viernes, 6 de abril de 2018

EL QUÍNTUPLE SENDERO DEL MAHAMUDRA


Khenchen Konchog Gyaltshen 



¿Qué es el mahamudra? Es la naturaleza búdica, la mente básica en todos los seres sensibles. Conocer esto es conocer la naturaleza verdadera de todos los fenómenos y realizarlo es convertirse en un Buddha, ser uno con todas las cualidades búdicas. La naturaleza búdica, el mahamudra, siempre existe, pero para aquellos cuya atención es alejada de esto, permanece como un secreto. Para descubrirla, para desvelar esto, es necesario la práctica y la guía de un verdadero maestro espiritual.

Las prácticas preparatorias del quíntuple sendero desarrollan la reorientación, la purificación y la fortaleza necesaria para la práctica del mahamudra. Las prácticas reales son el camino en sí, el que conduce a la iluminación.

Las prácticas preparatorias generales son cuatro: refugio, lo que nos salva de los caminos erróneos; Vajrasattva, lo que remueve los obstáculos del camino; ofrenda del mandala, lo que trae poder meritorio; y, devoción al guru, lo que trae bendiciones que nos empoderan para seguir el camino.

El refugio es la práctica preparatoria más importante, porque sin ella uno seriamente no emprenderá las demás. Tomar refugio es orientarse uno mismo firmemente en el camino hacia la budeidad y alejarse de la existencia cíclica. Para hacer esto, uno debe entender realmente que la existencia cíclica – el samsara – es inevitablemente un estado de confusión y sufrimiento; entonces uno considerará cómo liberarse uno mismo de esto.

Nosotros mismos no sabemos cómo hacerlo. Generalmente, estamos absorbidos en tratar de estar confortables en el samsara, debido a que conocemos esto y estamos apegados a sus experiencias placenteras. Cuando decidimos reorientarnos tenemos que confiar en uno que lo ha hecho, que ya ha recorrido el camino a la iluminación. Por eso debemos tomar refugio en las Tres Joyas: el Buddha, el maestro; el Dharma, sus enseñanzas; y, la sangha, la comunidad espiritual.

Apartarse del samsara no significa solo estudiar el Dharma y considerar la iluminación: uno puede conocer el Dharma intelectualmente y no tener compresión profunda. Comprender llega a través de los cuatro “fundamentos ordinarios”: meditación sobre la no permanencia, sobre causa y efecto, sobre los problemas del samsara y sobre la preciosidad y rareza de la vida humana. Estando ahora en un cuerpo humano, podemos comenzar en el camino de la budeidad; esta es una oportunidad a ser aprovechada.

Estos fundamentos son llamados los cuatro modos de tornar la mente, alejarla del samsara. Sin estas meditaciones, el refugio de uno es incompleto. Uno necesita comprender claramente la naturaleza del samsara y luego orientarse firmemente hacia la iluminación; de este modo uno se acerca al camino.

Para lograr la iluminación, uno necesita acumular sabiduría y compasión, las dos acumulaciones; cuando son completadas, uno será capaz de realizar los cuatro cuerpos de un Buda. Desarrollar sabiduría y compasión no es una tarea pequeña; demanda mucha fortaleza. Y esta fortaleza es adquirida a través de las prácticas preliminares: Vajrasattva, la ofrenda del mandala y el guru yoga. Esto trae purificación, fortalecimiento y bendiciones del especial empodera-miento.

La práctica de Vajrasattva disipa los obstáculos en el camino. La mente básica es como un espejo que no puede reflejar los objetos cuando está sucio; cuando está bien limpio, puede claramente reflejar cualquier objeto. La mente básica de cualquier ser sensible es la naturaleza búdica, pero está cubierta con el polvo del samsara. La meditación de Vajrasattva es una práctica poderosa de purificación.

