miércoles, 20 de julio de 2011


¡Por fuera y por dentro somos impermanentes!



Las palabras y nuestro discurso son impermanentes inspírate entonces para recitar mantras y oraciones. La fe y nuestras devociones son impermanentes, lucha entonces para mantener tus compromisos imperturbables. Ideas y pensamientos son impermanentes, trabaja entonces en disolverlos en el Dharmadatu. La experiencia meditativa y las realizaciones son impermanentes, continúa entonces hasta el punto donde todo se disuelve en la naturaleza de la realidad.





Cuando meditamos en la impermanencia y cortamos con nuestros apegos podemos comprender la naturaleza de la mente, reconocer nuestra propia mente. Este estado es la única permanencia que podremos encontrar.

Como cantaba Jetsun Mila:

Por miedo a la muerte, me fui a las montañas
Una y otra vez medité en la impredecible venida de la muerte,
Y tomé el bastión de la inmortal naturaleza incambiable.
Ahora he perdido todo miedo y he ido más allá de la muerte!

Dónde sea que estés, todo lugar es impermanente. Mantén entonces siempre en tu mente los Campos Búdicos. La comida, la bebida y cada cosa que disfrutes es impermanente. Aliméntate entonces de profunda concentración. Dormir es impermanente. Mientras duermas purifica las ilusiones del sueño en la luz clara. Si tienes riquezas y abundancia, esto también es impermanente, lucha entonces por las siete nobles riquezas de la fe, disciplina, aprendizaje, generosidad, conciencia, modestia y sabiduría.
 
Tus seres mas queridos, tus amigos y tu familia son impermanentes, en lugar solitario haz surgir el deseo de liberación. Los altos cargos y la celebridad son impermanentes, siempre toma el asiento más bajo.


Todos somos compañeros de ruta con destino a la iluminación, compartimos un camino. Lo que yo he aprendido lo comparto con uds. Que todos lleguemos a la Luz Clara, la Naturaleza de la Mente! Ema Ho!

Juley! Tashi Delek! Namaste! Namaskar!  Good Luck! ¡Salud!

 Khenpo Phuntzok Tenzin   

Las Cuatro Consideraciones: Analizar nuestra situación actual y el significado del camino

 

Cuando nos damos cuenta de la dificultad de encontrar las libertades y condiciones favorables para el logro de la iluminación y cuando estamos frente a la posibilidad de recibir instrucción y amor de nuestros maestros debemos adoptar las cuatro consideraciones.
El Gandhavyuha-sutra dice:

¡Oh nobles seres, debéis consideraros como alguien que está enfermo,
el Dharma como la medicina,
el amigo espiritual como el médico experto,
y vuestra práctica diligente como el proceso curativo!


Seguir a un maestro o amigo espiritual sin hacer lo que él dice es como no obedecer al médico, lo cual le deja sin posibilidades de curar la enfermedad. No tomar la medicina del Dharma, es decir, no ponerlo en práctica, es como tener muchas medicinas y prescripciones al lado de nuestra cama pero sin tocarlas nunca; nunca podrán curar nuestra enfermedad.

Como ser humano, nuestra acciones buenas y malas son más poderosas que las de otros seres. Esto nos da la oportunidad de, por una parte, liberarnos en esta misma vida de los renacimientos, pero por otra parte podría impedir la liberación de los reinos inferiores si nuestras acciones son negativas.
Por eso es importante poner en práctica lo que nos enseña nuestro maestro o amigo espiritual y recorrer el camino con nuestros propios pies hacia la liberación.

Debemos apartarnos de las nociones erróneas opuestas a las cuatro consideraciones anteriores. Como lo describe el Tesoro de las Preciosas Cualidades Espirituales:
Los hombres viles, con lenguas superficiales
se acercan al maestro como si fuera un almizclero.
Habiendo extraído el almizcle, el Dharma perfecto,
llenos de alegría, se burlan del samaya

Cuando el Buda aún era un bodhisattva, se sentía muy agradecido de recibir aún las enseñanzas más directas y simples como "Todo lo compuesto es impermanente". Las atesoraba en su corazón y las practicaba incluso sacrificando su propio cuerpo. 
Nosotros tenemos la preciosa oportunidad de recibir muchas enseñanzas. Algunas son muy profundas y cuentan con instrucciones precisas y probadas por innumerables maestros a lo largo de la historia. Debemos sentirnos muy afortunados en lo más profundo de nuestro corazón por tener esta oportunidad pero no debemos considerar estas enseñanzas como una colección de palabras exóticas y conceptos elevados sino todo lo contrario extraer la esencia de estas y practicarlas con dedicación y alegría. El Buda dijo:
Con buenos amigos espirituales y buenos maestros
llegas a la completa iluminación
Con malos amigos y guías
todo tu mérito declina

Por esto es importante poner en práctica lo que nuestros buenos amigos espirituales nos indiquen.
Para finalizar les dejo estas bonitas palabras de los Jatakas

Toma el asiento inferior
Cultiva el porte digno de la disciplina
Con tus ojos húmedos de gozo,
Bebe las palabras como un néctar
Y permanece totalmente concentrado.
Esta es la forma de escuchar la enseñanza.
Como seres interdependientes, somos hermanos y hermanas. Yo recibí profundas enseñanzas de mis queridos maestros Khenpo Konchok Togdröl y Gelong Gyaltsen Rinpoche. Ambos eran maestros realizados y ya están en Paranirvana. Yo comparto con uds. todas las enseñanzas que recibí de ellos por lo que no somos distintos, uds. y yo somos compañeros en este camino a la iluminación. No hay diferencia entre uds. y yo, si practicamos estas enseñanzas sin duda obtendremos el fruto de un Buda.


