lunes, 28 de junio de 2010

Prácticas auxiliares de vinculación

Modificación de abril de 2002 de
Berzin, Alexander. Taking the Kalachakra Initiation.
Ithaca, Snow Lion, 1997.
Traducido por Roberto Martínez

Introducción

Además de tomar los votos del bodisatva y los votos tántricos, es necesario comprometerse, en una iniciación de anutarayoga, a mantener ciertas prácticas o actitudes que nos mantienen unidos al tantra (dam-tsing, sct. samaya, compromiso, palabra de honor).
Un voto (sdom-pa) es una restricción ante cualquier acción perjudicial, mientras que una práctica de enlace es llevar a cabo una acción benéfica. Así que, tomar un voto implica la promesa de limitarse tanto de una acción negativa por naturaleza, como matar, así como de una conducta éticamente neutra, como no meditar continuamente en el vacío, lo que resulta en perjuicio de nuestro crecimiento espiritual. En cambio, adoptar una práctica de vinculación, implica el compromiso de involucrarse tanto en actitudes constructivas como éticamente neutras conducentes a progresar, tales como ser generosos o mantener una conducta casta.
Las nueve prácticas auxiliares de vinculación son reformulaciones de varios de los votos tántricos raíz y formas de comportamiento domesticado, expresados en términos de la conducta que adoptamos y no de las acciones que evitamos.

Las nueve prácticas auxiliares de vinculación

(1) Liberarnos de las cuatro raíces
Liberamos nuestro comportamiento de estas cuatro acciones destructivas raíz: (a) matar o tomar la vida de otros (b) robar o tomar lo que no nos es dado (c) involucrarnos en conductas sexuales inapropiadas y (d) mentir. Esta práctica de vinculación es equivalente a las formas de comportamiento domesticado, de la segunda a la cuarta y de la undécima a la decimacuarta.
(2) Renunciar al alcohol
Esta es equivalente a la quinta forma de comportamiento domesticado. Las primeras dos practicas auxiliares de vinculación son también los cinco votos laicos replanteados como prácticas de vinculación.
(3) El evitar conductas inapropiadas
Esto incluye nunca abusar de nuestros agregados (el octavo voto tántrico común). También, como en los ocho votos secundarios del bodisatva en conexión con la autodisciplina ética, evitamos el comportamiento que nos causa caer en mala reputación.
(4) Comprometernos con nuestros maestros espirituales
No solo evitamos despreciar o denigrar a nuestros maestros espirituales, (el primer voto tántrico raíz común), sino que nos comprometemos con ellos de manera apropiada. Lo hacemos de acuerdo al tercer voto tántrico secundario auxiliar, no actuando en contra de las enseñanzas de los cincuenta versos sobre el maestro espiritual.
(5) Respetando y sirviendo a los amigos vajra
No solo evitamos faltar a nuestros hermanos y hermanas vajra, (el tercer voto tántrico raíz común), sino que los tratamos siempre con honor y respeto.
(6) Cultivando las 10 acciones constructivas
No sólo evitamos trivializar y transgredir las palabras de algún ser que ha alcanzado la iluminación concernientes a los tres conjuntos de votos, (el segundo voto tántrico raíz común), sino que nos comprometemos activamente en las 10 acciones constructivas, evitar matar, robar, etc.
(7) Deshacernos de las causas que nos alejen del mahayana
Esto incluye nunca desanimarse ni darse por vencido ante la promesa de amar a los seres sintientes, (el cuarto voto tántrico raíz común), así como no tener apego al estado pacífico de la liberación.
(8) El evitar despreciar el mahayana
Como con los seis votos tántricos raíz comunes, evitamos burlarnos de nuestros propios principios y de los principios de otros, específicamente las enseñanzas de los sutras mahayana.
(9) El evitar pisar o pasar sobre objetos de respeto
No sólo evitamos no confiar adecuadamente en los materiales que nos vinculan de manera cercana a nuestra práctica tántrica, (el treceavo voto tántricos raíz común), sino que evitamos mostrar falta de respeto hacia ellos, como al pisar o pasar por encima de símbolos auspiciosos dibujados en el piso u ofrendas de flores lanzadas al aire durante rituales tántricos y han caído al suelo.

Los votos raíz del bodisatva

Modificación demarzo de 2002 de
Taking the Kalachakra Initiation de Alexander Berzin,
Ithaca, Snow Lion, 1997.
Traducido por Jorge Numata

