miércoles, 26 de agosto de 2015

EL YANG ZAB: UNA INTRODUCCIÓN


 Genyen Konchog Drollo


I. Introducción
El Zab"Yang" es un ciclo de enseñanzas budistas conocidas en tibetano como Dams chos dgongs pa yang zab (pronunciado damcher gongpa yangzab) y en español como "El completamente profundo significado de la Enseñanza Sagrada".  Durante la estancia de Padmasambhava en la corte del rey tibetano Tri Song Detsen en el siglo VIII, él transmitió una amplia gama de las enseñanzas búdistas a la familia real y a veinticinco discípulos principales y a otros. Entre estas se encontraban las enseñanzas conocidas como la Gran Perfección o Dzogchen. Y entre las enseñanzas de la Gran Perfección, las que son conocidas como las enseñanzas de la Esencia fundamental del corazón o Nyingtig que enseñan la esencia fundamental búdica.  El Zab Yang es una versión de esas enseñanzas esenciales.

La gran perfección va al núcleo del sendero budista.  Se basa en la constatación de que todo en el universo es vacío de naturaleza inherente.  Todas las apariencias no tienen ninguna existencia aparte de la naturaleza búdica o talidad, que no está separado de la manifestación de sí mismo.  Es la conciencia primordial de que es la luminosidad natural del espacio absoluto de los fenómenos que se manifiesta claramente. Los que habitan en esta talidad son los tathagatas.   El camino de la Gran Perfección a esta conciencia primordial es realizar la naturaleza propia como conciencia de luz clara.  Esta naturaleza está siempre presente pero oscurecida por nuestro aferramiento dualista.  El camino comienza con una inicial realización parcial de vacuidad, la que es luego cultivada hasta que uno nunca está separado de ella. Esto a su vez conduce a la renuncia de la ilusión y a la realización de la conciencia primordial.

Como se señaló anteriormente las enseñanzas esenciales, más internas, de la Gran Perfección son conocidas como la Esencia fundamental del corazón.
Traídas al Tibet por Padmasambhava y Vimalamitra, posteriormente fueron analizadas y sintetizadas en una cantidad de ciclos distintos, como el Vima Nyingtig, el Kandro Nyingtig, el Padma Nyingtig, el Karma Nyingtig, etc. El Yang Zab es uno de esos ciclos.

II. Historia del Ciclo
Una noche, cuando el rey y la familia real se habían reunido alrededor del maestro, el príncipe Mutig Tsepo lo elogió y prometió seguirlo en futuros renacimientos.   Padmasambhava, sabiendo que el príncipe pronto se convertiría en rey por lo que le quedaba poco tiempo para la práctica religiosa, profetizó sobre el futuro y le transmitió las enseñanzas esenciales del Yang Zab y le explicó que los textos mismos habían sido transcritos para su consorte Yeshe Tsogyal en seis rollos de diferentes colores en escritura dakini y escondidos en las alturas del glaciar Tidro para ser redescubiertos por el príncipe en un futuro renacimiento. También dio pistas sobre la identidad de ese renacimiento.
Este redescubridor o Terton, era el gran Rinchen Phuntsok (1509-1557), el 17avo. sustentador del trono de la orden Drikung Kagyu.  No sólo fue un niño prodigio y un erudito, perfectamente encajó en todos los criterios profetizados.   Después de algunos sueños auspiciosos y alguna intervención de las dakinis, Rinchen Phuntsok finalmente obtuvo los rollos y se dedicó a descifrarlos. Desde entonces se han mantenido como un tesoro especial de los Drikungpa en un linaje ininterrumpido hasta la fecha.

III. Estructura y práctica
En su presente forma publicada [por Tsondu Senghe, Bir, 1975-1980] está en cuatro volúmenes de estilo tibetano y contiene un total de 119 textos.  Estos textos son de diferentes colecciones y así contienen algunas duplicaciones.  Están en un orden no discernible.  Pueden, sin embargo, ser divididos en seis colecciones pertenecientes a los seis ciclos de rollos, cada uno designado por un color diferente.  [Un texto titulado "La Guirnalda de lotos" justamente hace eso y revela una cierta racionalidad en la disposición].  Es, quizás, más útil dividir los textos en categorías funcionales, que aclara la estructura prevista del Camino:

a. Textos estructurados -- proporcionan el contexto y la historia del descubrimiento del ciclo. (9 textos)

b. Textos de Guru Yoga -- preliminares y sadhanas (6 textos)

c. Textos del Yoga de la deidad de las Tres Raíces -- preliminares, sadhanas de Hayagriva, yogas de compleción y comentarios (15 textos)

d. Textos de Yoga de las deidades pacíficas e iracundas -- iniciaciones, sadhanas y actividad de  rituales (22 textos)

e. Textos del Yoga de la deidad Dakini -- sadhana y bendiciones (2 textos)

f. Textos del Ciclo de la Esencia Secreta de la Iluminación -- cercanamente relacionados a sadhanas externas, internas y secretas de Amitabha, Avalokiteshvara, Hayagriva, Hara Nagpo, como rituales secundarios y textos (15 textos)

g. Textos de larga vida – tres diferentes sub ciclos (11 textos)

h. Textos de Deidad de la Abundancia -- sadhanas e iniciación (5 textos)

i. Textos Protectores – distintos rituales para propiciar, proteger, rechazar y suprimir (21 textos)

j. Textos variados – plegarias menores y rituales (7 textos)

k. Textos Dzogchen -- instrucciones para la iniciación y práctica de la meditación Dzogchen (2 textos)

Uno de las primeras cosas que uno se da cuenta es el predominio relativo de las prácticas del Anuttara Tantra Dzogchen.  Y es cierto que otras versiones de las enseñanzas de La Esencia fundamental del corazón tienen una proporción menor de tantra de dzogchen que el Yang Zab.  Sin embargo, el aparente desequilibrio es engañoso porque muchos de los distintos textos tántricos están completamente impregnados del lenguaje y visión del dzogchen que les da un "gusto" muy diferente.  Sin embargo, a lo largo del tiempo los maestros del linaje de práctica Yang Zab entendieron que la inmersión directa y exclusiva en la práctica de dzogchen no siempre fue efectiva.  Se dieron cuenta que la mayoría de nosotros necesita entrenar nuestras mentes antes de intentar los niveles no estructurados de meditación dzogchen. Encontraron que los métodos tántricos más estructurados y graduales de preliminares y el yoga de la Deidad (con la etapa de generación y la etapa de compleción) resultaron en una mente mucho más controlada y obediente que luego fue capaz de progresar por el camino de dzogchen con mayor facilidad yprofundidad.


