APERTURA (2)
Chokyi Nyima Rinpoche
TRISTEZ,
AMOR Y PERSPECTIVA
El Dharma es muy claro sobre las causas de la
felicidad y el sufrimiento. También explica cómo ir más allá del sufrimiento,
cómo alcanzar una felicidad genuina y duradera, y cómo compartir ese logro con
los demás. Con una motivación amorosa y la comprensión de cómo son las cosas,
podemos explicar a los demás la no permanencia de todas las cosas. Eso es
compartir de verdad, porque de esa manera ayudamos a otros a ver a través de
sus ilusiones.
La profunda desilusión que inevitablemente sigue al
reconocimiento de la no permanencia es natural y necesaria. No debemos
rehuirlo, porque el amor nace de ese dolor, y el amor da una idea de cómo son
realmente las cosas.
Estas cualidades y habilidades son la fuente de la
alegría y la felicidad perfectas, para nosotros y para todos los demás. Estas
son las cualidades que debemos tratar de compartir y transmitir.
EL
AMOR DE UN BODHISATTVA
En su relato clásico del camino del despertar, el
maestro indio Shantideva compara el amor que sentimos por otra persona con el
gran amor de un bodhisattva, un ser en el camino del despertar compasivo.
Cuando amamos a alguien, no hay nada que no hagamos para ver a esa persona
feliz. Siempre estamos listos para ayudar, proteger y consolar. Así es el amor.
El amor nos hace pacientes. El amor nos hace perseverar y aguantar.
Todos sabemos lo que es amar a otra persona, y podemos
usar este conocimiento para comprender lo que significa ser un bodhisattva. La
gran diferencia entre el amor que sentimos por otra persona y el amor que
siente un bodhisattva es que el amor del bodhisattva no se limita a ciertos
individuos o a un grupo selecto de personas. Por el contrario, el bodhisattva
alberga un amor profundo por todos los seres y, al mismo tiempo, siempre se
esfuerza por ser más sabio, más cálido e incluso más amoroso. El camino del
bodhisattva es un viaje hacia la sabiduría y la realización motivado por el
deseo de ayudar a los demás.
SEIS
ASPECTOS DE LA FORMACIÓN DE BODHISATTVA
¿Qué sucede cuando comenzamos a pensar y actuar como
bodhisattvas? ¿Qué sucede cuando nuestra inspiración constante es el deseo de
que todos los seres puedan disfrutar de la felicidad y las causas de la
felicidad mientras permanecen libres del sufrimiento y las causas del
sufrimiento? En ese punto, comenzamos a cultivar seis cualidades
extraordinarias: Generosidad, disciplina, paciencia, entusiasmo, concentración
y comprensión. Estos se conocen comúnmente como las seis perfecciones.
1. Generosidad
La generosidad es la práctica de dar. Es la
capacitación para ser generoso con las cosas, la comida, el dinero, la
protección y la atención. La generosidad nace del amor. Ya somos generosos con
los que amamos, por lo que la generosidad es una expresión natural del amor.
Pero a diferencia de la gente común, un bodhisattva es generoso con todos. Y
entre todas las cosas que podríamos ofrecer a otros, el Dharma es el más
preciado.
2. Disciplina
La disciplina es la siguiente cualidad, pero ¿qué es
la disciplina para un bodhisattva? Significa vivir de acuerdo con el deseo de
no dañar a nadie y hacer todo lo posible para beneficiarlo. Ese tipo de
disciplina también surge del amor. Todas las cualidades excelentes florecen
cuando un bodhisattva mantiene esta disciplina en pensamiento, palabra y obra.
3. Paciencia
El amor es paciente, y el amor de un bodhisattva
soporta todas las dificultades, decepciones, dolor y daño. La paciencia es la
capacidad de aceptar la adversidad y no desanimarse. La paciencia abre nuestras
mentes al Dharma.
4. Entusiasmo
El entusiasmo es la alegría de hacer buenas obras. Un
bodhisattva está profundamente involucrado en el desarrollo de las cualidades
que son esenciales para el camino espiritual: el deseo de ser libre, la bondad
amorosa y la comprensión. Ese proceso es alimentado por una gran alegría.
5. Concentración
La concentración se refiere al entrenamiento de la
mente a través de la meditación. Los bodhisattvas tienen una mente equilibrada
y compuesta. Cuando la mente está tranquila y relajada, también se vuelve ágil
y capaz de logros maravillosos.
6. Comprensión
La comprensión surge del entrenamiento en las primeras
cinco cualidades: generosidad, disciplina, paciencia, entusiasmo y
concentración. La comprensión es doble: conciencia de las cosas tal como
aparecen y conciencia de las cosas como realmente son. La comprensión amanece
cuando la mente ha alcanzado la compostura y la agilidad mediante la práctica.
CUATRO
MEDIOS DE ATRACCIÓN
En sus interacciones con los demás, los bodhisattvas
también aplican lo que se conoce como los cuatro medios de atracción. El
primero es proporcionar a los demás las cosas que desean. El segundo es hablar
de una manera agradable y deliciosa de escuchar. El tercero es enseñar de una
manera que se ajuste a las capacidades y contextos de la audiencia. Finalmente,
el cuarto es practicar lo que uno enseña. Con esos cuatro medios de atracción,
otros se reunirán naturalmente a nuestro alrededor en un entorno donde el
Dharma puede florecer.
UN
CAMINO GRADUAL
El camino del bodhisattva es un camino gradual.
Comienza con el deseo de ayudar a los demás. Cuando ese deseo es genuino,
naturalmente afectará la forma en que actuamos. Sin embargo, debemos tener
cuidado de no sobrestimarnos e intentar hacer cosas para las que no estamos
preparados. Es importante permitir que el proceso se desarrolle de forma
natural y que nuestros corazones participen todo el tiempo. Si mordemos más de
lo que podemos masticar, nadie se beneficia.
Tome el ideal budista de la generosidad infinita, por
ejemplo. Aquí uno está listo para regalar incluso el propio cuerpo. Ese tipo de
generosidad no es algo que deba forzarse. En cambio, nuestra generosidad debe
ser natural y relajada. A medida que empecemos a aferrarnos a las cosas con
menos fuerza y a medida que entrenamos para compartir con otros, gradualmente
nos volveremos más expertos en dar y más capaces de ver claramente los
beneficios de la generosidad. En silencio, pero de manera constante, nos
volvemos capaces de realizar acciones cada vez mayores. Esto es cierto para los
seis aspectos del entrenamiento de bodhisattva. Nuestra práctica no tiene la
intención de romper nuestras espaldas o desgastarnos, debe ser constante y
natural.
GERMINACIÓN
DE LAS SEMILLAS
El reconocimiento de la no permanencia es la base de
la práctica budista. Pasar tiempo reflexionando sobre la forma en que todo lo
condicionado también es no permanente es como arar los campos fértiles de
nuestras mentes para que puedan germinar las semillas que están naturalmente
presentes en el suelo. El amor y la compasión son como la lluvia y la humedad
que nutren las semillas. Cuando los campos de nuestra mente han sido arados con
la realización de la no permanencia y regados con amor y compasión, crecen
brotes de comprensión. Con el tiempo, los brotes evolucionan en tres cualidades:
una aguda conciencia de la no permanencia, un amor y una compasión que lo
abarcan todo, y una visión clara de la verdadera naturaleza de todas las cosas.
ILUSIONES
TRUNCAS
Necesitamos tomar conciencia de la no permanencia. La
constatación de que todo desaparece y que todo no es confiable es una decepción
devastadora. A medida que nuestros sueños se hacen añicos, desarrollamos una
sensación nauseabunda de haber tenido suficiente, y esa repulsión a su vez
fortalece y nutre nuestra determinación de liberarnos. Sin ese cansancio,
perdemos el foco. Nos volvemos perezosos y posponemos nuestro entrenamiento.
Por lo tanto, es crucial que nos demos cuenta de la inutilidad fundamental de
nuestra propia existencia.
Ya no tenemos que cargar con nuestras ilusiones, sino
que desarrollamos la capacidad de soltarnos y liberarnos. Eso sucede porque
entendemos que el mundo y todos sus habitantes están condenados a desaparecer,
y que, sin importar lo que podamos lograr, no durará. Lo mismo ocurre con
nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestras ideas. Todo es temporal;
todo es transitorio y no permanente. Esa comprensión viene con una profunda
sensación de cansancio que nos permite finalmente dejarlo ir. ¿Qué hay para
codiciar y perseguir? De repente vemos la imagen más grande y la dejamos ir.
Hay muchas instrucciones, y muchas que se nos pueden
presentar, pero si deseamos enfrentarnos a la realidad, no hay forma de
reconocer la no permanencia.
DEL
AMOR A LA SABIDURÍA
El siguiente paso en nuestra introducción a cómo son
las cosas realmente es el reconocimiento de que las emociones negativas son la
raíz de todas las acciones negativas y el dolor. Nuestra propia ira, deseo e
ignorancia crean todo nuestro dolor y miseria. Por el contrario, el amor y la
compasión son la raíz de todo lo que es bueno. Con amor y compasión, nuestras
acciones son automáticamente saludables y nos sentimos bien tanto en cuerpo
como en mente. Cuando nuestras mentes son amorosas y compasivas, nuestras
emociones negativas pierden su equilibrio, y cuando nuestras emociones
destructivas desaparecen, nuestra sabiduría inherente tiene espacio para
manifestarse. Cuando se nos dice acerca de esta verdad y la reconocemos personalmente,
hemos recibido una introducción genuina sobre cómo son las cosas.
De: Sadness Love Openness. Shambla, 2018
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