lunes, 17 de febrero de 2020

En la budeidad


Creciendo juntos
Thich Nhat Hanh




Thich Nhat Hanh nos muestra cómo podemos usar las relaciones amorosas para cultivar las semillas de la budeidad dentro de nosotros.

Comprometerse con otra persona es embarcarse en un viaje muy aventurero. Debes ser muy sabio y muy paciente para mantener vivo tu amor para que dure mucho tiempo. El primer año de una relación comprometida ya puede revelar lo difícil que es. Cuando se comprometen con alguien por primera vez, tienen una hermosa imagen de esa persona y se casan con esa imagen en lugar de la persona. Cuando viven juntos las veinticuatro horas del día, comienzan a descubrir la realidad de la otra persona, que no se corresponde con la imagen que tienen de él o de ella. A veces, estamos decepcionados.

Al principio son muy apasionados. Pero esa pasión por la otra persona puede durar poco tiempo, tal vez seis meses, un año o dos años. Entonces, si no eres hábil, si no practica, si no es sabio, el sufrimiento nacerá en usted y en la otra persona. Cuando vea a alguien más, podría pensar que sería más feliz con ellos. En vietnamita tenemos un dicho: "De pie en la cima de una montaña y mirando la cima de otra, crees que preferirías estar parado en la otra montaña".

Cuando nos comprometemos con una pareja, ya sea en una ceremonia de matrimonio o de manera privada, generalmente es porque creemos que podemos ser y queremos ser fieles a nuestra pareja durante toda nuestra vida. En los Cinco entrenamientos de atención plena, el tercer entrenamiento es ser fiel a la pareja con la que se compromete. Esa es una práctica desafiante que requiere una práctica fuerte y consistente. Muchos de nosotros no tenemos muchos modelos de lealtad y fidelidad a nuestro alrededor. La tasa de divorcios de los Estados Unidos es de alrededor del cincuenta por ciento, y para las parejas no casadas pero comprometidas, las tasas son similares o más altas.

Tendemos a compararnos con los demás y a preguntarnos si tenemos suficiente para ofrecer en una relación. Muchos de nosotros nos sentimos indignos. Tenemos sed de verdad, bondad, compasión, belleza espiritual, y estamos seguros de que estas cosas no existen dentro de nosotros, así que vamos a mirar hacia afuera. A veces pensamos que hemos encontrado la pareja ideal que encarna todo lo que es bueno, hermoso y verdadero. Esa persona puede ser una pareja romántica, un amigo o un maestro espiritual. Vemos todo lo bueno en esa persona y nos enamoramos. Después de un tiempo, generalmente descubrimos que hemos tenido una percepción errónea de esa persona y nos decepcionamos.

La belleza y la bondad siempre están ahí en cada uno de nosotros. Esta es la enseñanza básica del Buda. Un verdadero maestro, un verdadero compañero espiritual, es alguien que lo alienta a buscar profundamente en usted mismo la belleza y el amor que está buscando. El verdadero maestro es alguien que le ayuda a descubrir al maestro en usted mismo.

Según el Buda, el nacimiento de un ser humano no es un comienzo sino una continuación, y cuando nacemos, todos los diferentes tipos de semillas, semillas de bondad, de crueldad, de despertar, ya están dentro de nosotros. Si la bondad o la crueldad en nosotros se revela depende de qué semillas cultivemos, de nuestras acciones y de nuestra forma de vida.



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