Antecedentes

Un voto (sdom-pa) es una forma sutil e invisible en un continuum mental, que moldea el comportamiento. Específicamente, es una restricción de cometer una “acción innombrable” (kha-na ma-tho-ba), ya sea una destructiva por naturaleza (rang-bzhin-gyi kha-na ma-tho-ba) o una prohibida por el Buda (bcas-pa'i kha-na ma-tho-ba) a individuos específicos que se encuentran entrenando para lograr ciertas metas. Un ejemplo del primer tipo es tomar la vida de otro; un ejemplo del segundo es comer después del mediodía, mismo que los monásticos evitan para que sus mentes estén más claras al meditar por la noche y a la mañana siguiente.
Existen dos etapas en el desarrollo de la bodichita: de aspiración (smon-pa'i sems-bskyed) y de acción ('jug-pa'i sems-bskyed). Tan sólo con la segunda tomamos los votos del bodisatva.
[Para leer más sobre la diferencia entre las dos etapas, ver: Acciones para el entrenar en el estado comprometido de la bodichita de aspiración.]
Tomar los votos del bodisatva (byang-sems sdom-pa) implica la promesa de evitar dos conjuntos de acciones negativas que el Buda prohibió a aquellos entrenándose como bodisatvas para alcanzar la iluminación y ser del mayor beneficio posible a otros. Estos son:
  1. Dieciocho acciones que, si se cometen, constituyen una ruptura a los votos raíz (byang-sems-kyi tsa-ltung),
  2. Cuarenta y seis tipos de comportamiento inadecuado (nyes-byas).
Una ruptura a los votos raíz significa la pérdida del conjunto entero de votos del bodisatva. Es una ruptura en el sentido de que conduce a un deterioro en el crecimiento espiritual y obstaculiza el desarrollo de cualidades positivas. La palabra raízdenota que son acciones a eliminar de raíz. Por facilidad de expresión a este par de conjuntos generalmente se les conoce como votos raíz y votos secundarios del bodisatva. Ofrecen excelentes lineamientos sobre el tipo de comportamiento a evitar si deseamos beneficiar a otros de la forma más pura y completa posible.
El maestro indio de la etapa tardía del siglo décimo, Atisha, recibió esta versión particular de los votos del bodisatva de parte de su maestro de Sumatra, Darmamati de Suvarnadvipa. Más tarde, resumió sus fuentes bibliográficas en el Compendio de entrenamientos (bSlabs-btus, sct. Shikshasamuccaya) y la transmitió a Tibet. Todas las tradiciones tibetanas actuales la siguen, mientras que las tradiciones budistas derivadas de China observan versiones diversas de los votos del bodisatva.
La promesa de sostener los votos del bodisatva no sólo se refiere a esta vida, sino a cada vida subsecuente hasta la iluminación. Así, estos votos continúan en nuestro continuum mental en vidas futuras, como formas sutiles. Si hemos tomado los votos en una vida pasada, no los perderemos al cometer una transgresión plena ahora, a menos que los hayamos tomado de nuevo en la vida presente. Retomar los votos por primera vez en esta vida refuerza el impulso de nuestros esfuerzos para lograr la iluminación que ha estado creciendo desde la primera vez que los tomamos. Por ello, los maestros mahayana enfatizan la importancia de morir con los votos del bodisatva intactos y fuertes. Su presencia perdurable en nuestro continuum mental sigue acumulando potenciales positivos (mérito) en vidas futuras, incluso antes de que los revitalicemos al tomarlos de nuevo.
Examinemos ahora las dieciocho acciones negativas que constituyen una ruptura a los votos raíz, siguiendo al fundador de la tradición gelug, Tsongkapa, y su comentario del siglo quince sobre los votos del bodisatva, Una explicación de la disciplina ética de los bodisatvas: El camino principal a la iluminación(Byang-chub sems-dpa'i tshul-khrims-kyi rnam-bshad byang-chub gzhung-lam). Cada una de estas acciones tiene varias estipulaciones que necesitamos conocer.

Las dieciocho rupturas a los votos raíz del bodisatva

(1) Alabarse a sí mismo y menospreciar a otros
Esta ruptura se refiere a pronunciar palabras humillantes a alguien en una posición inferior. La motivación debe incluir ya sea deseo de ganancia, alabanza, amor, respeto, etc. de la persona a quien nos dirigimos, o bien celos a quién menospreciamos. No tiene relevancia si lo que decimos es cierto o falso. Los profesionistas que presumen ser budistas deben cuidarse de no cometer esta ruptura.
(2) No compartir enseñanzas de Darma o riquezas
Aquí, la motivación debe ser específicamente apego y tacañería. Esta acción negativa incluye no sólo ser posesivos de nuestras notas o grabaciones, sino también ser tacaños con nuestro tiempo y negarnos a ayudar cuando es necesario.
(3) No escuchar las disculpas de otros o golpearlos
La motivación de ambas debe ser el enojo. El primer caso se refiere a un evento en sí en el que le gritamos o golpeamos a alguien que suplicó ser perdonado, o alguien más nos pidió que nos detuviéramos y nosotros nos negamos. El segundo caso se refiere simplemente a golpear a alguien. Algunas veces puede ser necesario dar un golpe a un niño o a una mascota rebelde, si no nos hace caso, para evitar que corra a la calle. Pero nunca resulta apropiado, o útil, disciplinar por enojo.
(4) Proponer enseñanzas inventadas y desechar las del mahayana
Esto quiere decir rechazar enseñanzas correctas acerca de un tema concerniente a los bodisatvas, tales como su comportamiento ético, y sustituirlas por una instrucción plausible aunque engañosa sobre el mismo tema; plantearlas como auténticas y enseñarlas a otros para que se conviertan en nuestros seguidores. Un ejemplo de esta ruptura es cuando los maestros, temerosos de ahuyentar a los estudiantes potenciales, justifican el comportamiento moralmente liberal con la explicación de que cualquier tipo de acción es aceptable siempre y cuando no dañe a otros. No es necesario ser maestro para romper el voto. Podemos hacerlo aún en una charla informal con otros.
(5) Tomar ofrendas que fueron dispuestas para la Triple Joya
Se rompe el voto al robar o malversar cualquier ofrenda o pertenencia de los Budas, el Darma y la sanga, y después contemplarlo como propio, ya sea que se haga personalmente o delegándolo a alguien más. La sanga, en este contexto, se refiere a cualquier grupo de cuatro o más monásticos. Algunos ejemplos son la malversación de fondos donados para construir un monumento budista, para imprimir libros de Darma o para alimentar a un grupo de monjes o monjas.
(6) Traicionar al Darma sagrado
Aquí, la ruptura consiste en negar que las enseñanzas escritas de los vehículos de los shravakas, pratyekabudas o bodisatvas sean palabra del Buda, o causar que otros lo nieguen, al externar nuestras opiniones. Los shravakas son aquellos que escuchan las enseñanzas de un Buda mientras se encuentran aún presentes, mientras que los pratyekabudas son practicantes que evolucionan por sí mismos y viven principalmente durante las eras oscuras en las que el Darma no se encuentra disponible en forma directa. Para lograr avanzar espiritualmente, dependen del entendimiento intuitivo obtenido gracias al estudio y la práctica realizados en vidas previas. El conjunto de ambas enseñanzas constituye el hinayana, o “vehículo modesto” para obtener la liberación personal del samsara. El vehículo del mahayana enfatiza los métodos para obtener la iluminación completa. El negar que todas, o algunas de las escrituras de cualquiera de estos vehículos provengan del Buda, constituye una ruptura a los votos raíz.
Mantener este voto no quiere decir renunciar a una perspectiva histórica. Las enseñanzas del Buda fueron transmitidas de forma oral durante siglos antes de ser plasmadas en forma escrita, por lo que indudablemente ocurrieron perversiones y falsificaciones. Desde luego que los grandes maestros que recopilaron el canon budista tibetano rechazaron algunos textos que consideraron falsos, sin embargo, en lugar de tomar decisiones basadas en prejuicios, utilizaron el criterio del maestro indio del siglo séptimo, Darmakirti, para afirmar la validez de cualquier material, y este es la habilidad de su práctica para lograr un mejor renacimiento, la liberación o la iluminación. Las diferencias de estilo entre las escrituras budistas, e incluso dentro de un mismo texto, a menudo indican los distintos momentos en que diversas porciones de las enseñanzas fueron escritas o traducidas a los diferentes idiomas. Por lo tanto, estudiar las escrituras usando la metodología moderna del análisis de contenidos, con frecuencia puede ser de utilidad y no entra en conflicto con este voto.
(7) Retirar la túnica a monásticos ordenados o cometer actos tales como robar sus hábitos
Esta ruptura se refiere específicamente a un acto encaminado a dañar a uno, dos o tres monjes o monjas budistas, sin importar su estatus moral o su nivel de estudio o práctica. Tales actos deben estar motivados por mala fe o malicia, e incluyen golpearlos o abusar verbalmente de ellos, confiscar sus bienes o expulsarlos de sus monasterios. Sin embargo, expulsar a algún monje o monja no es una ruptura si a su vez han roto uno de los cuatro votos mayores: no matar, especialmente a un ser humano; no robar, particularmente lo perteneciente a la comunidad monástica; no mentir, específicamente respecto a logros espirituales; y mantener celibato total.
(8) Cometer cualquiera de los cinco crímenes atroces
Los cinco crímenes atroces (mtshams-med lnga) son: (a) matar a nuestro padre, (b) matar a nuestra madre, o (c) matar a un arjat (ser liberado), (d) sacarle sangre a un Buda con mala intención y (e) causar ruptura en una comunidad monástica. El último crimen atroz se refiere a repudiar las enseñanzas del Buda y su institución monástica, hacer que los monjes y monjas las rechacen, y reclutarlos en nuestra nueva religión y tradición monástica recién fundada. No se refiere a dejar un centro de Darma u organización, especialmente si se hace por corrupción en la organización o en sus maestros espirituales, y fundar otro centro que efectivamente siga las enseñanzas del Buda. Además, el término sanga en este crimen atroz se refiere específicamente a la comunidad monástica, no se refiere a la “sanga” como sinónimo de la congregación de una organización o centro de Darma, en el uso no tradicional del término, acuñado por los budistas occidentales.
(9) Mantener una visión distorsionada y antagónica
Esto significa negar aquello que es valioso y verdadero, tal como la ley de causa y efecto del comportamiento, una dirección positiva y segura en la vida, el renacimiento y la liberación de este último. Así como a tener una actitud antagónica hacia a estas ideas y quienes las sostienen.
(10) Destruir lugares tales como pueblos
Esta ruptura incluye demoler, bombardear o degradar, intencionalmente, el medio ambiente de un pueblo, ciudad, distrito o área rural, volviéndolo inapropiado, dañino o difícilmente habitable para seres humanos o animales.
(11) Dar enseñanzas sobre el vacío a aquellos cuyas mentes no están entrenadas
Los principales objetos de esta ruptura son las personas con la motivación de la bodichita que aún no están listas para entender la vacuidad. Tales personas se asustarían o confundirían por esta enseñanza y a raíz de esto abandonarían el camino del bodisatva por el de la liberación personal. Esto puede ocurrir como resultado de pensar que, si todos los fenómenos están vacíos de existencia inherente y encontrable, entonces nadie existe, así que ¿para qué la molestia de trabajar en beneficio de otros? Esta acción también incluye el enseñar la vacuidad a cualquiera que pudiera malinterpretarla y como resultado abandonara el Darma completamente, por ejemplo al pensar que el budismo enseña que nada existe y por lo tanto no es más que un disparate. Al carecer de percepción extrasensorial, es difícil saber si las mentes de otros están suficientemente entrenadas para no distorsionar las enseñanzas sobre el vacío de todos los fenómenos. Por lo tanto, es importante guiar a otros hacia estas enseñanzas con explicaciones gradualmente más complejas y verificar periódicamente su comprensión.
(12) Apartar a otros de la iluminación completa
Los objetos de esta acción son las personas que ya han desarrollado la motivación de la bodichita y que se esfuerzan por obtener la iluminación. La ruptura consiste en decirles que no son capaces de actuar todo el tiempo con generosidad, paciencia, etc. En otras palabras, decirles que es imposible que se conviertan en un Buda, de tal forma que sería mucho mejor esforzarse únicamente por su propia liberación. Esta ruptura no se completa a menos que efectivamente abandonen el objetivo de la iluminación.
(13) Apartar a otros de sus votos pratimoksha
Los votos de la liberación individual, llamados pratimoksha (so-thar sdom-pa), incluyen aquellos para laicos, monjas en periodo de prueba, monjes y monjas novicios, y monjes y monjas ordenados. Los objetos en este caso son las personas que observan alguno de estos conjuntos de votos. La ruptura es decirles que no tiene caso mantener los votos de pratimoksha para un bodisatva, porque todas sus acciones son puras. Para que esta ruptura sea completa, la persona debe efectivamente abandonar sus votos.
(14) Menospreciar el vehículo del shravaka
La sexta ruptura a los votos raíz consiste en repudiar que los textos de los vehículos del shravaka o del pratyekabuda sean palabras auténticas del Buda. Aquí, se aceptan como auténticos, pero se rechaza la efectividad de sus enseñanzas y se sustenta que es imposible liberarse de las emociones y actitudes perturbadoras por medio de sus instrucciones, por ejemplo aquellas acerca del vipasana (meditación del discernimiento profundo).
(15) Proclamar una realización falsa de la vacuidad
Cometemos esta ruptura si no hemos llegado aun a la realización de la vacuidad y sin embargo enseñamos o escribimos acerca de ella fingiendo lo contrario, motivados por envidia a los grandes maestros. No importa si los estudiantes o lectores son engañados, sin embargo, estos deben entender lo que explicamos. Si no comprenden nuestra presentación, la ruptura queda incompleta. Aunque este voto se refiere a proclamar falsas realizaciones, específicamente de la vacuidad, es evidente que debemos evitar lo mismo al dar enseñanzas sobre la bodichita u otros temas del Darma. No se comete ninguna falta al enseñar la vacuidad antes de haber llegado a su realización, siempre y cuando se deje esto claro, así como el hecho de que se explica meramente desde el propio nivel actual de entendimiento provisional.
(16) Aceptar aquello que ha sido robado a la Triple Joya
Esta ruptura consiste en aceptar como regalo, ofrenda, salario, recompensa, multa o soborno cualquier cosa que haya sido robada o malversada a los Budas, el Darma o la sanga, incluyendo aquello que hubiese pertenecido tan sólo a uno, dos o tres monjas o monjes. Tanto si el robo o malversación fue hecho de forma personal o delegado a alguien más.
(17) Establecer políticas injustas
Esto se refiere a tener predisposición contra practicantes serios, ya sea por enojo u hostilidad hacia ellos, y favorecer a aquellos con logros menores o nulos por apego a ellos. Un ejemplo de esta ruptura consiste en dar la mayor parte del tiempo como maestros a estudiantes particulares ocasionales, capaces de pagar altos honorarios, y desatender a estudiantes serios que no pueden pagarlos.
(18) Abandonar la bodichita
Esta ruptura se refiere a abandonar el deseo de obtener la iluminación en beneficio de todos. Existen dos niveles de bodichita: de aspiración y de acción. Aquí nos referimos al primero. Al abandonar el primero, perdemos también el segundo.
A veces se especifica una decimonovena ruptura a los votos raíz:
(19) Menospreciar a otros con versos o palabras sarcásticas
Sin embargo, esta puede incluirse, en la primera ruptura a los votos raíz del bodisatva.

Mantener los votos

Al entrar en contacto con votos como estos, es posible que sintamos que son difíciles de mantener y nos dé miedo tomarlos. Sin embargo, podemos evitar sentirnos intimidados al conocer claramente de qué se tratan. Hay dos maneras de explicarlos. La primera es que los votos son una actitud que adoptamos ante la vida para evitar ciertos tipos de conducta negativa. La otra es que son una forma o molde sutil que damos a nuestra vida. En cualquier caso, mantener los votos demanda presencia mental (dran-pa), un estado de alerta (shes-bzhin) y autocontrol de nuestra parte. Con presencia mental, recordamos nuestros votos durante el curso de cada día. Con alerta, vigilamos nuestro comportamiento para verificar si concuerda con los votos. Si descubrimos que los transgredimos, o que estamos apunto de hacerlo, ejercitamos el autocontrol. De esta forma, definimos y mantenemos en forma ética nuestra vida.
Observar los votos con presencia mental no es algo demasiado extraño o difícil de lograr. Al manejar un auto estamos de acuerdo en seguir ciertas reglas para minimizar accidentes y maximizar la seguridad. Estas reglas dan forma a nuestra manera de manejar, de tal forma que evitamos acelerar demasiado e invadir el carril contrario, mientras que definimos el camino más práctico y realista para llegar a nuestro destino. Tras acumular experiencia, seguir estas reglas se convierte en algo tan natural que mantenerlas en mente no implica mayor esfuerzo, ni nos agobia. Lo mismo ocurre al mantener los votos del bodisatva o cualquier otro voto ético.

Los cuatro factores necesarios para romper los votos

Perdemos nuestros votos cuando dejamos totalmente de moldear nuestra vida con ellos, o dejamos de intentar mantenerlos. A esto se le llama ruptura a los votos raíz. Cuando ocurre, la única forma de recuperar este molde ético es reformar nuestras actitudes, realizar un procedimiento de purificación tal como la meditación sobre el amor y la compasión, y retomar los votos. Entre las dieciocho rupturas raíz del bodisatva, tan pronto como desarrollamos el estado mental del noveno (una visión distorsionada y antagónica) o del decimoctavo (abandonar la bodichita), por el mero hecho de nuestro cambio de opinión, perdemos la forma ética en nuestra vida marcada por los votos del bodisatva, y por ende detenemos nuestros esfuerzos por mantenerla. Consecuentemente, perdemos inmediatamente todos nuestros votos de bodisatva y no sólo aquellos que específicamente hemos desechado.
Transgredir los otros dieciséis votos del bodisatva no constituye una ruptura a los votos raíz a menos que la actitud que acompaña al acto contenga los cuatro factores necesarios para romperlos (kun-dkris bzhi). Estos factores deben ser sustentados y mantenidos desde el momento inmediato después de desarrollar la motivación de romper el voto hasta el momento justo después de completar el acto de trasgresión.
Los cuatro factores necesarios para romper los votos son:
(1) No considerar que el acto negativo es perjudicial, ver en él sólo ventajas, y llevar a cabo la acción sin arrepentimiento alguno.
(2) Estar acostumbrados a cometer la trasgresión sin tener el deseo ni la intención de evitar repetirla en el presente o en el futuro.
(3) Deleitarse en la acción negativa y llevarla a cabo con gusto.
(4) No tener dignidad moral (ngo-tsha med-pa, sin sentido del honor) ni dar importancia a cómo nos hacen quedar nuestras acciones ante los otros (khrel-med, sin sentido de vergüenza), tales como nuestros maestros o padres. Esto implica no tener ninguna intención de reparar el daño que nos infringimos.
A menos que las cuatro actitudes acompañen a la transgresión de cualquiera de los dieciséis votos, el molde del bodisatva no desaparece de nuestra vida, así como el esfuerzo por mantenerlo, aunque ambos se habrán debilitado. Existe una gran diferencia entre meramente romper o perder estos dieciséis votos.
Por ejemplo, supongamos que no prestamos uno de nuestros libros debido a nuestro apego y avaricia. No vemos ningún problema en nuestra actitud, después de todo podrían derramarle café o no regresarlo. Nunca hemos prestado nuestros libros y no tenemos intención alguna de cambiar esta política, ni ahora ni en el futuro. Es más, nos sentimos a gusto con nuestra negación. Al carecer de dignidad moral, no sentimos vergüenza alguna al decir que no. No nos interesa cómo quedamos ante los demás con nuestra negativa, a pesar de que supuestamente deseamos llevar a todos hasta la iluminación, ¿cómo es posible que no estemos dispuestos a compartir cualquier fuente de conocimiento que tengamos? Con un descaro total, no damos la menor importancia a cómo hace quedar nuestra negativa a nuestros maestros espirituales, o al budismo en general. Y no tenemos intención alguna de hacer algo para contrarrestar nuestra acción egoísta.
Si tenemos todas estas actitudes al negarnos a prestar un libro, definitivamente hemos perdido la forma del bodisatva en nuestra vida. Hemos abandonado completamente en nuestro entrenamiento mahayana y perdido todos nuestros votos de bodisatva. Por otro lado, si faltan algunas de estas actitudes y no prestamos el libro, hemos meramente relajado nuestros esfuerzos por mantener la forma del bodisatva en nuestra vida. Aún tenemos los votos, pero de forma debilitada.

