domingo, 13 de agosto de 2017

Padmasambhava: La Esencia

Refinada de las Instrucciones Orales.


Homenaje al gurú. 

La  Dama  Tsogyal  de  Kharchen  sirvió  al  Cuerpo  de  Emanación,  Orgyen  Padmakara, desde  los  ocho  años,  acompañándolo  del  mismo  modo  en  que  la  sombra  sigue  al cuerpo. Cuando el Gurú estaba a punto de abandonar Tibet para dirigirse a la tierra de los raksas, yo, la Dama Kharchen, tras haber ofrecido un mandala de oro y turquesas, y haber preparado un festín Tántrico, ante una asamblea dispuesta en círculo, imploré:

“¡Gran Maestro! Tú vas a partir para domar a los raksas. Yo voy a ser dejada aquí, en Tibet. Aunque te he servido durante mucho tiempo, Maestro, esta mujer madura no tiene confianza respecto a las instrucciones en el  momento de la muerte. Por lo tanto, te  suplico  que  amablemente  me  des  una  instrucción  condensando  todas  las enseñanzas en una, de forma que sea concisa y fácil de practicar.”

El Gran Maestro replicó: “Devota, escúchame con una mente virtuosa y llena de fe. Aunque  existen  muchos  puntos  esenciales  profundos  con  respecto  al  cuerpo, permanece libre y relajada, como cuando te sientes a gusto.

Aunque hay muchos puntos esenciales respecto al habla, tales como el control de la respiración  y la  recitación de  mantras, deja de  hablar  y permanece  como  un  mudo. Todo está incluido en eso. 

Aunque  hay  muchos  puntos  esenciales  respecto  a  la  mente,  tales  como  el concentrarse, relajarse, proyectar, disolver, y enfocar la atención hacia el interior, todo está incluido en dejar que la mente descanse en su estado natural, libre y cómoda, sin fabricaciones. Pero la mente no permanece tranquilamente en ese estado.

Te  puedes  preguntar,  ¿Es  la  mente  una  simple  nada?  La  mente  sigue  reluciendo  y brillando,  como  la  corona  caliente  del  Sol.  Te  puedes  preguntar,  ¿Es  la  mente  algo existente?  La  mente  no  tiene  color  o  forma  para  identificarla,  sino  que  es  vacía  y completamente despierta. Esa es la natu-raleza de tu mente.

Una  vez  que  uno  la  ha  reconocido  de  esta  forma,  el  llegar  a  conseguir  una  certeza completa  con  respecto  a  ello,  eso  es  la  visión.  El  permanecer  sin  distracción  en  el estado de quietud, sin elaboraciones mentales o fijación, eso es meditación.  En ese estado,  permaneciendo  libre  de  apego  y  rechazo,  de  aceptación  o  de  repudio,  de esperanza o de miedo, hacia cualquiera de las experiencias de los seis sentidos[1], eso es conducta. 

Ante cualquier duda o vacilación, mentalmente llama a tu maestro pidiéndole ayuda. No permanezcas en lugares  concurridos  por  la gente  ordinaria,  practica  en  un  lugar apartado.  Abandona  tu  aferramiento  hacia  aquello  a  lo  que  estés  más  apegada,  y también  hacia  aquellos  hacia  los  que  estés  más  vinculada  en  esta  vida,  y  practica. Cuando practicas de este modo, aunque tu cuerpo permanece con su forma humana, tu mente es igual a la de los Budas. 

A la hora de la muerte, deberías de practicar tal como sigue: cuando el elemento tierra se disuelve en el elemento agua, el cuerpo se hace pesado, y no puede sostenerse. Cuando el elemento agua se disuelve en el elemento fuego, la boca y la nariz se secan. Cuando  el  elemento  fuego  se  disuelve  en  el  viento,  el  calor  corporal  desaparece. Cuando  el  elemento  viento  se  disuelve  en  la  consciencia,  uno  no  puede  exhalar  e inhalar más que con dificultad y agitación. 

Tu  siguiente  sensación  será  como  si  estuvieras  siendo  aplastada  por  una  gran montaña, como si estuvieras dentro de una gran oscuridad, o siendo arrojada dentro de la expansión del espacio. Todas estas experiencias están acompañadas de fuertes sonidos atronadores y muy vibrantes. Todo el cielo está vívidamente brillante, como un brocado desplegado.

Ahora,  dentro  de  una  cúpula  de  luz  de  arco  iris,  las  formas  naturales  de  tu  mente comienzan  a  llenar  el  cielo  bajo  las  formas  de  deidades  pacíficas,  coléricas,  y semicoléricas,  algunas  con  varias  cabezas.  Algunas  de  ellas  blanden  armas  en  sus manos,  y  pronuncian  palabras  como:  “¡Golpea,  golpea!”,  “¡Mata,  mata!”,  “¡Hum, Hum!”, “¡Phat, Phat!” y otros fieros sonidos. Es como si la luz de cien soles estuviera brillando a la vez. En este momento, tu deidad innata te recordará que permanezcas consciente,  diciendo: “¡No  te  distraigas,  no  te  distraigas!”.  Tu  demonio  innato obstaculizará  todas  tus  experiencias,  pronunciará  agudos  y  fieros  sonidos,  te confundirá para hacerlas colapsar. 

Llegado este punto, tienes que saber esto: la sensación de estar siendo aplastada, no es que estés siendo aplastada por una gran montaña; son tus propios elementos que se están disolviendo. ¡No sientas miedo por eso! La sensación de estar siendo atrapada dentro de la oscuridad, no es una oscuridad. Son tus cinco facultades[2] de los sentidos disolviéndose.  La  sensación  de  estar  siendo  arrojada  dentro  de  la  expansión  del espacio, no es que estés siendo arrojada. Es tu mente que está ya sin soporte porque ella y tu cuerpo se han separado, y has dejado de respirar. 

Todas  las  experiencias  de  arco  iris  de  luz  son  las  manifestaciones  naturales  de  tu mente. Las formas pacíficas y coléricas son las manifestaciones naturales de tu mente. Todos los sonidos son tus propios sonidos. Todas las luces son tus propias luces. No tengas dudas con respecto a eso. Si sientes duda, ello te arrojará al samsara de nuevo. Determina  que  todo  esto  es  una  proyección  tuya,  y  entonces,  cuando  permanezcas bien  despierta  en  la  luminosa  vacuidad,  simplemente  permaneciendo  en  eso,  tú lograrás los tres cuerpos[3], y desper-tarás a la Iluminación. Aunque alguien te lanzara entonces dentro de la existencia cíclica[4], tú no irías allá.

La deidad innata significa la presencia no distraída de la mente, que ahora ha parado la conceptualización.  A  partir  de  este  momento,  lo  más  importante  es  apartar  a  esta mente de la esperanza y el miedo, del aferramiento y el apego hacia los objetos de las seis  facultades,  y también  de  la  fascinación,  la  alegría,  y  la  tristeza.  Si  ahora  ya  has llegado a ser estable en esto, serás capaz de reasumir tu estado natural en el bardo, y despertarás a la Iluminación. Por lo tanto, el punto más importante es mantener tu práctica sin distracción a partir de este mismo instante.

El demonio innato es tu tendencia hacia la ignorancia, tu duda, y tu vacilación. Ante cualquier fenómeno atemorizador que aparezca entonces, tales como sonidos, colores, y luces, no sientas fascinación, no dudes, y no tengas miedo. Si llegas a caer en la duda, aunque sea durante un solo momento, ello ocasionará que vuelvas a vagar dentro de la existencia cíclica, así que gana una estabilidad mental[5] completa.

A continuación tú puedes experimentar la entrada dentro de un vientre como si fuera el estar accediendo dentro de  palacios  celestiales.  No  sientas  atracción  hacia  ellos. Asegúrate de ello. Permanece libre del anhelo y el miedo. Yo te juro que entonces sin duda alcanzarás la Iluminación, y ya no volverás a renacer más. 

