miércoles, 2 de marzo de 2011

Comentarios de S.S. Drikung Kyabgön, Chetsang Rinpoche*

De la Sadhana Corta del Buda Amitabha                      y la Tierra Pura de Dewachen


Traducidos al inglés por Michael Lewis
Transcritos por Ngakpa Jeffery Könchog Gyaltsen
 ©San Francisco Ratna Shri Sangha 

Comenzamos en la página 2 del texto. La primera palabra es `Namo'. `Namo' significa que “me inclino, me postro ante, o reverencio a”. ¿Ante quién? Ante las Tres Joyas, el Buddha, el Dharma, y la Sangha. Además, ante otro modo de manifestación de las Tres Joyas, a la que se les llama ‘Las Tres Raíces’. Ellas son sus maestros, los lamas; las deidades elegidas, los Yidams; y las Dakinis, que son las fuerzas de inspiración que se manifiestan como mujeres iluminadas. Todos los seres que han logrado cualquier dimensión de iluminación: Buddhas, Bodhisattvas, cualquiera de los que en su mente ha surgido la iluminación. Hacia todos ellos, voy por refugio para establecer a todos los seres sensibles en el estado de budeidad. En esta estrofa de cuatro líneas, hay dos procesos en los que están contenidos tanto el refugio como la generación de la bodhicitta. Las dos primeras líneas constituyen el refugio. Entonces, el propósito de tomar refugio es colocar a todos los seres sensibles en el estado de iluminación; generar la mente de iluminación. En esta sloka (sáns., estrofa), se logran dos cosas: ir por refugio y por el establecimiento de la bodhicitta. Éstos son los pasos preliminares para entrar a la práctica de la sadhana.

Tres cosas se han logrado ya. Una ha sido la postración. La segunda fue tomar refugio. La tercera es la generación de la bodhicitta. Uno repite esta estrofa tres veces.  

Ahora, uno ya puede entrar al cuerpo principal de la práctica. Sin embargo, para entrar a la práctica, primero, abandonará su percepción de sí mismo como persona ordinaria de carne y sangre, así como de su entorno como ser ordinario. Disuelva todo en vacuidad. Entonces, desde la vacuidad de sí mismo, se lleva a cabo el resto de la práctica. La disolución de toda percepción ordinaria en la vacuidad y el desarrollo de toda la práctica subsecuente desde la vacuidad está implícito en la primera sílaba de esta línea: la sílaba ‘AH’. Se dice que la sílaba AH es el sonido supremo. Es la semilla del resto de letras, sílabas y sonidos. AH es la trigésima letra del alfabeto tibetano, siendo la culminación del significado, el sonido, la intención y las frecuencias vibratorias de todas las otras letras. Es el significado subyacente, profundamente implícito y la culminación de todas las otras letras y de todos los otros sonidos. En el texto del “Manjushri Namsanghati” se dice que es lo supremo entre todas las letras porque es lo natural. Surge por sí mismo, espontáneamente. No se produce ni se idea de cualquier manera. Por ejemplo, es el primer sonido que hace un bebé. Por lo tanto, se dice que es innato. Como innato es en sí mismo el símbolo de la vacuidad. “AH” significa Mahasunyata (la gran vacuidad). Se le llama el rey de todas las letras. La letra AH impregna a todas las otras letras del alfabeto, como la vacuidad impregna a todos los fenómenos. Es el sustrato subyacente de la realidad. La letra AH personifica la vacuidad. Primero, disuelva todo en la vacuidad, que significa abandonar su percepción de sí mismo, de los compañeros y de su ambiente como ser ordinario.

Cuando practica la etapa de la generación de la deidad yoguíca, según el procedimiento tántrico, necesita abandonar lo ordinario, lo degradante, la percepción limitada y cultivar la visión pura. No verse a sí mismo y a los otros apenas como carne y sangre (seres ordinarios), sino más bien como Chenrezig. No viendo esta construcción como una elaboración ordinaria, sino más bien como una mansión celestial en medio de la Tierra Pura del Gran Gozo. El Lama no es un maestro ordinario, sino de hecho es la manifestación real del Buddha Amitabha. A esto se le llama el ‘cultivo de la eminente visión de la etapa de generación’. La línea siguiente dice, “todos los fenómenos, todas las experiencias son innatas”. Ellas están impregnadas por la vacuidad, así como las letras del alfabeto están impregnadas por AH. La siguiente línea dice, “esta es la naturaleza de la realidad.” La condición natural es la gran compasión y la conciencia de la vacuidad, no-dual. Esto no es algo elaborado por la mente. Esto no es solo nuestra idea. Esto no es algo que creamos con el pensamiento. Es la naturaleza esencial de la realidad en sí. Es ahora, siempre ha sido, siempre será el caso de que la vacuidad y la compasión son la naturaleza última de la realidad.

La línea siguiente en la página tres, que comienza con ‘Kung Nan Rig Ped Chung Tro Ley’, significa que todo está impregnado, que es el sustrato de la realidad. La naturaleza real de la existencia, que es compasión y vacuidad, no está inactiva. Así como el sol naturalmente emana sus rayos dando por resultado la iluminación, la naturaleza de la realidad manifiesta desde el Dharmakaya no manifestado, los rayos de compasión y de sabiduría irradiando en nuestro reino de existencia. La manifestación toma la forma simbólica de una flor del loto sobre la cual se posa una luna como asiento. La flor del loto significa libre de impureza. El asiento de luna significa estar libre de apego o deseo. Ambos significan la semilla blanca del padre y la semilla roja de la madre. El nacimiento de un ser humano en nuestro mundo ocurre cuando el thig' le (bindu) blanco del padre y el thig'le rojo de la madre se juntan y entre ellos está la conciencia del que nacerá. Cuando esos tres factores se unen, un ser nace en este mundo. Lo que se presenta simbólicamente aquí es el renacimiento en la Tierra Búdica de la Percepción Pura de la etapa de generación del Yoga de la Deidad. En la Tierra Pura, el nacimiento ocurre de manera semejante. El loto simboliza la semilla roja de la madre y el asiento lunar simboliza la semilla blanca del padre.  La conciencia de uno mismo está entre ellos. Uno, entonces, abandona la visión ordinaria y desarrolla la visión divina.  Debido a esto, uno nace bajo la forma de Chenrezig, teniendo una cara y cuatro manos.

La esencia del procedimiento de la etapa de generación del Yoga de la Deidad es como sigue. En nuestra visión ordinaria está lo que consideramos adoración: pensamos en la deidad como algo externo y entonces nos ofrecemos a sí mismos y a varias sustancias como un servicio para esa deidad. En la etapa de generación del Yoga de la Deidad, el procedimiento es diferente. Uno elimina la visión de sí mismo, de su entorno y de sus compañeros en este mundo como ordinarios. Si se ve como un ser humano ordinario, entonces su mente está bajo el dominio de la virulencia de los cinco venenos. Para eliminar los cinco venenos, uno cultiva la visión divina. Uno se ve a uno mismo, a su ambiente como a sus compañeros como divinos. La cultivación de la visión divina remueve con eficacia los cinco venenos de su continuo mental.

Si es Chenrezig y no un ser humano ordinario de carne y sangre, si es el Bodhisattva de la Compasión Ilimitada, por lo tanto, usted no tiene ninguna ignorancia, apego, aversión, orgullo o celos. Su continuo mental es, desde luego, natural y primordialmente puro. Esa pureza natural y primordial es cultivada en la visión divina de la etapa de generación del Yoga de la Deidad. Otra razón de la cultivación de la visión divina es que si cultiva las cualidades del Buddha, considerándolas que son las suyas, entonces, poco a poco, ellas se convierten en sus propias cualidades. Contemplándose teniendo más estas cualidades, más aumentan ellas realmente. Por etapas, lentamente desarrolla las cualidades de un ser iluminado. Por otra parte, cuanto más desarrolla estas cualidades, más abandona las cualidades negativas y los condicionamientos mentales. Poco por poco su negatividad disminuye y se manifiesta la naturaleza positiva de su mente. Así como cuando aparece el sol, poco a poco la oscuridad se dispersa. Ese proceso ocurre simultáneamente. Cuanto más aumenta la luz mayor es la disminución de la oscuridad. Cuanto más contempla las cualidades de la iluminación, más desarrolla esas cualidades y supera más sus limitaciones.

Para simbolizar la realización de la gran compasión en la forma de Chenrezig, uno medita en el color de su cuerpo como si fuera de un color blanco luminiscente (como la luna). Usted tiene una cara y cuatro manos, en la primera mano, la mano derecha superior, sostiene un mala cristalino, simbolizando la capacidad de liberar a todos los seres sensibles de la existencia cíclica. La mano izquierda superior sostiene el tallo de la flor de loto. La flor de loto es una flor que se enraíza en el fango pero crece y florece sobre él de una manera pura. De ningún modo, la flor resulta manchada o contaminada por el fango y el lodo en los que se enraíza. Esto simboliza el hecho de que como seres humanos hemos caído en la existencia cíclica y habitamos en ella. No obstante, tenemos dentro de nosotros la base inalienable de nuestro ser, de nuestra naturaleza original verdadera y ella es iluminada (tathagarba). Esa naturaleza búdica de ninguna manera está contaminada por las manchas evidentes de la existencia cíclica.

El primer par de manos se unen en el mudra de oración delante de Chenrezig a la altura de su corazón. El gesto es muy elegante. Las manos están en forma de copa, la Joya que cumple todos los deseos. La Joya que cumple todos los deseos es un símbolo del poder de Chenrezig de liberar del sufrimiento a todos los seres sensibles. La siguiente línea dice que Chenrezig aparece en la forma de Samboghakaya. En esta forma, aparece como un ser iluminado manifestado en el cuerpo de gozo visionario. Lleva varios adornos. Hay tres grupos diferentes de ornamentación. Por ejemplo, hay cinco tipos de prendas de vestir de seda, la seda que lo cubre, junto a las joyas de la corona, un chal, una falda, un cinturón (o banda), y una bufanda larga y flotante. Hay ocho tipos de ornamentos de joyas. Las joyas de la corona son colgantes, una gargantilla, un collar más largo que cuelga hasta el chakra del corazón, un collar más grande que cuelga hasta el ombligo, brazaletes, pulseras en las muñecas y en los tobillos [ajorcas] y, por último, anillos. Los que siempre están presentes en todas las formas Samboghakaya. Sus dos piernas (las de usted) están cruzadas en la posición de loto completo. A continuación, medite en esta apariencia con gran claridad y sentido de la realidad. Sin embargo, no es una construcción de carne y hueso. Más bien, es una forma vacía, auto-luminosa, que carece de naturaleza propia, no obstante en detalle exacto. Recuerde que se está visualizando como Chenrezig. 

En el espacio del frente y de cara a usted, aparece el Buda Amitabha. Está sentado en un trono sostenido por ocho pavos reales, dos en cada esquina del trono. Encima del trono está una  flor de loto de mil pétalos variados. Encima de la flor de loto está un disco lunar como asiento. El asiento lunar simboliza el apaciguamiento de la naturaleza ardiente de la ilusión y de las aflicciones.  Los frescos rayos del asiento lunar los llevan a la calma. Encima del asiento del disco de luna está erguida la esencia del Buda Amitabha, la sílaba HRIH. Es de color rojo. El Buda Amitabha surge de la transformación de la letra HRIH. El Buda Amitabha es el representante de todos los Budas de las diez direcciones y de los tres tiempos. Su  cuerpo es de color rojo rubí profundo. Tiene una cara y dos manos. Sus manos permanecen en la forma del Dhyana Mudra. Sus pies están en la posición de loto completo. Sostiene en sus manos un bol de mendicante llenó del néctar de la inmortalidad. A su derecha está Chenrezig. A su izquierda, Vajrapani.

