetos. Hacen su mente completamente independiente, en lugar de dependiente o reactiva a los objetos y se estabilizan en ese estado. Una vez que se estabalizan, pueden surgir diversas experiencias, como gran gozo, claridad y el esta-do de no pensamiento.  Algunos practicantes confunden esas experiencias con la iluminación. Si experimenta cualquiera de estos estados, incorpore la visión penetrante especial para que su meditación resulte en la realización del mahamudra. Cuando observa la mente, no hay ningún objeto a observar y ni observador, realizando así el estado no dual. En este estado puede lograr gran dicha y libertad de todos los miedos. Esta dicha sin miedo, no perturbada carece de límites. El tiempo vendrá cuando ya no necesita más meditar porque todas las experiencias se habrán convertido en meditación perfecta. En ese momento, se perfeccionará su práctica de meditación.

Usted puede volverse muy elocuente por leer muchos libros, pero leer no le hará ningún bien si no practica. Por supuesto, leer algunos textos filosóficos profundos le dará información muy importante, y a través de eso, usted será capaz de establecer teóricamente la visión. Pero sin la práctica de la meditación y la experiencia de la visión, solo aprender no lo liberará del samsara. En cuanto a la realización del mahamudra, no hay nada especial acerca de ser un erudito. Uno puede tener amplia información sobre el samsara y el nirvana pero permanecen en el estado ordinario, afligido. Pero si practica bien, usted morirá tranquilamente, con dicha, sin pesar y libre del samsara. Este es el propósito del estudio y la práctica del Dharma. Aunque los pensamientos negativos traen sufrimiento, los pensamientos negativos también puede ser la base de la práctica del Dharma. Si no tiene pensamientos negativos, no habría propósito para practicar. La gran bodhicitta surge en medio de fuertes emociones perturbadoras, al igual que una bella flor crece en medio de un montón de compost. Solo necesitamos utilizar las enseñanzas del precioso Dharma para que esto ocurra. Pero si no aprendemos cómo usar el compost, es solo más suciedad inútil. Preste atención, por lo tanto, a esta mente sin concepto.

Tome algunos momentos ahora para relajar la mente. Tome una respiración profunda, exhale toda su tensión física y mental. Permanezca en la posición natural, como una mota de algodón. Inspire y espire libremente, observando la respiración. La mente libre de objetos. Deje que se disipe la ilusión en el espacio de la mente. Repose allí sin ninguna elaboración o esfuerzo.


Dedicación

Si la gema que otorga todos los deseos de las dos acumulaciones
No es pulida por la aspiración,
Los resultados que hemos esperado no aparecerán.
Ocúpate, por tanto, de esta dedicación final.

El maestro iluminado Gampopa razonó que puesto que tenemos incontables vidas anteriores, a lo largo del camino debemos hacer algunas acciones positivas, prestar atención a un maestro espiritual, reunir grandes acumulaciones y hacer prácticas de meditación. ¿Por qué, entonces, preguntó, aún no nos liberamos del samsara? Es debido a que carecemos de la importante práctica de dedicar el mérito obtenido por esas acciones. Si nuestros méritos están dedicados al éxito, buena salud, fama o negocios de esta vida, estos méritos habrán sido consumidos y agotados tan pronto como experimentemos estos resultados. Este enfoque no nos conducirá a la meta final. El sabio invertirá su mérito para la meta óptima, para lograr la completa budeidad para ellos mismos y para los demás. Practicar enteramente la dedicación es un aspecto muy especial de las enseñanzas del Buddha y en lo que Jigten Sumgön puso énfasis particularmente.

La dedicación es como poner su dinero en el banco. Cuando pone dinero en el banco, percibe un interés que vuelve a usted, ya sea que lo sepa o no. Del mismo modo, cuando gana mérito y lo dedica a la iluminación por el bien de los demás, obtiene beneficio sea consciente o no de ello. Incluso si creamos solo una pequeña cantidad de mérito, virtud, o sabiduría, aumentará si está dedicado para el beneficio de todos. Se dice que nuestro mérito aumenta por la cantidad de seres conscientes que hay en este mundo, y así puede crecer infinitamente.

Las dos acumulaciones son la acumulación de mérito y la acumulación de sabiduría. La acumulación de mérito, por ejemplo, puede crearse dando comida, ropa o riqueza. La acumulación de sabiduría puede reunirse con la práctica de dar libros del Dharma, lapiceros, papel y enseñanzas del Dharma. Si la comida, la ropa, etc., se dan con sabiduría y con una visión penetrante especial, entonces esta práctica también puede convertirse en acumulación de sabiduría. Cuando estudiamos y practicamos el Dharma adecuadamente, acumulamos mérito. Cuando practicamos la generosidad, ética moral, tolerancia, etc., ganamos mérito. Luego, cuando llegamos a conocer el significado de las enseñanzas del Dharma, eso se convierte en sabiduría. Por lo tanto, el mérito y la sabiduría van uno al lado del otro, codo a codo; cada uno ayuda al otro a desarrollarse. Al usar este método hábil de mérito y sabiduría, tenemos un camino completo para purificar todas las impurezas adventicias y reunir todas las excelentes cualidades del Buddha. Son como una joya que satisface los deseos, que concede todos nuestros deseos de felicidad.

La aspiración se refiere a nuestra intención o deseo de alcanzar la iluminación. Para alcanzar esta aspiración, debemos asegurarnos de dedicar cualquier virtud y mérito que generemos. Podemos pensar: “Qué pueda esto volverse una causa especial para que todos los seres sensibles se liberen del sufrimiento y alcancen la completa iluminación”. De esta manera, no nos apegamos a nuestros logros. Simplemente se los damos a los demás seres sensibles para su beneficio, de modo que puedan alcanzar la iluminación, la budeidad. Este es el significado de la frase pulida por la aspiración.

