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viernes, 25 de octubre de 2019

Cambiando la mente


Cinco prácticas para cambiar vuestra mente

Las prácticas básicas de meditación budista pueden transformar tu forma de pensar y de ver el mundo. Aquí, cinco maestros ofrecen métodos introductorios para cambiar tu mente, y tu vida.


¡Permítete no hacer nada!
 
El maestro Zen Barry Magid describe la práctica de solo sentarse.

Imagínate sentado frente a un espejo. Tu cara aparece automáticamente. No demanda ningún esfuerzo; el espejo está haciendo todo el trabajo. No puedes hacerlo bien o mal. La práctica budista zen de “simplemente sentarse” es así. Cuando nos sentamos, nuestra mente automáticamente comienza a mostrarse a nosotros mismos. Nuestra práctica es observar y experimentar lo que aparece momento tras momento. Por supuesto, al igual que cuando nos miramos en un espejo real, las cosas no son tan simples por mucho tiempo.

Notamos cómo lucen en el espejo nuestras caras o nuestros cuerpos, e inmediatamente tenemos una reacción emocional y formamos juicios sobre lo que vemos. Rainer Maria Rilke escribió que Paul Cézanne era capaz de pintar un autorretrato con absoluta objetividad, de mirar su propia cara sin más reacción que "un perro que se ve a sí mismo en un espejo y piensa: 'Aquí hay otro perro'". Para el resto de nosotros, no es tan fácil simplemente observar quiénes somos. Mirándonos en el espejo, estamos tentados a usarlo como espejo de maquillaje para retocar partes de nuestra autoimagen que no nos gustan.

Nuestras mentes nunca son lo que queremos que sean. Eso es parte de por qué nos sentamos en primer lugar. Nos sentimos incómodos con nosotros mismos como somos. El mayor dualismo que enfrentamos es la división entre quienes somos y quienes pensamos que deberíamos ser. A veces esa brecha alimenta nuestra aspiración de seguir las enseñanzas budistas, a veces simplemente alimenta nuestro odio hacia nosotros mismos, y con demasiada frecuencia confundimos estas dos nociones de sí mismo por completo.

Simplemente sentarnos significa quedarnos quietos con todos los aspectos de nosotros mismos de los que llegamos a la práctica budista para evitar o cambiar: nuestra inquietud, nuestra ansiedad, nuestro miedo, nuestra ira, nuestras mentes errantes. Nuestra práctica es simplemente mirar, simplemente sentir. Observamos nuestras mentes. Las mentes piensan. No hay problema con eso; las mentes simplemente hacen lo que hacen. Por lo general, nos vemos atrapados en el contenido de nuestros pensamientos, pero cuando nos sentamos, nos observamos a nosotros mismos simplemente pensando. La actividad más básica de nuestro cuerpo es respirar: no importa lo que esté sucediendo, estamos respirando. Nos sentamos y respiramos, y sentimos la sensación de nuestra respiración en nuestros cuerpos. A menudo hay tensión o incluso dolor en algún lugar de nuestro cuerpo también. Nos sentamos y sentimos eso también y seguimos respirando. Cualquier pensamiento que venga, viene nomás. Cualquier sentimiento que venga, viene nomás. No estamos sentados allí para luchar contra nuestros pensamientos o tratar de que dejemos de pensar.

Cuando nos sentamos, nos damos cuenta de lo poco dispuestos que estamos en dejar en paz a todo nuestro ser. Convertimos nuestras vidas en un proyecto interminable de superación personal. Con demasiada frecuencia, lo que llamamos meditación o espiritualidad se incorpora simplemente a nuestra obsesión con la autocrítica y la superación personal. Me he encontrado con muchos estudiantes que han intentado usar la meditación para realizar una lobotomía espiritual en ellos mismos, tratando de extirpar, de una vez por todas, su ira, su miedo, su sexualidad. Tenemos que sentarnos con nuestra resistencia a sentirnos completos, a sentir todas esas partes dolorosas y desordenadas de nosotros mismos.

Sólo sentarse significa eso. Ese "solo" va sin cesar a contramano de nuestra necesidad de arreglarnos, transformarnos y mejorarnos. La paradoja de nuestra práctica es que la forma más efectiva de transformación es dejarnos en paz. Cuanto más dejamos que todo sea exactamente lo que es, más nos relajamos en una conciencia abierta y atenta de un momento tras otro. Simplemente es sentarse dejando todo tal y como es.



