Un camino más
allá de la muerte
La perspectiva de
la muerte casi siempre viene como un choque: nos encontramos de repente, en el
peor momento posible, con todas las preguntas fundamentales pertinentes sobre
lo que es, o era, la vida.
Sin embargo, a
pesar del énfasis del budismo en la transitoriedad y la muerte, incluso
acérrimos budistas se encuentran sintiéndose indecisos sobre qué hacer cuando
la muerte ocurra de repente.
Fue el pensamiento
de la muerte que impulsó al Buddha a abandonar el hogar y la familia para
buscar un camino de liberación del sufrimiento. Buscaba un lugar (o estado) de
seguridad que no pudiera ser sacudido por la muerte. Así que el budismo podría
decirse que está relacionado con todo sobre la muerte y el camino que conduce
más allá de ella.
Tengan en cuenta
que el Buddha es visto no sólo como un sabio muerto hace tiempo, sino como un
“Despierto”, alguien que ha despertado a una realidad profunda y eterna que
está en contraste con nuestra comprensión habitual de la vida. El Buddha llamó
a esta realidad “nirvana”, la paz, la finalización del sufrimiento, la
liberación del corazón. Significativamente, también se le llama el “No-nacido”
o el “Inmortal”.
La travesía del
Buddha para despertar comenzó con una pregunta: ¿Para qué nacemos, si estamos
simplemente para sufrir la muerte? Él llegó a ver que el nacimiento y la muerte
son, definitivamente, percepciones simplemente confusas. Esta realización con
frecuencia es referida como despertar o iluminación, es análoga a tomar
consciencia y darse cuenta que tomamos nuestros sueños como reales. Mientras
continuemos de este modo mal-interpretando la verdadera naturaleza de la
realidad, naceremos y moriremos una y otra vez, vida tras vida. Es como si
estuviéramos atrapados en nuestro mundo onírico y no podamos encontrar nuestra
salida. Es este estado al que nos referimos como samsara.
El Buddha encontró
una manera de salir de la confusión del samsara en la luz y la libertad del
nirvana. Esta manera es el dharma, y
consiste en domar nuestra mente y nuestro corazón para penetrar a un nivel más
profundo de comprensión de la vida y la muerte a través de la reflexión y la
meditación. Así, la enseñanza del Buddha nos da la inspiración o la esperanza
de un objetivo que perseguir y la orientación sobre cómo alcanzarlo. Sin
embargo, seguir el dharma a su objetivo definitivo más allá del alcance de la
muerte, implica una larga y ardua lucha contra los hábitos acumulados de pensar
y actuar que nos mantienen atrapados en el samsara.
La buena noticia es
que seguir el camino del dharma puede traer alivio in-mediato y profundo, tanto
en la vida como en el momento de la muerte. La sangha, nuestros compatriotas en el camino, nos proporciona una
conexión viva hacia el Dharma. Esta conexión viva tiene un poder en sí misma;
protege, guía y transmite comprensión a todos aquellos que tienen contacto con ella.
Para los budistas,
el objetivo de despertar al nirvana, el camino del dharma para alcanzarlo y la
sangha que nos muestra este camino, todos aseguran que siempre hay esperanza y
sentido para la vida y la muerte. Considerando estas tres como nuestras fuentes
de protección, seguras y perdurables, y por eso a ellas “vamos por refugio”.
Este ir por refugio – la práctica fundamental de la tradición budista – ofrece
una liberación de la muerte, como tradicionalmente lo entendemos, como su
última esperanza.
Es comprensible si
prefiere no insistir en el hecho de la muerte. Ignora todo y dice que la muerte
es sólo una parte de la vida y nada puede hacer al respecto. El budismo mismo a
menudo ha sido entendido como que dice esto, ya que todo es temporal, la muerte
no importa, solo debemos aceptarla. Pero eso es un malentendido. La visión
budista es que, ya que todos nos aferramos como real a lo que es transitorio y
termina con la muerte, debemos abandonar el apego y buscar lo que es de valor
eterno.
Si se ven obligados
por la idea de que hay una manera de despertar a algo más allá del nacimiento y
de la muerte, consideren la posibilidad de reflexionar sobre la muerte. La inspiración y la alegría se pueden encontrar en
hacerlo así, ya que convierte los pensamientos de apego a lo que es menos
importante y nos lleva hacia lo que es en última instancia real y de valor
duradero, y que es nuestra verdadera naturaleza, la que el Buddha encontró ser
auténtica, dichosa, significativa, más allá del sufrimiento y capaz de aliviar
los sufri-mientos de los demás, espontáneamente y sin esfuerzo.
El camino que el
Buddha descubrió es considerado un camino seguro para finalizar el sufrimiento,
no sólo en esta vida, sino en todas las vidas futuras y no sólo para uno mismo,
sino para todos los seres. Nada de lo que puedo decir aquí, por supuesto, puede
comprobar esto, ¿pero a quién más tienes que recurrir? Al final, incumbe a cada
uno de nosotros mirar en nuestros cora-zones, más allá de la confusión de los
pensamientos superficiales, y ver por nosotros mismos lo que es verdaderamente
real.
Adaptado de There’s More to Dying than Death: A Buddhist
Perspective, de Lama Shenpen Hookham,
publicado por Windhorse Publications.
Sobre LAMA SHENPEN HOOKHAM
Lama
Shenpen Hookham tiene cerca de 50 años de preparación en las tradiciones del Mahamudra
y Dzogchen del budismo tibetano y ha recibido transmisiones, estudiado y ha
traducido al 16° Karmapa, a Dilgo Khyentse Rinpoche, a Kalu Rinpoche y a Bokar
Rinpoche. Es una estudiante de Khenpo Tsultrim Gyamtso Rinpoche. Pasa la mayor
parte de su tiempo en semi retiros en su hogar, The Hermitage of the Awakened Heart, en Gales, RU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario