lunes, 8 de diciembre de 2008


Extractos del libro "Enlightened Courage"

de Dilgo Khyentse Rinpoche


Considera todos los fenómenos como un sueño.

Este precioso cuerpo humano, que aunque es un instrumento supremo para obtener la iluminación, es en sí mismo un fenómeno transitorio e impermanente.

Nadie sabe cuándo o cómo le llegará la muerte. En un instante se forman burbujas sobre la superficie del agua, y al instante siguiente desaparecen; las burbujas no permanecen. Sucede lo mismo con nuestro precioso cuerpo humano que hemos logrado encontrar. Nos tomamos todo el tiempo del mundo antes de comprometernos con la práctica espiritual, ¿pero quién sabe cuándo esta vida nuestra sencillamente dejará de existir? Y una vez que hemos perdido nuestro precioso cuerpo humano, nuestro "continuo mental", continúa su existencia, tomará un nuevo nacimiento tal vez entre los animales, o en alguno de los reinos infernales o de los dioses, donde el desarrollo espiritual es imposible.

En el momento actual, el universo externo --tierra, piedras, montañas, rocas y acantilados-- aparecen ante la percepción de nuestros sentidos como permanente y estable, como las casas construidas de concreto reforzado que creemos durarán por generaciones. Pero de hecho, no hay nada que sea sólido, no hay tal cosa; no se trata más que de una ciudad de sueños...

Tomemos un ejemplo del pasado reciente. Antes de la llegada de los comunistas chinos, ¿cuántos monasterios había en lo que se acostumbraba a llamar Tibet, el País de las Nieves? ¿Cuántos templos y monasterios existían entonces, como aquellos en Lhasa, Samye y Trandruk? ¿Cuántos objetos preciosos había... representaciones del cuerpo, el habla y la mente del Buddha? Ahora ni siquiera ha quedado una estatua. Todo lo que queda de Samye es algo parecido al tamaño de esta tienda, difícilmente más grande que una stupa. Todo fue saqueado, destruido o dispersado, y todas las grandes imágenes fueron destruidas. Estas cosas sucedieron y son una demostración de la impermanencia...

Si tenemos un entendimiento de la impermanencia, seremos capaces de practicar las enseñanzas sagradas. Pero si seguimos pensando que todo permanecerá tal cual como existe ahora, ¡entonces será tal como aquellas personas adineradas que siguen discutiendo sobre sus proyectos de negocio en sus lechos de muerte! Personas así nunca hablan sobre sus vidas futuras, ¿o acaso lo hacen? Son una muestra de lo que la apreciación de la certeza de la muerte nunca tocó sus corazones. Esa es su equivocación, su engaño.

La Mente.

... ¿Qué podemos decir sobre aquello que llamamos pensamientos? En este momento, mientras enseño el Dharma, permitámonos tomar en consideración la experiencia mental, o pensamiento que tienen de estar escuchándome atentamente a mi. ¿Acaso tiene alguna forma o color? ¿Lo podemos encontrar en la parte de arriba o de abajo del cuerpo, en los ojos o en las orejas? Lo que nosotros llamamos la mente no se encuentra realmente en ninguna parte. Si se trata en verdad de una cosa, debe tener características como el color. Debería ser blanca, amarilla, etc. O debería tener forma, como un pilar o un jarrón. Debería ser grande o pequeña, vieja o joven, etc. Puedes darte cuenta si la mente posee o no una existencia sólida con tan sólo dirigirte hacia tu interior y reflexionar cuidadosamente. Verás que tu mente no tiene comienzo, no tiene fin, ni permanece en ningún lugar; que no tiene color o forma y que no puede encontrarse dentro ni fuera de nuestro cuerpo. Y cuando veas que no existe como una "cosa", trata de permanecer en esa experiencia sin intentar etiquetarla o definirla.

Todo el sufrimiento proviene de no reconocer el aferramiento al ego como nuestro enemigo. Cuando somos golpeados por un palo o una piedra, duele; cuando alguien nos acusa de ladrones o mentirosos, nos enojamos. ¿Por qué sucede esto? Esto sucede porque sentimos una gran estima y apego por lo que pensamos sobre nosotros mismos, y por ello nos decimos: "Estoy siendo atacado". El aferramiento al "yo" es el obstáculo real para la obtención de la liberación y la iluminación... Es debido a esto que surgen los problemas. Es debido a la fijación a un "yo" que pensamos: "Soy tan infeliz, no puedo conseguir nada para comer, no tengo ropa, un montón de personas están en contra de mi y no tengo ningún amigo". Son pensamientos como éstos los que nos tienen ocupados todo el tiempo, y todo ello sin ser de ninguna utilidad. Esta es la razón por la que no estamos en el camino de la liberación y la Budeidad. Durante la completa sucesión de nuestras vidas, desde el tiempo sin comienzos hasta el presente, hemos estado renaciendo en uno u otro de los seis reinos. ¡Cuánto hemos estado penosamente en los tres mundos del samsara, como esclavos de nuestro aferramiento al ego!

