jueves, 29 de mayo de 2008

EN ACCIÖN

Meditación: poniendo la filosofía budista en acción

Por Lama Tsering Everest[i]

Años atrás, una discípula brasileña de Chagdud Tulku Riponche[ii] quedó sorprendida al oír decir a un docente universitario que todo lo malo que sucedía en el mundo era resultado de la religión y todo lo bueno, consecuencia de la filosofía. En esa época, tuvimos la fortuna de que Riponche estuviera en Brasil y pudimos interrogarlo sobre esta afirmación.

“La religión nunca causó problemas al mundo”, fue la respuesta de Riponche. “Las personas son las que los provocaron.” Y añadió: “Las personas causan tantos problemas porque tienen una visión contaminada de la realidad y por lo general creen que lo que piensan es más certero que el pensamiento de los otros.”

Riponche nos explicó, en forma directa y clara, que las ideas o la doctrina detrás de la religión es la filosofía. También explicó que la religión es la puesta en práctica de esas ideas, es decir, el papel de la religión es el de integrar las ideas a la vida práctica, con una visión sagrada, con reverencia.

La meditación es uno de los ejemplos de implementación de la filosofía budista mediante la vía religiosa –y para comprenderla un poco mejor, tenemos que avanzar paso a paso, puesto que la filosofía budista es muy profunda (yo misma la estudio desde hace 25 años, y me considero apenas una iniciada,realmente).

Podemos comenzar conociendo las tres categorías fundamentales del camino, enseñadas por el Buda Shakyamuni, para las tres categorías básicas de personas:

  • Camino de autoliberación (Theravada): es la primera categoría, dirigida a las personas que buscan liberarse de la ilusión y del sufrimiento;
  • Camino del Gran Vehículo (Mahayana): categoría de las personas que quieren liberarse de la ilusión y del sufrimiento para ayudar a los demás.
  • Camino del Vehículo del Diamante (Vajrayana): este es un brazo de la segunda categoría, destinado a las personas capaces y dispuestas a emplear métodos extraordinarios unidos a las aspiraciones no egoístas de ayudar a los demás.

Esta tercera categoría es la que practicamos en Odsal Ling[iii]. Motivados por la inclusión amorosa de los otros y por la necesidad de ayudar a los demás, oímos enseñanzas, contemplamos los significados y los aplicamos en nosotros mismos, a fin de mostrar las grandes cualidades de nuestra mente. Todo esto con el fin de ayudar a los otros –tanto de modo directo como de una forma más grandiosa y absoluta.

En el Budismo Vajrayana, existen tres puntos interrelacionados que necesitan ser muy bien desarrollados: la Visión, la Meditación y la Acción. Alguien que esté practicando, requiere estar bien versado en Visión, que es el punto inicial. La Meditación, el segundo punto, es el ejercicio de la Visión. Y, finalmente, se necesita desarrollar la Acción, que es la implementación práctica de la Meditación. En último término, la Acción es la implementación de la Visión.

Para poner correctamente estos conceptos en la práctica, usted necesita cultivar la motivación pura. Tener una motivación pura es el requisito básico para escuchar las enseñanzas y entender que, sin tener acceso a la naturaleza de la mente iluminada, usted y todos los seres están impotentes, frágiles y sometidos a sus propios sufrimientos.

La mente iluminada no es algo que usted pueda comprar o que pueda hacer. Es algo que existe y es real: es la naturaleza absoluta de nuestra mente.

Nuestras ideas sobre nosotros mismos y acerca de los otros no resultan reales: son apenas nuestros juicios, a partir de nuestra carencia de real comprensión. En este mundo que consideramos real, hacemos y rehacemos según esos juicios y cometemos más errores –y este es la causa por la que nosotros y todos los demás, sufrimos.

En esta visión confusa, encontramos justificaciones para nuestros malos hábitos y acciones perjudiciales en la relación con las otras personas. Por esta razón creamos karma, entonces, allí estamos nosotros, como víctimas del dolor, y ni al menor asomo percibimos que ese dolor fue generado por nosotros mismos.

Somos nosotros quienes creamos esa relación de herir y ser dañados, pero quedamos con la sensación de haber sido aplastados y lesionados por alguien, independiente y diferente de nosotros mismos. Nos corresponde a nosotros mismos interrumpir ese ciclo –y hacerlo con motivación pura, con compasión y con comprensión correcta, desarrolladas con Visión, Meditación y Acción.

En: http://www.odsalling.org/

Traducido al español por Konchog Döndup, para beneficio de todos los seres sensibles, con las disculpas en caso de cualquier error de interpretación del Dharma, que aparezca en esta versión, a causa de la traducción imperfecta.



[i] Nacida en los EUA, Lama Tsering sirvió a S. E. Chagdud Tulku Rinpoche como su traductora por más de 11 años. Después de completar un retiro de 3 años en 1995, fue ordenada lama y reconocida por Rinpoche como detentora del linaje de Tara Roja y autorizada a conceder enseñanzas e iniciaciones. En el mismo año, fue invitada a dar enseñanzas en Brasil, a donde se mudó luego enseguida.

Su estilo caluroso y su buen humor reflejan el humor y simpatía de Rinpoche, y sus enseñanzas enfocan el cultivo de la compasión, el entrenamiento de la mente y la aplicación del Dharma en la vida cotidiana. Lama Tsering enseña y conduce retiros en varias ciudades de Brasil, en Chile, Nueva Zelandia y Australia, así como retorna todos los años para atender los pedidos de sus alumnos de América del Norte.

Lama Tsering es la lama residente y directora de Chagdud Gonpa Odsal Ling, en São Paulo, y coordina, en este momento, la construcción del Templo Odsal Ling en Cotia, juntamente con su marido Lama Padma Norbu.

[ii] Su Eminencia Chagdud Tulku Rinpoche nació en el este de Tibet (Kham) en 1930. Reconocido a los 4 años como un Tulku (reencarnación de un maestro de meditación), recibió entrenamiento riguroso y profundizó sus estudios mediante extensos retiros. Él tenía una afinidad especial por las artes sagradas y por la medicina tibetana, era famoso por su maravillosa voz. En 1959, escapó a la ocupación china del Tibet y vivió exiliado en comunidades de refugiados en la India y en Nepal hasta establecerse en los Estados Unidos en 1979. A pedido de sus alumnos occidentales, estableció la Fundación Chagdud Gonpa, una red bien sucedida de centros del linaje Nyingma del Budismo Vajraiana. En 1994, Rinpoche se mudó para Brasil, estableció Chagdud Gonpa Brasil y comenzó la construcción de su principal centro, Khadro Ling, en Río Grande do Sul. Cuando murió, en 2002, él había establecido más de veinte centros en Brasil, Uruguay y Chile.

Al viajar y enseñar constantemente, irradiando entusiasmo y compasión, se tornó el lama del corazón de centenas de alumnos y fue una profunda inspiración para miles de otros. Cuando le preguntaban porque, a los sesenta y cuatro años, se mudó para América del Sur, en lugar de permanecer confortablemente en los Estados Unidos, respondía: “percibí la fe de los brasileros y su interés en el Budismo y quise enseñarles.”

Su esposa, Chagdud Khadro, es la Directora Espiritual de sus centros en América del Sur. Su hijo, Jigme Tromge Rinpoche, entrena alumnos en la meditación más elevada de Dzogchen y es el maestro vajra de grandes ceremonias e iniciaciones en los centros de Chagdud Gonpa en América del Norte y América del Sur. Chagdud Rinpoche también tuvo una hija, Dhawa Lamo, que vive y practica en Boulder, Colorado.

[iii] Odsal Ling es el centro de budismo tibetano instalado en Sao Paulo, Brasil: http://www.odsalling.org/

viernes, 23 de mayo de 2008

¿Dogma de fe?

Dogma y Budismo

Generalmente hablamos de "dogma", cuando nos encontramos con un conjunto de ideas, principios, creencias, etc, los cuales debemos aceptar en orden de poder afirmar un determinado credo, ser parte de una determinada doctrina o sistema de creencias. Esto es lo que sucede con la mayoría de las religiones.

Cuando uno se interna en el budismo, se encuentra con ciertas ideas como el karma, el origen interdependiente, la no-dualidad, no-existencia de un yo, etc. Ideas que uno podría pensar que constituyen un "dogma de fe", el cual debemos de aceptar de antemano para poder afirmar que se es budista.

Sin embargo, es más apropiado entender el budismo como un método para transformar la mente, y por tanto, transformar nuestra vida y la de los demás. Para esto es que Buda entregó sus enseñanzas, para indicar el camino que él había seguido. El Budismo no impone, sino que invita a que uno experimente por su cuenta aquello que se dice en las enseñanzas.

De manera que uno, primero escucha la enseñanza, luego la analiza y después la pone en práctica. Uno experimenta la enseñanza en uno mismo, esta es la única forma de saber si las cosas son como dicen o no, si funcionan o no. El Budismo es eminentemente práctico, sin que por eso, el estudio deje de ser una parte muy importante del camino, claro está.

Todo esto lo podemos ver claramente, en la aceptación por parte S.S. Dalai Lama, de ciertas cuestiones comentadas en las escrituras budistas y que han sido refutadas por la ciencia. Por otro lado, S.S. Dalai Lama ha hecho énfasis en que cambiarse de religión es algo muy delicado, que no siempre es conveniente, y que hay que reflexionarlo debidamente.

"El budismo no es el camino hacia la liberación; la liberación es el camino".

"Sólo enseño dos cosas: el sufrimiento, y la liberación del sufrimiento" - Buda -

De: http://preguntasyrespuestas.blogia.com


A los budistas de occidente

Consejo a los budistas de Occidente por S.S. Dalai Lama

Nota: Esto es un extracto de una entrevista a S.S. Dalai Lama, del cual se tradujo los pasajes queparecieron más relevantes sobre el tema.

P: ¿Qué consejo podría darle a aquellos que estamos trabajando para desarrollar comunidades y organizaciones budistas en Occidente?

R: Como suelo decir a mis amigos budistas, si queremos mantener la tradición del budismo desarrollada en Tibet, dependerá de la existencia de la libertad en Tibet. Para este propósito, ya que ustedes están trabajando juntos, me gustaría que continuaran trabajando por la causa del Tibet, por su libertad, junto a aquellos que ya lo están haciendo.

Aquellos que estén pensando seriamente en convertirse al Budismo, es decir, cambiar su religión, es muy importante que tomen ciertas precauciones. No debe hacerse a la ligera. De hecho, si uno se convierte sin haber reflexionado en ello de una forma madura, suele crear dificultades y puede llevar a una gran confusión interna. Por lo mismo, quiero aconsejar a aquellos que deseen convertirse al Budismo que lo piensen cuidadosamente antes de hacerlo.

En segundo lugar, cuando una persona está convencida que las enseñanzas budistas se adaptan mejor a sus condiciones, que son más efectivas, está muy bien que esta religión sea elegida. Sin embargo, por la forma de ser de la naturaleza humana, después de su conversión y en orden a justificarse, la persona puede tener una tendencia a querer criticar su religión original. Esto debe evitarse a toda costa. Incluso si la religión previa no parece tan efectiva como ella hubiese querido (y que es la razón por la cual hizo el cambio), esta no es una razón suficiente para afirmar que su antigua religión no es efectiva para el espíritu humano. Esa religión continúa haciendo mucho bien a miles de personas. Por esta razón, como budistas, debemos respetar los derechos de los otros, por otras religiones.