IV. El Camino
Este conocimiento práctico de la naturaleza humana se refleja también en el Curso de práctica que se encuentra en el Yang Zab. Como actualmente es impartido por los maestros del linaje de la tradición Drikung, el curso básico de práctica del Yang Zab consta de cuatro etapas que implican al menos veinte y tres prácticas:

Etapa uno -- Preliminares (lo común 400,000)

Etapa dos – Etapa de Generación, consta de

Externa:      Sadhana de las Tres Raíces Homa y Ganachakra
Sadhana del Rey Demonio destructor
Tomar los Cinco Venenos en el Camino

Interna:       Sadhana del Maestro Sustentador de la Vida

Secreta:     Sadhana secreta de las bendiciones de la más única secreta HUM de la Sadhana Secreta del Guru
[Opcional: El Ciclo de la Esencia Secreta de la Iluminación]

Más secreta: Sadhana de la  Sadhana Secreta de las bendiciones de las Cinco Varahis de las Cinco Dakinis

Etapa tres – Etapa de compleción [tántrica]:
El intenso resplandor de sabiduría de Candali
La luminosa claridad que remueve la oscuridad de la ignorancia
La sujeción total de las ilusiones de los sueños
La transferencia, la irrestricta sabiduría
El cuerpo ilusorio, la liberación de todas las ataduras

Etapa cuatro – Etapa de la Gran Compleción [dzogchen]:
preliminares
Meditación concisa pacífica y airada
Sadhana secreta de Guru Padmasattva [Vajrasattva]

Práctica:
La Perfección de toda Sabiduría
El Tantra de los Tres Mundo

Prácticas adicionales a ser usadas cuando sea necesario:
Chod:                      La red mágica de Samantabhadra
Larga via:               La subyugación de Yama
Prosperidad:             La práctica secreta relicario del Yaksha
Protectores:             Práctica diaria de los hermanos granate de Hara Nagpo

Dependiendo de las necesidades individuales y las calificaciones (a ser determinadas por el maestro y ¡NO unilateralmente por el estudiante!), un curso abreviado es a veces prescrito:
Preliminares
Sadhana de las Tres Raíces
Sadhana secreta de las bendiciones de la más única secreta HUM de la Sadhana Secreta del Guru Padmasattva
La Perfección de toda Sabiduría

Claramente, el camino hacia la iluminación no es nada ¡fácil ni rápido! El Yang Zab, sin embargo, ofrece un camino relativamente conciso y coherente de práctica. Las prácticas tántricas, por ejemplo, son relativamente cortas.  Las tres raíces (gurú, deva y dakini) se logran simultáneamente antes que una tras otra.  Además, las visualizaciones individuales son sencillas y aún abarcan las cinco familias búdicas y la asamblea de las 100 deidades pacíficas y airadas.  Las plegarias individuales y sadhanas están imbuidas con el lenguaje de la visión dzogchen que facilita la transición a las prácticas de dzogchen.  Estas prácticas se presentan en una forma pura, clara y paso a paso.  Finalmente, el sistema es tan estructurado que puede ajustarse fácilmente para adaptarse a las necesidades y habilidades de los practicantes en los tiempos actuales.  Es, en definitiva, "absolutamente profunda" - Yang Zab.

Practicar el Buddha Dharma en occidente

Entrevista a Su Eminencia Garchen Truptrül Rinpoche


por Georg Feuerstein, Ph.D.




La siguiente entrevista fue realizada por Georg Feuerstein, Ph.D., presidente fundador del Yoga Research and Education Center (Santa Rosa, California) en el Garchen Buddhist Institute de Chino Valley, Arizona el 10 de diciembre del 2001. Garchen Rinpoche es un lama Drikung Kagyu que era conocido en el siglo XIII como el Siddha Gar Chodingpa, un discípulo cordial de Kyobpa Jigten Sumgon, fundador del linaje Drikung Kagyu del budismo tibetano. En la antigua India, él había encarnado como Mahasiddha Aryadeva, el nacido loto discípulo del gran Nagarjuna. En el siglo VII, él era conocido como Lonpo Gar, el Ministro de la rey dharmico tibetano Songsten Gampo.

GEORG FEUERSTEIN: Ante todo, quiero agradecerle muy de veras por estos dos días increíbles de retiro. Sentí que llegué con las manos vacías como un mendigo. Cuando desperté esta mañana, sentí que ni siquiera debía molestarlo con una entrevista, pero luego pensé que sin duda se beneficiarían otras personas con ello.

GARCHEN RINPOCHE: No es ningún problema para nada, porque sea lo que hagamos siempre en beneficio de otros, estoy muy feliz de hacer cualquier cosa, en cualquier momento.

GEORG FEUERSTEIN: Gracias. Cuando el Buddha Dharma migró desde la India a China, a Tíbet, a Birmania, etc., cada vez era adaptado a la cultura local. Así que, creo, el budismo tiene dos dimensiones: las enseñanzas del Dharma mismas y los aspectos culturales. El budismo ha llegado en el mundo occidental, que en muchos sentidos es muy diferente al oriental, y me gustaría preguntarle, Rinpoche, lo que esto significa para nosotros.

GARCHEN RINPOCHE: Es cierto que cuando el budismo fue adaptado en diferentes países orientales, como China y el Tíbet, hubo ciertas influencias culturales. Pero eso no contradice el Buddha Dharma, que nunca ha sido diluido. Además, mantener intacta nuestra propia cultura y luego adoptar el budismo será mucho más útile. El Dharma puede ser practicado de muchas maneras diferentes, dependiendo del estilo de la cultura y también el nivel de comprensión de los individuos. Pero la esencia de toda la enseñanza es bondad amorosa y compasión. Mientras tengamos esto, no importa la cultura, la raza o el género. Entonces estamos en el camino correcto.

GEORG FEUERSTEIN: Las culturas orientales tienen muchas cosas en común, incluyendo un enorme respeto por la tradición, mientras que la cultura occidental, como usted sabe, es casi lo contrario. Hay tan poco respeto por la tradición que percibo esto como una verdadera dificultad en la transmisión del budismo a Occidente.

GARCHEN RINPOCHE: La distinción fundamental entre la gente occidental y la oriental es que en el occidente a la gente se le enseña a tener alta autoestima, que es en realidad una característica del ego que permite que se pare sobre sus propios dos pies.

GEORG FEUERSTEIN: Individualismo.

GARCHEN RINPOCHE: El individualismo, el deseo de libertad individual y el orgullo se enseñan como un antídoto al fracaso: Si estoy orgulloso de mí mismo y de mis logros y tengo autoestima, entonces seré exitoso. Pero el éxito en el occidente es algo temporal, porque la gente tiene como objetivo cumplir con sus deseos, que se refieren solamente a esta vida. Esta orientación, por tanto, es limitada. Pero otra vez no hay ninguna contradicción intrínseca en la orientación del occidente, mientras todo se haga con bondad amorosa y compasión. Con esto en mente, cambiamos todo el estado de ánimo de nuestro ser. Si tenemos autoestima alta, tal vez podamos posteriormente transformar eso en un reconocimiento de que la vida humana es algo muy valiosa, que tenemos una vida que está totalmente equipada con las dieciocho cualidades, y que estamos "orgullosos" de tener una naturaleza búdica y somos potenciales budas. Esto no es egoísmo, o el ego, sino una actitud arraigada en la comprensión real.

GEORG FEUERSTEIN: Las dos tradiciones principales en occidente son el judaísmo y el cristianismo, y a menudo cuando la gente viene al budismo, vienen porque se sienten frustrados con sus propias tradiciones. Pero luego también a menudo se sienten frustrados con el budismo también. ¿Qué se está haciendo mal?

GARCHEN RINPOCHE: Lo importante no es nuestra comprensión de la filosofía budista, sino nuestra comprensión de cómo practicar el Dharma. Tenemos que comprender la esencia de las enseñanzas. Si entendemos la esencia de todas las enseñanzas, entonces encontramos que no hay diferencias entre el cristianismo y el budismo. Como budistas valoramos altamente la compasión y la benevolencia hacia todos los seres sensibles. Especialmente en el linaje Drikung, tenemos la plegaria de aspiración en la que ponemos primero a nuestro enemigo y luego a nuestros padres. De la misma manera, los cristianos exhortan: "Ama a tu prójimo" o "Ama a tu enemigo". Debemos practicar compasión, generosidad, paciencia, etc. De la misma manera, los occidentales dicen que la caridad comienza por casa. Hay tantas cosas que son iguales.

Por ejemplo, las siete ramas de la práctica tienen mucha similitud con los siete pecados mortales. Lo que realmente importa es que entendamos el significado más profundo, la esencia de la enseñanza y luego ponerla en práctica. No basta con tener una comprensión intelectual del Dharma. Debemos tener conocimiento experiencial, y esto solamente puede venir al meditar en el significado más profundo y aplicarlo.

GEORG FEUERSTEIN: Una de las dificultades es que cuando los occidentales se aproximan al Buda Dharma, están imbuidos de nuestra educación occidental, que fomenta el aprendizaje intelectual más que el experiencial. Al parecer, construido en nuestro sistema para gente que no tiene el enfoque correcto. Conozco mucha gente que después de muchos años lo abandonan porque tienen una cierta desventaja. Entonces la pregunta es: ¿Qué podemos hacer con el fin de transmitir a la gente desde el principio que lo que importa es otra cosa. Después de todo, no hay aún muchos maestros que tengan el enfoque correcto. Muchos occidentales terminan gastando mucho tiempo estudiando las enseñanzas del Dharma, lo que creo tiende a jugar en nuestra completa tendencia occidental de intelectualizar todo. Luego años después se preguntan: "¿qué estoy haciendo?"

GARCHEN RINPOCHE: Lo más importante es aprender a aprender. Hay tantos libros, tantas enseñanzas budistas originales, tantos comentarios sobre ellas y tantos argumentos. En el pasado, el conflicto doctrinal fue colocado por la discusión y el debate. Al final, siempre había un ganador y un perdedor. Todo eso es una práctica innecesaria, porque nada nos define como la verdad es simplemente elaboración intelectual. Sólo vamos a poner más etiquetas, más palabras. Lo más importante es estudiar la ley del karma. Con eso, si tenemos una muy buena comprensión de las complejidades de la ley del karma, el budismo se vuelve muy fácil. El budismo tiene iniciaciones, rituales, oraciones muy elaboradas — ninguno de ellos es necesario. Si quieres entender el karma, entonces conviertete como un abogado que está bien entrenado y sabe la consecuencia de quebrantar la ley. Teniendo presente la ley del karma, deberíamos cultivar bondad amorosa y compasión para desarrollar la bodhicitta relativa y absoluta. Eso es lo que es necesario hacer.

GEORG FEUERSTEIN: Karma y renacimiento son parte integral de los sistemas de creencias orientales. Nadie cuestiona estas dos enseñanzas. En el occidente son relativamente nuevas ideas, porque el cristianismo, que las utilizó para incorporarlas, ya no lo hace. El judaísmo aparentemente sabe de karma y renacimiento, pero ¿quién realmente cree en estas enseñanzas hoy? La dificultad ahora es que los occidentales siempre quieren pruebas antes de aceptar algo. Argumentarían que el Buddha mismo instruyó a sus discípulos no sólo a creer en algo sino a encontrar pruebas. ¿Cómo podemos transmitir a los occidentales que el karma y el renacimiento son de hecho una parte central de la práctica del Dharma, sin pedirles que simplemente crean?

GARCHEN RINPOCHE: Usted puede recordarle a la gente que a veces experimentan sufrimiento que viene como una sorpresa total y para lo que no hay ninguna explicación lógica. A veces tenemos una comprensión de por qué estamos sufriendo; en otras ocasiones simplemente presumimos que hay una razón para ello. A veces podemos tomar un enfoque directo basado en un análisis de la situación: Si somos compasivos y tenemos un buen corazón, esperamos que nuestras amistades, asociaciones, relaciones sean positivas. Si tenemos un corazón malo y somos egoístas, entonces la gente quiere alejarse de nosotros. Si tenemos un temperamento cortante, estamos obligados a tener también un montón de problemas, pues a nadie le gusta mezclarse con una persona enojada por mucho tiempo. O, por ejemplo, puede haber dos hermanos que son igualmente bien educados, pero su éxito en la vida es totalmente diferente debido a sus actitudes diferentes. También, la gente — y no sólo los budistas — recuerda sus vidas pasadas, lo que ha sido estudiado científicamente. En el budismo, la creencia en el karma y el renacimiento es muy fuerte. Si estas ideas no se encuentran actualmente en el cristianismo y el judaísmo, eso no significa que han desaparecido las enseñanzas originales, sino más bien que la gente no las han entendido correctamente.

GEORG FEUERSTEIN: Quizás estas enseñanzas eran sólo inconvenientes, y así la gente eligió ignorar y olvidarlas.

GARCHEN RINPOCHE: La gente no quiere ver el lado malo de la vida. Pero el karma está trabajando incluso cuando lo ignoramos. Todo lo que hacemos tiene una consecuencia, y eso es la ley del karma.

GEORG FEUERSTEIN: El desafío es transmitir a la gente que el karma se aplica no sólo, en una vida, sino vida tras vida tras vida. Esta noción no es generalmente aceptada. Uno de los problemas que veo es que no hay muchos maestros que están dispuestos o capaces de dar este tipo de educación introductoria paso a paso a los occidentales. A menudo van a, dicen, enseñanzas lam rim y perderse en todos las minucias doctrinales. Estos detalles fueron desarrollados por y para los monjes, y tienen muy poco sentido para los occidentales.

GARCHEN RINPOCHE: No necesitamos toda este estudio filosófico a menos que nos estamos preparando para un gran debate o tratando de convertir a los demás. Básicamente hay tres etapas de aprendizaje. En primer lugar, leer un libro o escuchar a un maestro, así tenemos una comprensión general de las enseñanzas. En segundo lugar, adquirimos experiencia personal, donde se junta el rompecabezas y todo comienza a tener sentido. En tercer lugar, alcanzamos la realización, y entonces realmente todo cae en su lugar. Entonces iremos más allá de la duda.

GEORG FEUERSTEIN: Aun así, los occidentales tienden a acercarse al budismo con todo tipo de ideas preconcebidas. Incluso pueden pensar que están practicando, y entonces diez años más tarde se dan cuenta de que ellos no ganaron mucho de todo su estudio y práctica.

GARCHEN RINPOCHE: Lo más importante es tener una muy buena comprensión del karma. Una vez que hemos entendido la ley del karma, la mitad de nuestros conceptos erróneos acerca del sufrimiento se han ido. Entonces tenemos que entender la causa del sufrimiento. Tenemos que saber que el sufrimiento es nada más que nuestra propia creación. Nadie nos está infligiendo sufrimientos. Tenemos que mirarnos a nosotros mismos en lugar de señalar con el dedo a otros. No espero ser capaz de transformar la sociedad entera occidental. La civilización occidental se basa en un montón de propensiones kármicas, un montón de ego.

GEORG FEUERSTEIN: Para mí, uno de los aspectos más tristes del budismo en Occidente es la falla de muchos maestros. Su Santidad el Dalai Lama aconsejó que revisemos a nuestros maestros cuidadosamente. La dificultad es que la mayoría de los maestros no dan a los estudiantes el tipo de acceso que les permitiría hacer esto. ¿Rinpoche, ve esto como una dificultad, y si es así, qué podemos hacer sobre esto?

GARCHEN RINPOCHE: Reconozco este problema. En occidente no hay ninguna continuidad de instrucción, lo que hace difícil establecer un vínculo espiritual entre el estudiante y el lama. El lama viene de algún lugar del cielo, tal vez a dar una charla pública o iniciación o un seminario de fin de semana y luego se va de nuevo. Muchas personas están poniendo muchos pedazos y piezas de las enseñanzas. Esto es un problema. El otro problema es que hay una cierta falta de maestros superiores, los maestros altamente calificados ya han fallecido. Los maestros jóvenes están ahora en gran demanda, a menudo antes de que ellos mismos hayan pasado por todo el entrenamiento. Puede que hayan estudiado las escrituras...

GEORG FEUERSTEIN: . . . pero todavía no tienen la realización.

GARCHEN RINPOCHE: Hay muchos aspectos de este problema. Cuando estudiamos bajo la guía de un lama, no deberíamos estar preocupados por la calidad del lama. Después de todo, la calidad de nuestra comprensión deriva de nuestra comprensión de la enseñanza, no de la persona.

Lo más importante es que comprendamos el karma y no acumular más tendencias kármicas. El momento en que juzgamos a alguien, manchamos el espejo de nuestra propia mente.