Si dedicamos nuestra virtud para el beneficio de todos los seres sensibles, nunca se desperdiciará porque ha sido “sellada” por la iluminación. Pero si la dedicamos con el deseo de estar libre de enfermedades físicas o para superar algunos pequeños obstáculos, este resultado puede surgir en su lugar. Puede tener buena salud por un tiempo, pero luego se agotará el beneficio. Podemos malgastar nuestras buenas obras de esta manera, por lo que no nos liberamos del samsara y no alcanzamos la iluminación. Ahora sabemos cómo dedicar, así que de ahora en adelante, podemos dedicar para beneficiar a los demás en lugar de solo a nosotros mismos, para esta vida o para la felicidad samsárica. De esta manera, el beneficio durará hasta que alcancemos la budeidad.

Cuando sabemos cómo dedicar, definitivamente surgirán los resultados que esperamos. Sin dedicación, nuestros méritos pueden deshacerse al lamentarse por el bien que hemos hecho y pueden ser destruidos por las fuertes aflicciones como la ira o la rabia, o por pregonar nuestras buenas acciones por orgullo. Sin embargo, si sellamos el mérito y la sabiduría con la dedicación para la iluminación, entonces estos impedimentos no pueden destruirlos. Por esta razón, la dedicación es considerada crucial, poderosa y necesaria. La práctica de la dedicación es tan importante como el cultivo inicial de la bodichita y la sesión principal de práctica de meditación.

No solo podemos dedicar nuestro propio mérito y sabiduría, también podemos dedicar toda la virtud, el mérito y la sabiduría creados en los tres tiempos por todos los demás seres sensibles y por todos los budas y bodhisattvas. Reúna todo este mérito en su mente iluminada y dedíquelo. Esto es posible debido a la bodhicitta; por lo tanto, el desarrollo de la bodhicitta es el paso más importante a seguir cuando se comienza una práctica espiritual. La bodhicitta también es importante en la práctica del yidam, el guru yoga y el mahamudra. La bodhicitta relativa es importante en el mahamudra porque sin ella no hay forma de alcanzar la bodhicitta definitiva o iluminación. Para abrir la puerta de la bodichita definitiva, la clave es la bodhichita relativa. Si sabemos cómo practicar la bodhicitta, entonces realmente sabemos cómo practicar el Dharma. La gema que satisface los deseos es pulida por la aspiración de alcanzar la iluminación debido a la dedicación apoyada por la bodhichita. También debemos tener bodhicitta para dedicar adecuadamente, porque sin eso, no tendremos ninguna base sobre la cual dedicar la inmensidad de la práctica de la meditación.

Después de leer un libro de Dharma, decir oraciones o meditar, traiga su mente al lugar donde está realmente. Relájese y permanezca tranquilo allí. Visualice a todos los seres iluminados frente a usted como testigos de su realización de la práctica de la dedicación. Luego, con una mente sincera, recite la siguiente oración de manera contemplativa:

Gloriosos, benditos, venerables, preciosos lamas raíz y lamas del linaje,
Divina asamblea de deidades yidam y asamblea de budas, bodhisattvas, yoguis, yoguinis y dakinis que habitan en las diez direcciones:
¡Por favor, escuchen mi plegaria!
Qué puedan las virtudes acumuladas en los tres tiempos
Por mí mismo y por todos los seres sensibles en el samsara y el nirvana,
Y por la innata raíz de virtud
No resultar en las ocho preocupaciones mundanas, las cuatro causas del samsara,
O en renacer como un shravaka o un pratyekabudha.

Qué puedan todos los maternales seres sensibles,
Especialmente esos enemigos que me odian y me minan,
Los obstructores que me dañan, los engañosos maras y las hordas de demonios
Experimentar felicidad, ser separados del sufrimiento,
Y que rápidamente obtengan la insuperable, perfecta, completa y preciosa budeidad.

Por el poder de esta vasta raíz de virtud,
Qué pueda beneficiar a todos los seres por medio de mi cuerpo, habla y mente.
Qué puedan las aflicciones del deseo, odio, ignorancia, arrogancia y envidia no surgir en mi mente.
Qué no pueda, ni por un momento, surgir el apego a la fama, reputación, riqueza, honor y preocupación por esta vida.
Qué pueda mi corriente mental ser humedecida por la bondad amorosa, la compasión y la bodhicitta
Y, por medio de esto, qué pueda convertirme en un maestro espiritual
Con buenas cualidades iguales al infinito del espacio.
Qué pueda obtener la suprema realización del mahamudra en esta misma vida.
Qué no pueda surgir el tormento del sufrimiento, incluso ni en el momento de mi muerte.
Qué no pueda morir con pensamiento negativos.
Qué no pueda morir con visiones erróneas.
Qué no experimente una muerte intempestiva.
Qué pueda morir gozosa y felizmente en la gran luminosidad de la naturaleza de la mente y la claridad del dharmata que todo lo impregna.
Qué pueda, en todo caso, obtener la suprema realización del mahamudra en el momento de la muerte o en el bardo.


Versión al español del capítulo 5 de Opening the Treasure of the Profound. Teachings on the Songs of Jigten Sumgön and Milarepa. De Khenchen Konchog Gyaltsen. Snow Lion Boston & London, 2013, por Miguel Norbu Gyatso.

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