jueves, 8 de diciembre de 2016

Las Dos Verdades

 Denma Lochö Rinpoche


Se me ha pedido que de una charla sobre las Dos Verdades: la convencional o nivel superficial  de  la  verdad,  y  la  verdad  última.  Observándolo  de  cierta  forma,  parece como si yo ya hubiera terminado mi enseñanza, porque son solo estas dos palabras: convencional y última, ¡y ya está! Pero de hecho, estas dos verdades contienen dentro todo el Budismo, así que es algo más que hablar de acerca de lo que has encontrado en una gran montaña.

Yo os pido en este lugar especial que es Bodhgaya, que desarrolléis dentro de vosotros  una especial motivación. Todos los seres vivos, no importa quienes sean, son criaturas  vivas que están buscando la felicidad. Al mismo tiempo que buscan la felicidad, no son conscientes  de  las  causas  de  la  felicidad;  por  lo  tanto  desarrollad  esta  motivación: “Para  liberarlos  de  su  infelicidad,  yo  tengo  que  lograr  todas  las  maravillosas cualidades, todas las excelencias del estado de la Iluminación, para enseñarles como pueden liberarse”

Los seres vivos, lo mismo que nosotros, son definidos por el estar buscando el evitar lo no placentero, las situaciones de sufrimiento; y por buscar el instalarse en situaciones de  felicidad.  Los  animales,  incluso  los  insectos,  conocen  métodos  para  quitar  el sufrimiento,  tienen  este  tipo  de  inteligencia.  Los  humanos  se  diferencian  de  los animales  en  que  tienen  la  inteligencia  necesaria  para  poder  considerar  periodos  de tiempo muchísimos más amplios. Los humanos pueden comenzar a hacer cosas para aliviar los estados de sufrimiento que de otra forma tendrían que soportar en el futuro, por  ejemplo:  teniendo  una  buena  educación,  para  así  poder  encontrar  un  buen trabajo, poder hacer dinero, y vivir bien en el futuro. Estamos hablando aquí de forma general, no tratando tan solo el aspecto espiritual.

Si uno realiza acciones virtuosas, entonces en el futuro estará en un estado feliz. Si uno ha realizado acciones no virtuosas, entonces habrá puesto las causas para encontrarse en  un  estado  de  privación.  Espiritualmente  contemplado,  uno  entra  entonces  en  el proceso de pensamiento de un ser humano que está contemplando un futuro que va más allá de la simple muerte.

Todo lo que el Iluminado habló se dirige a la comprensión de los dos niveles de verdad. Puesto  que  tenemos  dos  niveles  de  realidad,  entonces  tenemos  algo  que  está subdividido, o que está clasificado en dos naturalezas. 

Así que podéis preguntaros: ¿Qué es lo que está subdividido?”; y la respuesta es lo conocible,  o  los  objetos  de  conocimiento  (tibetano: She-ja).  Aquí,  algo  conocible  es simplemente  algo  que  existe.  Existir  significa  ser  conocible;  y  ser  conocible  significa existir. 

Por  ejemplo,  yo  podría  tener  la  idea  de  una  cornamenta  en  un  conejo;  eso  podría surgir en mi mente. Yo podría producir esa consciencia, y en ese sentido, la cuerna de un  conejo  es  algo  conocido,  pero  que  no  existe.  El  problema  aquí  es  que  cuando vosotros  equiparáis  las  cosas  que  existen  y  las  cosas  que  son  conocidas;  estas  son conocidas  por  una  consciencia  válida,  pero  no  por  todas  las  consciencias.  En  otras palabras, yo podría salirme de este embrollo diciendo que, en verdad, la cornamenta de un conejo es conocida por la consciencia de una persona en particular, pero eso no significa necesariamente que sea conocida por la consciencia.

La verdad última en sánscrito es paramarthasatya; si se descompone esta palabra en sus partes, resulta así: artha, se refiere a lo que es conocido; parama se refiere a lo que  conoce  su  objeto,  esto  es,  la  mente  de  un  ser  altamente  desarrollado espiritualmente;  satya,  significa  verdad.  Es  verdad  porque  eso  que  es  conocido  es verdad  para  eso  que  conoce  su  objeto:  la  mente  del  ser  altamente  desarrollado  espiritualmente.  Por  consiguiente,  la  verdad  última,  es  algo  que  es  una    verdad primordial.

