Las muchas vidas de Yeshe
Tsogyal
HOLLY GAYLEY*
Con el bondadoso permiso de
su eminencia Namkha Drimed Rinpoche.
Yeshe Tsogyal es la dama preeminente del
budismo tibetano. Aunque mucho – si no todo – de lo que conocemos acerca de su vida está
muy mitologizado, ella es reverenciada por los tibetanos como una de las
principales discípulas y consortes de Padmasambhava, el maestro tántrico del
siglo octavo con un rol esencial en el establecimiento del budismo en Tibet.
Yeshe Tsogyal también es celebrada por transcribir las enseñanzas de
Padmasambhava y ocultarlas como tesoros a lo largo del entorno tibetano y el de
los Himalaya, para ser revelados por sucesivos tertöns o “reveladores de tesoros”, durante épocas
de conflictos.
En su bien conocido namthar, o historia de “completa liberación”,
que fuera revelado en el siglo diecisiete por
el tertön Taksham Nuden Dorje (disponible en las traducciones al inglés
por Keith Dowman y el Padmakara Translation Group), Teshe Tsogyal es retratada
como una mujer desafiante luchando por su liberación. Ella enfrentó diferentes
pruebas mientras practicaba meditación en montañas solitarias: burlas de los
lugareños, atormentada por demonios, inanición y hasta violación. A través de
estas pruebas, se manifestó transformando la adversidad en combustible para su
práctica y alcanzando la realización. Además, en su namthar, uno encuentra la
impresionante declaración de Padmasambhava de que una mujer con enérgica
deter-minación tiene un mayor potencial para lograr la iluminación que un
hombre. De este modo, Yeshe Tsogyal sirve como un ejemplo importante de una
mujer que atraviesa el camino budista.
Sin embargo, si pensamos antes que nada de Yeshe Tsogyal como una
antecesora que demuestra que la iluminación es posible en forma femenina,
subestimamos groseramente su significado para los tibetanos. Más aún,
enfrentamos el problema (como con muchas figuras femeninas en la literatura
budista) de establecer su heroicidad.
Para los tibetanos, Yeshe Tsogyal no es solo una figura del pasado
distante; ella sigue siendo una presencia activa y permanente. En el marco
externo de su namthar, vemos su descripción como un ser intemporal – una
emanación de Saravasti – que asumió una forma humana en Tíbet para el beneficio
de propagar el Dharma. Y en el final del
relato, antes de desvanecerse en el espacio, Yeshe Tsogyal prometió continuar respondiendo
a las plegarias de los devotos, para aparecer en visiones a los adeptos y
continuar enviando emanaciones.
Pero su historia no acaba allí. A lo largo de los siglos, Yeshe Tsogyal
ha permanecido accesible a los tibetanos ordinarios a través de numerosas
liturgias que le suplican. Además, sus poderosas bendiciones siguen estando
comprendidas en los lugares donde ella practicó como también en los objetos que
tocó. A los virtuosos espirituales, tanto hombres como mujeres, Yeshe Tsogyal
también aparece en visiones, planteando enigmas o explicando sobre los
contenidos de un tesoro de enseñanza.
Es más, la presencia de Yeshe Tsogyal continúa en las vidas de las
mujeres históricas que son consideradas sus emanaciones. De hecho, mujeres
excepcionales en la escuela Nyingma del budismo tibetano con frecuencia son
identificadas como una emanación de Yeshe Tsogyal y algunas veces se les trata
como “Yeshe Tsogyal en persona.” Sus emanaciones incluyen la de algunas mujeres
tertön conocidas por nosotros, como Jomo Menmo (siglo 13) y Sera Khandro
(inicio del siglo 20), como también Mingyur Paldrön, la hija y sucesora del
afamado tertön del siglo diecisiete Terdak Lingpa, fundador del monasterio
Mindroling ubicado fuera de Lhasa.
Desde una perspectiva, podríamos decir que Yeshe Tsogyal sirvió como un
autoridad precedente, creando un espacio cultural para la autoridad religiosa
femenina en el entorno por lo demás de dominio masculino en Tíbet. Desde otra
perspectiva, a través de la mujer identificada como su emanación, Yeshe Tsogyal
continúa siendo una presencia activa, interviniendo en la vida de los tibetanos
comunes.
Para ilustrar esto, déjenme presentar una tertön femenina contemporánea
de la región de Golok en Tíbet oriental: Khandro Tare Khamo (1938-2002), una emanación
de Yeshe Tsogyal que sirvió como una señal de esperanza para su comunidad local
durante el devastador capítulo de la historia tibetana. El periodo antes e incluso en la Revolución
Cultural (1966-76) es testimonio de la destrucción de muchos símbolos visibles
de la cultura tibetana: los monasterios fueron cerrados, los textos fueron
quemados, los objetos sagrados fueron saqueados, los monjes y monjas fueron
forzados a renunciar y el público de observancia religiosa a olvidar su fe. Muchos lamas huyeron al exilio o murieron en
prisión, incluyendo al primer esposo y tres hermanos de Khandro Tare Lhamo, que
fueron encarcelados a finales de los años 50.