Muchos cariños a todos

 Khenpo Phuntzok Tenzin  



viernes, 15 de julio de 2011

Sobre la Impermanencia  


En general, pensamos que la impermanencia quiere decir algo que existe hoy y que un día dejará de existir. Pero, cuando hablamos de impermanencia, no es a eso a lo que nos estamos refiriendo. La mente es impermanente, por ejemplo, pero siempre va a existir en continua transformación. 

Impermanencia en tibetano se dice mitakpa. Su definición es kechig kechig gyi jigpa, es decir, aquello que se transforma de momento en momento. Por lo tanto, impermanencia, quiere decir continua transformación, y no simplemente algo que deja de existir. 

Porque tenemos la idea de que impermanencia es algo que un día irá a dejar de existir, nos apegamos momentáneamente a las cosas, con la intención de controlarlas para ver si conseguimos así que ellas no se extingan. Si nos damos cuenta, acostumbramos pensar: “desde que ellas existen deben continuar iguales”. Pero de esta forma, queriendo que nada cambie, ¡actuamos exactamente lo contrario a la naturaleza de la realidad! 

Por ello, debemos revisar nuestro concepto de impermanencia. 

Si tuviésemos la comprensión correcta de la impermanencia no sufriríamos cuando las cosas cambian, porque veríamos la realidad tal como ella es: un resultado de una transformación continua y natural. 

Cuando se está muy cerca de algo que se está transformando, es difícil percibir su transformación.  Es como convivir con una persona todos los días. El tiempo pasa, y para nosotros ella no cambia. Pero, para los que están fuera, para los que no la ven desde hace mucho tiempo, el cambio es evidente, la diferencia es visible. 

El distanciamiento es necesario para que sea posible ver el cambio, porque sólo así pasamos a ver sobre una perspectiva diferente. La misma cosa sucede con nosotros. Yo recuerdo que cuando estaba en el Monasterio de Sera Me, en el sur de India, se me exigía mucho estudio en tibetano y no lograba aprender. Lo que no era verdad. … Yo aprendí muchísimo. Sólo que como yo convivía las 24 horas conmigo mismo, nunca percibía cuánto estaba aprendiendo. Esto sucede porque no conseguimos separarnos de nosotros mismos para poder observar nuestro propio cambio. Pero si nos detuviésemos para preguntar ¿Cómo estaba yo hace una semana atrás?, podríamos percibir la diferencia. 

Entonces, terminamos muchas veces sin percibir nuestros propios cambios, porque estamos siempre demasiado centrados en nosotros mismos. Pero siempre llega un día en el que un cambio se torna evidente: cuando las causas y las condiciones maduran el efecto es inevitable, pese a que pensemos que todo continúa igual. 

Un buen ejemplo de esto ocurre cuando nos encontramos con una persona que está muriendo. 

Aún estando claro, delante de nuestros ojos, que la persona no va a durar muchos días, de igual forma le hablamos a ella” No, no se preocupe, todo va a estar bien, nos veremos con la gente, vamos a hacer esto y esto otro juntos…” 

Esto sucede porque no aceptamos el cambio, esta transformación que es natural en todo.

Las únicas cosas que son permanentes son los conceptos generalizados, como por ejemplo: la impermanencia es permanente. Ayer la impermanencia no era diferente de lo que es hoy. Y hoy no será diferente de lo que será mañana. Pero, todo lo que vivimos, todo lo que percibimos con nuestros cinco sentidos, es impermanente, se está siempre transformando. 

Entonces, lo que yo deseo expresar es: si nuestra meta estuviese basada en una proyección de permanencia sobre lo que es impermanente, tenemos una gran desilusión. ¿Está claro esto? 

Esto no quiere decir que no se deba probar al mundo nuestro cambio, que no debamos colocar energía en las personas, en las cosas o en el trabajo… No, no es eso. Lo importante es tener una meta que va más allá de eso. Esto es mucho más importante. Porque, o si no, cada vez que pasemos por un cambio mayor, la vida continuará sin significado. 

Lo que sucede en general es que usted está en casa, cría a sus hijos vive su vida, y usted  tarde o temprano quedará sólo y no sabrá qué hacer…  O por ejemplo, usted vive con alguien que le es muy cercano, que para usted es la cosa más importante de su vida, y un día esa persona cambia completamente de idea, y se va, o incluso muere. En ese instante usted no sabe lo que hacer. 

Lo mismo sucede cuando tenemos un trabajo maravilloso y repentinamente somos despedidos… “Mi vida era aquel trabajo…. ¿Y qué haré ahora?” 

Tenía un proyecto de vida increíble, todo fantástico, y de repente ¡BUM!, ya no hay más.

Entonces, ¿qué hago yo ahora? Así parece que no tenemos nada más que hacer. 

 Tenemos que seguir adelante, no podemos quedarnos estancados. Por eso, es que necesitamos tanto de una meta interior para saber responder: “¿qué es lo que yo deseo hacer en mi vida? 


Extracto Del libro "Coragem para seguir em frente" 

Lama Michel Rimpoché 

Editorial Gaia ltda 2006