miércoles, 10 de marzo de 2010

EL SAMAYA

Extractos de una entrevista con S. E. Dugu Chogyal Rimpoché*

The Dragon, primavera-verano del 2002

Los tres samayas raíz

Para los practicantes del vajrayana, todo el universo, incluidos los cinco
skandas, se transforma en el mándala de las cinco familias de la sabiduría búdica. Por tanto, el problema de romper el samaya se produce cuando alguien pierde esta práctica y se adhiere al concepto normal de «yo y los demás» o de «esto y aquello». En el vajrayana se observan tres samayas principales o raíz:

a. Todas las formas como deidades
b. Todos los sonidos como mantras
c. Todas las mentes como el dharmadatu

Cuando nuestra mente está realmente desarrollada hasta ese punto, no hay posibilidad de cometer errores. Todo error o samaya roto es el resultado de apartarse de estos tres samayas raíz.

El samaya y el gurú

Como he dicho antes, el samaya está conectado con el gurú. El gurú es la clave en la práctica del vajrayana y, por tanto, debemos consultar con él antes de hacer conexiones importantes. El Buda dijo: «En la práctica budista, hay que comprobarlo todo». En el vajrayana, las cuatro iniciaciones son muy importantes; para recibirlas, deben tener un gurú a quien deben elegir por sí mismos. No pueden fiarse de sus amigos, que a lo mejor dicen: «Ha venido un gurú muy agradable, ven y toma la iniciación con él.» La gente lo toma muy fácilmente, muy simplemente, sin comprobar siquiera quién es el gurú. Luego puede que tengan quebraderos de cabeza y se arrepientan, y oigan rumores y habladurías; todas estas cosas negativas ocurren porque no se preocuparon de comprobarlo antes. Después no se puede culpar a nadie más que a uno mismo.


Los diferentes gurús tienen diferentes cualidades y niveles: los mejores, buenos, medianos y muy pequeños. O a veces reciben el nombre de gurú, pero no tienen ninguna preparación. Algunos son incluso falsos, otros no. Esta situación viene produciéndose a lo largo de toda la historia y no es nada nuevo que ocurra sólo ahora. Podéis verlo en varios textos y biografías de grandes maestros y descubrir que muchos gurús reprendían a monjes y practicantes por su descuido a la hora de elegir al gurú. Por tanto, lo más importante es que hay que comprobar que los maestros o gurús sean auténticos.
Muchas veces la gente empieza a seguir a un gurú con un montón de fantasías y un montón de información y conceptos erróneos. La mayor parte del tiempo, las fantasías vienen con el apego. Debido a la ausencia de una motivación pura, se producen el apego y algunas formas de fantasías, por un lado, y el apego y otras formas de fantasías por otro, con lo que dos errores se juntan para crear un desastre. Este es el resultado problemático.
Otro problema es que muchas personas no saben realmente el significado de gurú raíz. Oyen rumores, leen unas cuantas páginas y se confunden con información errónea. Por ejemplo, algunas personas oyen que los discípulos tienen que considerar que el gurú es un buda, así que piensan: «Debo creer que mi gurú es un buda». Y se fuerzan a creer ciegamente que este hombre, a quien consideran su gurú, es el auténtico buda. Ni en las enseñanzas del Buda ni en las del vajrayana se dice esto. Es un malentendido de principio a fin.


El Buda enseñó muy claramente en sus enseñanzas sobre el vajrayana, nunca dijo que aparecería un buda entre el Buda Sakyamuni y el Buda Maitreya. Lo que en realidad se enseña en el vajrayana es que el maestro, que nos enseña el verdadero significado de las enseñanzas del Buda y hace que hagamos realidad las enseñanzas, es más bondadoso que el Buda porque no tenemos el buen karma de haber conocido a alguno de los budas del pasado en persona. Pero a este respecto, la gente comete errores y tiene malentendidos.
Patrul Rimpoché, el autor de
Las palabras de mi perfecto maestro, dio una explicación muy clara y sencilla. Dijo: «El gurú raíz es respetado y apreciado como el Buda, no porque sea el Buda, sino porque su bondad, que es beneficiosa para uno, es mayor aún que la del Buda.» Es como si hubiera una familia pobre que los sostiene para que puedan sobrevivir y mantenerse con vida, y otra familia que es inmensamente rica pero no les da ni un céntimo. Así que, de estas dos familias, ¿cuál es más bondadosa? Por supuesto que es más bondadosa la familia pobre, que les alimenta y les apoya, pues lo que realmente necesitan es sobrevivir y estar vivos, no sólo conocer a unas personas ricas que no les dan ninguna ayuda ni beneficios.