Quizás porque ella era mujer Khandro Tare Lhamo no fue encarcelada,
aunque afirmo que recibió palizas. En
una horrenda ocasión, oficiales [chinos] colocaron su pecho desnudo sobre una
estufa de leña ardiendo. Según una
anciana que me contó esta historia, Khandro Tare Lhamo reflexionó en los
extremos sufrimientos de los seres en los reinos infernales y como resultado
ella quedó sin cicatrices de las quemaduras.
No se puede encontrar tales relatos en su namthar, Spiraling
Vine of Faith [Viña de fe
creciente]. Puesto que fue publicada en China, muchos de sus
desgracias y sufrimientos personales fueron excluidos, debido probablemente a
la continua sensibilidad de la “cuestión tibetana”. Por esta razón, las
historias contadas sobre Khandro Tare Lhamo en su namthar ponen énfasis en los
milagros que realizó para su comunidad local, antes que las pruebas que sufrió.
Por ejemplo, durante una hambruna tras la estela del Gran Salto Adelante[1],
no se menciona del hambre que ellas y muchos más tuvieron que enfrentar; solo
leemos de su milagros habilidad para multiplicar una medida de arroz para
alimentar a aquellos que la rodeaban. Y
mientras trabajaba como parte de una cuadrilla construyendo un corral para yaks
salvajes, se informó que ella había traído una piedra demasiado pesada para que
la levantara un grupo de hombres, dejando una huella de su mano en la roca.
Estas historias muestran como a Khandro Tare Lhamo, como un ser
iluminado que renació para beneficio de los demás, encarnando la paradoja de
estar confinada a sus circunstancias históricas mientras parece trascender las
leyes de la naturaleza. Aunque en tenor
milagroso, como cuando al parecer detuvo un deslizamiento que amenazaba con
aplastar a una multitud con un simple gesto de su mano, sus actividades eran,
sin embargo, en escala comunitaria, abordando las necesidades inmediatas de su
comunidad local.
El papel de Khandro Tare Lhamo en la recuperación del budismo en Golok
comenzó en los años 80 que fue posible debido a su identificación con Yeshe
Tsogyal. Con el inicio de la política de China de "reforma y
apertura", las prácticas religiosas se permitieron una vez más, y los
tibetanos comenzaron un arduo proceso de reconstrucción de monasterios y de
recuperación y reimpresión de textos valiosos. En Golok, la revelación de
tesoros desempeñó un papel importante en esta recuperación como medio de
recobrar las enseñanzas antiguas de entre los escombros. Para los Nyingma, los
tesoros están destinados a ser revelados durante los periodos difíciles, cuando
ellos prometen sanar el daño a las enseñanzas y a los seres, anunciando una
nueva era para el budismo y florecimiento para la sociedad.
Como una emanación de Teshe Tsogyal, Khandro Tare Lhamo fue comprendida
de tener acceso a las enseñanzas de Padmasambhava en la forma de tesoros,
sellados en el ámbito tibetano y también en el continuo mental del tertön. Junto con su segundo esposo, Khandro Tare
Lhama reveló un cuerpo de doce volúmes de tesoro literario, incluyendo un
volumen dedicado a Yeshe Tosgyal y una serie de deidades femeninas. Desde
mediados de los 80 en adelante, la pareja viajó y enseñaron juntos, propagando
esto tesoros.
Como demuestran estas historias, para los tibetanos Yeshe Tsogyal es más
que un ancestro del pasado distante o simplemente un rol modélico para afirmar
el potencial de la mujer para iluminarse. Por el contrario, ella continua como
una presencia activa en la vida de los tibetanos – tanto hombres como mujeres –
a través de rituales dedicados a ella y por medio de la mujer histórica que
sirve como sus emanaciones. Las bien
conocidas emanaciones de Yeshe Tsogyal mencionadas antes son solo la punta del
iceberg. A medida que pasa el tiempo,
más y más historias de adeptas y maestras espirituales en Tíbet salen a la
luz. De hecho, si las presentes
circunstancias son alguna indicación, por cada maestra budista que está en los
registros históricos, ha habido al menos una docena o más en el terreno. A medida que crece el número de estudios
sobre las mujeres tibetanas excepcionales, esperemos que podamos considerar no
sólo las cuestiones de género sino también el impacto y la influencia de estas
mujeres en la historia budista.
·
Holly Gayley es Profesor Asistente
de Buddhist Studies en la University of Colorado Boulder. Su primer libro, Love
Letters from Golok: A Tantric Couple in Modern Tibet, saldrá en noviembre,
2016, de Columbia University Press.
[1] El articulista se
refiere al episodio ocurrido en China en que como consecuencia de la política
del gobierno chino de impulsar forzadamente la industrialización y
colectivización rurales, basado en la producción de acero y el establecimiento
de las comunas, se arruinó la agricultura, generando una hambruna generalizada
en el campo chino, como en el Tíbet invadido, con el resultado de la muerte de
entre 18 a más de 30 millones de personas.
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