viernes, 12 de julio de 2013

Lama Jigme Lhawang
Meditación y Rituales Budistas; Documento de Investigación
Universidad de Katmandú, Centro de Estudios Budistas
9 de Abril de 2012


Todo el camino del budismo puede ser comprendido por medio de un marco de referencia conocido como los tres entrenamientos: el entrenamiento en la disciplina, en la concentración y en la sabiduría. Se dice que la sabiduría no surge sin concentración, y la concentración, a la vez, no se alcanza en la ausencia de disciplina. En el camino budista son esenciales dos cualidades mentales para poder emprender estos entrenamientos: atención plena*y sabiduría. Sin sabiduría uno no puede discernir qué adoptar y qué evitar en el camino espiritual. En la ausencia de atención plena, no se tiene la conciencia y la vigilancia necesarias para observar la propia mente y cultivar lo que es virtuoso y abandonar lo no virtuoso. Sin embargo, aun cuando son consideradas como cualidades mentales de un camino gradual, la atención plena y la sabiduría son igualmente el resultado del camino, cuando se consideran como las cualidades naturales en las que mora el Buda, descritas en las tres aplicaciones de la atención plena del Buda.[i] Una vez que la mente del Buda no se encuentra en la dualidad y “ve” la realidad como es, por medio de la atención plena y la sabiduría, estas cualidades originales son, en último término, inseparables. Desde el punto de vista relativo, por medio del lente convencional, se perciben como si tuviesen diferentes aspectos. Sin embargo, desde el punto de vista último, son co-emergentes. Cuando hay sabiduría, hay atención plena. Una vez que la atención plena está presente, la cualidad esencial de la sabiduría está ahí inseparablemente. La relación entre la atención plena y la sabiduría es lo que será investigado en este documento.
 El camino budista presenta diferentes acercamientos, de acuerdo con las distintas capacidades y predisposiciones de los seres. De acuerdo con estas distintas capacidades se enseñaron dos caminos: el gradual (tib. rim bzhin pa) y el súbito (tib. cig car ba). Para aquel en el camino gradual, “el camino implica eliminar las obstrucciones, pero también requiere adquirir o construir cuidado-samente las cualidades que, eventualmente, resultan en el estado del Buda.”[ii] Para aquel en el camino súbito, “el progreso a lo largo del camino implica mayormente eliminar las oscuridades que impiden a nuestro estado de Buda innato emerger.”[iii] Aquí, la atención plena y la sabiduría serán planteadas principalmente por la tradición gradual de Abhidharma y por la tradición súbita del Mahamudra, conjuntamente con sus interconexiones.
En el contexto del Abhiddharma el concepto de atención plena es generalmente una traducción del sánscrito smṛtiḥ (tib. dran pa). Se considera un evento mental y se define como el aspecto de la mente que funciona para mantener la mente en un objeto, sin dejar que ésta se olvide del objeto o se aleje de él por la distracción.[iv] Además, George Dreyfus señala que en la tradición del Abhidharma, “la atención plena debe distinguir los estados mentales saludables de aquellos que no lo son.”[v] Así, es un significado cognitivo y de evaluación que implica “retención de información y también prospección (exploración de posibilidades futuras basada en indicios presentes) en relación con las metas espirituales.”[vi] En cuanto a la sabiduría, tiene dos aspectos, el dual y el no dual. El aspecto dual de la sabiduría es una traducción de la palabra sánscrita prajñā (tib. shes rab). Se considera un evento mental y se define como “el discernimiento perfecto y completo de todos los fenómenos.”[vii] Así, como evento mental de discernimiento, está permeado por la dualidad sujeto-objeto. El aspecto no dual de la sabiduría es una traducción del término sánscrito jñāna (tib. ye shes). Es la forma natural y no dual en la que permanece la mente y se define como una cualidad de conocimiento que está presente en el origen, libre de toda elaboración mental.[viii]
