sábado, 18 de octubre de 2014


SHAMATHA:

LA PRÁCTICA DE LA ATENCIÓN PLENA

 

Simplicidad


 


Shamatha es simple y realizable. No estamos así contando los mitos sobre lo que alguien hizo en el pasado. Es posible estar aquí presente sin ideas preconcebidas. De hecho, es mucho más simple que tener todo tipo de adornos y parafernalia. La práctica de la atención plena no es particularmente religiosa; ni aun es una práctica. Es un comportamiento natural que uno comienza a desarrollar de una manera muy sencilla.
 
La práctica de shamatha está diseñada para la vida sencilla y mendicante. El Vipashyana es la base para el aprendizaje académico y la comunicación del conocimiento. Nuestro mayor reto en traer el budismo a Occidente es intentar hacer el shamatha sencillo como base de la actividad prajna sofisticada. Eso podría ser nuestra contribución a las enseñanzas y al Buda.

 Si podemos hacer esto, no tendríamos maestros secos o yoguis de corazón blando. Por el contrario, la simplicidad, la precisión y la atención plena sería la fuente de aprendizaje. El mundo puede parecer complicado, pero no sería complicado si al menos tuviera un patrón, y ese modelo es la simplicidad.

Yo prefiero hablar de la práctica de shamatha desde el punto de vista de la tradición contemplativa, usando las instrucciones dadas por los artesanos en lugar de los teólogos;  las instrucciones que se puede utilizar en el acto. Mi convicción es que hay una necesidad de volver a las grandes tradiciones contemplativas y a las experiencias personales que ellos describen. Espero seguir la tradición contemplativa de Jamgön Kongtrül[1], por la cual la práctica de shamatha se torna realizable o "practicable", por así decirlo. Me gustaría discutir de shamatha de manera tan experiencial como se pueda.  La práctica es una experiencia muy personal.

El objetivo del shamatha es liberarnos de mal nacimiento o distorsión.  Vamos por el denominado mundo ordinario de una forma muy distorsionada. Estas distorsiones van desde las agitaciones emocionales a gran escala, los crímenes que cometemos y hasta el dolor que causamos a otras personas, simplemente por ser ignorantes de lo que sucede en nuestra vida diaria. Nos hemos convertido en maestros de la distorsión, nos hemos convertido en personalidades inconscientes, pero eso no significa que estemos atascados con este enfoque. Mientras podamos entender esto y mientras tanto haya espacio para la disciplina, la práctica del shamatha puede cambiar nuestro estado de ser.

 
Shamatha está orientado a la idea de liberarnos nosotros mismos física y psicológicamente de los tres reinos inferiores -- el reino de los infiernos, el reino de los fantasmas hambrientos y el reino de los animales[2]-- prestando atención a lo que está sucediendo con nosotros, tanto psicológica como físicamente. La práctica de la meditación en el nivel shamatha es muy definido: vamos paso a paso, desde el nivel microscópico hasta el nivel cósmico. Shamatha es importante para que a medida que avancemos en el camino hacia el mahayana y el vajrayana, no acumulemos neurosis y distorsiones mahayana, tanto como distorsiones y neurosis vajrayana. Shamatha es necesario con el fin de hacer que el punto de partida sea claro y limpio.

 
A menos que estemos dispuestos a comprometernos con la práctica shamatha, no hay manera de salir de los malos nacimientos o la distorsión. Por eso shamatha es muy importante. Es purificación. Shamatha no presenta exigencias  metafísicas o filosóficas a nuestra inteligencia; sólo estar aquí en el presente. En general, a menos que estemos aquí - real, plena y verdaderamente aquí - no podemos hacer nada adecuadamente. Estamos obligados a cometer errores. No sólo estamos obligados a cometer errores, sino que estamos forzados a estropear nuestra vida.

 
La práctica de shamatha se basa en los tres principios de cuerpo, habla y mente. Estamos desarrollando la atención plena de la experiencia física; la atención plena de las emociones o habla; como la atención plena de los pensamientos discursivos o mente. Al hacerlo, nos estamos liberando a nosotros mismos de los reinos inferiores.

 
El cuerpo es lo más obvio y directo. Se relaciona con el reino de los infiernos y la ira. En el reino de los infiernos, físicamente experimenta temperaturas frías y calientes, y psicológicamente se siente la separación entre usted y los demás.

 
El habla está relacionada con el reino de los fantasmas hambrientos y el deseo. El habla es como un viento que comunica entre el mundo de los fenómenos y usted mismo. En el reino de los fantasmas hambrientos, el habla está relacionada con el hambre y la emoción de querer algo. Se relaciona con la necesidad del ego por el entretenimiento y la ocupación continua.

 
La mente tiene que ver con el reino animal y  los pensamientos discursivos. En el reino animal, la mente está parloteando y es discursiva. Este reino está marcado por la estupidez: la mente no está abierta y usted está en la oscuridad. Los tres reinos inferiores están limitados por sus propias neurosis, y por no querer relacionarnos con ellos, sino eludirlos.