La ofrenda de mandala es un modo de desarrollar y mantener la sabiduría (la realización del mahamudra) y la compasión (la profunda bodhichitta). Sintiendo profundamente el deseo que uno mismo y todos los seres sensibles puedan alcanzar la iluminación, ofrendamos el mandala – que representa todo el universo – a los iluminados, llenos de compasión y sabiduría. Damos todo, nosotros mismos y la totalidad. Esta ofrenda nos ayuda a cortar nuestro aferramiento y apego a esta vida. Además, el mérito adquirido por uno a través de la ofrenda del mandala le da fortaleza para nutrir la mente de bodhichitta.

El guru yoga otorga bendiciones. El maestro es el ejemplo, el modelo.  Si vemos al maestro como ordinario, nuestras mentes permanecerán en el estado ordinario, pero si vemos a él o ella como Vajradhara, elevaremos el estado de nuestras mentes. Viendo a nuestro maestro como Vajradhara es el modo de unir nuestra mente con el estado de Vajradhara. A través de pensar al maestro como Vajradhara, recibiremos las bendiciones empoderándonos para alcanzar ese estados nosotros mismos.  Cuando vemos al maestro como compasivo y sabio, el poder de nuestra devoción elimina las vacilaciones en nuestras mentes.  El maestro debe tener de hecho buenas cualidades y realizaciones; pero la energía importante en el guru yoga es esta del practicante; la admiración y gratitud del estudiante.

Cuando estudia y practica realmente, alguna poca experiencia comienza en su mente y con ella una confianza y alegría inefables.  Cuando esto ocurre, siente una verdadera devoción no artificial.  Esto es devoción no simplemente de fe en el maestro, sino desde la propia experiencia de uno, y es la experiencia del verdadero guru yoga. En esta profunda devoción uno recibe los cuatro empoderamientos, que llevan las bendiciones especiales que permiten desarrollar los cuatro cuerpos búdicos.

Las prácticas preparatorias especiales son el cultivo de amor y compasión, una mente muy gentil deseando que todos los seres sensibles puedan tener felicidad y estar libre de sufrimiento. El desarrollo de estos dos es necesario, pero esto solo no es suficiente. ¿Qué debe hacer uno para traer felicidad a los seres sensibles?  Una persona ignorante no puede ayudar.  Por eso debemos volvernos sabios, debemos alcanzar la iluminación. Con ese fin necesitamos seguir un camino perfecto; y tal camino es el sendero del mahamudra.

Comenzamos por cultivar una mente fuerte deseando alcanzar la iluminación para beneficio de los demás; esta mente es bodhichitta. Sin ella, todas las prácticas son inútiles; con ella, se vuelve cierto el posible logro de la iluminación. La única manera de desarrollar amor, compasión y bodhichitta es a través de la honda preocupación por los demás seres sensibles; si no existen, el amor continuaría siendo un misterio. Por tanto, es claro que la iluminación de uno depende de los demás seres sensibles: sin apreciarlos, uno no puede hacer progresos en el camino.

La bodhichitta, la última de las prácticas preparatorias es a la vez la primera de las cinco prácticas reales: bodhichitta, práctica del yidam, guru yoga,  mahamudra y dedicación.

A través de la práctica del yidam (yoga de la deidad) uno realiza todas las cualidades del Buddha en uno mismo.   La naturaleza búdica – la esencia de todos los seres sensibles – se dice que es realmente un secreto. La enseñanza sobre este secreto es dada por el Buddha: en meditación uno se vuelve uno con la deidad yidam, para reconocer la naturaleza de deidad de uno mismo.  Este es el secreto del tantra y el porque la práctica del yidam es llamada la esencia del mantra secreto. Ella está transformando vuestro estado ordinario en estado puro, visualizándose usted y todos los seres sensibles – el universo entero – como transformándose en budas en un campo búdico.

El guru yoga es llamado la esencia de conocimiento, el conocimiento que lleva a iluminarse a uno mismo; este conocimiento es recibido del maestro. Este yoga tiene dos niveles. La práctica preparatoria del guru yoga es la cultivación de la devoción al mirar al maestro de uno como Vajradhara. En la práctica verdadera del mahamudra, el guru yoga es el establecimiento en el continuo de uno de las causas para realizar los cuatro cuerpos de un Buda.

El mahamudra está más allá del pensamiento y hasta más y más allá de las palabras - inconcebible e inexpresable.  Es la iluminación, la mente básica pura, la esencia del significado, la verdadera naturaleza, la vacuidad; todas estas frases son intentos para señalar a una luna que el estudiante aún no puede ver.  Aquellos que han relizado el mahamudra saben que se puede hacer; y, sugerir lo que significa esa realización; ellos hablan de la unidad de vacuidad y apariencia, de la forma pura y vacuidad, de lo relativo y lo absoluto.

Realizar esta unidad es realizar el mahamudra, pero describirlo impone la dualidad del pensamiento. Los maestros hablan de establecer la mente de uno en vacuidad, en no dualidad; ellos no pueden impartir su experiencias de esto, pero pueden guiar la práctica meditativa de los estudiantes hacia esa experiencia. La vacuidad es la luminosa naturaleza de la mente; no su usual ocupada con el pensar. Para un principiante, ‘sin pensamiento’ solo significa una cabeza vacua, pero no es esto lo que implica. Esta naturaleza luminosa de la mente es algo más allá de la dualidad y la no dualidad.

Para los principiantes, el maestro señala el mahamudra, la visión de vacuidad, a través de los razonamientos del Madhyamika basados en las enseñanzas de Nagarjuna. Los estudiantes comprenderán sobre los fundamentos de la instrucción, pero ellos todavía no sabrán. Ellos deben trabajar, deben practicar, para revelar la naturaleza búdica en ellos mismos.

Kunga Rinchen dejó en claro que samsara y nirvana son uno; generalmente pensamos que ellos son dos cosas diferentes, una terrible y la otra maravillosa. Aun no estando iluminados, los estudiantes sienten que la iluminación es diferente y alejada; pero realmente los fundamentos y el objetivo son uno. La existencia cíclica no es algo separado de la iluminación, no está separada de la naturaleza búdica.

Pensamos que estamos basados en el samsara y necesitamos disponer de algún otro lugar, pero eso es un malentendido.  Pensando en que tenemos que descubrir la vacuidad para contrarrestar las aflicciones, hemos creado una polaridad, una oposición, entre ellos. Pero si lo hacemos, podemos caer en el error de simplemente negarnos a pensar acerca de las aflicciones y en su lugar pensar acerca de la vacuidad. Esto no es lo que se busca.  Uno necesita darse cuenta de que todos los fenómenos -- las aflicciones, también - poseen la naturaleza de vacuidad; ellos no son independientes de la vacuidad.

El mahamudra solo es las cosas como son, la verdadera naturaleza de los fenómenos. Cuando el maestro señala al mahamudra, él o ella está mostrando lo que el Buddha enseñó; lo que el Buddha enseñó solo es eso. Decir que el fuego es caliente es ni aceptar ni rechazar; cuando el calor ha sido experimentado, se comprende esto. El mahamudra igualmente solo es la manera de las cosas como son; experimentarla está más allá de cualquier afirmación.

La dedicación es el comienzo y el fin de la práctica; nuestro estudio y trabajo no es para nosotros mismos. La raíz de virtud en nosotros, la naturaleza búdica, es como una gota de agua: sola, se secará y evaporará, pero si cae en el océano nunca se secará. Por eso si dedicamos nuestra gota de virtud al océano de sabiduría, se agregará al océano para siempre, ayudando a todos los seres sensibles a alcanzar la iluminación.



De: Garland of Mahamudra Practices. A Translation of Kunga Rinchen's Clarifying the Jewel Rosary of the Profound Fivefold Path. Snow Lion Publications, segunda edición, USA, 2002. Introducción, pp. 14 - 19
Versión al español, los editores

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