En particular, nosotros estamos en el proceso de tratar de crear y mantener una perfecta armonía entre todas las religiones. En estas circunstancias, es absolutamente esencial estar
consciente de la necesidad de respetar otras religiones.

En tercer lugar, en la tradición budista tibetana, el énfasis siempre se pone en una combinación de estudio y práctica. Por supuesto, puede suceder que uno se dedique más o menos al estudio. Algunas personas llevarán sus estudios muy lejos, otros pueden estar satisfechos con un nivel más limitado de estudio. Cualquiera que sea el caso, nunca se debe separar el estudio, la reflexión y la meditación. Se debe preservar la tradición de la práctica en la cual el estudio, la reflexión y la meditación son inseparables.

En cuarto lugar, quiero insistir en la importancia del no-sectarismo. Sucede a veces que las personas atribuyen una exagerada importancia a una u otra de las diferentes escuelas o tradiciones que existen en el budismo, y esto puede llevar a una acumulación de actos extremadamente negativos respecto al Dharma. La ventaja del no-sectarismo es que después de recibir una transmisión de instrucciones, iniciaciones y explicaciones pertenecientes a cada tradición, seremos capaces de tener un mejor entendimiento de las diferentes enseñanzas. Desde mi propia experiencia, esto es sin lugar a dudas muy beneficioso. Por consiguiente, si mantenemos una actitud no-sectaria, a medida que recibamos enseñanzas de diferentes tradiciones, pensemos en ellas, y las pongamos en práctica, es muy cierto que mejoraremos nuestro entendimiento del Dharma. Esta es la razón por la cual el no-sectarismo es tan importante.

Tradicionalmente en Tibet, han habido dos acercamientos al budismo, algunos se concentran en el estudio y la práctica de su propia tradición y herencia espiritual, mientras que otros expanden el campo de su estudio y práctica del budismo desde un punto de vista no-sectario. Esta tradición existe en Tibet en grandes maestros, y pienso que actualmente este no-sectarismo es muy importante y es la mejor costumbre tibetana a seguir.

Hay un quinto punto al que me quiero referir. Durante 30 años, el budismo tibetano se ha extendido a través de diferentes continentes de nuestra tierra. Lamas, Tulkus, y Geshes han hecho una enorme contribución al florecimiento del budismo tibetano en todo el mundo, ayudados por miles de estudiantes y discípulos. Durante el mismo período, algunas situaciones poco saludables han surgido, lo que ha llevado a ciertas dificultades. Inicialmente esto se debía a un exceso de fe ciega por parte de los discípulos y también a que algunos maestros eventualmente se aprovecharon de las debilidades de sus discípulos. Han habido escándalos y abusos económicos y sexuales. ¡Tales cosas han pasado! Como resultado, debo insistir en este momento que es absolutamente necesario que tanto los discípulos como los maestros mantengan el objetivo en mente, que es preservar un Dharma perfectamente puro. Es responsabilidad de todos nosotros de poner término a este tipo de actividades poco saludables.

El Buda enseñó cuatro formas de reunir a los discípulos, y esto fue para asegurar el beneficio de otros. Las seis perfecciones ("Paramitas" en Sánscrito) se practican para obtener el bienestar propio, y las cuatro formas de reunir a los discípulos para obtener el bienestar de otros. Esto implica, primero, dar regalos materiales, luego practicar el discurso recto, después otorgar ayuda, y finalmente armonizar los propios actos y palabras. Sobre todo, es importante mantener este último punto en mente. Es esencial para aquellos que declaran su deseo de ayudar a otros que ellos controlen su propia mente.

Aquellos que deseen ser discípulos de algún maestro, no deben depositar su confianza en él inmediatamente, deben tomarse un tiempo para reflexionar cuidadosamente y examinar las cualidades del maestro antes de establecer un vínculo espiritual mediante el recibo de sus enseñanzas. Es preferible recibir las enseñanzas del maestro viéndolo primero como un amigo espiritual. No debemos apresurarnos a escuchar sus enseñanzas y la mismo tiempo considerarlo nuestro maestro. Poco a poco, si hemos lo hemos observado y estamos convencidos de que es un verdadero maestro, completamente calificado y que merece confianza, podemos seguir sus enseñanzas considerándolo nuestro maestro. No debemos apurarnos.

El sexto punto al que quiero referirme en relación al Dharma es a nuestra a menudo invocada oración: "Qué todos los seres puedan encontrar la felicidad y sus causas". Esto es algo que debemos aplicar directamente haciendo algo útil por la sociedad, como involucrarse en actividades sociales, tratando de ayudar a aquellos con dificultades mentales u otros problemas. Esto no significa necesariamente que debamos enseñarles el Dharma, sino más bien, usar nosotros las enseñanzas con el fin de ayudarlos. Pienso que tal actividad dirigida a otros es algo que debemos desarrollar. Es la conclusión natural de otra oración muy común: "Que todos los seres puedan lograr la felicidad y estar libres de sufrimiento". Siguiendo este principio, si podemos hacer un bien, aunque sea a una sola persona, estamos llevando a cabo el voto que hemos hecho. Pero además, la comunidad budista entera debería participar en el compromiso social asistiendo a otros, y me parece que esto es algo muy importante en relación al funcionamiento de los centros budistas.

Los budistas no están obligados a una dieta vegetariana. Aún así, para aquellos que siguen las enseñanzas del Gran Vehículo (Mahayana), es importante. Las enseñanzas del Buda fueron abiertas y flexibles en este sentido, y cada practicante tiene la opción de elegir ser vegetariano o no. Pienso que en aquellas reuniones, celebraciones o enseñanzas dadas en centros budistas, donde haya que dar comida a un gran número de personas, es muy importante servir solamente comida vegetariana durante toda la reunión.

Séptimo punto: muy seguido hacemos la siguiente oración: "Que las enseñanzas del Buda (el Dharma) puedan propagarse". Si el Tibet recupera su libertad, esto ciertamente ayudará a preservar las innumerables y profundas enseñanzas del Buda, incluidos los distintos vehículos, así como los tantra. Aquí podemos ver la clara conexión entre la libertad del Tibet y la conservación de las enseñanzas del Buda en el mundo. Si sólo se tratara de un tema político, como monje y discípulo de la tradición de Buda, no tendría razón alguna para preocuparme por ello. Pero los dos aspectos están muy unidos.

Como último punto, ¡debes mantener tu mente feliz y saber como reir!

MALENTENDIMIENTO

Malentendidos
Sogyal Rinpoche
Artículo publicado en View Magazine, 1994

Muy a menudo convertimos un simple problema en algo grande y fuera de toda proporción. Cuantas de nuestras dificultades empiezan con un pequeño malentendimiento: alguien no nos dio su sonrisa habitual hoy día, o nuestro amigo nos criticó... eso es todo lo que se requiere para arruinar nuestro día! Podemos ver que somos tan frágiles, inseguros y vulnerables que cualquier comentario fuera de lugar, cualquier reacción no amable o un chiste con doble sentido puede perforar nuestra confianza completamente. Si no agarramos el malentendido en ese mismo momento, entonces puede actuar como una semilla que germinará y crecerá más y más. Problemas pequeños se transforman en grandes catástrofes emocionales y todos la pasamos mal.

Tal vez al comienzo no logramos identificar exactamente qué está sucediendo –puede manifestarse como un ligero mal humor o ligera depresión. Pero sobre todo, sentimos que no podemos sacárnoslo de encima.

Luego llegan nuestras emociones y nuestra mente comienza a esculpir ideas, creando situaciones, construyendo teorías y extendiendo el problema hasta llegar a las mejores razones del por qué nos estamos sintiendo mal. Lo que se nos escapa es el hecho de que nuestro problema no es tan serio y que en el fondo es una simple construcción mental que, en último término, proviene de la nada, y que en realidad no existe.

En unas enseñanzas de Padmasambhava existen unas instrucciones para transformar los engaños entendiendo el sistema de interdependencia que gobierna nuestras vidas.

La raíz de todos los engaños no es otra que la ignorancia (la falta de visión clara). Esta ignorancia es como confundir una pila de piedras en el horizonte por una figura humana; lo que significa que la fuente de las faltas en realidad no existe por si misma.

Todos nuestros problemas, en otras palabras, vienen de la nada; todos están basados en equivocaciones en el entendimiento. Malentendidos que no tienen existencia real.

Con todas nuestras ideas, con todos nuestros malentendidos, ¿cuán a menudo nos aferramos a una distorsionada y parcial versión de cómo son las cosas? Nuestra total visión de la realidad es fabricada, exagerada y editada fantásticamente por nuestra mente bajo la influencia de nuestro deseo, nuestro enojo y nuestra falta de visión clara (ignorancia).

Una vez que hemos creado algo basado en nuestro malentendido, lo cual es una ilusión, contemplamos la ilusión y la tomamos como verdadera, y con ella llegan las complicaciones, miedos, enfados y demás emociones negativas.

Nos procuramos sufrimiento y problemas que son absolutamente innecesarios. En el fondo es simple, todo lo que tenemos que hacer es darnos cuenta (verlo claramente). Y cuando eventualmente ves la verdad, tu corazón siente compasión por cualquiera que esté sufriendo de esta manera.

¿Por qué tenemos que pasar por todo esto? Sucede que nos resulta difícil ver la verdadera realidad porque todo se presenta muy personal para nosotros. Fallamos en ver cualquier otra perspectiva o darnos cuenta de cómo nuestra mente exagera. La falta de visión clara es uno de los síntomas del samsara, el incontable ciclo de vida y muerte al que estamos suscritos.

Si las examinamos, todas las apariencias, todas nuestras percepciones que tomamos como tan reales, se revelan como completamente inexistentes. Sólo necesitamos un chispazo de la naturaleza más interna de la mente para ver esta falsa realidad como tal: son una manera de sabotearnos y debemos ver que todas nuestras esperanzas, expectativas y miedos son los agentes del samsara.

Incluso si escuchamos enseñanzas espirituales, y escuchamos una y otra vez la verdad de que todo es similar a una ilusión en la mente, aun así, cuando la perturbación mental de la ignorancia entra en juego, emplea un sofisticado sistema que nos hace fallar en reconocer o ver lo que está sucediendo en nuestra mente. (La ignorancia nos hace resistirnos a ver con claridad).

Cuando seguimos un camino espiritual es muy importante estudiar la mente y sus engaños, y tener claro hasta que punto los mal-entendimientos dominan nuestras vidas. Para un practicante espiritual es crucial estar por encima de las cosas.

Estar por encima de las cosas puede ser tomado en diferentes contextos, uno es que necesitamos reconocer la raíz de nuestros problemas. Sabemos que cuando alguien empieza a reconocer sus bloqueos fundamentales es a menudo cuando se inicia la curación. Pero identificar la fuente de nuestras dificultades y confusiones puede parecer tan difícil y tomarnos tanto tiempo. Incluso si ocasionalmente tenemos una breve realización de la realidad de nuestra situación, nuestros viejos patrones conspiran para hacernos olvidar.

También puede suceder que la raíz de nuestros problemas se encuentre oscurecida por nuestro karma, lo que hace imposible para nostros el ver lo que nos bloquea, hasta que el karma sea purificado no estamos listos para realizar qué nos sucede. También es posible que nuestro orgullo simplemente se niegue a darse cuenta, prefiriendo tomar nuestro entendimiento errado como la verdad, y aferrarse fuertemente pues no queremos enfrentar la secreta sospecha de que estamos equivocados.

Entonces, cuando no podemos ver o nos rehusamos a enfrentar honestamente nuestro problema principal, éste se transferirá a otros aspectos de nuestra mente y nuestra vida. Tan pronto como resolvamos un asunto, surgirá otro y se convertirá en una recurrente calamidad.

En cambio, si tenemos la apertura y voluntad de identificar la raíz de nuestra mayor dificultad personal, y de verla claramente tal como es, nos encontraremos sorprendidos de ver que no es un problema gigante y que todo lo que requiere es un sutil cambio.

Todos nosotros, en algún momento, experimentamos momento de repentina realización, cuando todas nuestras ideas preconcebidas acerca de algo cambian hacia una nueva perspectiva de la realidad, completamente diferente, algunas veces sorprendente pero siempre más auténtica. Momentos como este deben de ser contemplados pues en ellos podemos, por un instante, ver el samsara, el vicioso ciclo en que perdemos nuestras vidas, revelado como una fabricación colosal, nada más que ignorancia, no existente en si mismo sino construido en un tortuoso laberinto de perturbaciones mentales.

Cuando repentinamente realicemos algo, algo profundo y liberador que nos muestre cómo se manifiestan los engaños de nuestra mente, la enseñanza es mantener la realización, así la próxima vez que surja una situación similar, al menos será menos intensa. Una cosa de la que podemos estar seguros: si no hacemos un esfuerzo por mantener viva la memoria de la verdad realizada, en poco tiempo la mente encontrará la manera de olvidarla.

Estar por encima de las cosas también significa ser capaz de reconocer esos momentos especiales de claridad y realización, esos repentinos despertares liberadores.

Si no hacemos un esfuerzo consciente en anotar y recordar nuestras realizaciones estas se desvanecerán al cambiar el entorno. ¿Por qué? Porque la realidad diaria de nuestra ordinaria existencia es simplemente más fuerte; el samsara tiene su propio ambiente, su propio soporte, comunidad e influencia. Está tan poderosamente bien establecido, y la negatividad resultante nos ofrece argumentos tan seductores y persuasivos que, a menos que hagamos un esfuerzo determinante, será difícil mantener nuestra inspiración en el camino espiritual.

¿Cómo evitamos quedarnos atrapados en nuestros viejos hábitos y patrones mentales? Tomando el camino que nos libera. No nos olvidemos de la primera enseñanza de Buda sobre las cuatro nobles verdades, que nos dicen que hay un final al sufrimiento. Buda nos muestra la salida y si algo tenemos que reconocer es eso. Debemos rehusarnos a quedarnos atrapados en nuestros hábitos y dar un paso adelante siguiendo el camino para romper con ellos.

Cuando nos encontramos atrapados negativamente en nuestras mentes, tratando de encontrar la razón y el culpable de nuestro tormento, todo lo que estamos haciendo es dándole poder a una falsa realidad de la que queremos liberarnos. Nunca lograremos cambiar si seguimos indefinidamente jugando ese mismo juego. En vez de eso preguntemos ¿Por qué?

Si continuamos alimentando nuestro problema no hay límite de hasta cuánto lo podemos inflar y todo el asunto se convertirá en una nube de complicaciones. Al final quedaremos a la merced de las explicaciones que podamos encontrar, teorías de todo tipo sobre a quién culpar: nuestra infancia, nuestro padre, nuestra madre, nuestro hermano, nuestra hermana, Buda, Jesús o Dios.

Entonces, no nos quedemos buscando patrones, atormentándonos buscando qué está mal en nosotros: lo cual podría tratarse justamente de otro patrón. No nos atormentemos y no nos identifiquemos con los errores que hayamos cometido, y menos pensar que simplemente porque nos hemos equivocado somos fundamentalmente malos o que así seremos siempre.

Mucho más importante es fortalecer los buenos aspectos en nosotros mismos, realizar y recordar qué sucede en esos hermosos momentos cuando sentimos confianza en nosotros mismos, cuando nos sentimos tan bien que es casi como si el ego no existiese, como si todo sentimiento de “yo” se hubiese disuelto completamente, revelando así nuestra esencia, y es allí donde encontramos compasión, generosidad y ausencia de miedo.

En el fondo de nuestro corazón todos queremos hacer un progreso, un cambio, acercarnos a la iluminación. Pero no tenemos que esperar la situación perfecta en que todo esté bien para dejar ir y cambiar. Podemos empezar ahora mismo. Además, la vida es un constante cambio y no tenemos otra alternativa que la de cambiar, y esa falta de alternativa es una bendición ya que nos brinda continuamente la oportunidad de florecer, de ser libres.

Y no tratemos de cambiar todo de golpe, en cambio, asegurémonos de cambiar algo fundamental. El cambio debe de crecer en nosotros, entonces será mucho más estable. Cambios repentinos son como promesas que no podemos mantener. Trabajemos el cambio lentamente y con la confianza de que se está dando, porque cuando te entregas al cambio y realmente dejas ir, lo que estamos pidiendo sucede. Pero “dejar ir” (letting go) no significa abandonar; son dos cosas diferentes. Nunca abandones, pero en todo sentido deja ir, suelta, entrégate al cambio.

Acá es donde la práctica de la meditación puede ser tan poderosa porque puede inspirar en nosotros la realización de que efectivamente podemos dejar ir, y que si dejamos ir, nos liberamos. Cuando somos verdaderamente capaces de dejar ir algunos bloqueos o patrones u obsesiones, entonces se manifiesta el resultado real de la práctica.

Entonces todo se volverá más fácil para nosotros, pues ya lo hemos experimentado. Descubriremos una confianza en nosotros: una auténtica, natural, indestructible confianza que nos traerá ausencia de miedo. Cualquier cosa que tengamos que enfrentar, sabemos que seremos capaces de manejarla. Nuestro miedo, incertidumbre y duda acerca de si podremos cambiar, o de si realmente deseamos cambiar, es lo que nos impide tomar las riendas y esconde nuestra confianza en el falso refugio de nuestros viejos y bien conocidos patrones familiares de sufrimiento.

Cuando pasamos por los momentos más difíciles de nuestras vidas, como perdiendo a un ser que amamos, cuando no hay otra alternativa que dejar ir, veremos que si lo hacemos bajo la luz de nuestra práctica, de la inspiración de las enseñanzas y el proceso de dejar ir, gradualmente a través del tiempo una profunda confianza nace en nosotros. Los maestros Dzogchen dicen que mientras peores sean las circunstancias mejor es para nosotros. Ellos no quieren decir que las más grandes catástrofes sean bendiciones para nosotros, sino que con la visión correcta y dejando ir (soltando) podemos transformar cualquier adversidad en una bendición.

Hay una hermosa figura de Buda en la que está sentado en meditación en las primeras horas de la noche en que alcanzó la iluminación. Mara, la personificación de las perturbaciones mentales, ordenó a su ejército que atacara a Buda, cuando sus armas tocaban su radiante cuerpo se transformaban en ofrendas de adoración. Las espadas, flechas y aceite hirviendo se volvían una lluvia de suaves y fragantes flores.

viernes, 16 de mayo de 2008

GURU RAÍZ

Pregunta a un Maestro

¿Qué es un gurú raíz?

Geshe Gelek Chodak

Lama residente del Kadampa Center en Raleigh, North Carolina responde:

Entre 1759 y 1815, uno de los grandes Maestro del Monasterio de Sera Jhe, llamado Tri Chen Tenpa Rabgyal ofreció una respuesta a la pregunta ¿Cuál es la definición de Gurú Raíz? Gyal Wang Chod Je Tulku del Monasterio Sera Mer fue uno de los que había planteado la interrogante, a la que el Maestro respondió: “Un Lama cercano es el Lama Raíz, esto significa que al que nos da directamente las enseñanzas, nosotros lo podemos considerar como nuestros Lama Raíz.”

También dijo: “Entre los Lamas, hay diferentes niveles de calidades. Algunos de ellos son muy cercanos y tienen más bondad hacia nosotros. Pero de nuestra parte, debemos tratar de verlos a todos como seres realmente iluminados y no de otro modo. De esta manera, nosotros seremos los que recibiremos gran beneficio, no ellos. Si tratamos de modo diferente a nuestros Maestros, no ganaremos nada, no podremos, además, practicar exitosamente el Gurú Yoga. Dado que en su totalidad el Gurú Yoga no es una práctica sencilla.”

Espero que esto les ayude, porque esta respuesta viene de este gran Maestro

P. En estos tiempos de viajes más fáciles hay gran acercamiento a diferentes maestros, muchos practicantes modernos toman las enseñanzas de más de una docena o más maestros. A veces, estos estudiantes se deciden por un maestro particular, pero a veces no. ¿Cómo estos estudiantes deben considerar a todos estos diferentes maestros de quien han tomado enseñanzas? ¿Se podría considerar a todos como gurú raíz?

R. En el monasterio, nosotros no vamos y recibimos una enseñanza de cada maestro, simplemente porque ellos están allí y son accesibles. ¿Por qué? Porque no es así como se aprende algo nuevo: Es también desarrollando la Devoción del Gurú. Por lo tanto, incluso así tome muchos años se debe analizar a alguien antes de que usted lo acepte a él o a ella como su Maestro Espiritual, esto es importante. En el sistema monacal, nosotros solicitamos una enseñanza aun antes de recibirlo como Maestro. Nosotros ya hemos analizado y hemos decidido preguntar a esta persona si puede ser nuestro maestro sentándonos antes a escucharlo. En occidente, ustedes no tienen este sistema. No es la misma situación y el contexto.

Por tal motivo es que hay menos problemas alrededor de este tema en el monasterio. En cambio en occidente usted va a escuchar a diferente personas en una variedad de temas, de algún Dharma y de otro no. Hay una actitud, protocolo y comprensión diferentes. Las personas en occidente están acostumbradas a ir a charlas y seminarios por curiosidad, o con el deseo para aprender algo. Así que depende de la predisposición de la persona que irá a escuchar una variedad de maestros. Sólo ellos saben su predisposición, y cómo ven al maestro particular. Si el estudiante no visiona o no tiene la intención de que el expositor sea su maestro, resulta difícil decir si porque recibe de él una enseñanza, eso convierte a esa persona en su gurú o maestro.

En: Mandala, publicación de la Fundación para la Preservación de la Tradición Mallan-FMT. Abril-may, 2008

Traducido al español de la versión original en inglés por Konchök Döndup, en beneficio de todos los seres sensibles, asumiendo como karma cualquier error de interpretación Mayo, 2008

jueves, 8 de mayo de 2008

VENERABLE KHENPO PHUNTZOK TENZIN EN LIMA Y CUSCO

El Venerable Khenpo Phuntzok Tenzin, Maestro de las Sanghas de Argentina, Chile y Perú, del Linaje de Drikung Kagyu, brindará valiosas enseñanzas en Lima y la ciudad de Cusco entre 21 y 26 de mayo. La participación está abierta para todos los estudiantes de budismo y los que desean conocer estas enseñanzas como parte de su desarrollo personal.

¡Bienvenido, cordial Maestro!