 
En esta etapa, su comprensión de los tres reinos inferiores no tienes que ser precisa y clara, y no necesita gastar tiempo en diferenciarlos. La pregunta es, ¿cómo va a liberarse de los reinos inferiores? La manera de hacer eso, siempre, es sentarse y meditar, y desarrollar un estado de conciencia de sí está meditando o no. Es la única forma de liberarse por sí mismo de esos reinos. Puede tener ideas fantasiosas sobre la transmutación de las energías y el uso del abono de la experiencia, pero tales ideas son prematuras. Son todavía conceptos, en lugar de lo que puede hacer este mismo día, esta misma tarde, justo en este momento.

 
A veces se refieren a la atención plena o atención consciente como reposar o relajarse, pero esto no se refiere al concepto convencional de relajación. No es relajarse como el relajarse antes de que llegue a ser hipnotizado o la relajación que se siente después de un intensivo hatha yoga. En shamatha, relajación significa estar sin mecanismos de defensa, o si se presentan los mecanismos de defensa, dejarlos ir.  Cuando siente que debería estar haciendo algo para tranquilizarse, hay al mismo tiempo un mecanismo de defensa, una calidad de intranquilidad.

 
En shamatha, la idea es ir junto con la intranquilidad en lugar de intentar hacerlo todo ideal y tranquilo. Puede usar la intranquilidad y la irritación como parte de la práctica. Pero no se quede en eso demasiado tiempo; solo mírelo y déjelo ir, mirar y dejar ir. Si toma el asunto como algo personal, no es un problema, pero si lo toma como una amenaza más grande, como un complot cósmico impersonal, resulta en algo muy complicado y usted no puede desarrollar conciencia plena del aquí y ahora. Sin embargo, si permite la meditación, los mecanismos de defensa se defienden a sí mismos en lugar de defenderlo, los mecanismos de defensa se desmoronan. Si usted está tenso, por ejemplo, deje que la tensión sea tensa. Entonces la tensión no tiene ninguna sustancia. Se convierte en relajación.

 
En tibetano, la palabra para relajación es bakpheppa. Bak significa una especie de "conciencia sensorial de la sensación," un "abrir y cerrar en el sistema nervioso," phep significa "relajado", y pa es un sustantivo; así bakpheppa significa la "relajación de vuestro tembloroso sistema nervioso ". Esto sólo puede lograrse al relacionarse con la misma tensión. No hay ninguna otra manera. Si está tratando de relajarse, termina con tantos puntos de referencia de relajación que en realidad no puedes relajarse. Es como estar de vacaciones cuando tiene ya un televisor, una sauna, una piscina, una cancha de tenis y un restaurante: tiene muchos lugares para relajarse pero está demasiado ocupado para relajarse de verdad.

 
En shamatha, la relajación es referenciada. Es sólo ser, de una manera muy sencilla. En el shamatha puro es sólo que usted siga estando allí constantemente, perseguido por su atención consciente. La atención consciente surge como el sentido constante de que está realmente ahí. Se podría empezar en el contexto de las enseñanzas, en relación con su propio dolor o en relación con la memoria. La atención plena debe ocurrir todo el tiempo. En general, para entender el buddhadharma, tiene que estar allí; de lo contrario, el buddhadharma no puede ser captado. Estar allí no significa retenerse o estarse quieto. Podría ir con lo que está pasando y estar ahí. Como ejemplo, su Santidad el XVI Gyalwa Karmapa[3], el jefe supremo del linaje Kagyü, podía estar ahí con el público; con empresarios, políticos, académicos y gente de todo tipo. Siempre estaba ahí, siempre presente. Cuando bendijo a tres mil personas en San Francisco, tardó casi dos horas para ir a través de todos. Pero mientras los bendecía individualmente, él estaba allí para cada persona. Usted haría lo mismo. Es posible. Es una cuestión de actitud.

 
Con shamatha, usted está allí; siempre está ahí. Estar allí requiere aflojar, pero mientras se relaja, disciplinarse más. Así operan simultáneamente soltura  y disciplina. A veces cuando se relaja, se vuelve tonto o absurdo, y cuando se refrena, se convierte en distanciado, no comunicativo y estatuario. Ese es un problema. La idea de shamatha es que pueda relajarse y a la vez ser consciente de la simplicidad. Eso es lo que se llama amyakshamatha: atención consciente "completa" o "perfecta". No es unilateral. En shamatha, usted está presente. Al mismo tiempo, su mente se vuelve tan transparente, tan penetrante y reposada, que se convierte en un tamiz. Cree que está vertiendo en ello las enseñanzas, pero termina con nada en absoluto.