Debilitar los votos

Transgredir uno de los dieciséis votos sin que esté presente ninguno de los cuatro factores vinculantes no debilita, de hecho, nuestros votos de bodisatva. Por ejemplo, no prestamos nuestro libro cuando nos lo piden, pero sabemos que es algo incorrecto. No deseamos adoptar esta reacción como una política, nos sentimos incómodos al decir que no, y nos preocupa cómo nos hace quedar nuestra negativa y cómo hace quedar a nuestros maestros. Tenemos una razón válida para negarnos a prestarlo, tal como una necesidad urgente del mismo, o porque se lo hemos prometido a alguien más. Nuestra motivación no es apego al libro ni tacañería. Pedimos disculpas por no poder prestarlo en este momento y explicamos las razones, asegurando a esta persona que se lo prestaremos en cuanto nos sea posible. Para compensar la pérdida, ofrecemos compartir nuestros apuntes. De esta manera mantenemos del todo la forma del bodisatva en nuestra vida.
Al permitir que la influencia del apego y la tacañería crezcan en nosotros, comenzamos poco a poco a debilitar la forma del bodisatva y a relajar nuestros votos. Es importante entender que mantener el voto de abstenernos de no compartir enseñanzas del Darma o cualquier otra fuente de conocimiento no nos libera del apego o la tacañería respecto a nuestros libros. Meramente previene que actuemos bajo su influencia. Podemos prestar el libro, o debido a una necesidad urgente del mismo, no hacerlo, pero seguimos estando apegados a él y continuamos siendo básicamente tacaños. Sin embargo, los votos nos apoyan en la lucha por exterminar estas emociones perturbadoras y lograr la liberación de los problemas y el sufrimiento que traen consigo. Pero mientras más fuertes sean estas emociones problemáticas, más difícil será controlarnos y no permitirles dictar nuestro comportamiento.
Cuando al no prestar el libro, sabemos que está mal, pero lo acompañamos de uno, dos o todos los otros tres factores vinculantes, nos vemos poco a poco más dominados por el apego y la tacañería, y nuestros votos se vuelven cada vez más débiles. Estos constituyen los niveles menor, intermedio y mayor de la corrupción menor (zag-pa chung-ba) de nuestros votos. Por ejemplo, sabemos que está mal no prestar un libro, pero esa es nuestra política y no hacemos excepciones. Si nos sentimos mal por ello, y nos avergonzamos por cómo nos hace quedar esta negativa y por cómo hace quedar a nuestros maestros; la forma del bodisatva que tratamos de dar a nuestra vida no se habrá debilitado demasiado. Pero si adicionalmente nos sentimos felices de nuestra política de no préstamo, y además no nos importa lo que otros piensen de nosotros o de nuestros maestros, estaremos cayendo presas, cada vez más, de nuestro apego y tacañería.
Una forma aún más débil de mantener esta forma en nuestra vida comienza cuando no vemos nada malo en negarnos a prestar un libro. Este es el nivel menor de la corrupción intermedia (zag-pa 'bring). Al añadir uno o dos de los otros factores vinculantes, debilitamos la forma del bodisatva todavía más, llegando a la corrupción intermedia grave y la corrupción grave (zag-pa chen-po), respectivamente. Cuando los cuatro factores vinculantes están presentes, cometemos una ruptura a los votos raíz y perdemos completamente nuestros votos de bodisatva. De esta forma caemos bajo el dominio total del apego y la tacañería, lo que significa que ya no estamos involucrados en superarlas o en madurar nuestros potenciales para beneficiar a otros. Al abandonar la etapa de la bodichita de acción, perdemos los votos del bodisatva que dan estructura a dicho nivel.

Reforzar los votos debilitados

El primer paso para reparar nuestros votos de bodisatva, si los hemos debilitado o perdido, es admitir que nuestra transgresión fue un error. Podemos hacer esto con un ritual expiatorio (phyir-'chosphyir-bcos). Tal ritual no implica confesar nuestros errores a otra persona o buscar el perdón de los Budas. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos y con nuestro compromiso. Si al momento de romper un voto específico ya sentimos que estaba mal, volvemos a admitir nuestro error. A continuación generamos los cuatro factores que actúan como fuerzas oponentes (gnyen-po bzhi). Estos cuatro factores son:
(1) Sentir arrepentimiento de nuestra acción. El arrepentimiento (' gyod-pa), ya sea al momento de transgredir un voto o después de hacerlo, no es lo mismo que la culpa. El arrepentimiento es el deseo de que no hubiésemos tenido que cometer el acto presente o pasado. Es lo contrario a disfrutarlo, o regocijarnos después de haberlo hecho. La culpa, en cambio, es una fuerte sensación de que nuestra acción es o fue malvada, y por ello nosotros mismos somos una persona realmente mala. Al considerar estas identidades como inherentes y eternas nos quedamos pensando en ellas morbosamente, sin soltarlas. La culpa nunca es una respuesta apropiada o útil a nuestros errores. Por ejemplo, si comemos algo que nos hace daño, nos arrepentimos de nuestra acción, pues fue un error. Pero el hecho de haber comido lo que nos enfermó, no nos hace inherentemente malos. Somos responsables de nuestras acciones y de sus consecuencias, pero no somos culpables de ellas en un sentido que nos condena y nos priva de cualquier sentimiento de autoestima o dignidad.
(2) Prometer hacer nuestro mejor esfuerzo para no volver a cometer este error. Aún si tuvimos tal intención al momento de romper el voto, reafirmamos conscientemente esta determinación.
(3) Volver a la base. Esto quiere decir reafirmar la dirección positiva y segura en nuestra vida y volver a dedicar nuestros corazones a obtener la iluminación para el beneficio de todos. En otras palabras, revitalizamos y reforzamos nuestro refugio y nuestro nivel de bodichita de aspiración.
(4) Llevar a cabo medidas correctivas para contrarrestar nuestra transgresión. Tales medidas incluyen meditar sobre el amor y la generosidad, pedir perdón por nuestro comportamiento poco amable y llevar a cabo otras obras positivas. Actuar de forma constructiva requiere que tengamos sentido de dignidad moral y que nos importe cómo nuestras acciones nos hacen quedar ante aquellos a quienes respetamos. Ambas actitudes pueden habernos faltado al cometer la transgresión, de tal forma que ahora lo contrarrestamos. Aún si al momento de realizar el acto negativo nos sentimos apenados y avergonzados, estos pasos positivos refuerzan el respeto por nosotros mismos y la consideración por lo que otros pudieran pensar de nuestros maestros.