Si hablamos convencionalmente, dentro del marco de referencia de la tradición gradual, la atención plena y la sabiduría pueden cultivarse de formas aparentemente distintas, aunque a fin de cuentas están interrelacionadas. Una forma meditativa en la que el Buda utilizaba el cultivo de la atención plena se presenta en el ‘Sutta Anapanasati’ (El Discurso sobre la Atención Plena de la Respiración).[ix] Cuando uno dirige calmadamente la atención a la respiración, surge más y más una familiaridad con el movimiento presente de la respiración. Uno comienza a familiarizarse con la estabilidad de la propia mente, en la que las distracciones y la divagación ya no resultan tan atractivas. Éste es el aspecto de la atención plena de la ‘familiaridad’. Al cultivar la atención plena de la respiración, uno se estabiliza y es consciente constantemente de lo que se está haciendo en el momento presente, recordando mantener la propia mente en la respiración. Este es el aspecto de la atención plena del ‘recordatorio’. Al familiarizarse con la respiración, si uno se distrae, recordando regresa la atención a ella; finalmente se alcanza un estado continuo de no olvido. Conforme uno se estabiliza, un continuo de atención plena se convierte en el fundamento para desarrollar una no distracción de la mente ininterrumpida. Uno pone la mente en la respiración y de una forma natural y sin esfuerzo permanece ahí. Ésta es la ‘fuerza’, el tercer aspecto de la atención plena. Una vez que la cualidad natural estable e inamovible de la mente está presente, surge la claridad mental. Esta claridad mental percibe y distingue todos y cada uno de los fenómenos de los que está consciente, de una forma acuciosa y directa.[x] Éste es el aspecto de la ‘sabiduría del discernimiento dual’ (sánscr. prajñā) de la atención plena. “Una vez que desarrollamos los elementos de la familiaridad, del recordar y la no distracción, podemos decir que realmente estamos plenamente atentos.”[xi] Vasubandhu, en su Abhidharmakoṣa explica que  “la atención plena de la respiración es prajñā,”[xii] un conocimiento relacionado con la inhalación y la exhalación. Esta prajñā es conocida como atención plena (sánscr. smṛtiḥ), porque este conocimiento de la inhalación y la exhalación (sánscr. ānāpānaprajñā) co-emerge con la fuerza de la atención plena.[xiii] Por lo tanto, la atención plena dual (sánscr. smṛtiḥ) surge inseparablemente con la sabiduría del discernimiento dual (sánscr. prajñā).
En la tradición del Mahamudra, el gran siddha indio Maitripa propuso radicalmente que la meditación correcta implica la no atención (sánscr. asmṛtiḥ). Aquí, Maitripa dirigía su crítica hacia la idea que se tiene en Abhidharma de la atención plena, por lo cual, desde la perspectiva del surgimiento súbito de la no dualidad, si uno está cultivando la atención plena como sugiere el Abhidharma, uno está fortaleciendo la dualidad sujeto-objeto, que es la estructura básica de la mismísima ignorancia.[xiv] En esta tradición del surgimiento súbito, a partir de enfocarse de forma dual en la respiración, propuesta en la tradición del Abhidharma, uno procede a un estado en el que no hay focalización. La atención plena no dual debe ir más allá del mero juicio ético, del recuerdo del pasado y de la prospección.[xv] En esta etapa, la sensación de separación entre la mente y la respiración se disipa naturalmente. En lugar de reconocer la respiración, uno se experimenta a sí mismo como la respiración. Conforme la mente dual se disuelve, uno trasciende todo punto de referencia, hasta que ya no hay de dónde asirse.  Uno ya no necesita un objeto en el que posar la mente o estar atento a éste.  La característica natural de ese continuo de atención plena se asienta en una claridad y espacio ilimitados, sin impedimentos y no duales.[xvi] Éste es el aspecto de la atención plena de la ‘sabiduría primordial no dual’ (sánscr. jñāna). En este estado, uno no persiste en pensar en el pasado ni anticipa el futuro. El pasado ha cesado. Consecuentemente, no hay nada que pensar al respecto. El futuro no ha llegado. Por lo tanto, no puede existir como objeto. Al estar la mente en el momento presente, no dual, ésta se libera en su estado natural de atención plena clara y no conceptual.[xvii]
Sin embargo, para un principiante durante las fases iniciales de la práctica, hasta que se estabiliza la atención plena no fabricada, se necesita la capacidad de examinar la meditación personal, tal y como está ocurriendo y recordar las instrucciones y señales de éxito para progresar en esta práctica. Esta capacidad de evaluar el estado mental personal en esta etapa se conoce como ‘Espía de la Atención Plena” (tib. dran pa’i so pa).[xviii] “En esta fase, por ejemplo, uno se enfoca en la respiración como si ésta fuera un objeto, siguiendo el principio de que ‘dependiendo de un objeto en la práctica, emerge lo que carece de objeto’.”[xix] A  este ‘Espía de la Atención Plena’, en los acercamientos graduales, se le conoce como ‘el estado de alerta vigilante’ (sánscr. samprajanya; tib. shes bzhin). Sin embargo esto no ocurre cuando la mente se libera en su naturaleza clara, no conceptual, por la simple razón de que se requiere un esfuerzo mental dual.[xx] “No obstante, como se basa en la capacidad de la conciencia de ser consciente de ella misma, es apropiado utilizar el mismo término como si se tratara de la atención plena en el estado natural de la mente, es decir ‘la atención plena de la no-distracción pura’ (tib. ma yengs tsam gyi dran pa).”[xxi] Esta atención plena de la no distracción pura es una característica que siempre está presente en el estado natural claro, no conceptual, de la mente propia. Por lo tanto, aun cuando uno se apoya en un tipo de atención plena dual, como se propone en el camino gradual, uno se está basando en la capacidad innata fundamental de la conciencia de conocerse a sí misma, que se manifiesta en su forma natural como la no distracción pura. Estos dos tipos de atención plena, la dual y la no dual, son conocidas como ‘Atención Plena con Esfuerzo’ (tib. rtsol bcas kyi dran pa) y la ‘Atención Plena sin Esfuerzo’ (tib. rtsol med kyi dran pa).[xxii] Aquí, la atención plena naturalmente clara, no dual, es equivalente a la sabiduría no dual y no fabricada (sánscr.  jñāna; tib. ye shes). Así, en este contexto, tanto la atención plena no dual como la sabiduría no dual se determina que existen inseparablemente. Es interesante hacer notar que la tradición del Abhidharma observa este nivel de co-emergencia de la atención plena-sabiduría, al afirmar que cuando los discípulos del Buda escuchan, aceptan y practican sus enseñanzas, o cuando no escuchan, ni aceptan ni practican sus enseñanzas, o cuando algunos lo hacen y otros no lo hacen, el Buda permanece siempre indiferente, en atención plena (sánscr. smṛtiḥ) y sabiduría (sánscr. prajñā).[xxiii]
En conclusion, en ambos acercamientos –gradual y súbito- la atención plena (sánscr. smṛtiḥ) y la sabiduría (sánscr. prajñā/jñāna) aun cuando convencionalmente presentan aspectos y cualidades diferentes, en última instancia se establece que son aspectos de la mente inseparables, co-emergentes e innatos. En el contexto gradual del Abhidharma, son conocidos como la atención plena-sabiduría duales co-emergentes (sánscr. smṛtiḥ-prajñā) conscientes del objeto en el que se medita. De forma similar, desde la perspectiva súbita del Mahāmudrā,  se ve como la unidad sin esfuerzo de la atención plena-sabiduría, en la ausencia de un objeto sobre el cual meditar (sánscr.smṛtiḥ-jñāna).
* En este documento estamos utilizando el término “atención plena” como traducción de “mindfulness”. Otros términos utilizados frecuentemente son atención completa, atención enfocada, presencia alerta, presencia plena, etc.

Bibliografía

Buddhism in the National Capital of Canada. “Anapanasati Sutta.” Acessed April 8, 2012. http://dharma.ncf.ca/introduction/sutras/breathing.html
Dunne, John. “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness.” Contemporary Buddhism (2011) 12:01: 71-88. Accessed April 8, 2012.  http://dx.doi.org/10.1080/14639947.2011.564820
Gampopa. The Jewel Ornamento of Liberation: The Wish-fulfilling Gem of the Noble Teachings. Transl. by Khenpo Konchog Gyaltsen Rinpoche. New York: Snow Lion Publications, 1998.
Mipham, Sakyong. Turning the Mind into an Ally. New York: The Berkley Publishing Group, 2003.
Ngawang Pelzang, Khenpo. A Guide to the Words of My Perfect Teacher. Transl. under the auspices of Dipamkara in collaboration with the Padmaka Translation Group. Boston: Shambhala Publications, 2004.
Vasubandhu. Abhidharma Kosa Bhasyam. Transl. by Leo M. Pruden. Berkeley: Asian Humanities Press, 1990.






[i] Vasubandhu. Abhidharma Kosa Bhasyam. Transl. by Leo M. Pruden.
(Berkeley: Asian Humanities Press, 1990), 1142-1143.
[ii] Dunne, John. “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” Contemporary Buddhism (2011) 12:01: 76, accessed April 8, 2012.  http://dx.doi.org/10.1080/14639947.2011.564820
[iii]Dunne, John. “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” Contemporary Buddhism (2011) 12:01: 76, accessed April 8, 2012.  http://dx.doi.org/10.1080/14639947.2011.564820
[iv] Sakyong Mipham, Turning the Mind into an Ally (New York: The Berkley Publishing Group, 2003).
[v] Dreyfus in Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 79.
[vi] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 79.
[vii]Gampopa, The Jewel Ornamento of Liberation: The Wish-fulfilling Gem of the Noble Teachings. Transl. by Khenpo Konchog Gyaltsen Rinpoche (New York: Snow Lion Publications, 1998).
[viii] Khenpo Ngawang Pelzang, A Guide to the Words of My Perfect Teacher. Transl. under the auspices of Dipamkara in collaboration with the Padmaka Translation Group (Boston: Shambhala Publications, 2004).
[ix]“Anapanasati Sutta,” Buddhism in the National Capital of Canada, acessed April 8, 2012.http://dharma.ncf.ca/introduction/sutras/breathing.html
 [x] Mipham, Turning the Mind into an Ally, 54.
[xi] Mipham, Turning the Mind into an Ally, 54.
[xii]Vasubandhu, Abhidharma Kosa Bhasyam, 921. Vol. III.
[xiii]Vasubandhu, Abhidharma Kosa Bhasyam, 921. Vol. III.
[xiv] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 77.
[xv] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 77.
[xvi] Mipham, Turning the Mind into an Ally, 57.
[xvii] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 80.
[xviii] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 83.
[xix] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 83.
[xx] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 83.
[xxi] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 83.
[xxii] Dunne, “Toward an Understanding of Non-dual Mindfulness,” 84.
[xxiii]Vasubandhu, Abhidharma Kosa Bhasyam, 1142. Vol. IV.


lunes, 1 de julio de 2013

No somos máquinas: Un rechazo radical del budismo científico

No somos máquinas: Un rechazo radical del budismo científico

Lama Jampa, 30 Jun 2013  

La ciencia parece omnipresente en el mundo moderno y su fuerza explicativa y beneficios son difíciles de negar. De hecho, su éxito incluso ha llevado a algunos, incluyendo cierto número de figuras respetadas en el mundo budista contemporáneo, a argumentar que el Dharma en sí mismo debe ser más "científico", si quiere sobrevivir.
No estoy tan seguro de que ese proyecto realmente podría funcionar o, si fuera posible, incluso ayudar. No es que el Dharma deba colocarse en una categoría protegida especial reservada para las "creencias", una reserva en la cual la razón no está permitida. En este sentido, el budismo no es como las variedades del teísmo, en las que la autoridad descansa, en definitiva, en la aceptación de la revelación divina. Por el contrario, es debido a que el Dharma sólo necesita ser defendido por la experiencia directa y razonamiento que no necesita pedir prestado estos aspectos de la ciencia.

Además, parece que la mayoría de lo que se presenta como "ciencia" en las discusiones no es realmente praxis científica sino teoría filosófica: cientificismo y materialismo. La insistencia de que la ciencia por sí sola puede responder a todas las preguntas sobre la naturaleza de la realidad — a menudo emparejada con el materialismo — es verdaderamente cientificismo, un tipo de fe cuasi-religiosa que considera el conocimiento científico como el único conocimiento posible. Aunque se mantiene bien oculta, esta misma creencia en la ciencia es en sí misma una premisa y no un hallazgo conseguido por cualquier tipo de investigación.

