EL QUÍNTUPLE SENDERO DEL MAHAMUDRA
¿Qué es el mahamudra?
Es la naturaleza búdica, la mente básica en todos los seres sensibles. Conocer
esto es conocer la naturaleza verdadera de todos los fenómenos y realizarlo es
convertirse en un Buddha, ser uno con todas las cualidades búdicas. La
naturaleza búdica, el mahamudra, siempre existe, pero para aquellos cuya
atención es alejada de esto, permanece como un secreto. Para descubrirla, para
desvelar esto, es necesario la práctica y la guía de un verdadero maestro
espiritual.
Las prácticas preparatorias del quíntuple sendero desarrollan la
reorientación, la purificación y la fortaleza necesaria para la práctica del
mahamudra. Las prácticas reales son el camino en sí, el que conduce a la
iluminación.
Las prácticas preparatorias generales son cuatro: refugio, lo que nos salva
de los caminos erróneos; Vajrasattva, lo que remueve los obstáculos del camino;
ofrenda del mandala, lo que trae poder meritorio; y, devoción al guru, lo que
trae bendiciones que nos empoderan para seguir el camino.
El refugio es la práctica
preparatoria más importante, porque sin ella uno seriamente no emprenderá las
demás. Tomar refugio es orientarse uno mismo firmemente en el camino hacia la
budeidad y alejarse de la existencia cíclica. Para hacer esto, uno debe
entender realmente que la existencia cíclica – el samsara – es inevitablemente
un estado de confusión y sufrimiento; entonces uno considerará cómo liberarse
uno mismo de esto.
Nosotros mismos no sabemos
cómo hacerlo. Generalmente, estamos absorbidos en tratar de estar confortables
en el samsara, debido a que conocemos esto y estamos apegados a sus
experiencias placenteras. Cuando decidimos reorientarnos tenemos que confiar en
uno que lo ha hecho, que ya ha recorrido el camino a la iluminación. Por eso
debemos tomar refugio en las Tres Joyas: el Buddha, el maestro; el Dharma, sus
enseñanzas; y, la sangha, la comunidad espiritual.
Apartarse del samsara no
significa solo estudiar el Dharma y considerar la iluminación: uno puede
conocer el Dharma intelectualmente y no tener compresión profunda. Comprender llega
a través de los cuatro “fundamentos ordinarios”: meditación sobre la no permanencia,
sobre causa y efecto, sobre los problemas del samsara y sobre la preciosidad y
rareza de la vida humana. Estando ahora en un cuerpo humano, podemos comenzar
en el camino de la budeidad; esta es una oportunidad a ser aprovechada.
Estos fundamentos son llamados
los cuatro modos de tornar la mente, alejarla del samsara. Sin estas
meditaciones, el refugio de uno es incompleto. Uno necesita comprender
claramente la naturaleza del samsara y luego orientarse firmemente hacia la
iluminación; de este modo uno se acerca al camino.
Para lograr la iluminación,
uno necesita acumular sabiduría y compasión, las dos acumulaciones; cuando son
completadas, uno será capaz de realizar los cuatro cuerpos de un Buda.
Desarrollar sabiduría y compasión no es una tarea pequeña; demanda mucha
fortaleza. Y esta fortaleza es adquirida a través de las prácticas
preliminares: Vajrasattva, la ofrenda del mandala y el guru yoga. Esto trae
purificación, fortalecimiento y bendiciones del especial empodera-miento.
La práctica de Vajrasattva disipa los obstáculos en el camino. La
mente básica es como un espejo que no puede reflejar los objetos cuando está
sucio; cuando está bien limpio, puede claramente reflejar cualquier objeto. La
mente básica de cualquier ser sensible es la naturaleza búdica, pero está
cubierta con el polvo del samsara. La meditación de Vajrasattva es una práctica
poderosa de purificación.
