lunes, 24 de octubre de 2011


¿Budista y feliz en el trabajo?

Miércoles 22 de septiembre de 2010, por Alain Delaporte-Digardnoelia Palma

Trabajar nos lleva hacia el quinto punto del noble sendero óctuple: los medios de existencia justos.
 
Con atención y dulzura, centrémonos en las actividades profesionales, pero también en la calidad de vida de las personas que trabajan con nosotros y de toda persona que encontremos en el marco de las relaciones con otras empresas. 

Desliguémonos de los frutos de la acción. 

Trabajemos con amor y compartiendo. Semejante será la recompensa. Al final del proceso, el dinero se va. Las sumas ganadas son un medio de subsistencia, pero en ningún caso constituyen el objetivo último. Esta distancia nos aleja del afán de lucro, fuente de sufrimiento. 

El trabajo como soporte a la meditación. 

La felicidad no existe en lo absoluto. Reside en lo cotidiano. 
Cualquier situación, cualquier contrariedad, cualquier sorpresa es una forma de experimentar nuestra capacidad de adaptación a la vida. Sobra decir que nuestro lugar de trabajo, que ocupa al menos un tercio de nuestra jornada, es un espacio perfecto para enfrentarnos a la riqueza de situaciones variadas y, con frecuencia, contradictorias. 
Permanecer sereno en el corazón de la tormenta y de las múltiples presiones se convierte en una verdadera práctica. En el seno de nuestra actividad profesional, analicemos nuestro comportamiento, el de nuestra mente. 
Dulcifiquemos las reacciones superficiales que nos alejan de la armonía. Rencontremos el humor: ¿un nuevo problema? ¡Qué suerte resolverlo! Con cierta distancia, mirémosnos crecer sin dejar resurgir nuestras actitudes nefastas. Basta con tomar distancia y reaccionar adaptándose a la situación.
Observar y actuar,
la visión justa y la acción justa en el trabajo.
Ni más ni menos
Cada acción cotidiana puede servir de soporte a nuestra conciencia. 
El trabajo es un momento pleno para experimentar todos los preceptos del budismo. 

Trabajemos por excelencia o pasión. 

Si tenemos la impresión de no trabajar nunca, sumergidos en la pasión o la compasión, alcanzaremos la mejor forma de los medios de existencia. Ya no sabremos si trabajamos, si practicamos una ascésis o si jugamos. La jornada se pasa inmersos en cada instante presente, 
aquí y ahora
Sin objetivo.
Sólo conscientes.
Juntos desde la humildad 

Trabajar es meditar 
Trabajando con los otros, entramos en una comunidad activa. 
Seamos generosos y solidarios. 
Generemos entusiasmo, y aportemos a los otros una vida más fácil en el trabajo. 

- PREGUNTAS 

Qué piensan : 
¿Se trata de preceptos, o de una serenidad sonriente y alegre? 
¿Es un esfuerzo que cuela o una actitud que fluye como el agua pura? 
¿Se trata de budismo o simplemente de un camino de felicidad? 

Con cariño, 
Alain Delaporte-Digard

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