lunes, 8 de octubre de 2018

¿QUÉ SON LAS ESTUPAS?


¿Qué son las estupas?


Las estupas son objetos que representan la Mente Iluminada del Buddha. Tal como las estatuas representan el cuerpo de Shakyamuni Buddha y los textos del Dharma representan su habla divina, las estupas representan su Mente Despierta. A diferencia de los libros y estatuas, las estupas representan una esencia inmaterial, y, de hecho, las estupas no se siempre son objetos visibles. Por ejemplo, según Tulku Sang-ngag Rinpoche, una estupa de cristal se encuentra bajo el árbol Bodhi en Bodh Gaya, el resultado de la absorción meditativa allí de un siddhi poderoso. Rimpoche dice: «Esta estupa subterránea, esta representación espontáneamente presente de la mente iluminada, adornada por el árbol bodhi crece en la superficie de la tierra, proporcionando un soporte único para ese sitio, de tal manera que todos los mil budas que aparecerán en esta época alcanzarán la iluminación en Bodh Gaya».


La estupa es un símbolo antiguo, espiritualmente potente de la Mente Iluminada y algunos relatos tempranos de las encarnaciones anteriores del Buddha se refieren a que Buddha originalmente se puso en el camino de la liberación cuando encontró una estupa. Según Rimpoché: «Un significado de ‘estupa’ es que es un fenómeno que ocurre espon-táneamente, auto generado.» En otras palabras, el universo entero puede verse como una enorme estupa. Además, los agregados interdependientes de cada ser trabajan juntos para crear a un ser relativo, una estupa microcósmica que opera dentro de la estupa mayor del universo.


La construcción arquitectónica de una estupa es muy precisa: «Él [Buddha] dijo que si la estupa fuera tan grande como el Monte Meru o tan pequeña como una uña, lo importante era la proporción para retratar una representación sagrada de la mente iluminada.» Las secciones inferiores de la estupa representan el reino del deseo; las del medio, la sección circular representa el reino de la forma; y la sección superior con la torre ornamental representa el reino sin forma. El mástil central de la estupa representa el dharmadhatu, los fenómenos incondicionados, la raíz del Dharma.



Los beneficios de crear estupas son innumerables: una historia habla de un brahmán llamado Sergyi Dawa, que evitó la enfermedad terminal, la muerte y el renacimiento en reinos inferiores construyendo estupas y participando en otras actividades de fomento de mérito con el consejo del Buddha. Las estupas son puricadores poderosos, y participando en la generosidad de patrocinar una estupa con la motivación de la Bodhicitta puede ser incluso la causa en sí de la iluminación. Según Tulku Sang-ngag Rimpoché: “Si uno participa en la construcción y actividades rituales de una estupa, o rinde homenaje a la estupa completada con un altruista deter-minación que es para beneficio de todos los seres, entonces las bendiciones son tales que el Buddha mismo no podría describirlas".


Pasaje de “Mirror of Freedom 13. Stupas: Incalculable Sources of  Blessing.” Tulku Sang-ngag Rinpoche. Rigdzin Ling, septiembre, 1995.

 

La neurociencia respalda la creencia budista sobre el hecho que “el ego” no es constante, sino está en perpetuo cambio

Olivia Goldhill

Aunque no puede recordar vuestros primeros años de vida, cree firmemente que vuestro yo – vuestro ser esencial – es intrínsecamente el mismo que en la actualidad

Sin embargo, los budistas sugieren que esto es sólo una ilusión y esta visión cada vez es más apoyada por la investigación científica.

Evan Thompson, profesor de la Universidad de la Columbia Británica indica que «Los budistas dicen que nada es constante, todo cambia a través del tiempo, tenemos un flujo de conciencia en constante evolución. Y desde el punto de vista de la neurociencia, el cerebro y el cuerpo están en constante movimiento. No hay nada que indique que hay un yo inmutable.»

La neurociencia y el budismo arribaron a estas ideas de una manera independiente, pero algunos cientí-ficos han comenzado recientemente a referir e integrar esta filosofía oriental en su trabajo y han llegado a aceptar las teorías que fueron afirmadas hace miles de años por los monjes budistas.

Un documento de neurociencia, publicado en Trends in Cognitive Sciences [Tendencias en Ciencias cognoscitivas] en julio, vincula la creencia budista de que nuestro ego está en constante evolución con áreas físicas del cerebro. Hay evidencias científicas de que «la conciencia de uno mismo en el cerebro no son específicas a una región o a una red determinada, sino que se extiende a una amplia gama de procesos fluctuantes de las neuronas que no parecen ser específicos al yo», escriben los autores.

Thompson, cuyo trabajo incluye los estudios de ciencia cognitiva, la fenómenología y la filosofía budista, dijo que no es el único dominio donde convergen el budismo y la neurociencia. Por ejemplo, algunos neurocientíficos creen ahora que las facultades cognitivas no son fijas, sino que pueden ser entrenadas a través de la meditación. Y podría ser un reconocimiento científico a la creencia budista de que la conciencia se prolonga en el sueño profundo.

«La visión de la neurociencia clásica es que el sueño profundo es un estado de apagón donde la conciencia desaparece», dice Thompson. «En la filosofía india, vemos que algunos teóricos sostienen que hay una toma de conciencia sutil que sigue estando presente en un dormir sin sueños, sólo que hay una falta de capacidad para consolidarla momento tras momento en la memoria.»

Los estudios sobre los patrones de sueño de los meditadores sugieren que este podría ser el caso. Un estudio publicado en 2013 ha revelado que la meditación puede influir en los patrones electro físicos del cerebro durante el sueño, y los resultados sugieren que existe una capacidad para «gestionar la información y mantener un cierto nivel de concienciación, incluso en un estado donde estas funciones cognitivas están en general altamente alteradas», según los investigadores.

Pero ni la neurociencia, ni el budismo tienen una respuesta definitiva sobre exactamente cómo la conciencia se relaciona con el cerebro. Y los dos campos difieren en algunos aspectos del tema. Los budistas creen que hay algún tipo de consciencia que no depende del cuerpo físico, mientras que los neurocientíficos (y Thompson) están en desacuerdo.

Pero Thompson apoya la visión de los budistas de que efectivamente el ser existe.

"En la neurociencias, a menudo encuentra gente que dice que el ser es una ilusión creada por el cerebro. Mi opinión es que el cerebro y el cuerpo trabajan juntos en nuestro entorno físico para crear un sentido de sí. Y es incorrecto simplemente decir que porque es una construcción, entonces es una ilusión."