La ofrenda de mandala es un modo de desarrollar y mantener la
sabiduría (la realización del mahamudra) y la compasión (la profunda
bodhichitta). Sintiendo profundamente el deseo que uno mismo y todos los seres
sensibles puedan alcanzar la iluminación, ofrendamos el mandala – que
representa todo el universo – a los iluminados, llenos de compasión y
sabiduría. Damos todo, nosotros mismos y la totalidad. Esta ofrenda nos ayuda a
cortar nuestro aferramiento y apego a esta vida. Además, el mérito adquirido por
uno a través de la ofrenda del mandala le da fortaleza para nutrir la mente de
bodhichitta.
El guru yoga otorga bendiciones. El maestro es el ejemplo, el modelo. Si vemos al maestro como ordinario, nuestras
mentes permanecerán en el estado ordinario, pero si vemos a él o ella como
Vajradhara, elevaremos el estado de nuestras mentes. Viendo a nuestro maestro
como Vajradhara es el modo de unir nuestra mente con el estado de Vajradhara. A
través de pensar al maestro como Vajradhara, recibiremos las bendiciones
empoderándonos para alcanzar ese estados nosotros mismos. Cuando vemos al maestro como compasivo y
sabio, el poder de nuestra devoción elimina las vacilaciones en nuestras
mentes. El maestro debe tener de hecho
buenas cualidades y realizaciones; pero la energía importante en el guru yoga
es esta del practicante; la admiración y gratitud del estudiante.
Cuando estudia y practica realmente,
alguna poca experiencia comienza en su mente y con ella una confianza y alegría
inefables. Cuando esto ocurre, siente
una verdadera devoción no artificial.
Esto es devoción no simplemente de fe en el maestro, sino desde la
propia experiencia de uno, y es la experiencia del verdadero guru yoga. En esta
profunda devoción uno recibe los cuatro empoderamientos, que llevan las
bendiciones especiales que permiten desarrollar los cuatro cuerpos búdicos.
Las prácticas preparatorias especiales son el cultivo de amor y
compasión, una mente muy gentil deseando que todos los seres sensibles puedan
tener felicidad y estar libre de sufrimiento. El desarrollo de estos dos es
necesario, pero esto solo no es suficiente. ¿Qué debe hacer uno para traer felicidad
a los seres sensibles? Una persona
ignorante no puede ayudar. Por eso
debemos volvernos sabios, debemos alcanzar la iluminación. Con ese fin
necesitamos seguir un camino perfecto; y tal camino es el sendero del
mahamudra.
Comenzamos por cultivar una
mente fuerte deseando alcanzar la iluminación para beneficio de los demás; esta
mente es bodhichitta. Sin ella, todas las prácticas son inútiles; con ella, se
vuelve cierto el posible logro de la iluminación. La única manera de
desarrollar amor, compasión y bodhichitta es a través de la honda preocupación
por los demás seres sensibles; si no existen, el amor continuaría siendo un
misterio. Por tanto, es claro que la iluminación de uno depende de los demás
seres sensibles: sin apreciarlos, uno no puede hacer progresos en el camino.
La bodhichitta, la última de
las prácticas preparatorias es a la vez la primera de las cinco prácticas reales: bodhichitta, práctica del yidam, guru
yoga, mahamudra y dedicación.
A través de la práctica del yidam (yoga de la deidad)
uno realiza todas las cualidades del Buddha en uno mismo. La naturaleza búdica – la esencia de todos
los seres sensibles – se dice que es realmente un secreto. La enseñanza sobre
este secreto es dada por el Buddha: en meditación uno se vuelve uno con la deidad
yidam, para reconocer la naturaleza de deidad de uno mismo. Este es el secreto del tantra y el porque la
práctica del yidam es llamada la esencia del mantra secreto. Ella está
transformando vuestro estado ordinario en estado puro, visualizándose usted y
todos los seres sensibles – el universo entero – como transformándose en budas
en un campo búdico.
El guru yoga es llamado la esencia de conocimiento, el conocimiento
que lleva a iluminarse a uno mismo; este conocimiento es recibido del maestro.
Este yoga tiene dos niveles. La práctica preparatoria del guru yoga es la
cultivación de la devoción al mirar al maestro de uno como Vajradhara. En la
práctica verdadera del mahamudra, el guru yoga es el establecimiento en el
continuo de uno de las causas para realizar los cuatro cuerpos de un Buda.
El mahamudra está más allá del pensamiento y hasta más y más allá de
las palabras - inconcebible e inexpresable.
Es la iluminación, la mente básica pura, la esencia del significado, la
verdadera naturaleza, la vacuidad; todas estas frases son intentos para señalar
a una luna que el estudiante aún no puede ver.
Aquellos que han relizado el mahamudra saben que se puede hacer; y, sugerir
lo que significa esa realización; ellos hablan de la unidad de vacuidad y
apariencia, de la forma pura y vacuidad, de lo relativo y lo absoluto.
Realizar esta unidad es
realizar el mahamudra, pero describirlo impone la dualidad del pensamiento. Los
maestros hablan de establecer la mente de uno en vacuidad, en no dualidad;
ellos no pueden impartir su experiencias de esto, pero pueden guiar la práctica
meditativa de los estudiantes hacia esa experiencia. La vacuidad es la luminosa
naturaleza de la mente; no su usual ocupada con el pensar. Para un
principiante, ‘sin pensamiento’ solo significa una cabeza vacua, pero no es
esto lo que implica. Esta naturaleza luminosa de la mente es algo más allá de
la dualidad y la no dualidad.
Para los principiantes, el
maestro señala el mahamudra, la visión de vacuidad, a través de los
razonamientos del Madhyamika basados en las enseñanzas de Nagarjuna. Los
estudiantes comprenderán sobre los fundamentos de la instrucción, pero ellos
todavía no sabrán. Ellos deben trabajar, deben practicar, para revelar la
naturaleza búdica en ellos mismos.
Kunga Rinchen dejó en claro
que samsara y nirvana son uno; generalmente pensamos que ellos son dos cosas
diferentes, una terrible y la otra maravillosa. Aun no estando iluminados, los
estudiantes sienten que la iluminación es diferente y alejada; pero realmente
los fundamentos y el objetivo son uno. La existencia cíclica no es algo
separado de la iluminación, no está separada de la naturaleza búdica.
Pensamos que estamos basados en
el samsara y necesitamos disponer de algún otro lugar, pero eso es un
malentendido. Pensando en que tenemos
que descubrir la vacuidad para contrarrestar las aflicciones, hemos creado una
polaridad, una oposición, entre ellos. Pero si lo hacemos, podemos caer en el
error de simplemente negarnos a pensar acerca de las aflicciones y en su lugar pensar
acerca de la vacuidad. Esto no es lo que se busca. Uno necesita darse cuenta de que todos los
fenómenos -- las aflicciones, también - poseen la naturaleza de vacuidad; ellos
no son independientes de la vacuidad.
El mahamudra solo es las cosas
como son, la verdadera naturaleza de los fenómenos. Cuando el maestro señala al
mahamudra, él o ella está mostrando lo que el Buddha enseñó; lo que el Buddha
enseñó solo es eso. Decir que el fuego es caliente es ni aceptar ni rechazar;
cuando el calor ha sido experimentado, se comprende esto. El mahamudra
igualmente solo es la manera de las cosas como son; experimentarla está más
allá de cualquier afirmación.
La dedicación es el comienzo y el fin de la práctica; nuestro estudio
y trabajo no es para nosotros mismos. La raíz de virtud en nosotros, la
naturaleza búdica, es como una gota de agua: sola, se secará y evaporará, pero
si cae en el océano nunca se secará. Por eso si dedicamos nuestra gota de
virtud al océano de sabiduría, se agregará al océano para siempre, ayudando a
todos los seres sensibles a alcanzar la iluminación.
De: Garland of Mahamudra Practices. A Translation of Kunga Rinchen's
Clarifying the Jewel Rosary of the Profound Fivefold Path. Snow
Lion Publications, segunda edición, USA, 2002. Introducción, pp. 14 - 19
Versión al
español, los editores
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