viernes, 6 de abril de 2018


Las muchas vidas de Yeshe Tsogyal
HOLLY GAYLEY*


Con el bondadoso permiso de su eminencia Namkha Drimed Rinpoche.


Yeshe Tsogyal es la dama preeminente del budismo tibetano. Aunque mucho – si no todo – de lo que conocemos acerca de su vida está muy mitologizado, ella es reverenciada por los tibetanos como una de las principales discípulas y consortes de Padmasambhava, el maestro tántrico del siglo octavo con un rol esencial en el establecimiento del budismo en Tibet. Yeshe Tsogyal también es celebrada por transcribir las enseñanzas de Padmasambhava y ocultarlas como tesoros a lo largo del entorno tibetano y el de los Himalaya, para ser revelados por sucesivos tertöns o “reveladores de tesoros”, durante épocas de conflictos.
En su bien conocido namthar, o historia de “completa liberación”, que fuera revelado en el siglo diecisiete por  el tertön Taksham Nuden Dorje (disponible en las traducciones al inglés por Keith Dowman y el Padmakara Translation Group), Teshe Tsogyal es retratada como una mujer desafiante luchando por su liberación. Ella enfrentó diferentes pruebas mientras practicaba meditación en montañas solitarias: burlas de los lugareños, atormentada por demonios, inanición y hasta violación. A través de estas pruebas, se manifestó transformando la adversidad en combustible para su práctica y alcanzando la realización. Además, en su namthar, uno encuentra la impresionante declaración de Padmasambhava de que una mujer con enérgica deter-minación tiene un mayor potencial para lograr la iluminación que un hombre. De este modo, Yeshe Tsogyal sirve como un ejemplo importante de una mujer que atraviesa el camino budista.
Sin embargo, si pensamos antes que nada de Yeshe Tsogyal como una antecesora que demuestra que la iluminación es posible en forma femenina, subestimamos groseramente su significado para los tibetanos. Más aún, enfrentamos el problema (como con muchas figuras femeninas en la literatura budista) de establecer su heroicidad.
Para los tibetanos, Yeshe Tsogyal no es solo una figura del pasado distante; ella sigue siendo una presencia activa y permanente. En el marco externo de su namthar, vemos su descripción como un ser intemporal – una emanación de Saravasti – que asumió una forma humana en Tíbet para el beneficio de propagar el Dharma.  Y en el final del relato, antes de desvanecerse en el espacio, Yeshe Tsogyal prometió continuar respondiendo a las plegarias de los devotos, para aparecer en visiones a los adeptos y continuar enviando emanaciones.
Pero su historia no acaba allí. A lo largo de los siglos, Yeshe Tsogyal ha permanecido accesible a los tibetanos ordinarios a través de numerosas liturgias que le suplican. Además, sus poderosas bendiciones siguen estando comprendidas en los lugares donde ella practicó como también en los objetos que tocó. A los virtuosos espirituales, tanto hombres como mujeres, Yeshe Tsogyal también aparece en visiones, planteando enigmas o explicando sobre los contenidos de un tesoro de enseñanza.
Es más, la presencia de Yeshe Tsogyal continúa en las vidas de las mujeres históricas que son consideradas sus emanaciones. De hecho, mujeres excepcionales en la escuela Nyingma del budismo tibetano con frecuencia son identificadas como una emanación de Yeshe Tsogyal y algunas veces se les trata como “Yeshe Tsogyal en persona.” Sus emanaciones incluyen la de algunas mujeres tertön conocidas por nosotros, como Jomo Menmo (siglo 13) y Sera Khandro (inicio del siglo 20), como también Mingyur Paldrön, la hija y sucesora del afamado tertön del siglo diecisiete Terdak Lingpa, fundador del monasterio Mindroling ubicado fuera de Lhasa.
Desde una perspectiva, podríamos decir que Yeshe Tsogyal sirvió como un autoridad precedente, creando un espacio cultural para la autoridad religiosa femenina en el entorno por lo demás de dominio masculino en Tíbet. Desde otra perspectiva, a través de la mujer identificada como su emanación, Yeshe Tsogyal continúa siendo una presencia activa, interviniendo en la vida de los tibetanos comunes.
Para ilustrar esto, déjenme presentar una tertön femenina contemporánea de la región de Golok en Tíbet oriental: Khandro Tare Khamo (1938-2002), una emanación de Yeshe Tsogyal que sirvió como una señal de esperanza para su comunidad local durante el devastador capítulo de la historia tibetana.  El periodo antes e incluso en la Revolución Cultural (1966-76) es testimonio de la destrucción de muchos símbolos visibles de la cultura tibetana: los monasterios fueron cerrados, los textos fueron quemados, los objetos sagrados fueron saqueados, los monjes y monjas fueron forzados a renunciar y el público de observancia religiosa a olvidar su fe.  Muchos lamas huyeron al exilio o murieron en prisión, incluyendo al primer esposo y tres hermanos de Khandro Tare Lhamo, que fueron encarcelados a finales de los años 50.