Si el buddhadharma fuera una religión teísta, basada en el culto a una deidad o un salvador, y si usted cree que sabe perfectamente lo que estaba haciendo, su mente dejaría de ser un tamiz y sería en su lugar un caldero de hierro fundido. Este modelo parece muy simpático, porque uno quisiera tener algo muy sólido y definitivo en que agarrarse en contraposición a convertirse en un colador. Pero en la tradición no teísta, su estado se convierte en un tamiz con el cual es difícil atrapar o aferrarse a algo. Por lo tanto, para comprender la esencia de las enseñanzas, es necesario desarrollar una concienciación constante.

El desarrollo de la conciencia se basa en simples prácticas mindfulness. Ya sea si usted está sentado en su cojín de meditación o no, la concienciación debe realizarse constantemente. En las tradiciones tibetanas contemplativas, no creo que nadie siente que puede tomarse un descanso. No hay lugar para eso. Es enfocarse en la manta, trabajar a tiempo completo, 24 horas al día. La práctica de pos meditación en tibetano es jethop. Je significa "después" y thop "recepción"; Así que jethop significa "recibiendo después." De hecho, muchos de los maestros han dicho que es mucho más importante experimentar jethop que estar demasiado concentrado en la práctica formal de meditar sentado. La práctica sentada proporciona una especie de ancla para empezar con la meditación y en la pos meditación esta experiencia se convierte en real. Así que no es sólo sentarse y después pensar que usted ya ha terminado. Cuando ha terminado con su sesión de práctica, todavía hay la experiencia de pos meditación.

En general, hay un montón de demandas sobre los estudiantes, así como también sobre el maestro, de estar aquí, de estar presente. Debemos estar presentes, no con un cierto concepto en mente, sino simplemente estando. Simplemente estamos estando aquí. Es mucho más fácil en las tradiciones teístas, porque siempre tiene algo que hacer. Por ejemplo, con la Plegaria del Corazón, en la tradición ortodoxa griega,[4] se dice la Plegaria de Jesús constantemente hasta que comienza a repetirse de por sí, así usted no se pierde. En la tradición no teísta, la meditación es mucho más relajada y más complicada, así que en cierto sentido es más difícil. Es difícil estar aquí, pero al mismo tiempo, ¡no estar aquí es muy difícil!

 
Es muy importante intentar desarrollar vuestro shamatha y entenderlo. Shamatha es el punto donde usted comienza a comportarse como un Buda — uno verdadero, no uno falso. Una vez que ocurre este tipo de atención consciente incondicionada, está aquí y está automáticamente cuerdo. No tiene que tratar de hacer algo en particular. Usted se encuentra aquí, listo para nada que los otros yanas podrían sugerir o exigir. Es muy importante ser como un Buda y entender que así es muy simple y fácil.

Shamatha es simple y realizable. No estamos así contando mitos sobre lo que alguien hizo en el pasado. Es posible estar aquí presente sin ideas preconcebidas. De hecho, es mucho más simple que tener todo tipo de adornos y parafernalia. La práctica de la atención consciente no es algo particularmente religiosoa ni aun es una práctica. Es un comportamiento natural que uno comienza a desarrollar de una manera muy sencilla. Al principio, usted puede sentir que  es algo falso o que se lo está inventando. Sin embargo, como siga en el empeño, la atención consciente se convierte en natural y real y al mismo tiempo muy personal.



[1] Jamgon Kongtrul Rinpoche es el quinto principal Lama del Linaje Kagyu (después del XVII Karmapa, Tai Situpa Rinpoche, Gyaltsab Rinpoche y Shamarpa Rinpoche). Sus logros tienen mucho más peso que los de numerosos otros maestros y sus habilidades son raramente igualadas en nuestro mundo. (N. del T.)
[2] Esta es una referencia a los seis reinos del ciclo de la reencarnación, que se discuten en el capítulo 9, "La dolorosa realidad de Samsara": los reinos superiores de dioses, dioses celosos, y seres humanos, y los reinos inferiores de animales, espíritus hambrientos y seres infernales. El objetivo inmediato es la libertad de los reinos inferiores; en última instancia, el objetivo es también estar libre de renacimiento en los reinos superiores.
[3] Chögyam  Trungpa  Rinpoche  resultó decisivo al invitar al dieciséis Gyalwa Karmapa (1924–1981) a enseñar en occidente. El actual sostenedor del linaje Kagyu, el diecisiete Karmapa (después de 1985), también comenzó a enseñar en occidente.
[4]  Repetición de la Plegaria del Corazón, también conocida como la Plegaria de Jesús, era la práctica central del movimiento místico del siglo XIII conocido como hesicasmo [o también hesiquiasmo]. La forma más frecuente es "Señor Jesús Cristo, hijo de Dios, ten piedad de mí, soy un pecador."
 
 
De: The Profound Treasury of the Ocean of Dharma de Trungpa Rinpoche, cap. 22. Editado por Judith L. Lief. Shambala Publications.
Versión al español: N.G.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario