martes, 24 de febrero de 2015


Aprendiendo a Meditar


Lama Jigme Lhawang

27 de diciembre, 2013


Tantas conversaciones, tanta información, pero ¿Cómo tengo que hacerlo?

Aspiramos a un bienestar verdadero. Estamos buscando constantemente el equilibrio. En el budismo, aunque descubramos y entendamos que las cosas no tienen existencia real en el nivel último, que son como un sueño, esta instrucción no tendrá ningún efecto si esto no se saborea en nuestras vidas. No nos va a ayudar en absoluto.

Buda enseñó algo muy importante que funciona como la facultad del gusto, que propicia el poder saborear las cosas. Buda enseñó un instrumento utilizado durante todo el transcurso del entrenamiento de la mente, bhavana. Bhavana en sánscrito conlleva el campo semántico de “cultivo”, “familiarización” o “habituación” con algo. En Occidente, el término se traduce a menudo como “meditación”. Pero, ¿qué es la meditación y cómo aplicarla?

Imagina una gran cascada cayendo fuertemente desde una montaña alta. Cuando tratamos de mirar a través del agua no vemos nada porque está borroso y lleno de espuma. Tras el contacto con el suelo, la fuerza y la velocidad del agua disminuyen y podemos ver mejor a través de ella. En ese momento se forma un río que desciende entre las montañas. En la medida en que los márgenes de este río se estrechan, la velocidad y la fuerza del agua aumentan. En la medida en que los márgenes se amplían, su velocidad y su fuerza disminuyen. Esto sucede hasta que, en algún momento, un gran lago se forma y ahí nos encontramos con la misma agua completamente inmóvil, cristalina y transparente. En la superficie de este lago podemos ver nuestro propio reflejo y también, si fijamos nuestra mirada hacia dentro, podemos ver lo que hay en el fondo. Del mismo modo, respiramos, nos relajamos. Ofrecemos un mayor espacio a nuestros corazones y nuestras mentes. La tranquilidad mental surge y con ella también surge una claridad extraordinaria, una inteligencia y una lucidez profundas. Nuestra mente es análoga al agua en el ejemplo anterior: cuanto más espacio tengamos en nuestro entorno mental, menor será la fuerza de los pensamientos, nuestra mente estará menos agitada y seremos más conscientes de cada evento mental.

Considera la mente como si fuera un mono o un caballo salvaje. Una de las mejores y más efectivas maneras para domar un caballo salvaje es acostumbrarlo a un ruedo amplio (una zona vallada para entrenar caballos). Gradualmente vamos reduciendo el tamaño del ruedo en la medida que el caballo se va acostumbrando a su nuevo espacio. Aunque el ruedo vaya disminuyendo, el caballo no se sentirá inseguro puesto que el lugar ya le es familiar y no le supone ninguna amenaza. Con amabilidad, tocamos al caballo, lo acostumbramos a nuestra presencia, hasta que podamos dirigirlo.

Al iniciar la práctica de la meditación, nos sentamos en silencio y en posición vertical en una silla, en un banco o en el suelo. En este momento es importante recordar que la calidad es mejor que la cantidad. La calidad de nuestra meditación es mucho más beneficiosa que la cantidad de tiempo que dediquemos. Nos detenemos por unos minutos, durante 15, 24 o más. Hay tres cualidades esenciales para el desarrollo de la meditación: la relajación, la claridad y la estabilidad. Relajamos profundamente nuestro cuerpo, nuestra energía y nuestra mente. Cultivamos el equilibrio de una mente lúcida, pero profundamente relajada. La continuidad surgida a través de esta habituación corresponde al aspecto de la estabilidad.

Uno de los principales objetos donde se puede enfocar la meditación es la respiración. Buda ofreció esta instrucción en varios de sus discursos en el canon Mahayana. En esta tradición, las diversas técnicas de meditación, cultivo, familiarización o habituación pueden ser resumidas en tres cualidades principales, que en tibetano se llaman drenpa (atención plena, smrti en sánscrito), shebzhin (vigilancia, samprajnata en sánscrito) y bagyod (prudencia, apramada en sánscrito). En general, las tres son traducidas del tibetano al inglés con el único término de “mindfulness” o “atención plena”. De ahí surge la dificultad para diferenciar estas tres cualidades mentales, que tienen una funcionalidad muy importante en el entrenamiento de la mente y en la meditación.

Drenpa es como el portero de un hotel. Él es quien decide quién y aquello que va a pasar o no va a pasar por la puerta de los sentidos físicos y de la mente. Él no se olvida de lo que debe ser aceptado, adoptado y cultivado, y por otro lado, de lo que debe ser descartado, rechazado o abandonado. Drenpase define como el aspecto de la mente que funciona sustentando, reteniendo o manteniendo la mente en su objeto de meditación, sin dejar que se olvide o se aleje de su foco. Protege y nutre al mismo tiempo la permanencia y la inmovilidad de la mente.

Shebzhin es como el supervisor de un hotel que es consciente, observa, analiza y controla las tres puertas (cuerpo, palabra y mente) enfocadas por el portero. Funciona como un aspecto de vigilancia o de posición de alerta donde la mente conoce o reconoce lo que está haciendo.

Bagyod es como el gerente de un hotel que dirige al supervisor que vigila el trabajo del portero. Él es quien gestiona las reglas del hotel, da las directrices y trabaja para mantenerlo en la misma dirección. Es una cualidad mental de la conciencia, de cuidado y prudencia hacia las puertas enfocadas por el portero de la “atención plena” (drenpa) y vigiladas por el supervisor de “vigilancia” (shebzhin). La “prudencia” (bagyod) es una cualidad tanto realizadora como protectora. Es aquella que hace participar drenpa y shebzhin en una cierta dirección positiva y los protege de incurrir en actitudes negativas.