Quizás porque ella era mujer Khandro Tare Lhamo no fue encarcelada, aunque afirmo que recibió palizas.   En una horrenda ocasión, oficiales [chinos] colocaron su pecho desnudo sobre una estufa de leña ardiendo.  Según una anciana que me contó esta historia, Khandro Tare Lhamo reflexionó en los extremos sufrimientos de los seres en los reinos infernales y como resultado ella quedó sin cicatrices de las quemaduras.
No se puede encontrar tales relatos en su  namthar, Spiraling Vine of Faith [Viña de fe creciente]. Puesto que fue publicada en China, muchos de sus desgracias y sufrimientos personales fueron excluidos, debido probablemente a la continua sensibilidad de la “cuestión tibetana”. Por esta razón, las historias contadas sobre Khandro Tare Lhamo en su namthar ponen énfasis en los milagros que realizó para su comunidad local, antes que las pruebas que sufrió. Por ejemplo, durante una hambruna tras la estela del Gran Salto Adelante[1], no se menciona del hambre que ellas y muchos más tuvieron que enfrentar; solo leemos de su milagros habilidad para multiplicar una medida de arroz para alimentar a aquellos que la rodeaban.  Y mientras trabajaba como parte de una cuadrilla construyendo un corral para yaks salvajes, se informó que ella había traído una piedra demasiado pesada para que la levantara un grupo de hombres, dejando una huella de su mano en la roca.
Estas historias muestran como a Khandro Tare Lhamo, como un ser iluminado que renació para beneficio de los demás, encarnando la paradoja de estar confinada a sus circunstancias históricas mientras parece trascender las leyes de la naturaleza.  Aunque en tenor milagroso, como cuando al parecer detuvo un deslizamiento que amenazaba con aplastar a una multitud con un simple gesto de su mano, sus actividades eran, sin embargo, en escala comunitaria, abordando las necesidades inmediatas de su comunidad local.
El papel de Khandro Tare Lhamo en la recuperación del budismo en Golok comenzó en los años 80 que fue posible debido a su identificación con Yeshe Tsogyal. Con el inicio de la política de China de "reforma y apertura", las prácticas religiosas se permitieron una vez más, y los tibetanos comenzaron un arduo proceso de reconstrucción de monasterios y de recuperación y reimpresión de textos valiosos. En Golok, la revelación de tesoros desempeñó un papel importante en esta recuperación como medio de recobrar las enseñanzas antiguas de entre los escombros. Para los Nyingma, los tesoros están destinados a ser revelados durante los periodos difíciles, cuando ellos prometen sanar el daño a las enseñanzas y a los seres, anunciando una nueva era para el budismo y florecimiento para la sociedad.
Como una emanación de Teshe Tsogyal, Khandro Tare Lhamo fue comprendida de tener acceso a las enseñanzas de Padmasambhava en la forma de tesoros, sellados en el ámbito tibetano y también en el continuo mental del tertön.  Junto con su segundo esposo, Khandro Tare Lhama reveló un cuerpo de doce volúmes de tesoro literario, incluyendo un volumen dedicado a Yeshe Tosgyal y una serie de deidades femeninas. Desde mediados de los 80 en adelante, la pareja viajó y enseñaron juntos, propagando esto tesoros.
Como demuestran estas historias, para los tibetanos Yeshe Tsogyal es más que un ancestro del pasado distante o simplemente un rol modélico para afirmar el potencial de la mujer para iluminarse. Por el contrario, ella continua como una presencia activa en la vida de los tibetanos – tanto hombres como mujeres – a través de rituales dedicados a ella y por medio de la mujer histórica que sirve como sus emanaciones.  Las bien conocidas emanaciones de Yeshe Tsogyal mencionadas antes son solo la punta del iceberg.  A medida que pasa el tiempo, más y más historias de adeptas y maestras espirituales en Tíbet salen a la luz.  De hecho, si las presentes circunstancias son alguna indicación, por cada maestra budista que está en los registros históricos, ha habido al menos una docena o más en el terreno.   A medida que crece el número de estudios sobre las mujeres tibetanas excepcionales, esperemos que podamos considerar no sólo las cuestiones de género sino también el impacto y la influencia de estas mujeres en la historia budista.
·         Holly Gayley es Profesor Asistente de Buddhist Studies en la University of Colorado Boulder. Su primer libro, Love Letters from Golok: A Tantric Couple in Modern Tibet, saldrá en noviembre, 2016, de Columbia University Press.




[1] El articulista se refiere al episodio ocurrido en China en que como consecuencia de la política del gobierno chino de impulsar forzadamente la industrialización y colectivización rurales, basado en la producción de acero y el establecimiento de las comunas, se arruinó la agricultura, generando una hambruna generalizada en el campo chino, como en el Tíbet invadido, con el resultado de la muerte de entre 18 a más de 30 millones de personas. 

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