Práctica del Ngondro: Las postraciones


LAS POSTRACIONES

por el Ven. Lama Khenpo Puntzok Tenzin

LAS POSTRACIONES SON UN IMPORTANTE ACTO DE RESPETO HACIA EL BUDA, EL DHARMA Y LA SANGHA, QUE CONSTITUYEN LAS TRES JOYAS. SON UN ANTÍDOTO CONTRA EL ORGULLO Y ES UNA FORMA DE ACUMULACIÓN DE MÉRITO. CUANDO SE REALIZAN POSTRACIONES, DEBE TENERSE PRESENTE QUE SE REALIZAN FRENTE A TODOS LOS BUDAS (CUERPO, PALABRA Y MENTE) Y FRENTE A TODOS SUS HIJOS ESPIRITUALES (BODISATVAS).


1.- POSTRACIÓN CORTA: I FASE: De pie, frente al Lama y/o al Altar.

1.- La primera posición:

Juntar las manos y colocarlas sobre la cabeza (sobre la coronilla). Nos estamos postrando frente al cuerpo de todos los Budas y Bodisatvas, con ello purificamos todas nuestras acciones negativas y la de los demás seres (matar, robar, conducta sexual inadecuada) y aspiramos a obtener las 32 marcas mayores y las 82 marcas menores presente en todos los Budas.

2.- La segunda posición:

Las manos juntas se colocan a la altura de la garganta. Nos estamos postrando a las 60 cualidades de la palabra de todos los Budas y Bodisatvas, con ello purificamos nuestras acciones verbales negativas y la de los demás seres (mentir, calumniar, insultar y hablar sin sentido). Además, aspiramos a tener los 60 factores de excelencia de la palabra de todos los Budas.

3.- La tercera posición:

Ahora las manos juntas se colocan a la altura del corazón. Nos estamos postrando a la mente omnicente de todos los Budas y Bodisatvas, con ello purificamos todas nuestras acciones mentales negativas y la de los demás seres (malicia, codicia y creencias erróneas-) y además deseamos obtener la omnicencia de todos los Budas

- II Fase: En el mismo lugar, nos hincamos.

4.- La cuarta posición:

Apoyar las manos abiertas en el suelo. Al apoyar la mano derecha, nos estamos postrando frente a las 100 cualidades sublimes de todos los Budas y Bodisatvas. Con ello aspiramos a vencer todas aquellas fuerzas negativas que tienden a impedir el logro de nuestra iluminación. Al apoyar la mano izquierda, nos estamos postrando frente a los cuatro factores de atracción presente en todos los Budas y Bodisatvas. Con ello aspiramos a incorporarlos en nosotros (generosidad, hablar suave, enseñar de acuerdo a la capacidad del discípulo, armonizar nuestro decir con nuestro hacer).

5.- La quinta posición:

Apoyar las rodillas en el suelo. Al apoyar la rodilla derecha, nos estamos postrando frente al poder que poseen todos los Budas, para liberar a los seres del Samsara de todos sus sufrimientos individuales. Con ello aspiramos a poseer esta cualidad. Al apoyar la rodilla izquierda, nos estamos postrando frente al poder que poseen todos los Budas, de establecer a todos los seres en el nivel de los 37 factores de la iluminación. Con ello aspiramos a poseer esta capacidad.

6.- La sexta posición:

Tocar el suelo con la frente. Con ello aspiramos a obtener las cualidades presentes en el pelo de un Buda. La Sabiduría.

III Fase: En el mismo lugar, nos levantamos.

7.- La séptima posición:
Al levantarnos, liberamos a todos los seres de sus sufrimientos.

Aspiramos a que éstos se encuentren en cualquiera de los reinos búdicos presentes en las diez direcciones. Bajo la tierra existen muchos seres viviendo en reinos inferiores. Aspiramos a liberarlos, en este sentido cuanto mayor sea la superficie que abarquemos en nuestra postración, mayor será el número de liberados.

2.- POSTRACIÓN COMPLETA: Se inicia igual que la postración corta hasta la quinta posición, y antes de la sexta posición. En el mismo lugar, nos tendemos en el suelo. Se estiran las manos y ellas de juntan delante de nuestras cabezas. Con ello aspiramos a poseer el Suktor de los seres iluminados. La Corona del Buda y recibimos de ella sus bendiciones. Suktor, es la protuberancia en la cima del cráneo que sólo los seres iluminados poseen como demostración del mérito acumulado por ellos. Luego se sigue con la sexta y séptima posiciones. Debe realizarse tantas postraciones como sea posible

En: http://drikungkagyu.wordpress.com/ensenanzas/


miércoles, 7 de mayo de 2008

WESAK: El día de la Iluminación del Buda

El día de la Iluminación del Buda

El Buda, el hombre que encontró el camino
Todos los seres humanos son capaces de evolucionar hasta convertirse en budas. Sin embargo, fue un hombre que alcanzó la iluminación a solas quien abrió el camino para que el resto de la humanidad pudiera seguirlo. Para ser más precisos, debemos decir que el camino fue reabierto, ya que, de forma tradicional, se dice que ya habían existido otros budas, es decir, muchos otros pioneros en el sendero que conduce a la "evolución superior". Cuando hablamos del Buda nos referimos a Siddhartha Gotama, quien descubrió el sendero una noche de luna llena del mes lunar de abril-mayo en el año 542 antes de la era común (AEC). Él solía explicar su hallazgo de la siguiente manera: "Imaginad a un hombre que al andar por unos bosques salvajes encuentra un camino muy antiguo, un sendero muy viejo por el que han viajado muchas personas en la antigüedad y, entonces, él decide seguirlo. Al hacerlo descubre una ciudad ancestral, una antigua capital real donde vivió mucha gente, con parques, arboledas y lagos. La ciudad se encuentra cercada pero su hermosura es evidente. Del mismo modo, he encontrado un antiguo sendero a través del que han viajado los seres iluminados de antaño".

El Wesak, día de fiesta
Para conmemorar este importante descubrimiento hay un día muy especial de celebración en el calendario; Vaishakha Purnima, que es el día de luna llena del mes indio vaishakha. En pali, vaishakha es vesakha, que en singalés se traduce como "Wesak" y éste es el nombre que recibe el festival budista más importante. En Wesak los budistas celebran lo que consideran el mayor evento de la historia, la ocasión en que un ser alcanzó la iluminación por primera vez. Se conmemora el día en que Siddhartha Gotama finalmente logró liberarse de todos sus condicionamientos y de sus limitaciones humanas para ponerse a la par con la realidad, transformándose en la personificación viva de la verdad y convirtiéndose en un buda.

Un día triplemente sagrado
Puede resultar sorprendente, por lo tanto, que en ocasiones haya cierta confusión sobre lo que se celebra en Wesak. Todas las veces que me invitaron a participar en una celebración de Wesak en la India, ya fuese como conferenciante o con cualquier otra función, se me pedía “que honrase con mi presencia” (muestra del estilo de cortesía india en estas cuestiones) el "día triplemente sagrado". ¿A qué se referían con "triplemente"? Existe una razón para tal designación. Según algunas fuentes, el Vaishakha Purnima no es el aniversario de un único evento sino de tres: el nacimiento del Buda, su iluminación y su deceso o parinirvana. Se supone que todos estos eventos ocurrieron el mismo día, en años diferentes, por supuesto, pero por una coincidencia extraordinaria en el mismo día de luna llena. Tenemos que añadir que esta tradición del "triplemente sagrado" Vaishakha Purnima forma parte de una tradición algo más reciente que se originó en Sri Lanka y que se extendió a otros países theravadines. En el resto del mundo budista, es decir, en los países budistas mahayanistas, las celebraciones del nacimiento del Buda y de su parinirvana se realizan en días diferentes. Esto es ciertamente lo más tradicional y lo más lógico.

Diferentes maneras de celebrar la iluminación del Buda
Al tener ideas diferentes de lo que se celebra en Wesak además de la iluminación del Buda, los budistas de diversas partes del mundo han establecido sus propias tradiciones nacionales para señalar el evento. En Sri Lanka y Birmania la gente enciende velas y las ofrece como veneración a la memoria del Buda. En el Tíbet lo que encienden son lámparas de mantequilla, haciendo hincapié en que debe ser un determinado número de lámparas (ciento ocho o mil ocho). En muchos países budistas la gente canta y recita versos en honor del Buda, en ocasiones durante horas e, incluso, todo el día y toda la noche. En otros lugares se organizan conferencias y discusiones, y, claro está, hay quienes lo celebran meditando. En un nivel social se festeja dando de comer a los monjes. En algunos países budistas ésta es una tradición popular que se lleva a cabo en ocasiones festivas. Lo que hacen es juntar al mayor número de monjes posible, que se sientan en el suelo formando filas y, entonces, pasan los feligreses ofreciéndoles comida. En un sentido tradicional, se supone que los monjes cuentan con un gran apetito. En algunos círculos budistas se cree que el mérito que se gana por alimentar a un monje está directamente relacionado con la cantidad de comida que éste ingiere. Dentro de este contexto, la hospitalidad ni se escatima ni se rechaza. Los budistas de Occidente siguen el ejemplo de las antiguas celebraciones tradicionales de Wesak, aunque todavía hay muchos que se encuentran desarrollando su propio estilo, dependiendo de su cultura y de su contexto.

El Wesak, una fiesta de alegría
Sin importar de qué forma se celebre Wesak, los budistas se encuentran unidos por su propósito central, es decir, comparten la alegría de que ha surgido un buda en el mundo. Así, continúan una tradición que data de mucho tiempo atrás. Sólo tenemos que mirar los ejemplos de los grabados en piedra más antiguos de la India budista para damos cuenta de esta evidencia. Una muestra notable de esto es la composición que coloca al Buda, de forma simbólica, en un trono rodeado de monjes, monjas y personas laicas, todos con las manos unidas sobre la cabeza ofreciendo guirnaldas, fruta, pañuelos de seda y todo tipo de cosas. Lo que es realmente notable en la escena es la expresión de gozo absoluto de todas estas figuras y la forma tan alegre en que hacen sus ofrendas al Buda. Esta representación nos transmite la impresión de que se trata de una celebración excelsa y espectacular, a causa de un evento muy emocionante y que tiene una importancia cósmica. No sería una exageración decir que, a través de su obra, el artista nos hace pensar que los que realizan las ofrendas están locos de alegría, si es que cabe pensar que los budistas pudieran estar locos por algo. De cualquier modo estos personajes parecen estar locos de alegría.

Abrió el camino en beneficio de todos los seres
Ésta es la única respuesta emocional, al menos como la expresa el artista, que puede hacer justicia al descubrimiento que hizo el Buda acerca de los alcances del desarrollo humano. Sin embargo, las profundas raíces del gozo expresado por estos seguidores en Wesak no sólo se remiten al hecho de que el Buda no alcanzó la iluminación con fines personales, ya que él abrió el camino y lo alumbró para que otros pudieran seguirlo después. Por lo tanto, el modo en que alcanzó el Buda la iluminación no es un asunto puramente teórico; es también una cuestión de gran importancia práctica. El Buda no heredó la iluminación ni nació iluminado. La alcanzó tras muchos años de esfuerzo e incluso después de cometer algunos errores y, a través de su propio esfuerzo, estableció un método por el que nosotros también podemos alcanzarla.

El Dharma, un sendero evolutivo
Nosotros tenemos acceso ahora al sendero que conduce a la iluminación, el Dharma. Se ha sugerido en diversas ocasiones que la evolución se efectúa por medio de fases progresivas, como si se siguiera una especie de carretera con señales que marcan la distancia recorrida. De hecho, existen tres grandes fases en el sendero: la ética, la meditación y la sabiduría. No obstante, contamos con muchas otras maneras de subdividir y clasificar el camino a la iluminación. También podríamos abordarlo desde un ángulo poco usual, observando algunos datos biográficos del Buda.

