Consejo sincero: Abrir los
ojos
a la aceptación y al rechazo
Rindo homenaje a la
asamblea de los maestros del pasado del linaje de la práctica. Por medio de las
actividades iluminadas que surgen de su sabiduría y compasión – el dinamismo
incesante de la expansión primordial en la que todos los fenómenos son
indiferenciados – ellos (propagaron) las enseñanzas ecuménicas y proporcionaron
un lugar de descanso a los seres sensibles.
El modo de vida del océano
de los antiguos siddhas era como sigue. Ellos se convirtieron en niños de las
montañas (remotas) y usaron la espesa niebla como ropa; lanzaron felizmente las
ocho actitudes mundanas a los vientos; y se liberaron de los lazos de hierro
del apego a la comida atractiva, a la ropa y a una conversación placentera.
Los antiguos siddhas
también perfeccionaron la compasión al igualarse y luego intercambiarse por el
otro; en última instancia, valorando más a los demás que a ellos mismos. Concibieron todas las
visiones, sonidos y conciencia como, respectivamente, la deidad, los mantras y el
dharmakaya; como también consideraron la práctica del sutra y del tantra como lo
más sagrado de los principios.
Estos capitanes de los
seres sensibles desde entonces han pasado a las tierras puras. Sin embargo,
estos días nosotros los llamados sostenedores del linaje de la práctica vamos
contra esta forma (santa) de vida. Vagamos por los pueblos como los perros. ¡Oh
ho! Nosotros estamos dominados por el karma y las aflicciones mentales, mientras
nuestros celos y competitividad se desbordan como olas.
Nos falta amor y compasión tal como el cielo
está vacío de flores. Consideramos las seis perfecciones como nuestros
enemigos. Nuestros conjuntos de los tres votos son abandonados inútilmente en
el fango de los tres venenos. La práctica de los tres votos comparte un
principio común, sin embargo en nuestra implementación de ellos, se vuelven mutuamente
contradictorios y cada vez menos restrictivos.
El Mahamudra y la ética
comparten un principio común, sin embargo, en nuestras manos se vuelven ajenos.
Para nosotros, la relación entre el vacío y la mecánica de causa y efecto es
irreconocible. No tenemos idea de cuáles son las tres ruedas del Dharma. Las
experiencias meditativas y realizaciones están como ausentes en nuestra mente
tal como están las estrellas a plena luz del día. Nuestra realización de la
visión nunca está totalmente manifestada, sino por el contrario en el éter desaparecida.
No sabemos cuáles son las
enseñanzas preciosas que están dotadas de soporte escritural y resultan en
realización – y aun así ¡nos llamamos "los sostenedores de las
enseñanzas!" Equivocadamente, consideramos que la esencia de las
enseñanzas son el apego a la comida, a la ropa y a una conversación placentera.
Quienes nos concebimos
presuntuosamente como los sostenedores de las enseñanzas en realidad somos
egocéntricos, propensos a rencores e intolerantes. Abrazamos sólo las
apariencias del Dharma y participamos en varias y diversas actividades
irreligiosas. Esto incluye luchar por nuestros propios intereses a expensas de
los demás, tal como ocurre con gran parte de los conflictos en pueblos y
monasterios. ¡Ay qué dolor! Esto actúa como pesada piedra que nos arrastra
hacia las profundidades del infierno.
El supremo conquistador
Jigten Sumgon es la personificación de todos los budas. Por favor, mírenos con
sabiduría y compasión, motivado por la sincera piedad por la gente en esta
época de indecencia en la que no queda nada (de las verdaderas enseñanzas)
excepto conversaciones vacías sobre la llamada "tradición" del
inmaculado significado definitivo en la que visión, meditación y acción son
completos e inconfundibles.
Los seres sensibles, como nosotros,
con nuestras impurezas en aumento, buscamos refugio en el gran abismo del
sufrimiento. ¡Le suplico vencer el cegador velo de la ignorancia!
Como dice el refrán:
"Los zombies de las ocho actitudes mundanas corren frenéticamente en el
samsara, ¡el cementerio de la conceptualidad!" Asimismo, en la actualidad,
el período más decadente de la edad degenerada, somos plenamente egocéntricos.
En consecuencia, los tres venenos se aprovechan de los portadores de los simples
reflejos del Dharma y que pasan su tiempo participando con sus tres puertas en
actividades irreligiosas. Me pregunto si hemos encontrado el final de las
Enseñanzas de la Esencia (el linaje de la práctica). Estando muy triste por
esto, yo, Khenpo (Khenchen) Konchog Gyaltsen he compuesto esto. Que esto pueda
ayudar a los practicantes a reconocer cual es lo que hay que cultivar y que hay
que rechazar y, por lo tanto, ¡ser una causa para que sus mentes sigan al
Dharma!
Fotografía de Khenchen tomada
por Konchog Tsering, un “praticante” perdido en el samsara, que envió este post,
con la esperanza de recordar el verdadero significado del Dharma, y con una
plegaria a los auténticos maestros del linaje, para ser capaz de poner en
práctica el Dharma.
Tomado de
Drikung Dzogchen Community Vermont: https://www.facebook.com/DDCVT/posts/10153349299639464:0
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