Comentarios Finales

Podemos ver que, en realidad, los votos del bodisatva son muy difíciles de perder totalmente. Siempre y cuando los respetemos e intentemos mantenerlos sinceramente como lineamientos, en realidad nunca los perdemos. Esto es porque los cuatro factores vinculantes nunca se encuentran completos aún cuando nuestras emociones perturbadoras nos llevan a romper un voto. Y aún en el caso de mantener una visión distorsionada y antagónica, o de abandonar la bodichita, si admitimos nuestro error, reunimos las fuerzas de oposición del arrepentimiento y demás, y retomamos los votos, podemos recobrarlos y reanudar nuestro camino.
Por lo tanto, al decidir si vamos a tomar los votos o no, es más razonable basar esta decisión en una evaluación de nuestra capacidad de llevar a cabo un esfuerzo continuo por tratar de mantenerlos como lineamientos, y no en nuestras habilidades de mantenerlos de forma perfecta. Sin embargo, es mejor nunca debilitar ni perder nuestros votos. Aunque podamos caminar de nuevo después de rompernos una pierna, quizá quedemos cojeando.

Acciones de entrenamiento para
tomar una dirección segura (refugio)

Modificado en marzo de 2002.
Tomado de:
Berzin, Alexander. Taking the Kalachakra Initiation.
Ithaca, Snow Lion, 1997.
Traducido por Jorge Numata

Introducción

Tomar refugio (skyabs-‘gro) significa dar formalmente a nuestras vidas la dirección segura indicada por la Triple Joya (Budas, Darma y sanga) y comprometernos a mantener esta dirección de forma continua y sin vacilar, hasta que nos lleve a la liberación o la iluminación.
Tomar refugio formal en una ceremonia de votos del bodisatva o en una iniciación tántrica, ya sea en un empoderamiento completo (dbang, “wang”) o una ceremonia de autorización subsiguiente (rjes-snang, “jenang”) es equivalente a hacerlo en un ritual separado con un maestro espiritual. Cortar un poco de pelo y recibir un nombre de Darma no son componentes esenciales del procedimiento. Se prescinde de ellos al tomar refugio en una ceremonia de votos del bodisatva o una iniciación, aunque sea por primera vez.
Al orientar formalmente nuestras vidas en la dirección segura y positiva del refugio, nos comprometemos a dos conjuntos de acciones de entrenamiento (skyabs-‘gro bslabs-bya), que resultan útiles para mantener esta dirección:
(1) El entrenamiento indicado en el Texto todo incluyente (bsdu-ba-las ‘byung-ba’i bslabs-bya),
(2) El entrenamiento indicado en enseñanzas quintaesenciales (man-ngag-las 'byung-ba'i bslabs-bya).
El primero proviene del Texto todo incluyente para las determinaciones (gTan-la dbab-pa bsdu-ba, sct. Vinishcaya-samgraha), uno de los cinco textos de Niveles de la mente para el comportamiento integrado (rNal-'byor spyod-pa'i sa, sct.:Yogacaryabhumi) escrito por el maestro indio, Asanga, del siglo cuatro o cinco.
El segundo consta de dos conjuntos:
(1) Entrenamientos individuales para cada una de las Tres Joyas (so-so’i bslab-bya)
(2) Entrenamientos comunes para las Tres Joyas (thun-mong-ba’I bslab-bya).
Estos tres grupos de acciones para entrenar no son votos. Si transgredimos cualquiera de ellas, simplemente debilitamos la dirección segura en nuestras vidas. No perdemos esta dirección a menos que formalmente la abandonemos.

Entrenamientos indicados en el Texto todo incluyente

Las acciones de entrenamiento que provienen del texto de Asanga incluyen dos conjuntos de cuatro. El primer conjunto abarca una acción paralela a tomar refugio en los Budas, dos en el Darma y una en la sanga. El segundo conjunto de cuatro se relaciona con la Triple Joya como un todo.
Paralelo a tomar dirección segura en los Budas, (1) nos comprometemos de todo corazón a un maestro espiritual. Si aún no tenemos un maestro espiritual personal para dirigir nuestra práctica, este compromiso es encontrar uno.
Formalmente tomar refugio en la presencia de un maestro no implica necesariamente comprometernos a seguir a este maestro como nuestro guía espiritual personal. Por supuesto, es importante tener respeto y gratitud hacia esta persona como la que nos abrió la puerta a una dirección segura en la vida. Nuestro refugio, sin embargo, es en la Triple Joya (representada por una estatua del Buda o una pintura durante la ceremonia) y no en la persona específica que llevó a cabo el ritual. Sólo en el contexto de una iniciación tántrica el maestro encarna las Tres Joyas del Refugio. En ese caso, tomar la dirección segura crea un vínculo formal entre maestro espiritual y discípulo.
Dejando a un lado el contexto, nuestra dirección segura es la de la Triple Joya en general, no en un linaje específico o en alguna tradición del budismo. Si el maestro que realiza el ritual de refugio es de algún linaje en particular, recibir la dirección segura o empoderamiento de su parte no necesariamente nos convierte en un seguidor del mismo linaje.
Para mantener la dirección del Darma en la vida, resulta útil (2) estudiar las enseñanzas budistas y (3) enfocar nuestra atención en aquellos aspectos de las enseñanzas diseñados específicamente para superar nuestras emociones y actitudes perturbadas. El estudio académico no basta; necesitamos aplicar el Darma a nuestra vida personal.
Para tomar refugio en la sanga (la comunidad de practicantes altamente realizados o aryas), (4) hay que seguir su ejemplo. Hacer esto no necesariamente implica adoptar una vida monástica, sino realizar esfuerzos sinceros por comprender de forma directa y no conceptual los cuatro hechos verdaderos de la vida (las cuatro verdades nobles). Estos son: que la vida es difícil, que las dificultades provienen de una causa, concretamente de la confusión sobre la realidad; y que podemos poner fin a nuestros problemas; para hacerlo necesitamos el entendimiento del vacío como el estado mental que nos guíe en el camino.
De forma paralela a tomar una dirección segura en la Triple Joya en su conjunto, (5) retirar nuestras mentes de la búsqueda de placeres sensoriales, cuando sin prestar atención éstas vuelan a su acecho, y en vez de esto trabajar con nosotros mismos como la principal tarea de nuestras vidas. Esto implica utilizar plenamente nuestro tiempo y energías para superar nuestras limitaciones y lograr la consecución de nuestros talentos y potenciales, en lugar de perseguir más entretenimiento, comida, experiencia sexual y acumular más dinero y posesiones materiales.
(6) Adoptar las normas éticas que nos han dado los Budas. Esta ética está basada en la capacidad de discernir claramente entre lo que es de utilidad y lo que es perjudicial para dirección positiva en la vida. No se trata de obediencia a un conjunto de leyes ordenadas por una divinidad. Por lo tanto, seguir una ética budista implica abstenerse de ciertos tipos de conducta porque resultan destructivos y obstaculizan nuestras habilidades para beneficiarnos a nosotros mismos o a otros. También implica adoptar otros tipos de conducta porque son constructivos y nos ayudan a crecer.
(7) Tratar de ser tan comprensivo y compasivo con otros como sea posible. Aún si nuestras metas espirituales se restringen a obtener la liberación de nuestros problemas personales, esto no puede ocurrir a expensas de otros.
Finalmente, para mantener nuestra conexión con la Triple Joya, (8) hacer ofrendas especiales de fruta, flores, etc. en las festividades budistas, tales como el aniversario de la iluminación del Buda. Guardar las festividades religiosas por medio de rituales tradicionales nos ayuda a sentirnos parte de una comunidad.

Entrenamientos individuales para cada una de las Tres Joyas

El primer grupo de acciones que se deriva de las enseñanzas quintaesenciales está formado por tres acciones a evitar (dgag-pa'i bslabs-bya) y tres acciones a practicar (sgrub-pa'i bslab-bya), conectadas con cada una de las Tres Preciosas Joyas. Las acciones a evitar nos llevan en una dirección contraria en la vida, mientras que aquellas a adoptar promueven en nosotros la conciencia de la meta.
Las tres acciones a evitar son, a pesar de haber tomado dirección segura en los Budas, (1) tomar como dirección principal otra cosa. Lo más importante en la vida ya no es acumular tantos objetos materiales y experiencias entretenidas como sea posible, sino tantas buenas cualidades como podamos, tales como amor, paciencia, concentración y sabiduría, para poder ser de mayor beneficio a otros. No se trata de un voto de pobreza y abstinencia, sino de la afirmación de una dirección más profunda en la vida.
Más específicamente, este compromiso significa no tomar refugio último en dioses o espíritus. El budismo, especialmente en su variante tibetana, a menudo utiliza ceremonias rituales (puja) dirigidos a diversas figuras búdicas (yidam, deidades tántricas) o protectores airados para ayudar a quitar obstáculos y lograr propósitos constructivos. Realizar estas ceremonias nos provee de circunstancias propicias a la maduración de los potenciales negativos en formas triviales en lugar de obstáculos serios, y para que los potenciales positivos maduren más pronto. Pero si hemos acumulado potenciales negativos de forma abrumadora, estas ceremonias no serán efectivas para prevenir dificultades. Por lo tanto, procurar a dioses, espíritus, protectores o aún a Budas no puede sustituir la atención que pongamos a nuestro karma. Esto quiere decir evitar las conductas destructivas y actuar de maneras constructivas. El budismo no es un camino espiritual de adoración a protectores, ni siquiera de adoración a los Budas. La dirección segura de un camino budista está en el trabajo que pongamos para convertirnos nosotros mismos en seres liberados o iluminados.
A pesar de haber tomado la dirección segura del Darma, (2) causar daño o calamidades a animales o humanos. Uno de los principales lineamientos que el Buda enseñó es ayudar a otros tanto como sea posible, y si no podemos ayudar, por lo menos no causar ningún daño.
A pesar de haber tomado la dirección segura de la sanga, (3) asociarnos estrechamente con personas negativas. Evitar tales contactos nos ayuda a no tener influencias que nos alejen de metas positivas mientras nuestra determinación de vida todavía sea débil. No quiere decir que debamos vivir en una comunidad budista, sino que debemos ser precavidos respecto a qué compañías frecuentamos y tomar las medidas pertinentes y necesarias para evitar influencias perjudiciales.
Las tres acciones a adoptar como signo de respeto, honrar (4) a todas las estatuas, pinturas y otras representaciones artísticas de Budas, (5) a todos los libros, especialmente los concernientes al Darma y (6) a todas las personas con votos monásticos budistas y aún a sus hábitos. Tradicionalmente se consideran signos de falta de respeto el pisar o pasar sobre esos objetos, el sentarse o pararse en ellos y el colocarlos directamente en el suelo sin por lo menos poner una pieza de tela bajo los mismos. Aunque estos objetos no son fuente de una dirección segura en si mismos, representan a los seres iluminados y a sus logros supremos así como a los practicantes altamente realizados con un buen avance hacia la meta, dichos objetos nos ayudan a mantener nuestra presencia mental en todo esto.

Entrenamientos compartidos comunes a las Tres Joyas

El último grupo de compromisos al tomar una dirección segura es el entrenar en seis acciones que se relacionan con las Tres Joyas como un todo. Estas son:
(1) Reafirmar nuestra dirección segura al constantemente recordar las cualidades de las Tres Joyas del Refugio, las diferencias entre ellas y las diferencias con otras posibles sendas de vida.
(2) Como agradecimiento a su amabilidad y sustento espiritual, ofrendar cada día la primera porción de bebida y comida caliente a la Triple Joya. Esto generalmente se hace usando la imaginación, aunque también podemos colocar una pequeña porción de nuestra primera bebida caliente del día ante una estatua o pintura del Buda. Entonces imaginamos que los Budas nos lo ofrecen de vuelta, para que lo bebamos y disfrutemos nosotros. Sería una falta de respeto tirar las ofrendas al WC o vaciarlas en el lavabo.
Al hacer ofrendas de comida y bebida, no es necesario recitar una plegaria en un idioma extranjero que no hablamos, a menos que su misterio nos inspire. En realidad basta con pensar “Por favor, Budas, disfruten esto”. Si las personas con las que comemos no son budistas, resulta mejor hacer esta ofrenda discretamente, sin que sepan lo que hacemos. Convertir nuestra práctica en un espectáculo sólo generará incomodidad o burlas.
(3) Conscientes de la compasión de la Triple Joya, indirectamente animar a otros a tomar esta dirección. El propósito de este compromiso no es volvernos misioneros y tratar de convertir a todos. Sin embargo, las personas que nos muestran apertura y que no tienen una dirección en la vida, o tienen una negativa, seguramente encontrarán útil que les expliquemos la importancia y beneficio que nosotros mismos obtenemos de tener una dirección positiva y segura. Que se vuelvan budistas o no, carece de importancia, nuestro ejemplo puede motivarlos a hacer algo constructivo en sus vidas al trabajar consigo mismos y crecer.
(4) Recordar los beneficios de una dirección positiva, formalmente reafirmarla tres veces al día y tres veces por noche, comúnmente poco después de levantarse y justo antes de acostarse a dormir. Esta afirmación normalmente se hace repitiendo, “Tomo la dirección segura de los maestros, los Budas, el Darma y la sanga.” Los maestros espirituales no constituyen una cuarta joya, sino que proveen acceso a las tres. En el contexto del tantra, los maestros espirituales encarnan a las tres.
(5) Pase lo que pase, confiar en nuestra dirección segura. En tiempos de crisis, una dirección segura es el mejor refugio porque lidia con la adversidad buscando eliminar su causa. Los amigos pueden reconfortarnos, pero a menos que sean seres iluminados, inevitablemente nos decepcionarán. Tienen sus propios problemas y limitaciones en sus capacidades. Sin embargo, trabajar siempre para eliminar nuestras limitaciones y dificultades de forma sobria y realista nunca nos fallará en el momento crítico.
Esto nos lleva al compromiso final, (6) nunca abandonar esta dirección de vida, sin importar lo que ocurra.

Tomar refugio y seguir otras religiones o caminos espirituales

Algunas personas preguntan si el tomar refugio implica convertirse al budismo y abandonar sus religiones de origen para siempre. No es el caso, a menos que así lo deseemos. En tibetano, no existe una palabra equivalente a “budista”. La palabra que se usa para un practicante quiere decir “ alguien que vive desde adentro,” o sea, dentro de los límites de tomar una dirección segura y positiva en la vida. Llevar este tipo de vida no requiere llevar un cordón rojo de protección en el cuello y nunca entrar a una iglesia, sinagoga, templo hindú o altar confucionista. Lo esencial es trabajar con nosotros mismos para superar nuestras limitaciones y concretizar nuestros potenciales. En otras palabras, deseamos llevar a cabo el Darma, tal como los Budas lo han hecho y los practicantes altamente realizados, la sanga, se encuentran haciéndolo. Ponemos nuestros esfuerzos principales en esta dirección. Como muchos maestros budistas han dicho, incluyendo a mi propio maestro, el difunto Tsenzhab Serkong Rimpoché, si analizamos las enseñanzas de caridad y amor en otras religiones tales como la cristiana, debemos concluir que seguirlas no va en contra de la dirección que enseña el budismo. El mensaje humanitario de todas las religiones es el mismo.
Nuestra dirección positiva y segura es primariamente evitar las diez acciones destructivas (diez no-virtudes): tomar la vida de cualquier criatura viva, tomar lo que no es dado, involucrarse en conductas sexuales inapropiadas, mentir, hablar divisoriamente, usar lenguaje cruel e hiriente, parlotear sin sentido, y pensar de una forma codiciosa, de forma maliciosa o bien de forma distorsionada y antagonista. Tomar la dirección budista de vida sólo implica abandonar las enseñanzas de otras religiones, filosofías o sistemas políticos que alienten las acciones, palabras o pensamiento que involucren estas actitudes destructivas, y que sean dañinas para nosotros y los demás. Aún cuando no existe ninguna prohibición de ir a la iglesia, mantener una dirección estable de vida significa no enfocar toda nuestra energía en ese aspecto de la vida, descuidando nuestro estudio y práctica del budismo.
Algunas personas se preguntan si tomar refugio como parte de una ceremonia tántrica requerirá que dejen de practicar el zen o sistemas de entrenamiento físico como el hata yoga o las artes marciales. La respuesta es que no, porque estos también son métodos para lograr la consecución de nuestros potenciales positivos y no comprometen nuestra dirección segura en la vida. Sin embargo, todos los grandes maestros recomiendan no mezclar ni adulterar las prácticas de meditación. Si queremos tomar una sopa y una taza de café en la comida, no vertimos el café en la sopa y los tomamos juntos. Involucrarse en diferentes entrenamientos cada día está bien. Sin embargo, es conveniente hacerlo en sesiones separadas, llevando a cabo cada práctica respetando sus propias usanzas. Tal como sería absurdo ofrecer tres postraciones al altar entrando a una iglesia, de igual forma es inapropiado recitar mantras durante una sesión de meditación zen o vipasana.