Lo que nos recuerda el Wesak
Podemos interesarnos por el sendero espiritual que siguió un hombre hace dos mil quinientos años. Sin embargo, será más importante contemplar el sendero que podemos seguir nosotros aquí y ahora; un sendero con el que se comprometen los budistas, las personas que establecen la budeidad como meta esencial. En otras palabras, cuando los budistas celebramos la iluminación del Buda nos alegramos de algo que ocurrió en el pasado, pero además utilizamos la ocasión para reflexionar sobre nuestra oportunidad presente de alcanzar la iluminación, si es que acaso no estamos ya pensando y reflexionando en ello de una forma más persistente, más seria y más profunda. Tales son las reflexiones que este día nos inspira a realizar.

D.R. 2008 Centro Budista de la Ciudad de México A. C.
http://www.budismo.com

jueves, 1 de mayo de 2008

CHENREZIG

EL BUDDHA DE LA COMPASION

PRACTICA DE AVALOKITESHVARA

Enseñanzas preliminares para los estudiantes

Ven. Khenpo Phuntzok Tenzin Rinpoche

¿Que significa budismo? Significa la práctica interna, la búsqueda interna. Por eso todos los budas enseñan la paz. Lo budistas no somos fanáticos ni religiosos, somos filósofos. Es como en la vida, es filosofía para la vida, para saber como ayudar a una persona.

Los seres humanos tenemos dentro muchos sufrimientos, entonces como tenemos esto dentro aprendemos filosofía, a meditar, y escuchamos las enseñanzas. Entonces cuando reconocemos la enseñanzas budistas, la gente piensa “ahí hay algo que lleva a la felicidad, las enseñanzas me dan felicidad, me ponen feliz”; porque la gente busca lo que les da la felicidad, esto es por la impermanencia. Pero también tenemos otro tipo de felicidad como cuando tomamos un poco de cerveza, también esto es bueno, nos ponemos felices, es compartir, y esto no esta mal, aprovechen. Pero esto es una felicidad temporal, no es dañina porque también nos ponemos felices, entonces tomen cerveza pero poquita. No tengan problemas.

Entonces en la práctica es muy importante entenderse uno mismo, entender qué es la práctica espiritual, porqué es beneficiosa, tienes que entenderte a ti mismo. Entonces para entender escuchas algo de la filosofía y luego comienzas a comprender porque es que practicamos tantra. Debemos encontrar la mente-feliz, todos están buscando la felicidad verdadera, la felicidad única, pero debido a que a veces nadie encuentra la felicidad verdadera es que nos volvemos tristes o nos da depresión. Es como cuando tenemos problemas y los psicólogos nos dan unas pastillas, es igual en Tibet, ellos te dicen que tienes problemas en “los vientos”, que tienes angustia y te dan “pastillas de la felicidad”, luego te curan con estas pastillas y luego tu mente se vuelve feliz y se vuelve pacífica, pero esto tampoco es verdadera felicidad.

La verdadera felicidad significa entenderse uno mismo, quien soy. Entonces debemos aprender a meditar, a cómo calmar la mente, cómo soltar el apego, cómo lograr la meditación mental, porque la meditación es la que nos da el entrenamiento mental. Así es como se puede llegar a un entendimiento y como se puede ver que te estás relajando, puedes ver que cada día te pones mejor, comienzas a decir: Ahora puedo estar unos minutos feliz. Luego puedes decir: Ahora puedo estar 20 minutos. Y luego una hora, y después, un día, tú puedes decir que te has vuelto feliz nuevamente.

Entonces lo que estoy haciendo es dar una clase, una enseñanza para que las personas entiendan. Si ustedes están aprendiendo de mi, pueden hablar de lo que yo doy. Las cosas buenas que son muy útiles las pueden compartir. Lo que yo no sepa, porque no tengo experiencias no es beneficioso, a lo mejor tú tienes más experiencias que yo y quizás tu eres mejor que yo en ese sentido. No lo sé.

Muchas personas piensan que las prácticas Budistas son solo andar pensando en uno mismo, pero realmente lo que uno hace es trabajar mentalmente, porque nosotros no somos perfectos

Boddhisattvas, -¡¡quizás tú eres uno de los perfectos Boddhisattvas!!--, pero comúnmente no podemos realizar prácticas de acciones puras como un Boddhisattva -sin ego, pero si podemos realizar aspiraciones mentales o trabajo mental, esta es la llamada acción mental. Uno piensa: “Yo quiero ayudar a muchos seres sensibles para que ellos tengan felicidad, es por esto que practico, no para mi sino para el beneficio de muchos seres sensibles”, esto es lo que llamamos tu aspiración. Luego con está práctica de aspiración tu mente se rebalsa con pensamientos positivos muy poderosos, tu mente está enviando buenos pensamientos, está enviando acción mental, y muchas personas se pueden sanar en este mundo con esto, no solo tu mismo.

Hay una bella historia de un Boddhisattva de 8° nivel, el Rey Maitreya (el Rey del Amor), similar a Maitreya Buddha, el Buddha del futuro. El era muy afectuoso y amoroso y compasivo. Todo el país, la región, era muy pacífica, nadie podía ser dañado. ¿Por qué? Ellos después analizaron esto y se dieron cuenta que esto era debido a la compasión del rey Maitreya, porque él siempre estaba dando buenos pensamientos, orando muy pacíficamente, por cada uno de ellos.

Entonces tú tienes que tratar de traer siempre buenos pensamientos, esto es importante. Los pensamientos negativos también trabajan, ellos pueden dañar, pero los buenos pensamientos te darán paz. Los buenos pensamientos siempre te dan paz, y los pensamientos malos te darán negatividad. Por lo tanto todo es trabajo mental. Entonces Amor...amor....amor, él era muy amoroso.

En las enseñanzas del Madyamaka se dice que si tu mente se vuelve paz, sin objetos externos, sin objetos internos, si tú no tienes ninguna fabricación o manifestación mental, entonces todo tu karma se termina, desaparece, porque tu mente se ha vuelto paz. Tú ya no tienes más elaboraciones o manifestaciones mentales. Entonces si vuelves a tener manifestaciones o elaboraciones nuevamente tienes karma y tu mente se vuelve otra vez como estando en el estado del Bardho. Entonces nuestras mentes tienen que volverse pacíficas, y luego podremos desarrollar el amor y la compasión y podremos hacer las prácticas puras del amor y la compasión.

Entonces en esta práctica podemos obtener paz, el fruto de esta práctica. Tal como Milarepa obtuvo el fruto de la práctica, claro que él entendió que su propia mente era paz, él vio la realidad, su mente se liberó de cualquier elaboración y se volvió amor y compasión, y eso es lo que se denomina el fruto. Entonces en esta práctica obtenemos ciertos frutos, pero no debemos perseguir estos frutos, solo así obtendremos el fruto. También esta práctica es buena en la transformación de la mente. Por ejemplo, yo tengo mis propias experiencias desde que era niño, cuando veía a las personas como fantasmas hambrientos, sin ropas, yo sentía compasión por ellos, gente con tanto sufrimiento, así que esta es mi experiencia con la que es fácil dar amor y compasión a otros seres. Si tú no tienes experiencias y te quedas confortablemente con tu vida entonces no conocerás el amor y la compasión, si tú no tienes estas experiencias entonces necesitarás de objetos para hacer la práctica porque te resultará difícil sentir tu propia mente.

Entonces no debemos pensar en contra de otros mentalmente. Algunas personas están regocijándose o disfrutando y otros viven una situación muy buena, debemos compartir su felicidad, no debemos traer los celos dentro de nosotros, necesitamos sentirnos como los demás, felices. Todos tenemos nuestras propias experiencias, si sentimos rabia o celos, entonces inmediatamente nos damos cuenta de que esto es temporal, que se detendrá en algún punto, y luego podremos cambiar nuevamente. Entonces es mejor sentir compasión y afecto en vez de quedarse pegados en el pensamiento negativo. Podemos practicar la renuncia, abandonando estas emociones aflictivas, entonces tú podrás sentir la compasión nuevamente. Podemos pensar de esta manera: viendo que si yo tengo sufrimiento y los demás seres también tienen sufrimiento, entonces yo debiera sentir compasión por ellos. Luego uno analiza, e investiga sobre este proceso, tu puedes decir: “¡Oh! Tuve un pensamiento negativo, esto no es bueno, así que es mejor que lo abandone”.

En los métodos budistas practicamos acerca de como podemos disolver nuestro propio sufrimiento, porque nadie quiere sufrir, todos quieren soltar el sufrimiento, entonces los budistas practican para liberarse del sufrimiento, para cambiar el sufrimiento y poner la felicidad allí, esa es la idea. Por lo tanto haciendo esta prácitca de Chenrezig, quizás durante ella o quizás después ustedes se volverán felices.

Entonces hacemos un poco de meditación, un poco de recitación del mantra, lo hacemos pacíficamente, como decirlo, solo relajándose.

El Estado de Generación.

Primero, en el estado de generación de esta práctica tántrica, estamos hablando del

Buddha interno, entonces esta generación del Buddha interno es pensar que uno es el mismo Buda de la Compasión, pensamos que somos iguales a él e inseparables de él, que nos transformamos en él durante la meditación. Aquí entienden que ustedes tienen a Buddha en su interior, que tienen el mandala en su interior, cuando reconocen a Buddha en su interior es que no tienen emociones aflictivas.

Si no reconocen esto, o si lo encuentran difícil, uno puede hacer dos tipos diferentes de visualización. Pueden practicar visualizando a Chenrezig en frente de ustedes, ven en frente de ustedes, por ejemplo, al Avalokiteshvara de 1,000 brazos. El segundo tipo es que visualizan que son exactamente como él, sus cuerpos son como el cuerpo de Avalokiteshvara, piensan que tienen todas sus preciosas cualidades dentro de ustedes mismos, que tienen la compasión de Chenrezig en su interior. Entonces el estado de generación es importante, en este estado somos Buddha, aquí ustedes ya no piensan más en sus cuerpos humanos naturales.

Así nos volvemos inseparables del Buddha de la Compasión, y todos los seres sensibles también se transforman en el Buda de la Compasión.

El significado de la flor de loto.

La flor de loto significa la pureza, el estado no manchado por el barro, no hay contaminaciones presentes, tal como la flor de loto se abre por sobre el barro, sin mancha. Esto representa que

Chenrezig nació en el mundo conflictivo y que el logró la iluminación allí, entonces el no obtuvo más contaminaciones del mundo conflictivo y se volvió amor y compasión, y regresó para ayudar a todos los otros seres sensibles.

Es vacuidad, esto es, no nacido y sin cesación, esta es la realidad, porque esta felicidad es de naturaleza permanente. Surgiendo interdependientemente y desde la vacuidad, ambas van y vienen, este es el lugar desde donde el Buddha de la Compasión emerge en la visualización.

Necesitan entender todos los símbolos en la tanka1, pero en un nivel superior de la realidad ustedes no necesitan ninguna tanka. Como cuando Milarepa hizo las prácticas de Yidams (deidades) sin nada allí en frente de él, porque su maestro lo introdujo a la deidad interna.

1 Estilo de pintura tibetana de un Yidam (deidad) en un trozo de tela.

El significado del cuerpo blanco, una sola cara, y los cuatro brazos.