En realidad no ganamos nada con este ejercicio. Por el contrario, perdemos.

GEORG FEUERSTEIN: Ayer, Rinpoche, usted dijo que algunos maestros pueden parecer muy bonitos pero sin ninguna sustancia espiritual. Y entonces algunos pueden tener una personalidad no tan agradable, pero están dotados de sustancia espiritual. ¿Qué pasa con los maestros que tienen una personalidad mala y también ninguna sustancia? [Risas].

GARCHEN RINPOCHE: Con la visión correcta, siempre podemos transformar; siempre podemos acumular méritos y purificar nuestras propensiones kármicas. Incluso con alguien así, nosotros podemos recordarnos a nosotros mismos, debemos tener una naturaleza búdica. Incluso un perro tiene una naturaleza búdica. No tenemos necesariamente que involucrarnos con tal persona. Puede ser suficiente recordar su naturaleza búdica. La enseñanza más simple que Marpa dio a su discípulo Milarepa es no desarrollar apego ni aversión. No elogiar a la gente y también no mirarlos rebajándolos. Mantener el espejo pulido.

GEORG FEUERSTEIN: Una enseñanza excelente.

GARCHEN RINPOCHE: El objetivo de mantener el espejo limpio y libre de manchas incidentales es que podemos desarrollar sabiduría. La naturaleza de la sabiduría tiene la cualidad búdica de conocimiento. Y con ese conocimiento, superamos toda la ignorancia que es responsable de todas nuestras emociones perturbadoras.

GEORG FEUERSTEIN: Y ser capaces de transformar nuestras circunstancias.

GARCHEN RINPOCHE: Hay un viejo dicho budista de que no hay nada en el mundo samsárico que no tenga tanto defectos como buenas cualidades. Eso significa que todo tiene un lado bueno y un lado malo. Si tenemos la sabiduría, tenemos la capacidad para discernir entre ellos y el deseo de simplemente ayudar a la gente. Normalmente, estamos ciegos ante los lados malos en nuestros amigos, mientras que nuestros enemigos no tienen buenas cualidades de ningún tipo. Debemos desarrollar la capacidad para discernir y juzgar con imparcialidad y mantener la ecuanimidad.

GEORG FEUERSTEIN: Ese es el reto. Quiero darle las gracias, Rimpoché. Si hay algo que le gustaría decir además, estaría agradecido para registrarlo.

GARCHEN RINPOCHE: Lo más importante es explicarle a la gente a no estar demasiado preocupado por la cantidad de sufrimiento que ya está vigente, sino que se centren en la búsqueda de la causa raíz del sufrimiento así como la causa de la felicidad. La causa de la felicidad es el espejo sin manchas, que es la sabiduría. Un espejo empañado no trae sabiduría, y en ese caso todo está influenciada por la ignorancia. De la ignorancia provienen todas estas tendencias kármicas y emociones perturbadoras. También necesitamos saber que cada ser sensible quiere lograr la felicidad, pero ¿qué clase de felicidad? ¿Felicidad temporal? Generalmente, alivio temporal o placer se confunde con la absoluta felicidad. Por lo tanto, necesitamos entender la causa de la absoluta felicidad. Estas son las cosas que hay que subrayar más. Cuando realmente comprendemos el Dharma, hay confianza y regocijo.


domingo, 9 de agosto de 2015

La predisposición a la bondad

Matthieu Ricard


Las investigaciones realizadas durante los últimos años, las cuales muestran que estamos programados para cooperar desde nuestra infancia, han sido una fuente de inspiración para mí.

Michael Tomasello y Felix Warneken del Instituto Max Planck de Leipzig (1), demostraron que a partir de un año de edad, cuando apenas están aprendiendo a caminar y a hablar, los niños manifiestan espontáneamente ciertos comportamientos de ayuda mutua y de cooperación, sin que estos les hayan sido enseñados por los adultos.

Durante estas experiencias, todos los niños ofrecieron espontáneamente su ayuda a uno de los experimentadores para la realización de tareas diversas como por ejemplo, recoger y entregar al experimentador un objeto que se había caído al suelo. Como señala Felix Warneken: “Esos niños son tan pequeños que aún usan pañales y apenas son capaces de hablar pero aun así, ya presentan comportamientos de ayuda mutua (2).”

Cuando uno de los experimentadores que se encontraba colgando la ropa lavada, dejó caer una pinza y luego tuvo dificultades para recuperarla, casi la mayoría de los niños de 18 meses se desplazó para recoger la pinza y entregársela. Los niños reconocen específicamente una situación en la cual el adulto requiere realmente ayuda: si el experimentador tira deliberadamente la pinza al suelo en lugar de hacerla caer por descuido, los niños no reaccionan.

Es interesante observar que cuando los niños obtienen una recompensa por parte del experimentador, su propensión a ayudarle no aumenta. De hecho, sucede lo contario: se observa que los niños que han recibido una recompensa ofrecen menos su ayuda, comparados con aquellos que no han recibido nada. Como señalan Warneken y Tomasello: “Este resultado sorprendente aporta una confirmación suplementaria a la hipótesis según la cual los niños son mayormente estimulados por motivaciones internas que por estímulos externos”.

Los bebés prefieren a las personas amables
Desde muy temprana edad, los niños prefieren manifiestamente a las personas que se comportan de manera bondadosa con otras personas y no a aquellas que tratan a los demás con hostilidad. En el laboratorio de Paul Boom de la Universidad de Yale, los investigadores presentaron a niños de 6 a 10 meses, un video en el que se observaba una pelota con ojos grandes y bien visibles que tenía dificultades para subir una pendiente muy empinada. Otra pelota entra en escena y le ayuda, empujándola por detrás. Finalmente, una tercera pelota, fácilmente diferenciable de la segunda, interviene empujando hacia abajo a la primera pelota que intenta subir el plano inclinado, haciendo que ésta caiga rodando cuesta abajo. Cuando las dos pelotas son ofrecidas a los bebés, casi la totalidad de ellos escoge a la pelota bondadosa (3).

