lunes, 18 de junio de 2018


EL ROSARIO DE JOYAS DE  
UN GUERRERO DEL DESPERTAR

ATISHA 





Homenaje a la gran compasión.

Homenaje a todos los maestros espirituales.

Homenaje a las deidades de devoción.



Abandona  toda  duda  y  cuida  el  esfuerzo  para llevar a término la práctica. 

Rechaza  somnolencia,  torpeza  y  pereza  y persevera siempre en el esfuerzo entusiástico.

Con memoria, atención  y  vigilancia  guarda siempre    las puertas de tus sentidos.

Tres  veces por el día y tres por la noche, una y otra vez, analiza tu continuo mental.

Proclama tus propias faltas y no busques defectos en los demás.

Rechaza adquisiciones y honores y rehúsa siempre el deseo de la fama.

Modera tu deseo, permanece satisfecho y agradece los actos de bondad.

Medita  en  el  amor  y  la  compasión  y  afianza  la mente despierta.
  
Evita las diez acciones dañinas y fortalece siempre tu fe.

Domina la ira y la arrogancia y sé humilde.
Evita  modos  de  vida  incorrectos  y  vive  en  la verdad.

Abandona toda pertenencia mundana y adórnate con las gemas de los superiores.

Abandona toda frivolidad y vive en soledad.

Deja  el  habla  sin  sentido  y  controla  siempre  tus palabras.

Cuando encuentres a tu maestro o profesor sírvele con respeto. 

Tanto las personas con la  visión  de  la  doctrina como  aquellas  que  aún  son  principiantes reconócelas como profesores. 

Cuando te encuentres con cualquier ser consciente, reconócelo como a un padre o como un hijo.

Sepárate de amigos extraviados y confía en virtuosos com-pañeros espirituales.

Deja el enfado y la infelicidad y dondequiera que vayas sé feliz.

Rechaza todo apego por las cosas  y permanece libre de él.
  
El apego nunca te proporcionará un renacimiento feliz ya que mata la vida de liberación.

Siempre que recibas prácticas (que lleven a la felicidad), aplícate a ellas con perseverancia.

Cualquier cosa  que  empieces,  acábala  antes  que nada.

Hazlo  todo  bien  hecho,  en  esta  forma,  de  otro modo, nada conseguirás.

Apártate siempre de malas inclinaciones.

Cuando  te  surja  una  mente  vanidosa,  allana  tal arrogancia.

Recuerda las palabras de tu maestro.

Cuando  el  descorazonamiento  aparezca  en  tu mente, alaba lo sublime de la mente.

Con cualquier objeto de atracción o aversión que surja, considéralos como ilusiones y emanaciones.

Cuando  oigas  palabras  ofensivas,  considéralas como un eco.

Cuando tu cuerpo esté afligido de males, siéntelo como el resultado de tus previas acciones.

Habita en total soledad, más allá de los límites de la  ciudad,  como  los  cadáveres  de  las  piezas salvajes.
  
Vive por ti mismo, ocúltate y permanece libre del apego.

Fortalece  siempre  (la  atención  en)  tu  Yidam  y cuando  se  manifieste  la  pereza  o  la  apatía, recuérdate tales faltas y siente un remordimiento sincero.

Si  te  encuentras  con  otros,  habla  calmada  y sinceramente.

Evita una expresión airada o arisca y permanece siempre alegre.

Cuando te relaciones con otros, complácete en dar sin avaricia.

Aparta de ti toda envidia.

Para proteger la  mente  de  los  demás evita cualquier conflicto, y se paciente siempre.

No seas adulador o mudable, mas trata siempre de ser fiel.

Evita menospreciar a otros y trátales con respeto.

Cuando  des  consejo  a  alguien,  piensa  con compasión en su beneficio. 

No  desprecies  ninguna  doctrina  religiosa,  mas persevera en la que admires.

En  la  puerta  de  las  diez  prácticas  del  dharma esfuérzate día y noche.
 Cualquier  virtud  acumulada  en  los  tres  tiempos, dedícala para el gran despertar insuperable.

Distribuye  tu  merito  para  todos  los  seres conscientes. 

Ofrece  siempre  la  oración  de  las  siete  ramas  y grandes preces por la realización del camino.

Si  haces  así,  las  dos  acumulaciones  de  mérito  y sabiduría serán logradas.

Además, con la erradicación de los oscurecimientos, que cumple el propósito de una forma humana, conseguirás el  insuperable despertar total.

La gema de la fe, la gema de la moralidad, la gema de la generosidad, la gema de escuchar el Dharma, la  gema  de  la  consideración,  la  gema  de  la vergüenza y la de la inteligencia.

Estas son las siete gemas supremas.

Las siete gemas que nunca se agotan.

No digas esto a los humanos.

Examina  tu  habla  cuando  estés  entre  la  gente, examina tu mente cuando estés solo.



Traducido al español por  G.Thubten Tendar. Monasterio de Nalanda, Francia, 1985

No hay comentarios:

Publicar un comentario