Que todos seamos Felices…

Instrucción de meditación Metta del autor y maestro Gil Fronsdal

Que todos los seres puedan ser felices.
Que puedan vivir en seguridad y alegría.
Todos los seres vivos,
Sean débiles o fuertes,
Altos, robustos, regulares o cortos.
Visibles o invisibles, cercanos o distantes,
Nacido o por nacer,
Que todos puedan ser felices.
—Del Metta Sutta, Sutta Nipata I.8

Metta, o bondad amorosa, es una de las prácticas budistas más importantes. En pocas palabras, metta es el deseo sincero por el bienestar de uno mismo y de los demás. Al describir el metta, el Buddha utilizó la analogía del cuidado que una madre le da a su único hijo. La bondad amorosa también se entiende como la amistad innata de un corazón abierto. Su estrecha conexión con la amistad se refleja en su similitud con la palabra pali para amigo, mitta. Sin embargo, metta es más que una amistad convencional, ya que incluye ser sincero incluso hacia los enemigos de uno, desarrollado a partir de la comprensión de nuestra humanidad compartida.

La práctica de metta es el cultivo de nuestra capacidad de bondad amorosa. No implica el pensamiento positivo ni la imposición de una actitud positiva artificial. No hay necesidad de sentirse amoroso o amable durante la práctica de metta. Más bien, meditamos en nuestras buenas intenciones, por débiles o fuertes que sean, y regamos las semillas de estas intenciones. Cuando regamos las intenciones sanas en lugar de expresar las que no son sanas, desarrollamos esas tendencias sanas dentro de nosotros. Si nunca se riegan, estas semillas no crecerán. Cuando son regadas por la práctica regular, crecen, a veces de forma inesperada. Podemos encontrar que la bondad se convierte en la motivación obrando en una situación que previamente desencadenó la ira o el miedo.

Para practicar la meditación de bondad amorosa, siéntate de una manera cómoda y relajada. Toma dos o tres respiraciones profundas con exhalaciones lentas, largas y completas. Deja ir cualquier inquietud o preocupación. Durante unos minutos, siente o imagina la respiración que se mueve a través del centro de tu pecho en el área de tu corazón.

Metta se practica primero hacia uno mismo, ya que a menudo tenemos dificultades para amar a los demás sin antes amarnos a nosotros mismos. Sentado en silencio, repite mentalmente, de manera lenta y constante, las siguientes frases o similares: Que pueda ser feliz. Que pueda estar bien. Que pueda estar a salvo. Que pueda estar pacífico y tranquilo.

Mientras dices estas frases, permítete sumirte en las intenciones que expresan. La meditación de la bondad amorosa consiste principalmente en conectarse con la intención de desearnos a nosotros mismos o a los demás la felicidad. Sin embargo, si surgen sentimientos de calidez, amistad o amor en el cuerpo o la mente, conéctate con ellos, permitiéndoles crecer mientras repites las frases. Como ayuda para la meditación, puedes tener una imagen de ti mismo en el ojo de tu mente. Esto ayuda a reforzar las intenciones expresadas en las frases.

Después de un período de dirigir la bondad hacia ti mismo, recuerda a un amigo o alguien en tu vida que te haya cuidado profundamente. Luego, lentamente, repite frases de bondad amorosa hacia ellos: Que puedas ser feliz. Que puedas estar bien. Que puedas estar a salvo. Que puedas estar apacible y tranquilo.

Al decir estas frases, nuevamente te sumerges en tu intención o sentido sincero. Y nuevamente, si surgen sentimientos de bondad amorosa, conecta los sentimientos con las frases para que los sentimientos se vuelvan más fuertes a medida que repites las palabras.

A medida que continúes la meditación, puedes recordar a otros amigos, vecinos, conocidos, extraños, animales y, finalmente, a las personas con las que tienes dificultades. Puedes usar las mismas frases, repetirlas una y otra vez, o inventar frases que representen mejor la bondad gentil que sientes hacia estos seres.

A veces, durante la meditación de la bondad amorosa, pueden surgir sentimientos aparentemente opuestos como la ira, el dolor o la tristeza. Toma estas como señales de que tu corazón se está ablandando, revelando lo que se guarda allí. Puedes cambiar a la práctica de la atención plena o puedes – con la paciencia, aceptación y amabilidad que puedas reunir para tales sentimientos – dirigir bondad amorosa hacia ellos. Sobre todo, recuerda que no hay necesidad de juzgarse por tener estos sentimientos.

A medida que te familiarices con la práctica de la bondad amorosa durante la meditación, también puedes comenzar a usarla en tu vida diaria. Mientras estés en el automóvil, en el trabajo o en público, practica metta en privado con las personas que te rodean. Puede haber un gran placer al establecer una conexión sincera con todos los que conocemos, amigos y extraños por igual.


La sabiduría que surge

El monje de Sri Lanka Bhante Henepola Gunaratana sobre cómo entrenar el ojo de la mente con la meditación Vipassana

Vipassana, o meditación de visión penetrante, es una forma de entrenar la mente para ver las cosas de una manera muy especial a medida que suceden. Ver sin usar los ojos es una forma especial de ver. Entrenamos la mente para usar nuestra sabiduría innata sin usar palabras, conceptos, lógica o interpretación. En este entrenamiento, la concentración y la atención plena están unidas. Entonces surge la sabiduría y desintegra lo que parece estar integrado. Nuestro ojo de la sabiduría registra el flujo constante de eventos que tienen lugar en cada momento de nuestras vidas. Aunque este flujo ininterrumpido de eventos es lo que es la vida, uno no puede ser plenamente consciente de esta verdad sin prestar atención a lo que le sucede a la mente y al cuerpo en cada momento de vigilia. Con una visión desarrollada, nuestra mente puede ser plenamente consciente de la evolución, el procesamiento y la disolución de todo lo que nos sucede.

Así que entrenamos la mente para ver las cosas como suceden, ni antes ni después. Y no nos aferramos al pasado, al futuro o incluso al presente. Participamos en lo que está sucediendo y al mismo tiempo lo observamos sin aferrarnos a los eventos del pasado, el futuro o el presente. Experimentamos nuestro ego o auto surgimiento, disolución y evaporación sin dejar rastro de él. Vemos cómo nuestra avaricia, ira e ignorancia se desvanecen al ver la realidad en la vida. Con atención observamos el cuerpo, los sentimientos, las sensaciones, las percepciones y la conciencia, y experimentamos su naturaleza dinámica.

Mirar imparcialmente abre la mente para darse cuenta de que no hay forma de que podamos detener este flujo ni siquiera por una fracción de segundo. Experimentamos la frescura de la vida. Cada momento es un momento nuevo. Cada respiración es una respiración fresca. Cada pequeña cosa está viviendo y muriendo cada fracción de segundo. No hay forma de que podamos ver estas existencias momentáneas con nuestros ojos. Solo cuando la mente es aguda y clara, sin las nubes de deseo, odio y confusión, nuestra mente puede ser plenamente consciente de este fenómeno. Cuando no intentamos aferrarnos a estas experiencias, experimentamos una gran alegría, felicidad y paz. En el momento en que tratamos de aferrarnos a cualquier parte de nuestra experiencia, por placentera o pacífica que sea, la alegría, la paz y la felicidad desaparecen. El propósito mismo de la meditación Vipassana es liberar la mente de la irritación psíquica y disfrutar de la paz y la felicidad de la liberación. Sin embargo, si nos aferramos a la paz o la felicidad, en ese instante esa misma paz y felicidad se desvanecen. Este es un equilibrio muy delicado que debemos mantener a través de la sabiduría que surge de la meditación Vipassana.


Despertar, paso a paso

El profesor de meditación de visión penetrante, Peter Doobinin presenta la meditación caminando.

La meditación caminando es una práctica a través de la cual desarrollamos concentración y atención plena. Aprendemos a cultivar la atención plena del cuerpo mientras el cuerpo se mueve. Aprendemos a estar despiertos. La meditación caminando es una práctica particularmente importante ya que nos permite hacer la transición de la meditación sentada a estar despiertos en nuestra vida diaria, en nuestro trabajo y en nuestras relaciones. Al final, de eso se trata.

La meditación caminando es una práctica simple. Usted elige un camino recto, en interiores o exteriores, de aproximadamente quince o veinte pasos de largo. Caminas de un extremo del camino al otro, te das la vuelta y regresas. Continúas de esta manera, caminando de un lado a otro, enfocando tu atención en tus pies. Tu postura es erguida, alerta y relajada. Puede sostener las manos a los costados o abrocharse por delante o por detrás. Mantén los ojos abiertos, bajos y ligeramente por delante. Puedes experimentar con tu ritmo, tal vez caminando bastante lento o a una velocidad más regular, en un esfuerzo por encontrar el ritmo al que estás más presente. Mientras caminas, dirige tu atención a las sensaciones en los pies, a la experiencia desnuda de caminar. Intenta sentir un paso a la vez. Se plenamente consciente de las sensaciones físicas que implica participar en cada paso. Siente tu pie mientras se levanta, se mueve por el aire, se coloca contra el suelo. En particular, presta atención a tocar el pie, las sensaciones de contacto y presión. Recuerda que estás sintiendo cada paso, no estás pensando en el pie o visualizándolo.

Encontrará, por supuesto, que no siempre es fácil mantenerse enfocado en el objeto de meditación, las sensaciones en los pies. La mente divaga, va a la deriva. Tu trabajo es notar cuándo te has desviado, cuando estás perdido en tus pensamientos. Tenga en cuenta que has vagado. Y regresa suavemente a las sensaciones físicas, al levantar, mover, colocar el pie. Solo sigue llamando tu atención.

Mientras caminas, cultiva una sensación de tranquilidad. No hay prisa por llegar a ningún lado, no hay un destino al que llegar. Solo estás caminando. Esta es una buena instrucción: solo camina.

Mientras caminas, cuando dejas ir el deseo de llegar a algún lado, comienzas a sentir la alegría de simplemente caminar, de estar en el momento presente. Empiezas a comprender la preciosidad de cada paso. Es una experiencia extraordinariamente preciosa caminar sobre esta tierra.

Puede comenzar practicando meditación caminando durante diez minutos al día. Gradualmente, puede ampliar la cantidad de tiempo que dedica a esta meditación formal para caminar.

Además de este tipo de práctica formal, querrás practicar la meditación caminando en situaciones de la "vida real". Puede practicar "informalmente" en cualquier lugar, caminando por la acera de la ciudad, bajando por el pasillo del supermercado o cruzando el patio trasero. Como siempre, el objetivo es prestar atención. Presta atención a tus pies. O preste atención a todo su cuerpo: la experiencia sentida de su cuerpo mientras se mueve. En este contexto informal, usted es consciente, hasta cierto punto, de lo que sucede a su alrededor, pero su enfoque está en caminar. Practicando de esta manera, comienzas a vivir más conscientemente. Esto es cuando la práctica de meditación se afianza y asume una nueva relevancia. Estar despierto ya no está reservado para los momentos que pasas en meditación sentada formal; Es la forma en que vives.


Caliente y pesado, fresco y ligero

Judith Simmer-Brown, de la Universidad de Naropa, sobre la práctica budista tibetana de tonglen

Tonglen, literalmente "dar y recibir", es una práctica tibetana para cultivar la compasión, el camino Mahayana del bodhisattva. El gran maestro Atisha trajo a los tibetanos esta práctica de la India en el siglo XI. Tonglen invierte el patrón de egoismo que es el nudo de nuestro sufrimiento personal. Usando la respiración como base, tonglen abre nuestros corazones a aquellas cosas que preferiríamos evitar y nos anima a compartir lo que preferiríamos guardar para nosotros mismos. La práctica muestra que no hay límites reales entre los seres vivos: todos somos interdependientes.

Comenzamos tonglen tomando nuestros asientos en meditación con buena postura, de manera muy simple y natural. Preguntamos, ¿por qué querríamos hacer esta práctica? Fundamentalmente es vasto y sin opciones. Reconocemos que el propósito de nuestra vida humana es enorme, hacer crecer los corazones más grandes y las mentes abiertas, y celebramos que podemos hacer esto en este momento. Estamos listos para la transformación. Vislumbrar esta motivación comienza la práctica.

Luego nos damos cuenta de nuestra respiración, inhalar y exhalaar, y establecemos el flujo de la práctica. En la inhalación, respiramos pensando: "pesado, grueso, caliente", y en la exhalación, exhalamos pensando: "ligero, brillante, fresco". Al principio solo parecen palabras, pero es. Es bueno desarrollar un sentido literal de esto. Mi maestro, Chögyam Trungpa Rimpoché, sugirió que nos consideráramos a nosotros mismos como aires acondicionados. Respiramos el aire rancio, humeante y fétido de la habitación que nos rodea, y exhalamos aire fresco, limpio y fresco. Poco a poco purificamos la habitación. Cuando respiramos, respiramos con cada poro de nuestros cuerpos, con "pesado, grueso, caliente" y con "ligero, brillante, fresco". Haga esto durante aproximadamente un tercio de la sesión de veinte minutos, o hasta que se establezca la textura.

A continuación, respiramos con un sentido continuo de la textura que hemos establecido. Pero ahora abrimos nuestros pensamientos y emociones a todo nuestro material personal. Es bueno comenzar con aquellos que espontáneamente despiertan nuestra compasión. ¿Hay alguien que conozcamos que esté enfermo o en crisis emocional? Comenzamos con la cara de esa persona ante nosotros y respiramos su sufrimiento pesado, espeso y caliente, compartiendo con ellos nuestra propia energía ligera, brillante y fresca. Sé bastante tangible con la textura. Cualquier sufrimiento que vemos en ellos, lo respiramos; cualquier cordura y amabilidad que veamos en nosotros mismos, se la damos a conocer. Cuando estemos listos, extienda más allá de nuestros seres queridos a las personas más difíciles. ¿Hay personas que vemos como amenazantes o problemáticas en nuestras vidas? Permitimos que sus caras vengan a nosotros y luego respiremos su sufrimiento y les extendamos nuestra cordura y amabilidad. Estamos practicando abrazar lo que normalmente evitaríamos y compartir lo que normalmente atesoraríamos. Haga esta parte de la práctica durante siete a diez minutos.

Concluimos la práctica extendiéndola más allá de nuestro mundo familiar. Una forma de hacer esto es moverse geográficamente. Comenzamos en nuestro vecindario inmediato, con la familia de al lado con los dos bebés, con la estudiante universitaria del otro lado que cuida mucho su césped, con la anciana de enfrente que recientemente perdió a su esposo. Nos mudamos a esas personas que encontramos en nuestras rutinas diarias: nuestros compañeros de trabajo y nuestro jefe; el cajero y el almacenista; los empleados de los servicios de limpieza, la estación de servicio y la tienda de videos. Luego nos extendemos a través de nuestra comunidad, al hospital, el refugio, la cárcel, el hogar de ancianos, incluidos todos los que sufren allí. Y nos extendemos a nuestro estado, región, país y mundo, nuestras mentes van a las situaciones dolorosas que se describen en el periódico: guerras, hambrunas, epidemias. También incluimos a los CEO, los líderes políticos y las personas privilegiadas. Extendemos esta práctica hasta que termine la sesión de veinte minutos. Luego concluimos con una simple sesión de meditación nuevamente.


El cuerpo como camino: las instrucciones del Buda sobre la práctica de la meditación consciente

Del Satipatthana Sutta, traducido por Thanissaro Bhikkhu

He oído que en una ocasión el Bendito se estaba quedando en el país de Kuru. Allí hay una ciudad de los Kurus llamada Kammasadhamma. Allí el Bendito se dirigió a los monjes, "Monjes".

"Señor", respondieron los monjes.

El Bendito dijo esto: "Este es el camino directo para la purificación de los seres, para la superación del dolor y la lamentación, para la desaparición del dolor y la angustia, para el logro del método correcto y para la realización del nirvana....
“Existe el caso en que un monje permanece enfocado en el cuerpo en sí mismo, ardiente, alerta y atento, dejando de lado la codicia y la angustia con referencia al mundo. Permanece enfocado en los sentimientos... mente... cualidades mentales en sí mismas (ardientes, alertas y conscientes), dejando de lado la codicia y la angustia con referencia al mundo.

“¿Y cómo permanece un monje enfocado en el cuerpo en sí mismo?

“Existe el caso en el que un monje, después de haber ido al desierto, a la sombra de un árbol o a un edificio vacío, se sienta, dobla las piernas en cruz, mantiene su cuerpo erguido y pone la atención en primer plano. Siempre atento, respira; consciente, exhala.

“Inspirando mucho, percibe que está respirando mucho; o exhalando mucho, percibe que está exhalando mucho. O respirando brevemente, percibe que está respirando brevemente; o exhalando corto, él percibe que está exhalando corto. Se entrena para respirar sensible a todo el cuerpo y exhalar sensible a todo el cuerpo. Se entrena para respirar en la fabricación corporal calmante y para exhalar la fabricación corporal calmante. Al igual que un gimnasta experto o su aprendiz, cuando hace un giro largo, percibe que está haciendo un giro largo, o cuando hace un giro corto, percibe que está haciendo un giro corto; de la misma manera, el monje, al inhalar mucho, percibe que está respirando mucho; o exhalando corto, él discierne que está exhalando corto ... Se entrena para respirar en la fabricación corporal calmante, y para exhalar la fabricación corporal calmante.

“De esta manera, él permanece enfocado internamente en el cuerpo en sí mismo, o externamente en el cuerpo en sí mismo, o tanto interna como externamente en el cuerpo en sí mismo. O se mantiene enfocado en el fenómeno de origen con respecto al cuerpo, en el fenómeno de fallecimiento con respecto al cuerpo, o en el fenómeno de origen y fallecimiento con respecto al cuerpo. O su atención consciente de que "hay un cuerpo" se mantiene en la medida del conocimiento y el recuerdo. Y sigue siendo independiente, no sostenido por [no aferrarse a] nada en el mundo. Así es como un monje permanece enfocado en el cuerpo en sí mismo".



sábado, 30 de marzo de 2013


Una descripción clara y concisa de la Práctica de Shamatha




¡Homenaje al lama!

Me postro delante de los budas y sus bodhisattvas herederos, que como sol del Dharma,
Disipan completamente la oscuridad de la confusión entre los seres de los tres reinos,
Con los rayos brillantes que salen del sol de su perfecta sabiduría,
Traídos –como una carroza-  por los vientos de su gran amor compasivo.

Este es el linaje del León de los Shakyas, los supremos sabios,
Los tres colecciones de escrituras, un camino perfecto de enseñanzas que no yerran,
unidas en un enfoque que un practicante por si solo puede seguir y poner en práctica, en la tradición de los maestros sabios y eruditos.