Los niños prefieren dar en lugar de recibir
En Vancouver, los sicólogos Lara Aknin, J. Kiley Hamlin y Elisabeth Dunn (4) demostraron que los niños de dos años eran más felices cuando daban una golosina a alguien que cuando ellos mismos recibían una. En la primera experiencia, el experimentador saca una golosina de su bolsillo, la entrega al niño y le explica que puede quedársela o dársela a alguien más: el niño manifiesta más alegría en el segundo caso. En la segunda experiencia, el experimentador da golosinas al niño quien les coloca en su taza. Un poco más tarde, le sugiere al niño que dé una golosina a otro: es en esta situación que el niño manifiesta mayor alegría.

La tendencia a ayudar al prójimo es innata
Según sus investigaciones, Michael Tomasello presenta un cierto número de razones que demuestran que los comportamientos de cooperación y de ayuda desinteresada se manifiestan tempranamente en el niño, incluso mucho antes de que sus padres le hayan inculcado las reglas de sociabilidad. Y además, que estos comportamientos no son determinados por una presión externa. La puesta en evidencia de comportamientos similares en los grandes simios hace pensar que los comportamientos de cooperación altruista no aparecieron como una novedad del ser humano, sino que ya estaban presentes en el ancestro que tenían en común los seres humanos y el chimpancé, hace seis millones de años, y que la amabilidad hacia nuestros semejantes está profundamente arraigada en nuestra naturaleza.

Cuando las normas sociales moderan el altruismo espontáneo
Para que el altruismo pueda ser mantenido tal cual con el paso de las generaciones, éste debe ser asociado a mecanismos que protejan los individuos contra la explotación que ciertas personas pueden ejercer sobre los demás. Puesto que, a partir de cinco años, el niño comienza a hacer discriminaciones en función de los niveles de parentesco, de la reciprocidad en los comportamientos y en las normas culturales que uno le inculca. Su altruismo se vuelve de esta forma más selectivo.

Entre 10 y 12 años, el comportamiento del niño evoluciona de manera más abstracta, recurriendo a las obligaciones morales. El niño reflexiona más sobre lo que quiere decir “ser una buena persona” y sobre la manera de ajustar sus actos con el sentido moral que aprende inicialmente de manera intuitiva. Esto lo lleva a comprender, por ejemplo, que ciertos sufrimientos resultan de la pertenencia a una comunidad oprimida y a sentir simpatía por las víctimas. En la adolescencia y en la edad adulta, ciertas personas expanden de nuevo el círculo del altruismo y sienten un sentimiento profundo de “humanidad compartida” con los demás seres humanos y de empatía hacia todos aquellos que sufren.

Una educación inteligente debería dar importancia a la interdependencia que reina entre el ser humano, los animales y el medio ambiente, para que el niño tenga una visión holística del mundo que lo rodea y contribuya de manera constructiva a la sociedad en la cual evoluciona, dando mayor importancia a la cooperación y a la amabilidad, y menor a la competencia y a la indiferencia. Las prácticas educativas que se ponen en marcha dependen del concepto que se tiene de la infancia. Si reconocemos que el niño nace con una tendencia natural hacia la empatía y el altruismo, su educación servirá para acompañar y facilitar el desarrollo de dicha predisposición.

Es evidente, que el apoyo de los padres debe ser constante y durable para producir un efecto verdadero. Se trata de todo un programa, que debe empezar por la transformación de sí mismo.

(1) Tomasello, M. (2009). Why we cooperate. The MIT Press.
(2) Reportaje de radio en la BBC por Helen Briggs, comentarista científico.
(3) Hamlin, J. K., Wynn, K., & Bloom, P. (2007). Social evaluation by preverbal infantsNature, 450(7169), 557–559. Esta experiencia ya había sido realizada con éxito en el mismo laboratorio con niños mayores, de 12 a 16 meses de edad. Kuhlmeier, V., Wynn, K., & Bloom, P. (2003). Attribution of dispositional states by 12-month-oldsPsychological Science, 14(5), 402–408. Si se realiza de nuevo esta experiencia con objetos inanimados (en lugar de figuras con aspecto humano), no existe preferencia hacia ninguno de los objetos.
(4) Aknin, L. B., Hamlin, J. K., & Dunn, E. W. (2012). Giving leads to happiness in young children.PLoS One, 7(6), e39211.


martes, 4 de agosto de 2015

Los hechos de la vida

Pema Chödrön



El Buddha enseñó que hay tres características principales de la existencia humana: impermanencia, ausencia de yo y sufrimiento o insatisfacción. Según el Buddha, la vida de todos los seres está marcada por estas tres cualidades. Reconocer que estas cualidades son reales y verdaderas en nuestra propia experiencia nos ayuda a relajarnos con las cosas como son.

Cuando escuché por vez primera esta enseñanza me parecía remota y académica. Pero cuando estuve alentada a prestar atención --por curiosidad acerca de lo que estaba pasando con mi cuerpo y mi mente-- algo cambió. Desde mi propia experiencia pude observar que nada es estático. Mi estado de ánimo está cambiando continuamente como el clima. Definitivamente no controlo qué pensamientos o emociones van a surgir, ni puedo detener su flujo. La quietud es seguida por el movimiento, los flujos del movimiento vuelven a la quietud. Incluso el más persistente dolor físico, cuando le presto atención, cambia como las mareas.

Siento gratitud hacia el Buddha por señalar que lo que luchamos contra todo en nuestras vidas puede ser reconocido como experiencia ordinaria. La vida continuamente va con subidas y bajadas. Las personas y situaciones son impredecibles, como también todo lo demás. Todo el mundo conoce el dolor de conseguir lo que no queremos: Santos, pecadores, ganadores, perdedores. Me siento agradecida de que alguien vio la verdad y señaló que no sufrimos este tipo de dolor a causa de nuestra incapacidad personal para hacer bien las cosas.

Que nada es estático o fijo, que todo es fugaz y efímero, es la primera marca de la existencia.  Es la situación normal de las cosas.  Todo está en proceso. Todo: cada árbol, cada brizna de hierba, todos los animales, insectos, seres humanos, edificios, lo animado y lo inanimado, está siempre cambiando, momento a momento. No tenemos que ser místicos o físicos para saber esto.  Sin embargo, en el nivel de experiencia personal, nos resistimos a este hecho básico. Significa que la vida no siempre va a seguir según nuestro modo. Significa que hay tanto pérdida como ganancia. Y no nos gusta esto.

Cierta vez estaba cambiando de trabajos y de casas al mismo tiempo.  Me sentía insegura, incierta y sin base. Esperaba que dijera algo que me ayude a trabajar con estos cambios, me quejé ante Trungpa Rinpoche acerca de los problemas con las transiciones.  Él me miró fijamente y dijo: "Siempre estamos en transición". Luego dijo: "Si sólo puedes relajarte con eso, no tendrás ningún problema."

Sabemos que todo es impermanente; sabemos que todo se desgasta. Aunque podemos adquirir intelectualmente esta verdad, emocionalmente tenemos una arraigada aversión hacia ella.  Queremos permanencia; esperamos permanencia.  Nuestra tendencia natural es buscar la seguridad; creemos que la podemos encontrar. Experimentamos la impermanencia a nivel cotidiano como frustración. Utilizamos nuestra actividad diaria como un escudo contra la ambigüedad fundamental de nuestra situación, gastando enormes energías tratando de alejar la impermanencia y la muerte. No nos gusta que nuestros cuerpos cambien de forma. No nos gusta envejecer. Estamos temerosos ante las arrugas y la flacidez de la piel.  Utilizamos productos de salud como si en realidad creyéramos que nuestra piel, nuestro cabello, nuestros ojos y dientes, podrían de alguna manera escapar milagrosamente a la verdad de la impermanencia.

Las enseñanzas budistas aspiran a liberarnos de este limitado modo de relacionarse. Ellas nos animan a relajarnos gradualmente y de todo corazón en la ordinaria y clara verdad del cambio. Reconocer esta verdad no significa que buscaremos en el lado oscuro. Lo que esto significa es que comenzamos a entender que no hay ni uno solo que pueda mantener todo junto. No creemos más que haya gente que ha manejado evitar la incertidumbre.

La segunda marca de la existencia es la ausencia de yo.  Como seres humanos somos tan efímeros como todo lo demás. Cada célula en el cuerpo está continuamente cambiando. Los pensamientos y las emociones surgen y desaparecen sin cesar. Cuando estamos pensando en que somos competentes o que estamos desesperados; ¿en que nos basamos?  ¿En este momento fugaz? ¿En el éxito o el fracaso de ayer? Nos aferramos a una idea fija de qué somos y nos incapacita. Nada ni nadie esta fijado.  Si la realidad del cambio es una fuente de libertad para nosotros o una fuente de ansiedad horrible, hace una diferencia significativa. ¿Hace que los días de nuestras vidas agreguen más sufrimiento o aumenten la capacidad para la alegría? Es una pregunta importante.

Algunas veces la ausencia de yo se denomina no-yo. Estas palabras pueden ser engañosas. El Buddha no implicaba que desaparezcamos, que podríamos borrar nuestra personalidad. Como un estudiante una vez le preguntó; "No experimentar la ausencia de yo ¿hace a la vida un tipo de grisura?" No es así. El Buddha señalaba que la idea fija que tenemos sobre nosotros mismos como sólidos y separados entre sí está dolorosamente limitándonos.  Es posible moverse a través del drama de nuestras vidas sin creer tan fervientemente en el personaje que actuamos.  Es un problema para nosotros el que nos tomemos tan en serio a nosotros mismos, que seamos tan absurdamente importantes en nuestra propia mente.  Nos sentimos justificados en estar molestos con todo el mundo. Nos sentimos justificados en denigrarnos o en sentir que somos más inteligentes que otras personas.  La auto importancia nos duele, nos limita al estrecho mundo de nuestros gustos y disgustos. Terminamos muertos de aburrimiento con nosotros mismos y con nuestro mundo.  Nunca acabamos satisfechos.

Tenemos dos alternativas: O bien ponemos en duda nuestra creencia de que no es así.  O bien aceptamos nuestras versiones fijas de la realidad, o comenzamos a desafiarlas.  En opinión del Buddha, prepararse en mantenerse abierto y curioso --  entrenarse en disolver nuestros supuestos y creencias -- es el mejor uso de nuestras vidas humanas.

Cuando nos entrenamos en despertar la bodichitta, estamos nutriendo la flexibilidad de nuestra mente.  En los términos más comunes, la ausencia de yo es una identidad flexible. Se manifiesta como curiosidad, como adaptabilidad, como humor, alegría.  Es nuestra capacidad para relajarse con no saber, no calcular todo lo externo, a no estar en absoluto seguros de que somos - o de que nadie sea tampoco.

El hijo único de un hombre fue reportado muerto en la batalla. Inconsolable, el padre se encerró en su casa durante tres semanas, rechazando todo apoyo y bondad.  En la cuarta semana el hogar el hijo regresó. Viendo que no estaba muerto, la gente del pueblo estaba conmovida hasta las lágrimas. Muy contentos, acompañaron al joven a casa de su padre y tocaron la puerta. "Padre, llamó al hijo, estoy de vuelta." Pero el anciano se negó a responder. "Tu hijo está aquí, no fue muerto," le decía la gente. Pero el anciano no acudió a la puerta. “¡Vayánse y dejenme hacer el duelo!  gritó.  "Sé que mi hijo se ha ido para siempre y no puede engañarme con sus mentiras". Así pasa con todos nosotros. Estamos seguros de quiénes somos y cómo son los demás y esto nos ciega. Si otra versión de la realidad llama a nuestra puerta, nuestras ideas fijas nos impiden aceptarlo.

¿Cómo vamos a pasar esta vida breve? ¿Vamos a fortalecer nuestra capacidad perfeccionada para luchar contra la incertidumbre, o nos vamos a entrenar en dejar ir?  ¿Vamos a aferrarnos tercamente a "yo soy así y tú eres así"?  ¿O vamos a ir más allá de esta mente estrecha?  ¿Podríamos empezar a entrenar como un guerrero, aspirando a reconectarse con la flexibilidad natural de nuestro ser y ayudar a otros a hacer lo mismo? Si empezamos a movernos en esta dirección, comenzarán a abrirse posibilidades ilimitadas.

La enseñanza sobre la ausencia de yo apunta a nuestra dinámica, a nuestra naturaleza cambiante. Este cuerpo nunca ha sentido exactamente lo que está sintiendo ahora. Esta mente está pensando en un pensamiento que, por repetitivo que parezca, no será nunca estar pensando una y otra vez. Puedo decir: "¿No es esto maravilloso?" Pero generalmente no lo experimentamos como maravilloso; lo experimentamos como desconcertante y peleamos por tenerlo. El Buddha fue lo suficientemente generoso para mostrarnos una alternativa. No estamos atrapados en la identidad del éxito o fracaso, o en cualquier identidad en absoluto, ni en términos de cómo otros nos ven ni en cómo nosotros nos vemos.  Cada momento es único, desconocido, completamente fresco. Para un guerrero en formación, la ausencia de yo es una causa de alegría, en lugar de una causa de temor.

La tercera marca de la existencia es el sufrimiento, la insatisfacción.  Como lo dijo Suzuki Roshi, solo practicando a través de una sucesión continua de situaciones agradables y desagradables es cómo adquirimos verdadera fuerza. Aceptar que el dolor es inherente y vivir nuestras vidas desde esta comprensión es crear las causas y condiciones para la felicidad.

Para decirlo de manera concisa, sufrimos cuando nos resistimos a la verdad noble e irrefutable de la impermanencia y la muerte. Sufrimos, no porque somos básicamente malos o merecemos ser castigados, sino por tres malentendidos trágicos.

En primer lugar, esperamos que lo que está cambiando siempre debe ser abarcable y predecible. Nacemos con un deseo por la resolución y la seguridad que gobierna nuestros pensamientos, palabras y acciones. Somos como personas en un barco que se está cayendo a pedazos, tratando de mantenerlo a flote.

La dinámica, la energética y el flujo natural del universo no es aceptable para la mente convencional. Nuestros prejuicios y adicciones son patrones que surgen del miedo a un mundo fluido.  Sufrimos, porque tomamos equivocadamente como permanente lo que siempre está cambiando.

En segundo lugar, procedemos como si estuviéramos separados de todo lo demás, como si fuéramos una identidad fija, cuando nuestra realidad es carente de yo. Insistimos en ser un yo, con Y mayúscula.  Tenemos seguridad de definirnos a sí  mismos como inútiles o dignos, superiores o inferiores.

Perdemos tiempo precioso exagerando o idealizando o menospreciándonos con una seguridad complaciente que sí, que es lo que somos.  Confundimos la apertura de nuestro ser - el asombro inherente y la sorpresa de cada momento – por un yo sólido, irrefutable.  Sufrimos, a causa de este malentendido.

En tercer lugar, buscamos felicidad en todos los lugares equivocados. El Buddha llamó a este hábito "tomar erróneamente el sufrimiento por felicidad," como una polilla volando hacia la llama.  Como sabemos, las polillas no son los únicos que se destruyen a sí mismas con el fin de encontrar alivio temporal. En cuanto buscamos la felicidad, todos estamos como el alcohólico que bebe para detener la depresión que se intensifica con cada trago, o el drogadicto que se sobrepasa para conseguir alivio al sufrimiento que aumenta con cada dosis.

Un amigo que siempre está en una dieta, indica que esta enseñanza sería más fácil de seguir si nuestras adicciones no ofrecieran alivio temporal. Debido a que experimentamos satisfacción efímera con ellas, nos mantenemos enganchados.  En nuestra búsqueda repetida de gratificación instantánea, perseguimos todo tipo de adicciones - algunas aparentemente benignas, algunas obviamente letales – para continuar reforzando los viejos patrones de sufrimiento. Fortalecemos los patrones disfuncionales.

Así nos volvemos menos capaces de vivir con hasta la más fugaz inquietud o malestar.  Nos habituamos a alcanzar algo para aliviar el nerviosismo del momento.  Lo que comienza como un leve cambio de energía -- una tension menor de nuestro estómago, una sensación vaga, indefinible de que algo malo está a punto de pasar -- se intensifica en la adicción. Esta es nuestra manera de intentar hacer la vida predecible.  Porque confundimos siempre lo que resulta en sufrimiento como lo que nos traerá felicidad, seguimos atrapados en el hábito repetitivo de incrementar nuestra insatisfacción. En la terminología budista este círculo vicioso se llama samsara.

Cuando empiezo a dudar de que tengo todo lo necesario para estar presente con la impermanencia, la ausencia de yo y sufriendo, me animo a recordar la advertencia cariñosa de Trungpa Rinpoche de que no existe remedio para el calor y el frío. De que no hay remedio para los hechos de la vida.

Esta enseñanza sobre las tres marcas de existencia puede motivarnos a dejar de luchar una y otra vez contra la naturaleza de la realidad. Podemos dejar de dañar a otros y a nosotros mismos en nuestro esfuerzo por escapar de la alternancia de placer y dolor. Podemos relajarnos y estar completamente presentes en nuestras vidas.


Versión al español, el editor.