Normalmente, Vajrapani está mirando muy airado, pero no en este caso. Muestra una forma o manifestación pacífica. Tanto Chenrezig como Vajrapani están de pie y ligeramente vueltos hacia Buda Amitabha. Cada uno tiene una cara y dos manos. Están en la parte superior de los discos de sol y de  luna. Los rodea toda la asamblea de seres iluminados como bodhisattvas y arhats.

Recapitulemos por un momento. Usted es Chenrezig. Enfrente está el Buda Amitabha.  A su derecha se encuentra Chenrezig y a su izquierdaVajrapani. Están rodeados por el mandala de todos los seres iluminados.

Desde la coronilla, la garganta, y los chakras del corazón de las tres figuras centrales, emanan rayos de luz blanca, roja y azul. Esos rayos luminosos son una invitación a los seres de sabiduría en sus tierras puras para que vengan hacia el frente y se reúnan con los seres de compromiso, los que han sido generados por la visualización. Esto es llamado una invitación.

Los seres de sabiduría se colocan al frente y descienden como aguacero de cuerpos luminosos sobre la forma del Buddha Amitabha, Chenrezig y Vajrapani. Vienen de la Tierra Pura y se fusionan con la visualización construida colectivamente conocida como seres de compromiso. Abajo en la página siete, está escrito: “Hung Hrih, desde el reino de Dewachen en el oeste. ¡Oh, Señor Amitabha! Por favor, siéntese en este trono indestructible de loto y discos de sol y luna.” Eso se llama la invitación.

La segunda cosa que sucede es que lo ha invitando a él, lo invita a que tome asiento en el trono preparado para él. El Buddha Amitabha, entonces, toma asiento y usted le hace reverencia. Se postra ante él con su cuerpo, habla y mente. Luego le hace ofrendas. No son un conjunto de ofrendas ordinarias. En su lugar, le ofrece todos los elementos de la existencia. Haciendo eso, usted comienza a tener una conversación de corazón a corazón con el Buddha Amitabha. En este caso, le confiesa todas sus faltas y votos quebrantados. De esta manera, abre su corazón al Buddha Amitabha.

Los seres de sabiduría han llegado y permanecen encima de la asamblea de seres de compromiso (samaya), que siguen siendo visualizados como externos a usted, elaborado como Chenrezig. Les dice que se sienten abajo y acepten las ofrendas, luego confiesa sus no-virtudes. Ellos se disolverán en los seres de compromiso (visualizados como Buddha Amitabha, Chenrezig y Vajrapani) durante la recitación del mantra Za Hung Bam Ho. (Su Santidad toma cierto tiempo para demostrar como hacer el mudra que va junto con el recitado del mantra.)

Llegamos, ahora, a la parte de la sadhana que constituye la recitación del mantra. Habiéndose fusionado los seres de la sabiduría con los seres de compromiso, en el corazón del Buddha Amitabha encima de un loto y un disco de luna (yacente) está erguida la sílaba semilla Hrih. Las letras del mantra ‘Om Ami Dewa Hrih’ se ubican en el borde del disco de la luna. Van hacia la izquierda [contra el reloj], pero rotan hacia la derecha [en el sentido de las agujas del reloj]. A medida que recita el mantra, rayos de luz emanan de las sílabas mántricas y transforman el universo en general como un envase externo situado en la Tierra Pura del Gran Gozo. Además, a todos los seres sensibles como contenido de ese envase, los transforma en seres de compromiso. Mientras recita el mantra, mantiene la idea de la experiencia llamada ‘los tres Vajras’: Cuerpo Vajra, habla Vajra, y mente Vajra. Es decir, toda la forma es el cuerpo iluminado del Buddha Amitabha, todo el sonido es el mantra del Buddha Amitabha y todo el pensamiento es el movimiento de la consciencia del Buddha Amitabha. Con esa realización, recita el mantra ‘Om Ami Dewa Hrih’.  (En este punto, Su Santidad dirige a sus discípulos en la práctica de la sadhana, en la recitación del mantra.)

Cuando comience a recitar el mantra, debe visualizar los rayos de luz que emanan ilimitadamente del ser de compromiso que está frente a usted. Primero, ofrezca la luz a los seres iluminados de las diez direcciones, entonces la luz retorna para emanar una vez más para tocar y purificar a todos los seres sensibles. Recite el mantra tanto tiempo como le sea posible, un determinado número de repeticiones.

Al terminar la práctica, visualice rayos de luz que emanan del ser de compromiso. Los rayos de luz disuelven todo el ambiente externo en las tres figuras principales del ser de compromiso. Enseguida, Chenrezig y Vajrapani se disuelven en el Buddha Amitabha. De cuatro lugares de Amitabha, de la coronilla, de la garganta, del corazón, y del chakra del ombligo, emanan rayos de luz y le pulsan en los correspondientes cuatro lugares suyos. Esto le limpia y le purifica de todos las oscuridades del cuerpo, del habla y de la mente. Los rayos de luz le transfieren los cuatro empoderamientos. El Buddha Amitabha se funde en luz y se disuelve en usted a través del punto entre las cejas. En este momento, ingresa en la inseparabilidad de la vacuidad y la apariencia. Deja que la mente repose en su propia esfera natural, el estado de Mahamudra.

Lo que ha ocurrido hasta ahora tiene que ver con la práctica de la etapa de generación del yoga de la deidad del Buddha Amitabha. Todo lo que se relaciona a la práctica de la etapa de generación tiene un punto particular de referencia. Tiene un objeto de meditación, un soporte de meditación. Cuando el Buddha Amitabha se disuelve en luz y se fusiona en usted, pasa a lo que se llama la práctica de la etapa de consumación [completación] del yoga de la Deidad de Buddha Amitabha. En esta etapa, no hay un marco fijo de referencia. Es un estado más allá del pensamiento. Un estado que trasciende la mente conceptual.

El propósito de la práctica de la etapa de la generación del yoga de la Deidad es superar su visión de sí mismo y de su entorno como ordinarios. Es hacer divina su visión de existencia de sí mismo. Es superar su aferramiento a una visión ordinaria, degradante. El propósito de la práctica de la etapa de consumación es superar su visión de usted mismo y de su entorno como divinos. Por lo tanto, habiendo logrado la visión beatífica, va más allá de la visión beatífica renunciando al apego a esta visión divina. Se dice que la práctica de la etapa de generación perfecciona la acumulación de mérito, y la práctica de la etapa de consumación perfecciona la acumulación de sabiduría. Ambas prácticas, realizadas juntas (de hecho, son una unidad inseparable) generan budeidad. Esta práctica combina, de una manera purísima, las prácticas principales del sutra y el tantra. Ésta es una práctica no-dual del sutra y del tantra que conducen a la realización no-dual y a la acumulación no-dual de sabiduría y de mérito.


Versión al español de Konchog Döndup, con disculpas por los errores de apreciación que puede haber cometido la mente de un simple estudiante.  ¡Om Ma Ni Pad Me Hung!


* Su Santidad es una de las dos cabezas del linaje vajra Drikung Kagyu, considerado emanación de la cualidad de Chenrezig o Buda de la Compasión y uno de los mayores maestros tibetanos.  Drikung Kagyu es tradicionalmente conocido como el linaje de la práctica pura del Mahamudra.

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