Lo que decimos es que el Buda es grande: sin el Buda Sakyamuni no habría modo de tener ninguna de las enseñanzas. Sin embargo, sin maestros que enseñen, no tendríamos un ejemplo, orientación e inspiración vivos. Si no vemos la prueba real de un maestro vivo que demuestra las enseñanzas del Buda no podemos confiar plenamente ni tener fe en que podemos alcanzar la realización en una sola vida.


La realización de la que hablamos aquí no es la budeidad totalmente despierta. En las enseñanzas siempre hablamos de
drangdon (verdad relativa) y nyedon (verdad absoluta). La verdad relativa es una orientación, es decir, da cierta idea del camino, guía la mente de las personas para que puedan dedicarse al punto principal que lleva a la comprensión, que da esperanza o inspiración. La verdad absoluta es el despertar absoluto o budeidad totalmente despierta. A veces ambas se mezclan, lo que trae confusión.

Otros tipos de samaya


Hay cientos de miles de samayas, como los tres samayas, los cinco samayas, los catorce samayas y los veintiocho samayas. Todo depende de si se toma la iniciación del
kriya tantra, el charya tantra, el yoga tantra o el anutara yoga tantra, como el ati yoga de la práctica del dzogchen. Hay muchísimos, y en realidad depende del nivel en el que alguien se está desarrollando. Para condensarlos todos, hay tres samayas raíz, como ya he dicho. Si se guardan estos tres samayas, no hay posibilidad de romper ningún otro samaya. Estos tres no son sólo samayas, sino también una práctica vajrayana, como los dos lados de una moneda, que son inseparables. Por tanto, si alguien practica el vajrayana de forma adecuada y correcta, no puede romper ningún samaya. Si uno cumple estos tres samayas raíz, puede practicar el vajrayana de la manera adecuada. El samaya se encuentra en las cuatro iniciaciones: con la iniciación de la vasija viene el samaya de la vasija; con la iniciación secreta viene el samaya secreto, con la iniciación de la sabiduría viene el samaya de la sabiduría, y luego, con la iniciación de la recitación viene el samaya de la recitación.

Las transgresiones del samaya en el vajrayana

Hay catorce formas de romper el samaya. Algunas de las más importantes son faltar el respeto a las enseñanzas del Buda, pelearse con hermanos o hermanas vajra y abandonar mentalmente a los seres, que tiene relación con los votos de bodisatva del mahayana; esto significa: «No voy a ayudar a esa persona». Ni siquiera cuando alguien daña enormemente a su gurú o destruye totalmente el budismo, el Buda nunca dio el más mínimo permiso para generar odio; por el contrario, ayudó a esa persona con diferentes métodos. Por tanto, si decís: «Esta persona es mala, no la voy a ayudar», o si tienen el más mínimo pensamiento en este sentido, esto es romper el samaya.

Las catorce transgresiones del samaya

  1. Dañar física o verbalmente al maestro vajra o albergar opiniones erróneas sobre él.
  2. Oponerse a las enseñanzas del Buda e ir en contra de las instrucciones del gurú.
  3. Desarrollar fuertes emociones negativas y aflictivas hacia otros seres, especialmente la comunidad de hermanos y hermanas vajra.
  4. Abandonar la actitud y la práctica de la bondad amorosa hacia todos los seres.
  5. Extraviarse en el aferramiento al gozo sexual y abandonar la bodichita.
  6. Insultar a otras tradiciones, linajes o religiones con la motivación de obtener más respeto para uno mismo.
  7. Revelar secretos tántricos a quienes no están maduros espiritualmente, haciendo así que se malinterpreten las enseñanzas.
  8. Dañar el precioso cuerpo humano propio o el de otros.
  9. Tener dudas sobre la verdad absoluta.
  10. Abstenerse de realizar una actividad enérgica cuando sea necesario para vencer influencias destructivas derivadas de energías negativas, como no estar dispuesto a salvar o a ayudar a los seres aunque se tenga capacidad para hacerlo.
  11. Tener dudas sobre el significado de la talidad.
  12. Molestar a otros seres por estar pendiente de sí mismo.
  13. Abstenerse de llevar a cabo cierta conducta cuando sea adecuada, como no estar dispuesto a aceptar las prácticas necesarias y adecuadas (por ejemplo, consumir el alcohol y la carne que se ofrecen en una práctica de ganachakra) cuando sea necesario.
  14. Insultar a las mujeres o considerarlas inferiores.


Corregir o reparar los errores y las transgresiones

En el vajrayana hay muchas formas de reparar los errores y las transgresiones de los votos. Pero, en general, para un
bikshu o monje que tiene la ordenación completa, una vez que rompe los cuatro votos principales, no hay modo de repararlos. En la mayoría de las escuelas, aún puede repararlos. Muchas veces, cuando un bikshu deja los hábitos y luego los vuelve a tomar, la gente se ríe y piensa que está loco. Algunas escuelas lo permiten y otras no.

Los cuatro preceptos fundamentales del monje

  1. No reprender cuando se es reprendido
  2. No enfadarse cuando se es provocado
  3. No revelar las faltas de otro cuando se revelan las propias
  4. No devolver el golpe cuando se es golpeado


Las enseñanzas del Buda se dividen en dieciocho escuelas:

Este fue su deseo deliberado. El Buda no quiso un gran grupo budista dominante. Por el contrario, el Buda formuló el deseo deliberado de que sus discípulos y seguidores se dividieran en dieciocho escuelas totalmente diferentes.


Esto lo dijo el Buda Kashyapa, que le dijo a su discípulo, el rey Kri Kri, cuando éste le contó un sueño en el que dieciocho hombres dividían una pieza de tela blanca en dieciocho trozos: «Este es el deseo deliberado del Buda Sakyamuni que vendrá. No quiere una escuela gigantesca que controle todo, pues esto dará lugar a una gran corrupción. Esto enfrentará a las dieciocho escuelas entre sí, aunque cada una de ellas sigue el camino al despertar.» De hecho, una de estas escuelas es exactamente igual que el hinduismo, y acepta el concepto de atma (que significa divinidad, alma o gran yo, en sánscrito).


En el mahayana, una vez que se rompen los votos del bodisatva, se pueden reparar tomándolos de nuevo.
En el vajrayana hay muchos métodos diferentes de purificación, dependiendo del tipo de samaya que se haya roto. Para los diferentes tipos de samaya, los métodos de repararlo dependen de la gravedad, del periodo (en seis meses, tres años, etc.) y de si es con el gurú, la sangha u otros. Esta es una de las razones por las que los practicantes del vajrayana deben desarrollar una apertura sincera hacia todos los demás, sin discriminación por motivos de género, religión, casta, etc. Hay que desarraigar de verdad la actitud de discriminación y condescendencia hacia los demás.


En realidad en las enseñanzas se mencionan muchos métodos sobre purificación, corregir y reparar el samaya o voto que se ha roto. En el vajrayana, con independencia de que sea un laico, un
bikshu, un hombre o una mujer, los principios son los mismos, la única diferencia es el nivel del tantra. Por ejemplo, el kriya y el charya tienen votos inferiores. Si se toma la iniciación del kriya, se dice que si rompe esto o aquello, tiene que hacer esto o aquello. Si se toma la iniciación del charya y rompes esto o aquello, hace esto o aquello. Con independencia de si la ruptura del samaya es intencional o accidental, la mejor forma de purificar es recitar el mantra de las cien sílabas de Vajrasatva, veintiuna o ciento ocho veces al día. En las enseñanzas se dice que la práctica de Vajrasatva purifica cualquier transgresión, velo o samaya roto en el nivel común.

© International Drukpa Publications
(cc) de la traducción Berna Wang (Panillo, 2007)

http://www.dharmadata.org/index.php?option=com_content&task=view&id=271&Itemid=115

* S. E. Dugu Chogyal Rinponche es un sostenedor del linaje Drukpa Kagyu, reconocido por S.S. el XVI Gyalwa Karmapa como la octava reencarnación de Dugu Chogyal, en el linaje Drukpa. Es también un reconocido pintor y promotor del rescate de las artes tibetanas y un gran maestro Dzocheng.


No hay comentarios:

Publicar un comentario