Ahora describiré en breve la manera de empezar este noble camino,
Que tiene como fundamento la disciplina moral que es perfectamente pura,
Para que sobre la base de un concentración supremamente pacífica y focalizada,
Uno pueda lograr la sabiduría suprema, totalmente libre de cualquier defecto.

Cualquier individuo inteligente, con un deseo sincero de perseguir la liberación, debe empezar el único verdadero enfoque que puede originarlo, la enseñanza preciosa de los budas. La manera en que estas enseñanzas son desarrollados es como sigue: En primer lugar, uno debe confiar en un excepcional y sabio amigo espiritual como guía, y, a través del estudio de sus instrucciones, cortar cualquier falsa concepción sobre las tres secciones de las escrituras. Luego uno tiene que aplicar los tres entrenamientos de la mayor realización de su propia mente y ponerlos en práctica en la secuencia descrita por el gran maestro Vasubandhu:

Observando la disciplina, y habiendo escuchado y contemplado las enseñanzas,
Uno se dedica intensivamente a la meditación.[1]

Como se dice, en primer lugar, uno tiene que practicar la restricción ética a través de la disciplina moral pura de la renuncia, que es el fundamento de todas las cualidades, y luego, a través del estudio y  la reflexión de las etapas del camino a practicar, uno entrena cuidadosamente su mente y se embarca en el camino de la meditación misma. Con respecto a la práctica principal del camino, el glorioso Nagarjuna dijo:

Sin la concentración meditativa, no puede haber sabiduría
Y sin sabiduría, no puede haber concentración meditativa,

Entonces, tomando las dos juntas, el gran océano del samsara se vuelve intrascendente, como una gota de agua en la huella de una herradura.

Entonces, por medio del enfoque que unifica meditación con sabiduría, uno es capaz de encontrar la liberación del océano de la existencia samsárica y progresar por el camino de la paz. La lógica detrás de esto y la secuencia en que debe ser practicado lo explica Shantideva:

Sabiendo que las aflicciones de la mente son superadas,
Por la profunda comprensión cubierta de calma estable,
Debes buscar primero la paz de la calma permanente,
La cual es hallada en la alegría del no-apego al mundo.[2]

Como dicen, sin tener la estabilidad de la mente en calma permanente, uno nunca pueda alcanzar la sabiduría del vipashyana, por lo tanto, en los inicios, uno debe cultivar shamatha. Haciendo esto, uno desarrolla la ‘mente enfocada en un punto del reino del deseo’ en la que son calmados los pensamientos vulgares y las distracciones relacionadas al nivel del reino del deseo. Luego, uno gradualmente  realiza las cuatro meditaciones dhyana correspondientes a los niveles del reino de las formas y las cuatro absorciones del reino sin forma. Estas nueve etapas correspondientes a los nueve niveles de los tres reinos son conocidos como las ‘meditaciones mundanas’ o ‘concentraciones pueriles’ y ellas proveen el fundamento para el camino supramundano. Luego hay la absorción de la cesación, que solo es obtenida a través del camino supramundano, y es agregada a esas ocho absorciones de formas y sin forma, para ser nueve en total, conocidas colectivamente como ‘las nueve absorciones sucesivas’, porque uno debe incorporarlas secuencialmente, una tras otra.

Esta es la práctica principal de la concentración meditativa del samadhi. Adicional-mente, hay también los samadhis comunes, como las tres liberaciones, las diez totalidades, las ocho esferas de percepción dominante, las cinco super cogniciones, etc. que son desarrolladas con una mente de los niveles de forma y sin forma a través de la actividad específica mental en distintos niveles. Uno debe saber que todos los samadhis del camino supramundano en general, y los de los nobles bodhisattvas en particular —samadhi tipo ilusión, samadhi del guerrero, samadihi tipo vajra, etcétera—, como también la retención mnemónica, confianza y todos las infinitas puertas a la liberación, no son otra cosa que variaciones del samadhi en que shamatha y vipashyana están unidas.

Una vez que esos puntos generales han sido entendidos, llegamos a la instrucción de cómo meditar. Dejando atrás el estar ocupado y la interacción ordinaria, estando en un ambiente solitario, se inicia con generar una mente de renuncia y bodhichitta. Luego visualiza en el espacio delante de ti a todos los buddhas y bodhisattvas de las diez direcciones, y una vez que has hecho las siete ramas como una manera de purificación y de juntar las acumulaciones, ora enfocado en que puedas desarrollar el samadhi puro. Luego adopta una posición correcta, sentado derecho en tu asiento, en la postura vajra completa o media, o como sea más confortable para ti, con tus manos en la posición de ecuanimidad, con una mirada amable y equilibrada, etc. Ahora, examina tu flujo de pensamientos muy cuidadosamente. Si percibes algunos pensamientos o emociones fuertes que impiden a tu mente estar en calma —sentimientos de deseo, cólera, maldad, orgullo o confusión—, entonces, aplica el antídoto apropiado, como, por ejemplo, meditando en la no atracción, en el amor, en la compasión, analizando los elementos psico-físicos (dhatus), interdependencia de las cosas, la inhalación y exhalación del aire, etc., para que tu mente se vuelve más funcional. Entonces, cuando la mente está lista para focalizarse en un objeto en particular, puedes empezar la práctica de la meditación de shamatha.

Las tradiciones basadas en las fuentes escritas y las instrucciones medulares, mencionan innumerables métodos de meditación, pero déjanos seguir aquí la fuente clásica y mencionar, en primer lugar, los nueve caminos de calmar la mente para lograr una mente focalizada en un punto del reino de deseo.

El Ornamento de Mahayana Sutras dice:

Poniendo la atención en un objeto de concentración,
Quédate con él, no te distraigas.
Reconociendo rápidamente la distracción cuando ella ocurra,
Vuelva a poner la mente de nuevo en el objeto.
Con una mente inteligente mejorará la capacidad de focalizar la atención
Luego, con el objetivo de experimentar cualidades reales,
La mente debe ser controlada en samadhi.
Viendo la desventaja de la distracción,
La resistencia a la meditación cesa.
Codicia, insatisfacción mental, etc.
Son calmadas de la misma manera.
El practicante diligente coloca su mente
Con alguna aplicación de esfuerzo,
Finalmente esto ocurre natural y espontáneamente,
A través de la familiaridad, sin esfuerzo,

Como se dice, pon tu atención focalizada en un objeto específico y queda concentrado en este punto de una imagen clara que surge en la mente. Entonces, sostén esta imagen continuamente, sin ser distraído por ninguna otra cosa. Cuando ocurra la distracción, por más grosera o sutil que sea, debes reconocerla inmediatamente y con conciencia cautelosa, para volver la atención otra vez al objeto de concentración. No te satisfagas con una pequeña calma de la mente, sino erradica hasta la más sutil tendencia hacia la distracción y establécete en la concentración en un punto. Si experimentas fatiga y falta de entusiasmo por  el samadhi, reflexiona sobre las cualidades de los budas y bodhisattvas en general y en particular sobre las cualidades como, por ejemplo, las capacidades super cognitivas y milagrosas que surgen a través del poder de samadhi, luego genera entusiasmo por la práctica. En caso que empieces a tener placer en la inquietud o cualquier cosa que no conduce a la calma mental, reflexiona sobre los defectos del samsara en general y específicamente en los defectos de perder tu camino y quedarte en tu estado ordinario. Al reconocer los defectos de la distracción e inquietud, pacifica la excitación de tu mente. Cualquier estado mental que previene el samadhi, como codicia, disturbio mental, excitación, arrepentimiento, sueño o letargia, malicia, deseos, duda, cuando surja, cálmalo aplicando el antídoto apropiado. De esta manera ampliarás el período de calma. Si todavía hay preocupación acerca del sueño o agitación surgiendo en la mente y la necesidad de aplicar deliberadamente el antídoto, éste es todavía el octavo estado de calmar la mente. Cuando ya no haya ninguna necesidad de aplicar un antídoto por preocupación acerca de abandonar algo o su remedio,  ya puedes quedarte espontáneamente en  el estado de calma por el tiempo que desees, entonces este es el noveno estado de calmar la mente, la mente focalizada en un punto del reino de deseo. Este es el verdadero shamatha, pero si todavía no dominas el deleite de la flexibilidad física y mental, aún no alcanzaste los estados preparatorios para las meditaciones dhyana.

Una vez obtenido esta flexibilidad, hay un fundamento para desarrollar la sabiduría de vipashyana. Esta es la fase preparatoria que se llama ‘la fase capaz.’ Para este punto hay siete procesos mentales, a través de los cuales se lleva a cabo la mayor parte de la meditación dhyana.

Primero, está el proceso mental de discernir precisamente las carac-terísticas, en que se entiende las cualidades positivas y  negativas de los tres reinos y sus respectivas causas, las aflicciones mentales de los diferentes niveles de existencia y las cualidades especiales de la meditación dhyana.

Segundo, hay el proceso mental de la convicción, que es la creencia firme surgiendo de esta meditación de que los defectos de los niveles inferiores deben ser descartados, mientras que las cualidades de los niveles superiores deben de ser obtenidas. 

Luego, el proceso mental de la separación cuidadosa implica descartar el tipo de pensamientos que debe abandonarse, aplicando el antídoto para las aflicciones mentales en un plano más bajo de la existencia.