Ofreciendo otra analogía, cuando profundizamos en la relación entre drenpa y shebzhin, la primera es como una cuerda que asegura, mantiene o retiene a una oveja en su lugar mientras que shebzhin es como un pastor que asiste, observa y vigila a sus ovejas para asegurarse de que no se suelten y huyan. Drenpa (la cuerda) retiene la mente en el lugar elegido, mientras que shebzhin (el pastor) está alerta vigilando la situación para garantizar que drenpa está funcionando. Cuando drenpa se debilita o se distrae y la mente entonces vaga, shebzhin toma consciencia de esto e informa a la mente para restablecer o reafirmar drenpa.

En el contexto de la meditación en silencio enfocada en la respiración, estas cualidades mentales funcionan de la siguiente manera: cuando dirigimos nuestra atención con calma hacia la respiración, surge una creciente familiaridad con los movimientos presentes de esa respiración. A través de la experiencia de respirar, el practicante empieza a familiarizarse con la propia mente y las cavilaciones ya no resultan tan atractivas como antes.

Hay cuatro aspectos de drenpa a tener en cuenta:

El primer aspecto de esta cualidad se da cuando traemos nuestra mente de vuelta a la respiración. A través de la cualidad de shebzhin, somos conscientes de este direccionamiento en el momento de hacerlo. Shebzhin se da cuenta cuando el caballo de la mente sale disparado y avisa a drenpa para traerlo de vuelta. En este contexto, cuando la atención se dirige suavemente a la respiración, surge una familiaridad experiencial cada vez mayor con los movimientos de inspiración y espiración. El practicante empieza a familiarizarse con esta experiencia. Este es el aspecto de “familiaridad” de la atención plena.

El segundo aspecto de drenpa es “recordar”, “acordarse”. Este aspecto significa que estamos tan estables y firmes en drenpaque constantemente nos damos cuenta de lo que estamos haciendo y de lo que debemos hacer en el momento presente. Recordamos con continuidad mantener nuestra mente en la respiración. Una vez comenzamos nuestra meditación, experimentamos el movimiento de nuestra mente salvaje; sin embargo, en la medida en que desarrollemos drenpa, nos iremos familiarizando con la respiración y nos acordaremos de volver a ella, estableciéndonos gradualmente en un estado continuo de no-olvido. Este estado se presenta entonces con más energía para permanecer donde está (drenpa) y darse cuenta de lo que está haciendo (shebzhin). Esta estabilidad proporciona una continuidad que se vuelve una base para el desarrollo de un tipo de potencialidad o habilidad. Este es el aspecto “recordativo” de la atención plena.

El tercer aspecto de drenpa es exactamente un potencial, una fuerza que se manifiesta como no-distracción o no-olvido. Con el no-olvido situamos nuestra mente en la respiración y allí permanece. La continuidad de esta estabilidad destacará sobre cualquier posible distracción o cavilación mental. En este contexto, la mente funciona a través de los sentidos y se expresa a través de pensamientos, pero ya no es arrastrada por sus propias creaciones. El caballo deja de saltar y patear, permaneciendo tranquilo. De esta manera, experimentamos las cualidades naturales de inmovilidad y estabilidad de nuestra mente. Esta es la fuerza, “no-olvido”, el tercer aspecto de la atención plena.

Cuando desarrollemos los elementos de “familiaridad”, “recordativo” y “no-olvido”, podremos decir entonces que la atención plena está presente. Ya sin más distracciones, conseguiremos ver las cosas con más claridad. Esa lucidez será capaz de percibir los fenómenos directamente, en su propia naturaleza, sus cualidades, sus potencialidades y su funcionamiento. Una vez que las cualidades naturales de equilibrio e inmovilidad mentales estén presentes, surgirá la claridad de la mente. Esta lucidez discierne la realidad de manera perspectiva y retrospectiva, así como reconoce su naturaleza básica. Este es el aspecto de “lucidez” de la atención plena.

El cultivo y la habituación de drenpa, shebzhin y bagyod hacen surgir un entorno mental más amplio. Así que vayamos dando continuidad a esta familiarización, este espacio se volverá cada vez mayor. Drenpa sucede plenamente cuando, en lugar de percibir la respiración, nos volvemos esa respiración. La sensación de separación entre nuestra mente y la respiración comienza a disolverse. En esta etapa no hay nada más a sostener, a mantener o donde aferrarse. Reposamos en la naturalidad y espontaneidad puras de la mente, en su verdadera naturaleza. Permanecemos en un retiro espacioso, libre e increíblemente repleto de potencialidades sin impedimentos.

Llegados a este punto, tal como es transmitido en la tradición Mahamudra del Linaje Drukpa, no hay nada más que aprender sino a revelarse por sí mismo. Bhavana se vuelve abhavana, o sea, meditar se vuelve no-meditar. O, como el gran siddha indio Maitripa propuso, la verdadera meditación es aquella dotada de asmrti, es decir, la no-atención plena, el propio descanso revitalizante y auto-conocedor de su propia naturaleza. Surge un gran lago translúcido, donde cualquier ola que se manifieste en la superficie ya no perturba su interior, sino que adorna su capacidad de expresión.

Lama Jigme Lhawang
Comunidad budista Drukpa Brasil
info@drukpabrasil.org
www.drukpabrasil.org


Traducido del portugués por Miguel Perez.
Pido perdón por los errores y omisiones en esta traducción y dedico todos los méritos a completa iluminación de todos los seres.
Original: 
http://sobrebudismo.com.br/aprendendo-a-meditar/

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