Cuando sucede esto, no es que seas ayudada por un Buda, puesto que tu consciencia es primordialmente Iluminada. No es que puedas ser dañada por un infierno, puesto que el apego ha sido naturalmente eliminado, y el miedo hacia la existencia cíclica y el anhelo por el nirvana han sido cortados de raíz. El alcanzar la Iluminación puede ser comparado al agua clareada de sus sedimentos, al oro limpiado de impurezas, y a un cielo sin nubes.

Después  de  haber  conseguido  el  Cuerpo  de  la  Verdad  semejante  al  espacio  para beneficio de uno, te implicarás en el beneficio de todos los seres en toda la extensión del espacio. Tras haber obtenido el Cuerpo de Gozo y el Cuerpo de Emanación para el beneficio de los otros, tú beneficiarás a los seres sintientes en la misma medida en que tu mente penetra[6] a los fenómenos. 

Si esta instrucción es dada tres veces, incluso a un gran transgresor como aquel que ha matado a su padre y madre[7], el no caerá dentro de la existencia cíclica, incluso aunque fuera  arrojado  allí.  No  hay  ninguna  duda  de  que  llegará a estar Iluminado. Incluso aunque tú poseas muchas otras enseñanzas profundas, sin una instrucción como esta, permanecerás  alejada  de  la  Iluminación.  Puesto  que  no  sabes  dónde  puedes  estar vagando la próxima vida, practica esto con perseverancia. 

Tú puedes dar esta instrucción a aquellos recipientes que tengan una fe grande, que sean muy diligentes e inteligentes, que recuerden siempre a su maestro, que tengan confianza en las instrucciones orales, que  se  esfuercen  en la práctica, que tengan estabilidad mental, y que sean capaces de abandonar los intereses mundanos[8]. Dales esto con el sello de la transmisión del maestro, con el sello del secreto del Yidam, y con el sello de la transmisión de las dakinis.

Aunque yo, Padmakara, he seguido a muchos maestros durante mil ochocientos años, he pedido instrucciones, he recibido enseñanzas, he estudiado y enseñado, meditado y practicado, no encuentro ninguna  enseñanza  más  profunda  que  esta.  Yo  parto  a domar  a  los  raksas.  Tú  deberías  de  practicar  esto.  Dama,  tu  llegarás  a  alcanzar  la Iluminación en los reinos celestiales. Por lo tanto, persevera en esta instrucción.”

Después de hablar así, el Precioso Maestro[9]  montó sobre los rayos del Sol, y partió hacia la tierra de los raksas. Siguiendo esto, la Dama Tsogyal alcanzó la liberación. Ella hizo la promesa de escribir esta enseñanza, y de ocultarla como un tesoro profundo[10]. Ella hizo esta aspiración: “Que en el futuro, pueda ser dada a Gurú Dorje Lingpa. Que entonces pueda beneficiar a muchos seres.” 

Esto completa la “Sagrada Instrucción llamada la Esencia Refinada, la contestación a las preguntas sobre la liberación en el momento de la muerte y en el bardo”. Samaya, sello, sello, sello.

Este texto fue encontrado y decodificado por el revelador de tesoros[11], Dorje Lingpa.

Traducido  y  anotado  por  el  ignorante  y  falto  de  devoción  upasaka  Losang  Gyatso.
Editado a 12/09/2015. 


[1] Los cinco sentidos (ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo) más la mente.
[2]  Las facultades del ojo, oído, nariz, lengua, y cuerpo o tacto.
[3] El Cuerpo de la Verdad (Dharmakaya), el Cuerpo del Gozo (Sambhogakaya), y el Cuerpo de Emanación (Nirmanakaya).
[4] Samsara.
[5] Samatha.
[6] Vipashyana.
[7]  Dos de las Cinco Acciones Atroces: matar a la madre, matar al padre, matar a un Arhat, hacer sangrar intencionadamente a un Buda, y sembrar la disensión en la Comunidad (sangha).
[8]  Los Ocho Intereses Mundanos: la ganancia y la pérdida, la fama y la irrelevancia, la alabanza y la crítica, el placer y el dolor.
[9][9] Gurú Rinpoche. 
[10] Terma. 
[11] Tertön.  

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