CANCIÓN DEL PROFUNDO
QUÍNTUPLE CAMINO DEL MAHAMUDRA (2)
Comentario
Me postro a los pies del glorioso
Phagmo Drupa.
Estas enseñanzas le fueron
dadas a Jigten Sumgön por su guru raíz, Phagmo
Drupa. En la parte temprana de su vida, Phagmo Drupa estudió las ense-ñanzas
del Buddha con muchos grandes maestros y las practicó seriamente. Por eso,
cuando él encontró a Gampopa, Phagmo Drupa estaba bien prepa-rado para recibir
las instrucciones medulares. Durante su diálogo sobre la filosofía budista y la
innata naturaleza del Mahamudra, Phagmo Drupa reveló plenamente la naturaleza
absoluta de su mente. Como resultado, Phagmo Drupa alcanzó la iluminación y
Gampopa dijo: «No hay diferencia entre él y yo.» Después que Gampopa murió,
Phagmo Drupa fue reconocido como su sucesor dármico.
Phagmo Drupa reunió miles
discípulos suyos en el monasterio de Phagdru y los estableció en las distintas
etapas de la iluminación. Entre ellos, Jigten Sumgön fue el heredero del Dharma
de Phagmo Drupa. Jigten Sumgön también aprendió el sutra y enseñanzas del
tantra de muchos grandes maestros y permanecía continuamente en un estado de
meditación. Phagmo Drupa puso un gran énfasis en enseñar el quíntuple camino
del mahamudra, sobre todo en sus instrucciones a Jigten Sumgön. Por eso es que
Jigten Sumgön fue capaz de practicar con diligencia y experimentar la certeza
en su significado. La naturaleza
completa de su mente se fundió en el estado de dharmakaya, y alcanzó el estado
de iluminación.
Cuando se hizo evidente
que él había realizado plenamente el estado más elevado y que nada de él estaba
ocultó, Jigten Sumgön cantó esta canción como una enseñanza. Todos sus
discípulos fueron enseñados desde esta canción y establecidos en el camino
hacia la iluminación, por eso llegó a ser reconocido como un texto raíz
profundo. A través del poder de su
sabiduría y habilidad, Jigten Sumgön benefició a los seres humanos y no humanos
en todo el universo y llegó a ser famoso sin necesidad de ser anunciado.
Bodhicitta
Si
el corcel del amor y la compasión
No
corre para beneficiar a los demás,
En
la asamblea de dioses y hombres, no seré recompensado.
Ocúpate,
por lo tanto, de los preliminares.
Para ganar un premio,
entrenamos a un caballo para que corra más fuerte y más rápido. De igual
manera, nosotros debemos fortalecer nuestro amor y compasión para obtener la
“recompensa” final de la iluminación.
Con el tiempo, todo nuestro ser puede ser impregnado de amor y
compasión, sin dejar espacio para pensamientos negativos. La negatividad no
puede sobre-vivir ante la presencia del amor y la compasión, tal como la
oscuridad no puede existir en la brillantez del sol. El estado resultante de la
mente es la libertad de las ilusiones, paz y armonía totales. En ese estado, ya
no tenemos más que perseguir la paz y la felicidad, sino más bien descubrimos
que ya están aquí dentro de nosotros. El amor y la compasión son las causas principales
para el cultivo de la bodhicitta.
La iluminación se logra
por progresar desde el fundamento de la perfección a través del camino de
perfeccionamiento, al resultado: la mente perfeccionada. El fundamento o base
de la perfección es la naturaleza búdica con la que cada ser sensible está
dotado naturalmente. Esta mente búdica es la naturaleza de la mente
inalterable, inherente-mente presente y completa. Para revelar este fundamento
de la perfección, utilizamos el camino de perfeccionamiento de cultivación de
la bodhicitta. La bodhicitta es el método que nos abre a la naturaleza pura de
la mente. Abierta ésta, la pura naturaleza de la mente es el resultado, la
bodhicitta absoluta. Por lo tanto, es claro que el cultivo de la bodichita es
el medio indispensable para alcanzar la completa iluminación.
Es vital que primero nos
establezcamos firmemente en el amor y la compasión para que podamos realizar
plenamente las enseñanzas del Buddha. Sin prácticas preliminares como estas,
no podríamos tener ninguna base para liberarnos del samsara y alcanzar la
iluminación. Es como conducir desde el
garaje hasta la carretera, entre ellos, con-ducir en la entrada es la práctica
preliminar. La entrada no puede ser considerada como que carece de importancia;
es la primera etapa para llegar a nuestro destino, y sin ella no podríamos ir a
ninguna parte. Por eso es tan
importante, si no más, así que prestar atención a los preliminares es centrarse
en el viaje principal.
Para desarrollar amor y
compasión, trate de practicarlos en su vida diaria tanto como sea posible. Por
ejemplo, mientras se ocupa de su vida diaria haciendo cosas como trabajar,
conducir o cocinar, haga todo con atención plena. Esa es la clave. Enfóquese en
la práctica de la compasión por aquellos que están sufriendo, y particularmente
por aquellos que están creando las causas del sufrimiento porque son superados
por pensamientos negativos. Verlos como verdaderas víctimas de su propia
creación.
Por supuesto, el
sufrimiento es muy doloroso para aquellos que lo están experi-mentando, pero
también es un tipo de purificación. Al experimentar el sufrimiento, el karma de
una persona se vuelve realmente más ligero. Pero una persona que está creando
sufrimiento para los demás tiene un problema grave. Necesitamos un tipo más
profundo de compasión y de conciencia por los seres que ignoran la paz, la
felicidad y la vida de los demás. Ellos están creando un pesado karma negativo,
y debido a eso, experimentarán sufrimiento. Con el apoyo de la sabiduría,
debemos desarrollar un poderoso sentido de compasión por ellos. Cuando tenemos
conciencia y vemos la necesidad de la compasión, esto nos alienta a construir
la fortaleza de la mente y trabajar más arduamente para realizar estas
preciosas enseñanzas dentro de nuestro ser, penetrando en la “médula” de la
mente.
Hay muchas otras
enseñanzas preliminares además de aquellas sobre el amor y la compasión. Por
ejemplo, los preliminares comunes incluyen la contemplación en los cuatro
fundamentos, también llamado los “cuatro pensamientos que tornan la mente”: la
preciosa vida humana, la no permanencia, el sufrimiento del samsara y el karma
o causalidad.
La Preciosa vida humana. Una
vida humana contiene el potencial y, si se utiliza de la mejor manera, ofrece
la posibilidad de liberarse del samsara y alcanzar la iluminación. Sin embargo,
no toda vida humana provee la oportunidad de practicar para alcanzar la
iluminación. Sólo aquellas que se llaman “preciosas”. Una preciosa vida humana
está libre de las ocho condiciones desfavorables y posee las diez dotaciones.
Si incluso una de ellas falta, no existe ninguna oportunidad de alcanzar la
iluminación en esta vida.
Aquellos que tienen una
preciosa vida humana no sólo se interesan en este camino, también tienen la
oportunidad de estudiar y practicar. En compa-ración con el número de personas
que están interesadas en el Dharma, hay mucho más que no están interesados.
Sólo podemos cultivar compasión por estos seres. No tienen la luz del ojo de la
sabiduría para ver y poner estas enseñanzas en sus corazones. Puede haber
algunas personas que son muy inteligentes, pero cuando se trata de este tipo de
enseñanza, no la aprecian o comprenden lo importante que es. Como resultado,
estos individuos seguirán creando sufrimiento.
No permanencia.
Ser joven y saludable no es garantía de que no morirás esta noche,
mañana, esta semana o el mes que viene. La vida es tan frágil; puede
desvanecerse en un instante. Esto no es para asustarle o deprimirle. Por el contrario, esta es la realidad de
todos los fenómenos animados e inanimados que se componen de causas y
condiciones. En definitiva, todo es de carácter momentáneo, efímero. Todos los que nacen están sujetos a la
disolución. Todo lo que se reúne está sujetas a la dispersión. Todo lo que
acumulamos es objeto de disipación. Todo
lo que se construye está sujeto a destrucción.
Es fácil ver, por lo tanto, cuán tenue es realmente la oportunidad de
obtener una preciosa vida humana.
Sufrimiento del samsara. El
sufrimiento es creado a través de muy diferentes causas, incluyendo nuestros
pensamientos negativos, ilusiones, emociones aflictivas y los resultados de los
actos malsanos que llevamos a cabo debido a esos pensamientos negativos. El
karma negativo que creamos se manifiesta como varios estados de sufrimiento, los
que generalmente se categorizan como tres: el
sufrimiento del sufrimiento, el sufrimiento del cambio y el sufrimiento que
todo lo impregna. A lo largo de los seis reinos, el sufrimiento del sufrimiento tiene dos componentes: físico y mental.
El sufrimiento físico implica enfermedad, envejecimiento, muerte, falta de
alimentos o ropa y así sucesivamente. El sufrimiento mental abarca la
depresión, la avaricia, la ira, los celos o envidia, etc. Con la experiencia,
los practicantes reconocen a la felicidad temporal como el segundo tipo de
sufrimiento, el sufrimiento del cambio. Una y otra vez, la gente ve que las
circunstancias placenteras cambian en sufrimiento, pero siguen aferrándose
desesperadamente a ellas. El sabio cultivará
la renuncia a estos placeres engañosos y desarrollará el no apego. El
reconocimiento del sufrimiento que impregna todo es el más sutil de los tres.
Es la comprensión de que todo lo del samsara está condicionado por el sufri-miento;
como estamos bajo la influencia de las emociones aflictivas y el karma, no
existe ningún momento totalmente sin aflicciones a ser encontrado en cualquier
lugar. Aunque podemos entender esto intelectualmente, esta verdad puede ser
percibida solo por alguien con visión crítica. Así, el sufrimiento no es una
creencia filosófica budista; es la realidad del samsara. Cada individuo tiene
la responsabilidad de ser consciente de esto e investigar seriamente su causa
raíz.
Karma.
El karma es un tema muy complejo, profundo y amplio, por lo que
necesitamos sostener la comprensión de la causalidad en alta consideración con
respeto. Además del karma positivo y negativo, también hay que tener en cuenta
el karma individual y el colectivo. El karma puede madurar rápida o lentamente,
con grandes o pequeños resultados. Sea
el karma pesado o ligero, puede ser purificado a través de diferentes
prácticas. Sólo un Buda omnisciente puede comprender todos los detalles de la
causa y el resultado. En el reino humano, experimentamos momentos ocasionales
de paz y felicidad momentáneas, que son el resultado manifiesto del karma
positivo pero afligido. Sin embargo, dicha paz y felicidad limitadas no son
suficientes. Para estar totalmente pacíficos y alcanzar la felicidad
permanente, tenemos que ir más allá del estado del samsara en sí mismo.
Cuando nos convencemos de
esto, estudiaremos y practicaremos el Dharma sinceramente y, minuto a minuto,
apreciaremos nuestra oportunidad de tener una preciosa vida humana. Estos preliminares son prácticas cruciales en
el comienzo del camino, y también son muy importantes en el medio para mejorar
nuestra práctica. Son el apoyo más importante que nos anima a la iluminación perfecta.
Cuando anhelamos estar libres del sufrimiento, pero nos damos cuenta de que no
sabemos cómo hacerlo, se presenta el método de tomar refugio en el Buddha, el
Dharma y la Sangha. El refugio es un
método especial que nos conduce a la budeidad, la completa ausencia de
sufrimiento. Es un medio para disipar el
velo de la confusión y abrir la puerta a la iluminación.
El Buddha enseñó el Dharma
de la gran sabiduría y de la compasión para beneficiar a todos los seres
sensibles. Cuando conocemos al Buddha y a las enseñanzas del Dharma, también conocemos
la Sangha. La Sangha es la comunidad de aquellos que desean liberarse del
samsara y que sinceramente practican estas enseñanzas con una mente seria,
pura, clara y tranquila que de todo corazón desea que todos los seres sensibles
tengan felicidad. Esta es la base del refugio en el Buddha, el Dharma y la
Sangha.
Como base para el estudio
y especialmente para la práctica de la meditación, tenemos que tener por lo
menos los cinco preceptos: no quitar la vida, sobre todo la de un ser humano;
no tomar las pertenencias de los demás por cualquier medio; no involucrarse en
una conducta sexual inadecuada; no decir mentiras, sobre todo en cuanto a logro
espiritual; y no intoxicarse con alcohol o drogas.
Tomar la vida de otro
podría estar motivado por apego, la ignorancia o el odio. En todos los casos, tomar una vida,
especialmente del ser humano, es una acción dañina muy pesada que crea un
ambiente en el que hay poco espacio para que la virtud permanezca.
Robar se hace
principalmente desde el deseo pernicioso sin respeto ni consideración por los
demás. Complacerse en el robo perjudica a uno mismo como al otro, y es también
una acción perjudicial fuerte que deja poco espacio para la virtud.
La mala conducta sexual no
es apreciada ya sea secular o espiritualmente.
Tales actividades, que se realizan bajo el poder de la ilusión y con
fuerte apego, crean pesadas acciones no virtuosas.
Proclamar que se ha
conseguido algún logro cuando uno realmente no tiene experiencia es causada
generalmente por la ignorancia y el ensalzamiento propio. Esto es cierto para
temas generales, pero hacer afirmaciones espirituales falsas evidencia una
mente especialmente distorsionada.
La intoxicación resulta de
la ilusión mental y el apego. Cuando se está intoxicado, la mente no tiene claridad
ni capacidad para distinguir la virtud de la no virtud. La intoxicación abre
una puerta a muchos otros defectos.
En general, el vinaya es
el fundamento de todas las formas de la práctica budista, sea Theravada,
Mahayana o Vajrayana. Desde dentro de su
sabiduría omnisciente, el Buddha explicó los detalles de la causalidad, las
causas del sufrimiento y los medios para liberarnos.
Así que a menos que sigan
la disciplina contenida en el vinaya, los practicantes no pueden tener éxito o
experimentar los resultados del camino. Los que guar-dan los cinco preceptos
que contrarrestar las cinco acciones dañinas se llaman “aquellos con conducta
moral pura”. En el reino humano, dichos
practicantes son una fuente especial de paz, alegría y confianza. Aquellos que
se involucran en todos o en cualquiera de las acciones dañinas son una fuente
de confusión y sufrimiento. Para los practicantes del Dharma, estos cinco
preceptos son una disciplina indispensable para mantener como base para la
meditación y la visión penetrante especial. Tanto los practicantes laicos como
los ordenados deben preservar sus preceptos como sus ojos. Por lo tanto, Jigten
Sumgön repetidamente enfatizó la importancia del vinaya.
Cuando las personas
comienzan a seguir el camino, a veces tienen reacciones adversas. Por ejemplo,
algunas personas se sienten vulnerables de manera incómoda cuando practican
amor y compasión. Cuando encuentran inicialmente el concepto de renuncia, a
veces tienen la impresión que tienen que dar todo lo suyo de inmediato. Tales
reacciones significan que no han comprendido realmente el significado del
Dharma. En realidad, cuando practicamos, recibimos solo beneficios.
Nuestra práctica de amor y
compasión se desarrolla desde la renuncia sincera, lo que significa que renunciamos
a las causas del sufrimiento, a todas las aflicciones mentales o neurosis, como
a las acciones negativas que las alientan. Vemos que la naturaleza del samsara
es sufrimiento, que no hay ninguna ventaja realizar esfuerzos hacia los
objetivos del samsara. Por eso, para liberarse de todo esto, cultivamos el
pensamiento de la bodhicitta, lo adoptamos, y luego lo ponemos repetidamente en
práctica para integrarlo sólidamente en nuestra corriente mental. Con esta
firme motivación, todas las demás prácticas que hacemos y cada oportunidad que
nos llega apoya nuestra práctica de bodhicitta. Así, aunque la primera etapa
del quíntuple camino comprende todos los preliminares, la práctica principal es
la bodhicitta.
Para desarrollar la
bodhicitta, primero relájese y genere un estado de mente libre de toda tensión,
odio y pensamientos negativos. Este método sólo ampliará el espacio en su
mente. A veces puede resultar difícil cultivar este estado. Si esto pasa,
contemple a la persona que es más cercana a usted, su madre, parientes, amigos
o quien quiera que sea. Practique generando amor y compasión con esta persona
en la mente, y después amplíe este pensamiento a todos los seres sensibles que
habitan en la dirección este. Luego haga lo mismo con todos los seres sensibles
que habitan al norte, luego con los del sur y después con los del oeste.
Abarque en su pensamiento no solo a los seres humanos, sino también a todos los
seres sensibles, incluyendo hasta los pequeños insectos. Deséeles que todos se
liberen del sufrimiento al pensar: “Qué todos puedan experimentar paz y
felicidad.” Con el soporte de este pensamiento altruista, cultive la mente de
iluminación y ruegue que estos seres sensibles alcancen la budeidad.
Aunque la real naturaleza
de la mente es la bodhichitta, necesitamos la bodhicitta relativa para
revelarla. La bodhicitta relativa es el método que nos permite alcanzar la
perfección de la naturaleza de la mente, y ella comprende la bodhicitta de
aspiración y de acción, o comprometida. La bochicitta de aspiración es la mente
que sinceramente desea alcanzar la mente de la bodhicitta definitiva, por eso
la practicamos primero. Una analogía que
se da a menudo es que la mente de aspiración es como las personas que desean
muchísimo viajar en tren. Pero para hacer este viaje, tienen que subirse al
tren y partir. Esta es la bodhicitta de acción. Por eso, cultivamos la
bodhicitta de acción sobre las bases de la aspiración para darle vida a nuestra
aspiración. La Guía de la conducta del
Bodhisattva (Bodhicaryavatara) le brindará consejo explícito tanto para la
bodhicitta relativa como para la absoluta.
Una vez que hemos
cultivado la bodhicitta, todas nuestras prácticas seguirán de forma natural
este camino a la iluminación. De este modo, todas nuestras prácticas del Dharma
se volverán bodhicitta de acción. Cualesquier práctica que hagamos – hasta si
solo nos sentamos en meditación por diez minutos, leer algunas líneas del
Dharma o recitar una docena de mantras – puede aumentar nuestra bodhicitta. Sin
embargo, la bodhicitta de acción es mejor desarrollarla a través de las seis
paramitas, también nombradas las seis perfecciones. Estas seis comprenden un
método sistemático diseñado para ser seguido paso a paso: las prácticas de
generosidad, ética moral, paciencia, perseverancia, concentración meditativa y
consciencia de sabiduría. Las que están
descritas con más detalle en El Precioso
Ornamento de Liberación [de Gampopa] y en Una Guía completa para el Camino Budista [de Drigung Bhande
Dharmaradza]. Por favor, busque estos textos para aumentar su estudio. Nuestras
contaminaciones mentales de ilusión y nuestros pensamientos negativos son
purificados gradualmente por seguir este camino. En cuanto desaparece la oscuridad de nuestros
pensamientos negativos, la claridad de la mente es revelada. Este es un método
preciso para transformar todas nuestras ilusiones en el estado iluminado. No
tenemos que crear nada nuevo para que esto ocurra; solo tenemos que seguir lo
que el Buddha ya enseñó.
Si algo se convierte en un
obstáculo para nuestra práctica, podemos desear que sustituya los obstáculos de
todos los demás seres sensibles y que sean purificados a través de nuestro
propio sufrimiento. Cuando experimentamos la felicidad y el éxito en la vida,
podemos desear que nuestra felicidad sustituya el sufrimiento experimentado por
todos los demás seres sensibles para que también puedan experimentar la
felicidad. Esta práctica se conoce como intercambiarse uno por los otros.
Hay diferentes niveles
para manejar los obstáculos. En cuanto a un practicante novato en los inicios
de su viaje, le resultará difícil a veces dedicar su felicidad como un
sustituto para los obstáculos que pueden experimentar otros seres. A menudo,
por error, hacemos esfuerzos para vencer los obstáculos, pero somos vencidos
por ellos. A medida que crecemos en el Dharma, llega un momento en que tenemos
una convicción sobre nuestro entendimiento, y también tene-mos cierto éxito en
las prácticas especiales de amor, compasión y bodhicitta. Entonces podemos usar
los obstáculos como un camino especial hacia la iluminación. Con esta práctica
los obstáculos ya no son una carga sino que se vuelven parte de la práctica. Ya
no vacila ni teme enfrentarlos y, de hecho, los recibirá porque le permiten
practicar. Sin obstáculos, hay pocas posibilidades de progresar. Más tarde,
cuando se vuelve más avanzado en las prácticas del mahamudra, se da cuenta de
que los obstáculos no existen de manera inde-pendiente de su mente. Verá que
son solo manifestaciones y reflexiones, simplemente de la naturaleza de la
ilusión. En ese punto, tendrá la gran autoridad y capacidad para beneficiar a
los seres sensibles.
Pero no podemos realmente
ayudar a los demás seres sensibles sin primero establecernos en el estado de
bodhicitta por medio de las prácticas prelimi-nares. Sin bodhicitta no
tendremos capacidad o medios para ayudar a los demás. Es por esto que los
grandes maestros dedican sus vidas al retiro en las montañas. No son egoístas.
Por el contrario, dedican su tiempo en las cuevas de las montañas para
practicar y de ese modo beneficiar a los demás. Por lo demás, como todavía
tenemos emociones aflictivas y pensamientos discursivos, no seremos eficaces
en ayudar a otros a pesar de lo que queramos.
En lugar de ser beneficioso, simplemente nos afianzaremos más en la
ilusión y traeremos más sufrimiento a nosotros mismos y a los demás.
Al practicar el Dharma,
llega a comprender que, capa tras capa, hay más para purificar, más para
conocer, más por entender y más a experimentar en el camino. La naturaleza de
las enseñanzas del Dharma es extensa y profunda. Nuestra mente tiene muchos
niveles para penetrar y, por ello, la realización toma tiempo. El Dharma ofrece
los medios para lograr la comprensión completa a través de estas diferentes
capas. Vea la historia de la vida de Milarepa. Él pasó su vida en retiro para
penetrar todas las diferentes capas de la mente, hasta que fue revelada
completa y totalmente la verdadera naturaleza de su mente, y logró el
dharmakaya.
La verdadera naturaleza de
la mente está compuesta de dos factores: la gran compasión y la visión
penetrante especial; a través de ellas, uno puede realizar la vacuidad. Estos
son los factores críticos necesarios para penetrar la naturaleza no existente
de la ilusión. El amor y la compasión tienen el poder de utilizar esta
sabiduría de un modo óptimo para traer paz y armonía, tanto en la mente como
para los demás seres sensibles. Así estos dos van de la mano; usted no puede
separarlos. Si los separa, no podrían ser tan útiles y efectivos, ni el
resultado es tan saludable. Es el significado de la línea en este verso que
dice que no será recompensado en la
asamblea de dioses y hombres.
Aquí, contemple brevemente
una cultivación concisa de la bodhicitta.
Visualice al Buddha histórico junto con los budas de los tres tiempos
rodeados de textos del Dharma y de los grandes bodhisattvas. Frente a estos
objetos, tome refugio sinceramente desde las profundidades de su corazón con un
gran anhelo de alcanzar la libertad del sufrimiento del samsara. Repita tres veces:
Por el poder de todo mérito y virtud, cultivaré la bodhicitta
para beneficio de todos los seres sensibles. Practicaré las seis para-mitas
paso a paso hasta que sean completamente perfeccionadas.
Después disuelva la
visualización en luz, y deje que esta luz se disuelva en usted mismo,
permitiendo que su mente y la mente de todos los budas y bodhisattvas se
vuelvan inseparables. Medite que esta bodhicitta ha nacido en vuestra mente.
Finalmente, medite con una mente libre de toda elaboración. Recite plegarias de
dedicación cuando haya finalizado.
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