El materialismo también necesita distinguirse de la ciencia. Mientras se siguen haciendo descubrimientos científicos, el materialismo filosófico moderno es en aspectos importantes muy parecido a las antiguas teorías indias de los sistemas Charvaka o Lokayata, las que fueron conocidas y rechazadas por el Buda y los grandes maestros de su tradición. (Mucho más para la modernidad de vanguardia del materialismo — una noción mejorada para encandilarnos en pensar que es la irresistible ola del futuro.)

Este materialismo moderno no aporta nada a las viejas teorías de Charvaka salvo la ilusión de que, si los complejos procesos físicos son descritos con suficiente detalle, nosotros, la audiencia, no notará el truco implicado cuando la sensibilidad es por arte de magia hecha parecer como cuestión no sensible y Pinocho se vuelve un niño de verdad. De hecho, el materialismo no puede explicar cómo la vida surgió de la no-vida, cómo la conciencia surgió de la no-consciencia, con algo más que la seriedad convincente con la que el teísta declara que Dios simplemente dijo: "¡Hágase la luz."
El punto crucial, por lo tanto, es que el  Dharma no tiene miedo de nada, ni cualquier necesidad de postrarse ante la ciencia. La ciencia funciona bien en la detección y cuantificación de las cosas que tienen una explicación material o mecanicista, tal como la estructura del ADN. Es tarea propia de la ciencia formular y probar hipótesis sobre cómo funcionan los procesos físicos. Esta limitación inherente no invalida la utilidad de la empresa científica, pero es una desventaja al describir lo inmaterial, tal como lo ético, la naturaleza de la mente y la liberación del samsara, las preocupaciones fundamentales del Dharma.

Mientras que la propia ciencia no es peligrosa para el dharma, el reclamo por un "budismo científico", una insistencia en que el budismo debe estar de acuerdo con las proposiciones materialistas a menudo emparejadas con el cientificismo, si lo es definitivamente. Tal budismo no es el Dharma. Después de haber suprimido para estos fines muchas de las enseñanzas claves, nos quedamos con nada, excepto, tal vez, ¡sentarse con las piernas cruzadas y hablar tranquilamente sobre la paz! Una actividad así encaja en el "budismo" vendido en costosos talleres sobre "espiritualidad" que actualmente abundan en esta parte del mundo, pero que no es el budismo que siempre ha sido conocido por nuestros predecesores.
No es, por supuesto, el caso de que todo el que considera importante fomentar un diálogo entre la ciencia y el Dharma sea, en realidad, un defensor de tal "budismo no budista". Pero incluso entonces, uno puede preguntarse qué uso podría darse a ese diálogo cuando uno observa, por ejemplo, el énfasis puesto sobre cuestiones filosóficamente triviales como validar la práctica de la meditación a través del estudio de las ondas cerebrales durante la meditación.
Ahora, si puede ser muy bien que la actividad cerebral cambie durante la meditación. Pero es difícil ver cómo saber esto puede contribuir con algo significativo al proceso de disolver el doble oscurecimiento de las emociones perturbadoras y de la ignorancia, una disolución que solo trae iluminación. ¿Podría, por ejemplo, Jetsun Milarepa haber alcanzado más rápidamente la definitiva realización si hubiera poseído un conocimiento de neurología? La verdad desnuda es que si bien una variedad de efectos físicos — desde la modificación de la frecuencia del pulso a la alteración de las ondas cerebrales-- puede acompañar a la meditación; estos efectos no son la fuente de la experiencia de la mente en meditación tanto más que una disminución de la indigestión.
En resumen, el comprensible deseo de mejorar el Dharma vinculándolo con el prestigio de la ciencia podría oscurecer su poder real. La única fuerza del Dharma reside en su diagnóstico del sufrimiento y sus causas y la prescripción del camino de la cesación del sufrimiento. En este sentido, el budismo puede hablar por sí mismo, incluso en el moderno mercado de las ideas. Se deduce de esto que la mejor manera con que podemos ayudar a sostener el Dharma es permanecer fiel a él. Esto justo ahora podría ser lo más radical que podemos hacer.
Lama Jampa Thaye es un estudioso, autor y maestro de meditación  del Reino Unido, preparado tanto en las tradiciones Karma Kagyu y Sakya del budismo tibetano.