lunes, 1 de junio de 2015

Consejo sincero: Abrir los ojos 
a la aceptación y al rechazo

Rindo homenaje a la asamblea de los maestros del pasado del linaje de la práctica. Por medio de las actividades iluminadas que surgen de su sabiduría y compasión – el dinamismo incesante de la expansión primordial en la que todos los fenómenos son indiferenciados – ellos (propagaron) las enseñanzas ecuménicas y proporcionaron un lugar de descanso a los seres sensibles.

El modo de vida del océano de los antiguos siddhas era como sigue. Ellos se convirtieron en niños de las montañas (remotas) y usaron la espesa niebla como ropa; lanzaron felizmente las ocho actitudes mundanas a los vientos; y se liberaron de los lazos de hierro del apego a la comida atractiva, a la ropa y a una conversación placentera.

Los antiguos siddhas también perfeccionaron la compasión al igualarse y luego intercambiarse por el otro; en última instancia, valorando más a los demás  que a ellos mismos. Concibieron todas las visiones, sonidos y conciencia como, respectivamente, la deidad, los mantras y el dharmakaya; como también consideraron la práctica del sutra y del tantra como lo más sagrado de los principios.

Estos capitanes de los seres sensibles desde entonces han pasado a las tierras puras. Sin embargo, estos días nosotros los llamados sostenedores del linaje de la práctica vamos contra esta forma (santa) de vida. Vagamos por los pueblos como los perros. ¡Oh ho! Nosotros estamos dominados por el karma y las aflicciones mentales, mientras nuestros celos y competitividad se desbordan como olas.

Nos falta amor y compasión tal como el cielo está vacío de flores. Consideramos las seis perfecciones como nuestros enemigos. Nuestros conjuntos de los tres votos son abandonados inútilmente en el fango de los tres venenos. La práctica de los tres votos comparte un principio común, sin embargo en nuestra implementación de ellos, se vuelven mutuamente contradictorios y cada vez menos restrictivos.

El Mahamudra y la ética comparten un principio común, sin embargo, en nuestras manos se vuelven ajenos. Para nosotros, la relación entre el vacío y la mecánica de causa y efecto es irreconocible. No tenemos idea de cuáles son las tres ruedas del Dharma. Las experiencias meditativas y realizaciones están como ausentes en nuestra mente tal como están las estrellas a plena luz del día. Nuestra realización de la visión nunca está totalmente manifestada, sino por el contrario en el éter desaparecida.

No sabemos cuáles son las enseñanzas preciosas que están dotadas de soporte escritural y resultan en realización – y aun así ¡nos llamamos "los sostenedores de las enseñanzas!" Equivocadamente, consideramos que la esencia de las enseñanzas son el apego a la comida, a la ropa y a una conversación placentera.
Quienes nos concebimos presuntuosamente como los sostenedores de las enseñanzas en realidad somos egocéntricos, propensos a rencores e intolerantes. Abrazamos sólo las apariencias del Dharma y participamos en varias y diversas actividades irreligiosas. Esto incluye luchar por nuestros propios intereses a expensas de los demás, tal como ocurre con gran parte de los conflictos en pueblos y monasterios. ¡Ay qué dolor! Esto actúa como pesada piedra que nos arrastra hacia las profundidades del infierno.

El supremo conquistador Jigten Sumgon es la personificación de todos los budas. Por favor, mírenos con sabiduría y compasión, motivado por la sincera piedad por la gente en esta época de indecencia en la que no queda nada (de las verdaderas enseñanzas) excepto conversaciones vacías sobre la llamada "tradición" del inmaculado significado definitivo en la que visión, meditación y acción son completos e inconfundibles.

Los seres sensibles, como nosotros, con nuestras impurezas en aumento, buscamos refugio en el gran abismo del sufrimiento. ¡Le suplico vencer el cegador velo de la ignorancia!

Como dice el refrán: "Los zombies de las ocho actitudes mundanas corren frenéticamente en el samsara, ¡el cementerio de la conceptualidad!" Asimismo, en la actualidad, el período más decadente de la edad degenerada, somos plenamente egocéntricos. En consecuencia, los tres venenos se aprovechan de los portadores de los simples reflejos del Dharma y que pasan su tiempo participando con sus tres puertas en actividades irreligiosas. Me pregunto si hemos encontrado el final de las Enseñanzas de la Esencia (el linaje de la práctica). Estando muy triste por esto, yo, Khenpo (Khenchen) Konchog Gyaltsen he compuesto esto. Que esto pueda ayudar a los practicantes a reconocer cual es lo que hay que cultivar y que hay que rechazar y, por lo tanto, ¡ser una causa para que sus mentes sigan al Dharma!

Fotografía de Khenchen tomada por Konchog Tsering, un “praticante” perdido en el samsara, que envió este post, con la esperanza de recordar el verdadero significado del Dharma, y con una plegaria a los auténticos maestros del linaje, para ser capaz de poner en práctica el Dharma.



Tomado de Drikung Dzogchen Community Vermont: https://www.facebook.com/DDCVT/posts/10153349299639464:0



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