¿Qué podemos decir acerca de esta otra verdad, la convencional, el nivel superficial de la verdad? ¿Cómo puede uno llegar a comprender esta segunda verdad, si la realidad última es entendida de esta forma? Esto es en sánscrito samvritisatya. Samvriti es todo lo  que  envuelve;  y  envolver  aquí  significa  la  consciencia  ordinaria  que  envuelve  a aquello que es real. Satya, aquí sigue significando verdad, pero una verdad que lo es para una consciencia ordinaria. En otras palabras, todas las cosas que son verdad para las mentes ordinarias como las nuestras, que son tenidas como algo real por ellas, son verdades convencionales; y por lo tanto, es la verdad para una mente convencional envuelta por las aflicciones.

En  la  tradición  escolástica,  decimos  que  todo  lo  que  es  conocido  siempre  estará incluido en uno de esos dos niveles de realidad. Lo que no esté incluido en estos dos niveles de verdad está más allá de la esfera de lo cognoscible. Hay una profunda lógica en  ello,  en  el  que  estas  dos  categorías,  las  dos  verdades,  sean  una  descripción exhaustiva de todo lo que hay. Así es como funciona. La verdad y la mentira van juntas, ¿No es así? Si una persona hace una afirmación que refleja la realidad, entonces esa afirmación  es  verdad.  Sin  embargo,  una  afirmación  que  no  refleje  la  realidad,  es mentira.

El nivel último de la realidad está reflejado en la consciencia que conoce, de una forma que no es falsa. Esto necesariamente nos lleva a la situación en la que podemos decir que  todas  las  verdades  convencionales  están  mintiéndole  a  la  consciencia  que  las conoce,  respecto  a  la  forma  en  la  que  aparecen.  De  forma  similar,  respecto  de  las cosas ordinarias que se le aparecen a la consciencia ordinaria, tiene que decirse que se le miente a esa consciencia ordinaria. Eliminando esa verdad convencional, vosotros estáis mostrando la verdad de la consciencia de lo primordial. Eso que es primordial, apareciéndosele  a  una  consciencia  que  lo  conoce  y  que  no  está  mintiéndole  a  esa consciencia, es la Talidad de las cosas, la realidad primordial de las cosas.

Por  tanto,  vosotros  habéis  estado  necesitados  de  otros  para  generar  una  ilusión  de “veo-  visto”;  y  a  partir  de  esto,  podéis  extrapolarlo  para  mostrar  que  eso  es  una afirmación que es propia de todo lo conocible, de todo lo que existe.

En  los  sistemas  de  ideas  del  Budismo,  existen  muchas  interpretaciones  de  que  son exactamente esos dos niveles de verdad. Están establecidos como las cuatro escuelas de filosofía Budista.

En la escuela más profunda, la escuela Consecuencialista del Camino del  Medio (Prasan-gika-Madhyamaka),  ¿Qué  es  la  vacuidad,  o  lo  primordial?  Es  esto: que  de hecho nada o nadie, en ninguna parte, tiene una existencia inherente que la  haga lo que  es.  Nada  tiene  su  propia  marca  personal.  Todo  existe  simplemente  a  través  del lenguaje, de las ideas.

La ausencia de algo, la ausencia total, la total no existencia, la no existencia de nada que  no  sea  sino  a  través  del  poder  del  lenguaje  y  del  pensamiento  es  sunyata,  la vacuidad, la verdad última.

Cuando uno habla de una verdad última, de la vacuidad; uno tiene un enfoque. Uno está buscando objetos, y está encontrando que están totalmente vacíos. Lo qué está uno buscando y encontrando como vacío es muy importante. El identificar las cosas en primer lugar llega a ser algo importante, porque la verdad última no es algo que sea inmediatamente aprehensible por nuestros sentidos; no podemos verla. Tenemos que llegar a ella a través de nuestros procesos mentales, y para hacer esto tenemos que utilizar el razonamiento. Este razonamiento tiene su punto de partida en ciertas cosas o bases; así que por lo tanto, en primer lugar tenemos que identificar esas cosas en primer lugar.

Comencemos por intentar identificar cuáles son clásicamente las más importantes de esas  bases: los  cinco  agregados  o  skandhas.  En  el  Sutra  del  Corazón  se  dice:
“Observando  la  vacuidad  de  la  existencia  inherente,  también  la  de  los  cinco agregados”. Así que si no conocemos cuales son estos cinco agregados, ¿Cómo podréis buscar en la naturaleza última de ellos?

Los  cinco  agregados  son:  el  gran  montón  de  la  forma,  el  gran  montón  de  los sentimientos,  el  gran  montón  de  las  discriminaciones,  el  gran  montón  de  las  cosas creadas (samskara), y el gran montón de la consciencia.

Por tanto, uno tiene montones, agregados, y estos constituyen seres vivos. Cojamos el agregado de la forma, el cual puede dividirse en formas físicas externas objetivas, y en formas físicas internas subjetivas. La visión, los sonidos, olores, sabores, y sensaciones son las cosas externas u objetivas dentro de este gran montón de las formas físicas, mientras que los cinco sentidos son las formas físicas subjetivas o internas.

El  segundo  montón  es  el  de  los  sentimientos.  ¿Qué  son  los  sentimientos?  Son  las experiencias que uno tiene de las cosas: las experiencias de placer, las neutras, y las de desagrado.

El  siguiente  montón  es  la  discriminación,  la  cual  es  definida  como  esa  parte  de  la mente funcional que identifica las cosas determinadas, tal como ellas son.

El  cuarto  agregado  de  las  formaciones  kármicas  posee  la  mayor  parte  de  las  cosas creadas no asociadas. Es un gran contenedor para todo lo que no está incluido en los demás montones.

¿Y  cuál  es  el  quinto  montón?  Es  todas  nuestras  consciencias,  consciencia,  o pensamientos. Es generalmente vista como una consciencia basada en los sentidos que viene de una mente pensante.

Uno solo puede enfocarse en la realidad de la vacuidad cuando uno ha visto la forma,  las dimensiones de lo que se está refutando o negando.

El  gran  santo  tibetano  Tsongkhapa  dijo: “Todo  lo  que  es  producido  a  partir  de condiciones, nunca es producido.” Podéis desentrañar esta aparente paradoja de este modo: lo que se está diciendo, es que no hay nada que sea producido como algo que sea independiente; que nada es producido como algo que está allí por su propio poder. Eso es lo que estáis intentando demostrar. 

Por ejemplo, un plantón no se produce debido a su propio poder, como algo que es inherentemente lo que es. ¿Por qué? Porque está producido a partir de causas y de condiciones. Así es como desentrañáis el significado de la afirmación, para formularla como  una  razón  para  que  el  significado  oculto  que  es  la  vacuidad,  llegue  a aparecérsele con claridad a la mente.

Lama  Tsongkhapa  escribió  en  su  famosa  Alabanza  de  la  Originación  Dependiente: “Cualquier cosa depende de condiciones, esto es, carece de una existencia intrínseca. ¿Qué enseñanza puede ser más asombrosa que esta?” 

Hay muchos razonamientos diferentes que una persona puede emplear para entender la  vacuidad.  Pero  aquí  nos  encontramos  con  el  rey  de  todos  los  razonamientos -  la generación  dependiente -  porque  el  que  sea  producido,  o  que  surja  de  forma dependiente, es la razón de toda vacuidad. Usando este razonamiento, uno evita el extremo del nihilismo puesto que la originación dependiente muestra algo que está allí; sin embargo, puesto que es un razonamiento que muestra la vacuidad, también se elimina el extremo del existencialismo o eternalismo.

Como el gran Aryadeva dijo en sus Cuatrocientas Stanzas: “Quien penetra la realidad de una cosa, ve la realidad de todas las cosas” Lo que se está diciendo aquí, es que si uno  se  sumerge  en  la  realidad  profunda  de  una  cosa,  no  necesita  repetir  todo  el proceso con todos y cada uno de los objetos. Pues llevando a la mente la realidad que has visto en un objeto o persona, y cambiando la mente, tú lo verás tal como es.

Por eso es por lo que todos nuestras sádhanas, sin excepción comienzan con el mantra
OM AH HUM, que significa: “OM, esto es pureza, todos los fenómenos son puros, yo soy esa pureza”.  

Antes  de  hacer  cualquier  sadhana,  uno  lleva  a  su  mente  este  hecho  de  la  realidad primordial de la vacuidad.

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.

Denma Locho Rinpoche (1928 Kham - 23 October 2014) fue un reconocido lama encarnado del Loseling College del Drepung Monastery. 

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