Cuando uno es liberado de esas aflicciones mentales de un plano inferior, uno obtiene la alegría y bienestar físico de flexibilidad mental y física, y esto es conocido como el proceso mental de ganar alegría.

El proceso mental de examinar significa que, mientras la mente permanece en cierto nivel, las aflicciones mentales de un nivel inferior no deberían surgir y, entonces, uno deliberadamente se concentra en un objeto específico y cuidado-samente examina la mente, abandonando cualquier aflicción que pueda desarrollar.

El proceso mental de la culminación de compromiso es el camino sin estorbos durante el cual el antídoto, que supera las aflicciones mentales sutiles de los niveles inferiores, surge en la mente.

El proceso mental del resultado de la culminación de compromiso es el camino de liberación (/dejar ir) total, a tal punto que ya no hay necesidad de aplicar un antídoto, ya que todas las aflicciones mentales de niveles inferiores han sido totalmente erradicadas.

Así es cómo la mente de la práctica principal dhyana es alcanzada.

El primer nivel dhyana que es logrado de esta manera tiene cinco características: concepción, discernimiento, alegría, bienestar físico y samadhi.

El segundo nivel dhyana, que es aún más pacífico, tiene cuatro características: la claridad perfecta en que la concepción y discernimiento han sido abandonado, alegría, bienestar físico y samadhi.
  
El tercer nivel dhyana, que es aún más pacífico, tiene cinco características: ecuanimidad en que el concepto de alegría ha sido abandonado,  estar atento, estar enterado de manera vigilante,  bienestar físico y samadhi.

El cuarto nivel dhyana, que es llamado el último dhyana porque es aún más pacífico, tiene cuatro características: la sensación neutral en que la sensación de bienestar físico ha sido abandonada, estar atento, la formación mental de ecuanimidad y samadhi.

Este es solamente una breve descripción de los cuatro dhyanas. No he mencionado sus características particulares en detalle, ni he entrado en las maneras de meditar en las absorciones sin forma, por el temor que esto podría hacer el texto excesivamente largo, y también porque parece que hay poco necesidad para ello. Aquellos que están interesados, pueden consultar los textos de abhidharma o de prajnaparamita.

En cualquier tipo de samadhi que se cultive, siempre hay que mantener los siguientes factores en mente. Hay cinco defectos relacionados con la meditación: flojera, olvidar el objeto de concentración, sueño y agitación, no aplicando el antídoto por estar demasiado relajado, o aplicando una y otra vez el antídoto porque uno está demasiado focalizado y descontento en simplemente descansar. Los antídotos para esos son conocidos como las ocho aplicaciones. Confianza en las cualidades del samadhi, la aspiración para obtener esas cualidades, la diligencia/el cuidado consistente y dedicado que estas dos inspiran, y la flexibilidad gozosa que se desarrolla como resultado de los cuatro antídotos para la flojera. La atención es el antídoto para olvidar. La atención vigilante es el antídoto para el sueño y la agitación. El antídoto para la falta de dedicación es aplicar el antídoto, poniendo en la mente las razones para practicar shamatha y vipashyana, como método de superar el sueño y la agitación, la ecuanimidad es el antídoto para la sobre dedicación. Es a través de estos que se obtiene  la mente de meditación.

Una vez alcanzada de esta manera la mente de concentración meditativa, cuando analizas los ‘cuatro portales a la visión de la realidad’ —los agregados, los elementos psicofísicos, las fuentes de los sentidos y la generación interdependiente— usando la lógica válida del razonamiento último, como el análisis de ni uno ni muchos,  entonces queda focalizado en el  ‘no-encontrar’ de ninguna cosa, esto deviene en la unidad de shamatha y vipashyana, que es el gran enfoque que lleva al camino de los nobles y al completo desarraigo de la existencia samsárica.

Además, los distintos métodos de practicar shamatha y vipashyana conectados con las profundas instrucciones esenciales, sea ‘sorteando’ el enfoque gradual o  el enfoque directo, deben aprenderse sólo a través de la instrucción oral.

La entrada del camino que lleva a la paz de la liberación,
Es el Samadhi en el cual shamatha y vipashyana están unidos.
Esta instrucción clara y corta sobre cómo se logra esto
Fue escrito y ofrecido desde una ermita de práctica aislada,
Por el monje budista llamado Pema Vajra,
Para satisfacer los deseos de la diligente  yoguini Wangmo.
¡Pueda, a través de este mérito, incrementar la realización de los caminos y niveles, y nuestro bienestar y el de otros seres logrados espontáneamente!

¡Qué sea virtuoso!


| Translated by Adam  Pearcey, Rigpa Translations, 2005. |



[1] Treasury of Abhidharma, VI, 5
[2] Engaging in the Conduct of a Bodhisattva, VIII, 4