martes, 27 de febrero de 2018

Plegaria para reconocer mis propias faltas y tener en mente los objetos de refugio


Homenaje al guru.

Shakyamuni, Victorioso.
Guía supremo del reino en esta era afortunada,
Hijos del Victorioso,
Asamblea de nobles Bodhisattvas que subyugan a los seres sensibles,
Guru soberano, único salvador de los seres en la era de oscuridad,
Tres Raíces y guardianes del Dharma atados por el compromiso –
Sin cesar, les suplico desde el fondo del corazón,
Recordándolos a ustedes con gran anhelo y mente unidireccionada –
Imploro que pongan en mí vuestra atención.
Abrácenme con vuestra bondad amorosa
Y con el poder de vuestra clara compasión
Concedan vuestras bendiciones para que mis pensamientos y objetivos
sean consumados en concordancia con el Dharma.
A través de las acciones anteriores, no desprovistas de mérito,
Obtuve este precioso nacimiento humano.
A través del abundante mérito previo,
Vine a encontrar el sublime Dharma.
Aceptado por el guru, obtuve iniciaciones,
Bendiciones, además de las instrucciones esenciales ­-
Toda esta riqueza tengo ahora en mis manos.
Aunque mi mente, está como un mono balbuceante y arrebatado por el dominio
Del hechizante, engañador demonio de la distracción
Y por eso no tengo como disfrutar de la riqueza que es mía.
De esta forma, este nacimiento humano libre y pleno de cualidades
Y la enseñanza del Lama ambos son desperdiciados.
Me encuentro ahora en este momento clave:
Todas las enseñanzas que solicité,
Todas las que recibí, son como un mito.
Mi cuerpo presenta la apariencia de un practicante,
Y tengo la soberbia de los practicantes; pero
Mi mente no abarca las enseñanzas como verdaderamente son.
Carente hasta de un resquicio de Dharma mundano, tanto más del Dharma sagrado,
Las dieciséis reglas del comportamiento social usual
Las conozco apenas de oírlas hablar.
Al percibirme comportándo­me mal, no siento vergüenza;
Visto por todos, no me constriño;
Mi vínculo con las enseñanzas es corto como la cola de una marmota.
Incapaz de practicar de forma apropiada las diez acciones virtuosas del verdadero Dharma,
Conservando prejuicios sectarios para con la enseñanza del Buddha, que es una sola,
Calumnio las enseñanzas de los grandes seres
Y acumulo mal karma.
De acuerdo con el Dharma
Cargo un gran fardo de actos maléficos.
Cuantas más enseñanzas he recibido,
Más inflada es mi visión de mí mismo,
A pesar que los análisis intelectuales no sean capaces de penetrar
Hasta el significado profundo de las enseñanzas.
Lleno de soberbia, pienso: “¡Yo mantengo las disciplinas del Pratimoksha!”
Mientras que de las Cuatro Prácticas del Dharma¹ no se encuentran siquiera vestigios.
Lleno de soberbia, pienso: “¡Yo poseo el precioso entrenamiento del Bodhisattva!”
Mientras los Cuatro Incomensurables² son como la pintura de una lámpara.
Lleno de soberbia, pienso:  “¡Yo guardo los samayas del Mantrayana Secreto!”
Mas al ignorar la primera transgresión­-raíz³
Me torno displicente con todo el resto.
Puedo sin vergüenza discurrir sobre los Cuatro Pensamientos que tornan la Mente hacia el Dharma⁴
Mientras me apego a los fenómenos
Demostrando que mi mente no se ha transformado realmente.
Apesar de confiar en el maestro,
El respeto y la devoción poco a poco se desvanecen;
En vez de la percepción pura, mantengo visiones erróneas,
Y considero al guru como mi igual.
El amor y el respeto para con mis compañeros vajra se debilitan; Incapaz de tolerar unas pocas palabras ásperas, no ceso de lamentarme.
Carente de entrenamiento minucioso en la bodhicitta
El amor y la compasión que surgen
De considerar a todos los seres de los seis reinos como mis padres
Se evapora como la bruma.
Aunque me comporto como si practicase los caminos del Kyerim y del Dzogrim⁵,
Ni siquiera me doy cuenta de lidiar con la ilusión sinfin de lo cotidiano.
Reconozco que el pináculo del sutra y del tantra
Es la vacuidad, pero este reconocimiento de nada me sirve;
Mi flujo mental es rígido como un cuerno.
Cuando practico el permanecer en la naturaleza original de la mente
No tengo estabilidad; no obstante hablo sin cesar sobre la profunda visión
Y arrojo al viento causa y efecto.
Por fuera -­ soy capaz de presentar un espectáculo de buen comportamiento;
Por dentro -­ deseo, apego, ganancia se extienden como fuego.
A pesar de que mi cuerpo permanece aislado en retiro en las montañas, Mi mente deambula por la ciudad constantemente, noche y día.
Sin disfrutar de una buena medida de confianza en mi mismo,
La idea de actuar en beneficio ajeno no pasa de ser un cuento­ de­ hadas.
Aunque sea imposible que las tres Joyas me traicionen,
Debido a mi débil devoción, temo traicionarme a mi mismo.
Así, igual estando libre de la visión errónea
De aquellos que no creen en el maestro ni en el Dharma sagrado,
En estos tiempos adversos nosotros seres sensibles
Nos ocupamos de perfeccionar nuestro mal karma.
Igualmente sabiendo esto, imprudentemente, somos arrebatados por la inconsciencia;
Al fallar en mantener la atención plena, sufrimos una gran pérdida.
Cuando me examino a mi mismo, considero
Que todo cuanto he hecho apenas contribuyó a mi confusión,
Que todo mi pensar ha sido manchado
Por las emociones que obscurecen y por el apego.
No considerando que hasta mis mismos actos virtuosos
Están contaminados con negatividades
¿Qué otro destino me queda sino los reinos inferiores?
En lo que se refiere a mi comportamiento y acciones del pasado,
Traer­los a la mente me envuelve el estómago.
Buscando a otros, me desaliento aun más;
No encuentro amigos que puedan beneficiarme en tranquilizar mi mente.
Si no puedo cuidar de mi mismo ahora,
No habrá quien me pueda dar refugio cuando no haya más esperanza
Y yo me encuentre en las manos de los heraldos del Señor de la Muerte.
Aguardar por un rescate que nunca llegará,
¿No es esto igual al auto­engaño?
Así, es entre vergüenza y remordimientos que reconozco mis propios yerros;
Cualesquier ofensas contra el Dharma que hayan ocurrido,
Cualesquier transgresiones y violaciones del Samaya,
No tentaré esconderlas de aquellos que poseen la visión de sabiduría.
Desde el fondo de mi corazón, confieso;
A través de vuestra compasión, sean condescendientes conmigo.
Sean mi refugio de los peligros del abrupto camino equivocado;
Concedan la salvación que es encontrar el camino perfecto que a la liberación lleva.
Toda mi vida de practicar esto y aquello
Nada tengo en las manos que mostrar de provecho,
Nada he logrado.
De ahora en adelante, evitando el atribulado camino del mucho saber,
Y carente de la única cosa que necesito,
¿Por qué no seguir el camino de conocer la única cosa que a todas libera?
Certera, infalible esperanza; único, supremo Soberano en quien me fío,
Lama raíz que reúne en uno todos los refugios,
Le suplico con devoción y mente enfocada;
Refugio supremo, Señor de insuperable bondad,
Téngame en su compación.
Concéda­me la bendición de ser capaz de considerar mis propios defectos.
Concéda­me la bendición de siquiera desear referirme a los defectos ajenos.
Concéda­me la bendición de tener los pensamientos maléficos, cruéles y perversos pacificados,
Concéda­me la bendición de que pensamientos íntegros surgirán de la profundidad de mí ser.
Concéda­me la bendición de que pueda disminuir el deseo y el contentamiento aumentar.
Concéda­me la bendición de recordar de cuán incierto es el momento de la muerte.
Concéda­me la bendición de permanecer imperturbable en el momento de la muerte.
Concéda­me la bendición de desarrollar mi confianza en el Dharma.
Concéda­me la bendición de practicar la percepción pura imparcial.
Concéda­me la bendición de desarrollar respeto y devoción genuinos.
Concéda­me la bendición de perseverar, al concluir que tan poco tiempo me queda.
Concéda­me la bendición de ser capaz de establecer el Dharma como mi objetivo más esencial y absoluto.
Concéda­me la bendición de liberar mi flujo mental, la más esencial de las prácticas.
Concéda­me la bendición de que mi práctica no conozca obstáculos.
Concéda­me la bendición de que los frutos de mi práctica maduren rápidamente.
Concéda­me la bendición de que toda mi conducta para con aquellos con quien tengo ligazones kármicas sea significativa.
Concéda­me la bendición de que sea extinta la dualidad de la esperanza y del miedo.
Concéda­me la bendición de considerar el estado despierto no-­dual.
Concéda­me la bendición de reconocer mi propio estado despierto innato.
Concéda­me la bendición de defender la ciudadela del dharmakaya.
Concéda­me la bendición de obtener la irrefutable espontánea certeza.
Por medio de la insuperable arma,
La indestructible consciencia despierta intemporal,
Que la vacúa fuerza vital del samsara y nirvana
Sean ambas cercenadas de un solo golpe.
Entonces, en la inteminable suprema buen­aventuranza del banquete de Nyema
Qué podamos siempre disfrutar de la actividad
Qué esté más allá de la reunión y de la despedida.
En el ubicuo espacio de la ecuanimidad,
Ni la misma
palabra sufrimiento existe ­-
¿Quién tendría allí que lograr cualquier felicidad?
En el Reino de Samantabhadra
Felicidad y sufrimiento tienen el mismo sabor;
No habiendo apego, ellos se liberan por si mismos.
¡Qué yo pueda alcanzar el reino de Samantabhadra aun en esta vida!
Escrito por S.S. Dudjom Rinpoche, Jigdral Yeshe Dorje (1904-­1988)




Colofón
Esta plegaria es una combinación de una súplica, una confesión de faltas y una plegaria de aspiración.
Cierta noche de comienzos del año del Cerdo de agua (1983), mi consorte de sabiduría Rigdzin Wangmo tuvo un sueño en el que apareció una compañía femenina que frecuentemente le había aparecido en sueños. La chica le dijo: “Ahora usted debe solicitar a Rinpoche que escriba una plegaria de súplica. ¿Verdad?” y partió. Más tarde, en décimo día de luna creciente, ella apareció nuevamente, diciendo: “¿Por qué todavía no ha preguntado a Rinpoche sobre de la composición de la plegaria?”
En la mañana siguiente, en cuanto discutíamos los sueños y la plegaria, dije: “Ya hay bastantes plegarias de súplica, lo que falta son personas que las reciten.” Rigdzin Wangmo insistió diciendo: “No importa si es larga o corta, es imperativo que usted componga esta súplica.”
Entonces pensé: “Actualmente enfrentamos peligros provenientes de dolencias, guerras y hambre. Para proteger a las personas de esos peligros, debo escribir una plegaria recordando a los Seres de Gran Compación de sus votos de auxiliar a los seres.” Entre tanto, a pesar de estar considerando la escritura de la plegaria, debido a la distracción de innumerables eventos no tuve ocasión de hacerlo.
Nuevamente, en la noche del décimo día una muchacha apareció, como antes. Ella dijo en el sueño: “No descuides la plegaria que le solicité anteriormente. ¡Hay gran necesidad de ella!”
De esta forma, pensé en componerla en el día 15 del mismo mes. En la noche del día 14, recé con la mente unienfocada a Guru Rinpoche, requiriendo su bendición para la composición de laa plegaria; haciendo esta aspiración, me fui a dormir.
Al amanecer de la mañana siguiente, en mi propio sueño, yo estaba en la cabecera de un gran templo en forma de corredor. Súbitamente un joven blanco surgió vestido de blanco, con su cabello largo esparcido por encima de los hombros, en sus manos un par de címbalos. El tocó los címbalos, produciendo un adorable resonar, y danzó en mi dirección, con un movimiento en espiral cada vez más cerca, circulando para la derecha, danzando como danzan los Ging. El dijo:
“Si deseas establecer las enseñanza de forma sólida,
Hazlas firmes en tu propia mente.
En las profundidades de la mente, encontrarás el estado búdico.
Si deseas visitar los Campos Búdicos,
Purifica el apego engañado ordinario.
El perfecto, insuperable Campo Búdico está muy cerca.
Desarrolla diligencia en la práctica
La esencia de las enseñanzas.
Sin ella, ¿quién pude obtener el siddhi?
Los propios defectos son difíciles de ver. Siendo así, distíngue­los por si mismos
es la instrucción crucial.
Por fin, al ser removidos, uno a uno, los defectos
Las cualidades iluminadas aumentarán y resplandecerán.”
Al final de este poema, él tocó los címbalos y entonces los tintineó uno contra el otro, y así desperté. Tras despertar, no me olvidé de lo que él había dicho, y comprendí que debe haber sido una amonestación sobre la práctica de qué hay que aceptar y qué rechazar. Me senti arrepentido por eso, habiendo visto una cara de mi único guru­-padre, no lo había reconocido.
Yo, Jigdral Yeshe Dorje, viejo padre de los Nyingma, escribí esta plegaria a partir de mi experiencia personal. Que pueda ser de beneficio. Sarvatha Mangalam.


Notas
¹ Las Cuatro Prácticas del Dharma:
no responder las agresiones verbales;
no responder las agresiones físicas;
no responder rabia con rabia;
no reaccionar con provocaciones cuando es provocado.
² Los Cuatro Incomensurables:
Amor incomensurable;
Compasión incomensurable;
Alegría incomensurable;
Ecuanimidad incomensurable.
³ La primera transgresión-raíz de los samayas: Menospreciar al propio maestro.
⁴ Los cuatro pensamientos que tornan la mente hacia el Dharma: mantener en mente
1 ­– La excepcionalidad del  nacimiento humano libre y pleno de cualidades;
2 –­ La inevitabilidad de la muerte;
3 ­– El no escape del karma, de causa y efecto;
4 – El vasto sufrimiento inherente al samsara.
⁵Kyerim: Meditación del estadio de desarrollo, y;
Dzogrim: Meditación del estadio de completitud.

Traducido al inglés por Bhakha Tulku y Constance Wilkinson, Boudhnath, Nepal, 1989
Traducido al portugués bajo los auspicios de laa Gelongma Zamba Chözom, Saga Dawa Düchen 2014
Originalmente publicado por la editora Sahayogi ­- Kathmandu, Nepal

Versión al castellano, los editores 

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