El Morir.

Cuando el momento de tu muerte llegue, esto es lo debes hacer. Tal como lo hizo el Buddha cuando murió, apóyate sobre el costado derecho de tu cuerpo y deja que tu cabeza descanse sobre tu mano derecha. Inhala por el orificio izquierdo de tu nariz, bloqueando el orificio derecho con el dedo pequeño de tu mano derecha.

Medita en el amor, deseando la felicidad de todos los seres, numerosos así como vasto es el cielo, y genera compasión con el deseo de liberarlos de todo sufrimiento. Usando como apoyo tu respiración (inhalando y exhalando), imagina que exhalas toda tu felicidad, comodidad y bienestar, enviándolas a todos los que sufren. E inhala todas las enfermedades, la crueldad, las emociones negativas y los obscurecimientos de otros seres, tomándolos sobre ti. Después, reflexiona sobre el hecho de que el samsara y el nirvana son ellos mismo ilusorios, como un sueño o el acto de un mago. Todo está desprovisto de existencia inherente. Todo no es más que la percepción de la mente, y donde nada existe, no hay razón para tener miedo, aquí o en el bardo. Trata de mantenerte en esta convicción, sin ningún tipo de apego o aferramiento.

Bodhichitta.

Habituarnos a la Bodhichitta es como mantener un jardín bien cuidado, sin malezas, pestes y pedazos de madera tirados. Practiquémosla, reuniendo todas las cualidades de los vehículos mayores y menores, como si fuésemos contenedores que se llenan gradualmente con granos de cereal o gotas de agua. Sea que practiquemos Pratymoksha, el entrenamiento de los Bodhisattva, o los estados de generación y completación del Mantrayana, todo lo que hagamos debe servir de apoyo a nuestros votos de Bodhichitta. Incluso si practicamos el Mantrayana, debe sostener y confirmar nuestro compromiso como Bodhisattvas.

Debemos meditar constantemente en las dificultades de las que no podemos escapar. Hacia las personas, por ejemplo, que nos causan daño, que quieren competir con nosotros, que un momento son muy amigables pero repentinamente se vuelven contra nosotros sin ser provocadas, o hacia las personas que sin razón aparente (debido a nuestro karma) simplemente nos desagradan, no nos gustan, debemos intentar general la Bodhichitta aún más intensamente, especialmente cuando se trata de una circunstancia difícil. Tenemos que entender y tener respeto por nuestros mayores, nuestros padres y nuestros maestros. Como dijo Guru Padmasambhava: "No seas una preocupación o un lamento para tus mayores; atiéndelos con respeto". Si ayudamos a quienes se hayan en necesidad, estamos pisando el camino del los Bodhisattvas.

Haz lo que es importante.

El Dharma tiene dos aspectos: exposición y práctica. La exposición es únicamente el trabajo de la boca, y hay muchos que no practican las enseñanzas explicadas. Como dice el refrán: "Muchos han escuchado la Doctrina, pero aquellos que la aplican son pocos. Y aún, aquellos que la han practicado un poco muchas veces se apartan y se pierden". En lo que al Dharma respecta, la práctica es más importante que enseñar y hablar. El Dharma es algo que tenemos que hacer... Es preferible, además, seguir resueltamente y con determinación las instrucciones recibidas de nuestros maestros que practicar sobre la base de nuestro propio aprendizaje de libros y nuestra inteligencia... De todas nuestras actividades, la más importante es sentarse y practicar.

No debemos movernos demasiado, simplemente tenemos que mantenernos en nuestro asiento. ¡Sólo nos tropezaremos si nos levantamos! Debemos sentarnos apropiadamente, no demasiado tensos o rígidos, y recordar que los mejores practicantes desgastan sus cojines de meditación y no las suelas de sus zapatos.

Nota: Traducido al castellano por Yeshe Jungne del sitio http://www.shechen.org/teach_enlightcour_dkr.html, para beneficio de todos los seres, para que logren la felicidad y sus causas y se liberen del sufrimiento. Om mani padme hung
Extractos del libro "Enlightened Courage" Snow Lion

 

 

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