Ahora antes de empezar entenderemos estos símbolos. El cuerpo blanco es lo que muestra que no hay karma presente, esto representa la pureza, y que tenga una sola cara significa la no dualidad de Samsara y Nirvana, que ambos están a un mismo nivel o son de un solo sabor. Los cuatro brazos significan los cuatro pensamientos inconmensurables.

Los otros significados.

Luego vemos la gema entre las manos al la altura del pecho de Chenrezig, que es el néctar que da beneficio a todos los seres y a los fantasmas hambrientos, este es la amrita (néctar) que dispersa el hambre y todo el sufrimiento. El mala de cristal en la mano derecha significa las bendiciones de todos los seres sensibles. Luego tenemos los muchos ornamentos (la corona, las joyas, los collares, etc.) esta es la verdadera felicidad de los reyes de Shambala, la que es posible incluso con cosas materiales adornando nuestra vida, este es el camino tántrico enseñado a los reyes de Shambala por Buddha.

Entonces hacemos el OM MANI PADME HUNG, porque el cuerpo está gozoso de felicidad.

OM MANI PADME HUNG tiene tantos significados distintos:

OM significa la purificación del Orgullo

MA significa la purificación de los Celos

NI significa la purificación del Apego

PAD significa la purificación de la Ignorancia

ME significa la purificación de la Avaricia

HUNG significa la purificación de la Rabia

También OM MANI PADME HUNG significa las seis paramitas o perfecciones de generosidad, moralidad, paciencia, perseverancia, concentración y meditación.

Entonces podemos pensar el mantra de esta forma pero si no conocen estos significados pueden hacer igual la meditación.

Así el significado del estado de generación, donde uno realiza la visualización y la recitación del mantra, es la acumulación de mérito. Estamos acumulando amor y compasión. Si ustedes realmente y profundamente comprenden el método (las enseñanzas y la práctica) entenderán la sabiduría, porque sin esta acumulación de amor y compasión, nosotros no podemos lograr el entendimiento de la sabiduría. Se dice aquí que ustedes no entenderán la iluminación profunda, claro que pueden lograr la iluminación pero no al nivel más profundo.

Mi maestro siempre dice que tenemos que tener siempre compasión, siempre. Que no debemos caer en el camino individual de la realización solitaria, sino que debemos transitar conjuntamente el método del amor y la compasión por todos los demás, y la sabiduría.

El estado de contemplación.

Esto es permanecer en el estado de Mahamudra, la disolución donde no hay fabricaciones o elaboraciones en nuestras mentes, todo es tan pacífico, permanecemos en paz aquí, en un nivel superior.

Entonces es bueno escuchar una enseñanza y luego practicar meditación, pero si ustedes no entienden estas enseñanzas intelectuales ustedes no lograrán la iluminación. Tal como Milarepa, que escuchó de su maestro Marpa todas las enseñanzas y luego practicó la meditación, y luego de esto logró la iluminación, entonces con su práctica de meditación su mente se volvió inseparable de las enseñanzas.

Yo les enseño primero pero no los fuerzo a practicar, no les digo que lo hagan. Ustedes sentirán las enseñanzas, esto espontáneamente surgirá, y un día dirán: “Oh, siento que ahora puedo meditar”. Esto sucederá espontáneamente. Mi maestro siempre dice que si el gozo surge tómalo, si algo negativo aparece, abandónalo. Cuando uno practica debe hacerlo con equilibrio, no muy apegado a las cosas y no rechazándolas mucho, esto hace que tu mente se vuelva ecuánime, más positiva, no fijada en ningún lado.

Ahora practicaremos, ¿ok?

(Esta enseñanza fue dada por el Venerable Khenpo Phuntzok Tenzin Rinpoche del linaje Budista Tibetano Drikung Kagyu en Santiago de Chile en Noviembre de 2004. Khenpo se encuentra enseñando en Santiago desde el año 1996 con su bondad amorosa a todos los que desean aprender. También atiende, con sus enseñanzas, las Sanghas Drikung Kagyu de Lima, Perú, y Buenos Aires, Argentina)

Fue transcrita por Juan Andrés Delmastro de la Sangha Drikung Kagyu de Santiago, Chile, el 16 de Noviembre del 2004).
En: www.movimientorime.cl

Ser o no ser budista: los cuatro sellos



¿Qué es lo que te hace ser Budista?

por Dzongsar Jamyang Khyentse Rinpoche

Para el maestro Dzongsar Jamyang Khyentse, no es la ropa que usas, ni las ceremonias que realizas ni la meditación que haces. No es lo que comes ni lo que bebes, tampoco es con quién tienes relaciones sexuales. Sino que se trata de comprender y estar verdaderamente de acuerdo con los cuatro descubrimientos fundamentales que hizo el Buda bajo el árbol Bodhi, y si así lo haces, puedes considerarte Budista.

Una vez, viajando en avión, estaba sentado en el asiento del medio en la fila del medio en un vuelo trasatlántico, el hombre sentado a mi lado tratando de ser amigable, y viendo mi cabeza afeitada y mi polera burdeos, supuso que yo era budista. Cuando sirvieron la comida, en un gesto de consideración él me ofreció pedir comida vegetariana para mí. Habiendo asumido correctamente que yo era budista, también asumió que no como carne. Ese fue el comienzo de nuestra conversación. El vuelo era largo, así que para matar el aburrimiento, nos pusimos a hablar de Budismo.

Con el tiempo me he dado cuenta que generalmente las personas asocian el Budismo y los Budistas con cosas como paz, meditación y no violencia. De hecho, muchos piensan que los hábitos azafranes o burdeos y un rostro sonriente es todo lo que hace falta para ser Budista. Como budista que soy, me enorgullezco de esta reputación, en especial en lo que se refiere a la no violencia, que es algo muy raro en estos tiempos de guerra y violencia, y, en particular, violencia religiosa. En el curso de la historia de la humanidad, la religión pareciera engendrar brutalidad. Incluso en la actualidad, la violencia religiosa extrema domina las noticias. Sin embargo, pienso que puedo decir con confianza que hasta el momento los budistas no nos hemos deshonrado a nosotros mismos. La violencia jamás ha tenido un lugar en la difusión del Budismo.

Con todo, como budista, también me siento un poco descontento cuando el Budismo se asocia con nada más que el vegetarianismo, la no violencia, la paz y la meditación. El príncipe Siddharta, quien sacrificó todas las comodidades y lujos de la vida palaciega, debió haber estado buscando algo más que sólo tranquilidad y arbustos cuando salió para descubrir la iluminación.

Suele suceder que nos encontramos con personas que nos preguntan ¿Qué es lo que hace que pueda decirse que una persona es Budista? Esta es la pregunta más difícil de responder. Si la persona está realmente interesada, una respuesta completa requiere mucho más que una simple conversación durante la cena y, por otra parte, las generalizaciones pueden llevar a malos entendidos y a generar confusión.

Supongamos que le damos la verdadera respuesta, la respuesta que apunta a las bases mismas de esta tradición de más de 2.500 años. Se es Budista si se aceptan los siguientes cuatro hechos:

  • Todas las cosas compuestas son impermanentes.
  • Todas las emociones son sufrimiento.
  • Todas las cosas carecen de existencia inherente.
  • Nirvana está más allá de los conceptos.

Estas cuatro afirmaciones, señaladas por el mismo Buda, se conocen como "los cuatro sellos". Tradicionalmente, la expresión "sello" se refiere a una especie de marca o distintivo que confirma la autenticidad. Aun cuando se considera que los cuatro sellos abarcan todo lo que conlleva el Budismo, las personas no parecen querer escuchar sobre ellas. Sin una explicación más detallada, en muchos casos sólo sirven para desanimar sin inspirar un mayor interés en quien realizó la pregunta. Cambia el tema de la conversación y ese sería el fin del asunto anterior.

El mensaje que contienen los cuatro sellos es para ser entendido literalmente, no metafóricamente ni místicamente, y es para ser tomado seriamente. Pero estos sellos no son decretos ni mandamientos. Al reflexionar un poco, nos damos cuenta que no tienen nada de moralista o ritualista. No se dice nada acerca de conductas buenas o malas. Podríamos decir que son verdades seculares basadas en la sabiduría, y la sabiduría es la principal preocupación de un budista. La moral y la ética son secundarias. Fumar un cigarro y tontear un poco no impiden que una persona pueda ser budista. No obstante, esto no significa que tengamos licencia para hacer lo que queramos o para que seamos inmorales.

A grandes rasgos, la sabiduría proviene de una mente que posee lo que los budistas llamamos "correcta visión". Pero no es necesario que uno se considere budista para tener correcta visión. En último sentido, es esta visión la que determina nuestra motivación y nuestra acción. Es la visión la que nos guía en el camino del Budismo. Si podemos adoptar conductas sanas además de los cuatro sellos, eso nos hace ser mejores budistas. ¿Pero qué hace que una persona no sea budista?

Si no puedes aceptar que todas las cosas compuestas o fabricadas son impermanentes, si crees que existe alguna clase de sustancia esencial o concepto que es permanente, entonces no eres Budista.

Si no puedes aceptar que todas las emociones son sufrimiento, si crees realmente que algunas emociones son sólo placer y nada más, entonces no eres budista.

Si no puedes aceptar que todos los fenómenos son ilusorios y vacíos, si crees que ciertas cosas existen de manera inherente [por sí mismas, independientemente], entonces no eres budista.

Y si piensas que la iluminación existe dentro de las esferas del tiempo, el espacio y el poder, entonces no eres budista.

Entonces, ¿qué hace que seas budista? Puede que no hayas nacido en un país budista o en una familia budista, puede que no uses hábitos de monje ni que te afeites la cabeza, puede que comas carnes y seas fan de Eminem y Paris Hilton. Eso no significa que no puedas ser budista. Para poder ser budista, tienes que aceptar que todos los fenómenos compuestos son impermanentes, que todas las emociones son sufrimiento, que todas las cosas carecen de existencia inherente, y que la iluminación está más allá de los conceptos.

No es necesario estar constante e incesantemente recordando estos cuatro sellos. Pero ellos deben residir en tu mente. Cuando caminas durante el día, no andas recordando a cada rato tu nombre, sin embargo, cuando alguien te pregunta cuál es tu nombre, lo recuerdas instantáneamente. No hay dudas en tu respuesta. Cualquiera que acepte estos cuatro sellos, aun independientemente de las enseñanzas de Buda, aun cuando nunca haya escuchado el nombre del Buda Shakyamuni, puede considerarse que está en el mismo camino que él.

La belleza lógica de los cuatro sellos

Consideremos, por ejemplo, la generosidad. Cuando recién empezamos a realizar el primer sello - la impermanencia -, vemos todo como transitorio y sin valor, como si todo fuera parte de un paquete de donación al Ejército de Salvación. No tenemos necesariamente que dar y deshacernos de todo, pero no tenemos apego ni aferramiento a las cosas. Cuando reconocemos que todas nuestras posesiones son fenómenos compuestos impermanentes, a las que no podemos aferrarnos por siempre, la generosidad ya está prácticamente casi lograda.

Al entender el segundo sello, es decir, que todas las emociones son sufrimiento, vemos que el avaro, el yo, es el principal responsable, proveyéndonos con nada más que una sensación de pobreza. Por tanto, al no apegarnos ni aferrarnos al yo, no encontramos razón alguna para aferrarnos a nuestras posesiones y, entonces, ya no sufrimos más de avaricia. La generosidad se transforma en un acto de alegría.

Al realizar el tercer sello, que todas las cosas carecen de existencia inherente, reconocemos la inutilidad del aferrarse; porque cualquier cosa a la que nos aferremos, carece de naturaleza verdaderamente existente. Es como si tuviéramos un sueño donde estamos repartiendo un billón de dólares a la gente que pasa por la calles. Puedes dar generosamente porque es un "dinero de sueño o soñado" [irreal, ilusorio] y, aún así, eres capaz de obtener diversión de esa experiencia. La generosidad basada en estas tres visiones, inevitablemente nos hace darnos cuenta de que no hay una meta. No es un sacrificio que soportamos con el fin de obtener reconocimiento o para asegurarnos un mejor renacimiento.

La generosidad sin estar etiquetada con un precio, sin expectativas o límites, nos permite vislumbrar la cuarta visión o sello, que es que la liberación, la iluminación, está más allá de los conceptos [condiciones].

Si midiéramos la perfección de una acción virtuosa, tal como la generosidad, según estándares materiales --cuánta pobreza logra eliminar--, nunca podríamos alcanzar la perfección. La pobreza y los deseos de las personas pobres son infinitos. Incluso los deseos de una persona adinerada son infinitos; de hecho, los deseos de los seres humanos nunca pueden ser satisfechos completamente. Pero según Siddharta, la generosidad debe ser medida por el nivel de apego que uno tiene a aquello que se está dando y al "yo" que lo está dando. Una vez que haz reconocido que el yo y todas sus posesiones son impermanentes y que no tienen una naturaleza verdaderamente existente, tendrás desapego, y esa es la perfección de la generosidad o una generosidad perfecta. Por esta razón, la primera acción que se incentiva en los sutras budistas es la práctica de la generosidad.

Un entendimiento más profundo del karma, la pureza y la no violencia.

El concepto de karma, también cae dentro de estos cuatro sellos. Cuando se reúnen determinadas causas y condiciones, y no hay obstáculos, las consecuencias o efectos se producen. La consecuencia es karma. Este karma es acumulado a través de la conciencia --la mente, o el yo--. Si este "yo" actúa con ira o agresividad, se genera karma negativo. Si un pensamiento o acción es motivado por amor, tolerancia, y el deseo de que los demás sean felices, se genera karma positivo.

No obstante, la motivación, la acción y el karma resultante son como un sueño, una ilusión. Trascender el karma, positivo y negativo, es nirvana. Toda acción así llamada positiva, que no esté basada en estos cuatro sellos, es sólo rectitud o virtud; pero no es en un sentido último, el camino de Siddhartha. Aún si dieras de comer a todos los seres hambrientos del mundo, si actúas en completa ausencia de estos cuatro sellos, entonces sólo será una semilla positiva, pero no el camino a la iluminación. De hecho, es posible que haya sido un acto recto dirigido a alimentar y fortalecer el ego.

Es debido a estos cuatro sellos que los budistas pueden practicar la purificación. Si uno piensa que se ha manchado con karma negativo o que es débil de carácter o "pecador", y se frustra por ello, si piensa que esos obstáculos siempre entorpecen el camino de la realización, entonces uno puede encontrar consuelo en saber que ellos son compuestos y por tanto impermanentes y, por lo mismo, purificables. Por otra parte, si uno siente que carece o le falta habilidad o mérito, puede encontrar consuelo en saber que el mérito puede ser acumulado mediante la realización de actos positivos, porque la falta de mérito es impermanente y, por tanto, modificable.

La práctica Budista de no violencia, no es simple sumisión acompañada de una sonrisa o una actitud dócil. La principal causa de la violencia es el aferramiento que uno pueda tener por una idea extrema, tal como la justicia o la moralidad. Esta fijación, generalmente proviene de un hábito de mantener visiones dualistas, tales como bueno y malo, feo y hermoso, moral e inmoral. La inflexible creencia de superioridad moral de uno mismo, consume todo el espacio que podría permitir la empatía hacia los demás. Se pierde la sanidad. Al comprender que todas estas visiones o valores son compuestos e impermanentes, tal como lo es la persona que los sostiene, la violencia es abandonada y dejada a un lado. Cuando no tienes ego, no tienes aferramiento a un yo, entonces, jamás hay razones para ser violento. Cuando comprendemos que nuestros enemigos están bajo la poderosa influencia de su propia ignorancia y agresividad, cuando comprendemos que están atrapados en sus hábitos, se hace mucho más fácil perdonarlos por sus molestos comportamientos y acciones. De manera similar, si una persona de un hospital psiquiátrico nos insulta, no tiene sentido que nos enojemos. Cuando trascendemos la creencia en los extremos del dualismo, hemos trascendido las causas de la violencia.

Los cuatro sellos: un conjunto unitario... un pack

En el Budismo, toda acción que establezca o refuerce los cuatro sellos o visiones, es un recto camino. Incluso las prácticas aparentemente ritualistas, tales como encender incienso o prácticas meditacionales esotéricas y mantras, están diseñadas para ayudarnos a enfocar nuestra atención en uno o en todos los sellos.

Cualquier cosa que contradiga los cuatro sellos, incluyendo las acciones que puedan parecer amorosas y compasivas, no forman parte del camino. Incluso la meditación en la vacuidad puede volverse pura negación, nada más que un camino nihilista, si no ésta en concordancia con los cuatro sellos.

Decimos que estos sellos son "verdades" porque simplemente son hechos. No son creaciones ni elaboraciones; no son una revelación mística del Buda. No son cosas que se hicieron válidas sólo después de que el Buda las enseñara. Vivir en base a estos principios no es un ritual ni una técnica. No pueden ser calificadas de morales o éticas, y nadie puede apropiárselas como patrimonio exclusivo. No existe tal cosa como un "infiel" o un "blasfemo" en el Budismo, porque no hay nadie ante quien rendir fe, insultar o dudar. Con todo, aquellos que no son concientes de o no reconocen estos cuatro hechos/sellos, son considerados ignorantes por los budistas. Tal ignorancia no es causa de juicio moral. Si alguien no cree que los seres humanos llegaron a la luna, o piensa que la Tierra es plana, un científico no diría que esa persona es un blasfemo, sino simplemente ignorante. De la misma forma, si alguien no reconoce estos cuatro sellos, no es un infiel. De hecho, si alguien lograra probar que la lógica de estos cuatro sellos es defectuosa, que el apego al yo en realidad no es sufrimiento, o que algunos elementos desafían la impermanencia, entonces los budistas deberían de buena gana seguir ese camino. Y esto es así porque lo que buscamos es la iluminación, y la iluminación significa la realización de lo verdadero. Sin embargo, en todos estos siglos no ha surgido ninguna prueba que invalide estos cuatro sellos.

Si ignoras estos cuatro sellos, pero insistes en considerarte budista nada más que por un enamoramiento con las tradiciones, entonces eso sería una devoción superficial. Los maestros Budistas piensan que cualquiera sea la etiqueta que elijas para definirte a ti mismo, a menos que tengas fe en estos sellos, continuarás viviendo en un mundo ilusorio, creyéndolo sólido y real. Aunque tal creencia puede proveer temporalmente la dicha de la ignorancia, al final siempre conduce a alguna forma de inquietud o angustia. Gastarás todo tu tiempo solucionando problemas y tratando de deshacerte de la inquietud. Tu constante necesidad de solucionar problemas se convertirá en una especie de adicción. ¿Cuántos problemas has solucionado sólo para ver cómo empiezan a surgir otros? Si eres feliz con este ciclo, entonces no tienes motivo para quejarte. Pero cuando te das cuenta que nunca llegarás a un final en este solucionar problemas, ese es el comienzo de la búsqueda de la verdad interior. Si bien el Budismo no es la respuesta a todos los problemas temporales e injusticias sociales del mundo, si ocurre que estás en búsqueda y sucede que tienes química con Siddhartha, entonces puede que encuentres que estos sellos tengan sentido. Si ese es el caso, deberías considerar en seguirlo seriamente.

La riqueza dentro de la renuncia

Como seguidor de Siddhartha, no tienes necesariamente que imitar todas y cada una de sus acciones --no necesitas irte a escondidas mientras tu esposa está durmiendo--. Muchas personas piensan que Budismo es sinónimo de renuncia, de abandonar y dejar atrás el hogar, la familia y el trabajo, adoptando el camino de un asceta. Esta imagen de austeridad en parte se debe al hecho que un gran número de Budistas veneran a los mendicantes de los textos y enseñanzas Budistas, así como los Cristianos admiran a San Francisco de Asís. No podemos evitar impresionarnos ante la imagen del Buda caminando a pie en Magadha con su cuenco de mendicante, o ante la imagen de Milarepa en su cueva, subsistiendo a base de sopa de ortigas. La serenidad de un sencillo monje burmés [birmano] aceptando limosnas, cautiva nuestra imaginación.

Pero también existe toda una completa y diferente variedad de seguidores del Buda: el Rey Ashoka, por ejemplo, quien bajó de su carruaje real, adornado con perlas y oro, y proclamó su deseo de difundir el buddhadharma a través del mundo. Se arrodilló en el suelo, tomó un puñado de arena, y prometió que construiría tantas estupas como granos de arena hubiesen en su mano. Y de hecho mantuvo su promesa. De modo que uno puede ser un rey, un comerciante, una prostituta, un drogadicto, o el jefe ejecutivo de una oficina y, aún así, aceptar y reconocer los cuatro sellos. En esencia, no es el acto de dejar atrás el mundo material lo que los budistas abrigan, sino la habilidad de ver nuestro aferramiento habitual a este mundo y a nosotros mismos, y renunciar a ese aferramiento.

A medida que comenzamos a entender los cuatro sellos, no nos deshacemos necesariamente de las cosas; sino que empezamos a cambiar nuestra actitud hacia ellas, y, por tanto, también cambia su valor. El sólo hecho de que poseas menos cosas que otras personas, no quiere decir que seas más puro moralmente o más virtuoso. De hecho, la humildad misma puede ser una forma de hipocresía. Cuando comprendemos la falta de esencia y la impermanencia del mundo material, la renuncia deja de ser una forma de auto-flagelación. No significa que seamos duros con nosotros mismos. La palabra "sacrificio" cobra un sentido diferente. Teniendo este entendimiento, todas las cosas se vuelven tan significativas como la saliva que escupimos al suelo. No, nosotros no somos sentimentales con la saliva. La pérdida de esa clase de sentimentalismo es un camino de dicha/gozo, sugatha. Cuando la renuncia es entendida como gozo, las historias de muchas otras princesas indias, príncipes y líderes militares que alguna vez renunciaron a sus vidas de palacio se vuelven simplemente extravagancias.

Este amor por lo verdadero y esta veneración por los buscadores de lo verdadero es una antigua tradición en países como la India. Incluso en la actualidad, en vez de menospreciar a los renunciantes, la sociedad India los venera con el mismo respeto con el que nosotros veneramos a los profesores de Harvard y Yale. Aun cuando la tradición se está perdiendo en esta época de dominio de la cultura corporativa, todavía puede encontrarse sadhus desnudos, cubiertos de cenizas, que han abandonado la práctica de las leyes del éxito para volverse mendicantes vagabundos. Me llega a poner la piel de gallina el ver como la sociedad India respeta a estas personas, en vez de ahuyentarlos como si fuesen mendigos desgraciados o pestes (...) En vez de venerar lo verdadero y venerar a los sadhus, esta es una época que venera los billboards y la liposucción.

Adoptando la sabiduría, abandonando las morales distorsionadas

Al leer todo lo anterior, puede que estés pensando: "Yo soy generoso y no tengo mucho apego a mis cosas". Y puede que sea cierto que no seas avaro, pero en medio de tus generosas actividades, si alguien llega y se va con tu lápiz preferido, es muy probable que te molestes tanto que te den ganas de arrancarle una oreja. O puede que te sientas totalmente descorazonado si alguien te dice: "¿Eso es todo lo que puedes dar?". Cuando damos, solemos quedar atrapados en la noción de "generosidad". Nos aferramos al resultado --si no es un buen renacimiento, al menos el reconocimiento en esta vida, o tal vez sólo una placa en el muro. También he conocido muchas personas que creen que son generosas sólo porque han dado dinero a cierto museo, o incluso a sus propios hijos, de quienes esperan una lealtad de toda la vida.

Si no es acompañada por los cuatro sellos o visiones, la moralidad puede –igualmente-- distorsionarse. La moralidad alimenta el ego, llevándonos a volvernos puritanos y a juzgar a otros cuya moralidad es diferente a la nuestra. Fijados y aferrados a nuestra versión de la moralidad, menospreciamos y miramos en menos a los demás y tratamos de imponerles nuestra ética, aunque eso signifique quitarles su libertad. Shantideva, el gran erudito y santo indio, quien fue príncipe pero abandonó su reino, enseñó que es imposible para nosotros evitar no encontrarnos con alguna cosa no virtuosa, pero si aplicamos aunque sea uno solo de los cuatro sellos, estaremos protegidos de toda no virtud.

Si piensas que todo Occidente es en cierta manera satánico o inmoral, será imposible de conquistar y rehabilitar, pero si dentro de ti tienes tolerancia, eso equivale a una conquista. No puedes cubrir la tierra entera para que sea más suave al caminar con tus pies desnudos, pero al usar zapatos te proteges a ti mismo de toda superficie áspera, dura o molesta.

Si podemos entender los cuatro sellos no sólo intelectualmente, sino además en nuestra experiencia, comenzaremos a liberarnos de la fijación a las cosas que son ilusorias. Esta libertad es lo que llamamos sabiduría. Los budistas veneramos la sabiduría por encima de todo lo demás. La sabiduría abarca y permea la moralidad, el amor, el sentido común, la tolerancia y el vegetarianismo. La sabiduría no es un espíritu divino que buscamos en un lugar fuera de nosotros. Primero la invocamos a través del escuchar las enseñanzas sobre los cuatro sellos --no aceptándolos lisa y llanamente, sino analizándolos y contemplándolos. Si estás convencido de que este camino aclarará parte de tu confusión y que te proveerá algún alivio, entonces puedes empezar a poner en práctica la sabiduría.

En uno de los métodos más antiguos de enseñanza Budista, el maestro da a sus discípulos un hueso y la instrucción de contemplar su origen. A través de esta contemplación, eventualmente el discípulo ve el hueso como el resultado final del nacimiento, el nacimiento como el resultado final de la formación kármica, la formación kármica como el resultado final del deseo, etc. Convencidos a fondo por la lógica de la causa, condición y efecto, empiezan a aplicar atención plena a cada situación y a cada momento. Esto es lo que conocemos como meditación. Las personas que nos traen esta clase de información y entendimiento son venerados como maestros, porque aun cuando ellos tienen una profunda realización y podrían vivir felizmente en el bosque, están dispuestos a quedarse entre nosotros y explicar la visión a aquellos que todavía están en la oscuridad. Debido a que esta información nos ayuda a liberarnos de todo tipo de contratiempos, tenemos una apreciación instantánea por quien nos da la explicación. Por este motivo, como budistas rendimos homenaje al maestro.

Una vez que has aceptado la visión de manera intelectual, puedes aplicar cualquier método que profundice tu entendimiento y realización. En otras palabras, puedes utilizar cualquier técnica o práctica que te ayude a transformar tu hábito de pensar que las cosas son sólidas, en el hábito de reconocerlas como compuestas, interdependientes, e impermanentes. Esto es la verdadera meditación y práctica Budista, no sólo sentarse como si fueses un pisapapeles.

Aunque sabemos intelectualmente que vamos a morir, este conocimiento puede verse eclipsado por algo tan pequeño como un cumplido casual. Alguien hace un comentario sobre lo lindo que se ven los nudillos de nuestras manos, y al instante siguiente ya estamos tratando de encontrar formas de conservar estos nudillos. De pronto, repentinamente, sentimos que tenemos algo que podemos perder. En la actualidad, estamos constantemente bombardeados con muchas cosas nuevas por perder y por ganar. Más que nunca necesitamos contar con métodos que nos recuerden y nos ayuden a acostumbrarnos a la visión, tal vez colgar un hueso humano en el espejo retrovisor, si no afeitarnos la cabeza y retirarnos en una cueva. Combinadas con estos métodos, la ética y la moral se vuelven muy útiles. La ética y la moral puede que sean secundarias en el Budismo, pero son importantes en cuanto nos acerquen a lo verdadero. Pero aunque alguna acción pueda parecer virtuosa y positiva, si nos aleja de los cuatro sellos, el mismo Siddhartha advirtió que la abandonemos.

El té y la taza: la sabiduría dentro de la cultura

Los cuatro sellos son como el té, mientras que todos los medios para actualizar o realizar estos sellos/verdades --prácticas, rituales, tradiciones, y características culturales-- son como la taza. Los medios hábiles y los métodos son observables y tangibles, pero la verdad o lo verdadero, no lo es. El desafío es no dejarse llevar por la taza. Las personas suelen estar más inclinadas a sentarse derechamente en un lugar tranquilo, en el cojín de meditación, que a contemplar qué vendrá primero, el día de mañana o la próxima vida. Las prácticas externas son perceptibles, de manera que la mente es rápida en etiquetarlas como "Budismo", mientras que la noción de que "todas las cosas compuestas son impermanentes" no es tangible y es difícil de etiquetar. Es irónico el hecho que la evidencia de la impermanencia está a nuestro alrededor en todas partes, sin embargo, no se nos hace evidente.

La esencia del Budismo trasciende la cultura, pero es practicado por muchas diferentes culturas, las cuales utilizan sus tradiciones como la taza que contiene y sostiene las enseñanzas. Si los elementos de estas identidades o formas culturales, ayudan a otros seres sin causar daño, y si no contradicen los cuatro sellos, entonces Siddhartha alentaría tales prácticas.

A través de los siglos, se han producido muchísimas clases y estilos de tazas, y por muy buenas que sean las intenciones detrás de ellas, y por muy bien que ellas puedan funcionar, se vuelven un estorbo si nos olvidamos del té que hay dentro. Aun cuando su propósito es contener la verdad, tendemos a enfocarnos mayormente en los medios que en el resultado.

Así, las personas van de un lado a otro con tazas vacías, u olvidan beber su té. Nosotros, los seres humanos, podemos quedar hechizados o al menos distraídos, por la ceremonia y lo pintoresco de las prácticas culturales Budistas. El incienso y las velas son cosas exóticas y atractivas; la impermanencia y la ausencia de yo [ausencia de existencia inherente] no los son. El mismo Siddhartha dijo que la mejor forma de veneración es simplemente recordar el principio de la impermanencia, el sufrimiento de las emociones, que los fenómenos carecen de existencia inherente, y que nirvana está más allá de los conceptos.

Ahora que el Budismo está floreciendo en Occidente, he escuchado de personas que están alterando las enseñanzas Budistas para hacerlas encajar en el pensamiento moderno. Si hay algo que pueda adaptarse, eso serían los rituales y los símbolos, no la verdad misma. El mismo Buda dijo que su disciplina y sus métodos deben ser adaptados apropiadamente según la época y el lugar. Pero los cuatro sellos no necesitan ser adaptados o modificados, y es imposible hacerlo de ninguna manera. Puedes cambiar la taza, pero el té permanece puro. Después de haber sobrevivido 2.500 años y haber viajado más de 10 mil kilómetros desde el árbol Bodhi en la India hasta Times Square en la ciudad de New York, la noción de que "todas las cosas compuestas son impermanentes" sigue siendo aplicable. La impermanencia sigue siendo impermanencia en Times Square. No puedes distorsionar ni acomodar estos cuatro sellos; no existen excepciones sociales o culturales.

Practicando la armonía

Dejando a un lado las verdades profundas, hoy en día incluso las verdades más prácticas y evidentes son ignoradas. Somos como monos que habitamos en el bosque y defecamos en cada rama de la que nos colgamos. Todos los días escuchamos a las personas hablando acerca del estado de la economía, sin reconocer la conexión entre la recesión y la avaricia. Debido a la avaricia, los celos y el orgullo, la economía jamás se volverá lo suficientemente fuerte para asegurar que toda persona tenga acceso a la satisfacción de las necesidades básicas de la vida. El lugar que habitamos, la Tierra, cada vez se contamina más. He conocido gente que condena a los antiguos gobernantes y emperadores, y a las antiguas religiones como la fuente de todos los conflictos. Pero el mundo moderno y secular no la hecho nada mejor; y si es que ha hecho algo, eso ha sido empeorar las cosas. ¿Qué es lo el mundo moderno ha hecho mejor? Uno de los principales efectos que han producido la ciencia y la tecnología es la capacidad de destruir el mundo más rápidamente. Muchos científicos creen que todos los sistemas vivientes y todos los sistemas que soportan y alimentan la vida en la Tierra se están deteriorando.

Es hora que las personas, nosotros mismos, le dediquemos algunos momentos a la reflexión sobre temas espirituales, aun cuando no tengamos tiempo para sentarnos en un cojín, aun cuando nos avergoncemos de dar a conocer nuestras inclinaciones religiosas a nuestros amigos seculares.

Contemplar en la naturaleza impermanente de todo lo que experimentamos y en las dolorosas consecuencias del apego al yo, nos brinda paz y armonía --si no a todo el mundo, al menos a nuestra propia esfera--.

Nota: Texto de Dzongsar Jamyang Khyentse Rinpoche "What Makes You a Buddhist?" Shambhala Sun, Enero de 2007

(http://www.shambhalasun.com/index.php?option=com_content&task=view&id=3025&Itemid=0),

Traducido por Yeshe Jungne, para beneficio de todos los seres sintientes.

Revisión de estilo: Konchok Dondup, para beneficio de todos los seres sensibles.

En: http://www.movimientorime.cl/


Dzongsar Jamyang Khyentse nació en Bután en 1961. Es discípulo de Khenpo Appey Rinpoche y reconocido como encarnación de Jamyang Khyentse Chokyi Lodro, venerado Maestro de la escuela Sakya, a la que pertenece el Lama, como al movimiento Rime. Dirige el conocido Monasterio Dzongsar (en la occidental provincia china de Sichuán) y la Escuela Dzongsar y es responsable de la educación de miles de monjes que viven en diferentes monasterios e institutos de Asia, siendo reconocido como defensor de la pureza de las enseñanzas budistas. Ha escrito y dirigido las películas “La copa” (Cámara de Oro en el Festival de Cannes 1999) y “Viajeros y magos” (primer film debutan), además de “Palabras de mi perfecto Maestro: La película”. En español se puede encontrar su libro Tú también puedes ser budista. Ed. Kairós (ISBN 978-84-7245-657-0)