Beneficios de la meditación vajrayana
Khenchen
Konchog Gyaltshen
En este
siglo 21, el énfasis en el desarrollo mental por medio de la educación está
profundamente enraizado. Las sociedades
modernas tienen gran confianza que la ciencia y la tecnología conducirán a una
mejor vida. Algunos científicos contemporáneos van más lejos, en cuanto
teorizan que la mente y las emociones son nada más que una función física del
cerebro, simplemente una reacción electroquímica compleja. Las antiguas
enseñanzas del budismo están enfocadas en el mismo objetivo: una mejor vida
ahora y en el futuro. El logro en la práctica budista de modo semejante
requiere mucho estudio y reflexión profunda. Los maestros budistas han
contemplado profundamente la naturaleza de la mente durante muchos siglos y han
concluido que no es muy fácil explicarla. La mente posee muchos estratos, cada
una de ellos conduce cada vez más a niveles sutiles como las capas de una
ingente cebolla.
Solo
podemos experimentar y examinar estos diferentes estratos de la mente a través
de la meditación. Cada uno de nosotros tiene una oportunidad para desarrollar
esta investigación por sí mismo. Haciéndolo así poco a poco se reemplaza la
confusión acerca de las causas del sufrimiento y la felicidad con sabiduría
genuina, eterna. Entre los muchos estilos de meditación disponibles para
nosotros, resulta insuperable el yoga de la deidad preservado y perfeccionado
por los maestros del Tíbet. Las técnicas del yoga de la deidad nos permiten
acceder directa y personalmente a la amplia naturaleza de la mente. Al
aplicarlas correctamente, podemos manipular la experiencia ordinaria, confusa y
transformarla con precisión en claridad prístina.
Todos los
budas tienen compasión, sabiduría, actividades y habilidades infinitas y
perfectas. Sin embargo, si un ser sensible es capaz de beneficiarse con ellas
de tres conexiones interdependientes: las bendiciones imparciales del
dharmakaya, la aspiración búdica y la motivación del ser sensible. Una o dos de
estas no resulta suficiente; las tres deben estar juntas para que alguien se
libere del samsara y alcance la iluminación. Esto se explica con más detalle en
textos como El Precioso Ornamento de
liberación [de Gampopa] y el Gon Chig
[de Jigten Sumgon].
Para
experimentar la plenitud del yoga de la deidad o Vajrayana, la práctica de
meditación, uno debe tener por lo menos un entendimiento elemental de la
filosofía budista. Uno debe estar bien establecido en los cuatro conceptos
fundamentales de la rareza y preciosidad de la vida humana, de la temporalidad
de todos los fenómenos, de la naturaleza del sufrimiento de la existencia
cíclica y de la inexorable causalidad kármica. Estas son explicadas brevemente
en este libro, pero son descritas con más detalles en textos como El Precioso Ornamento de la Liberación, Modo
de vida y liberación y Transformar el
sufrimiento [los dos últimos de Khenchen Rinpoche]. Una vez convencidos de
estos cuatro pensamientos, nuestros siguientes pasos son tomar refugio y
cultivar la bodhicitta. Finalmente, un conocimiento comprensivo de la naturaleza
de la vacuidad o, mejor, alguna experiencia con meditación sobre la vacuidad,
establecerá una firme base para realizar exitosamente la práctica del yoga de
la deidad. Sin estos apoyos, la práctica tántrica o yoga de la deidad no será
necesariamente una práctica budista y no ofrecerá los resultados esperados. Sin
embargo, la práctica del yoga de la deidad será sustancialmente beneficioso y
será definitivamente un camino hacia la iluminación.
Estas
prácticas inculcan hábitos positivos para esta vida, para el bardo entre esta
vida y la siguiente, como para nuestro renacimiento. Aproximadamente, las
reflexiones sobre los cuatros fundamentos, amor bondadoso, compasión, refugio y
bodhichitta, están relacionados a esta vida. La disolución en la vacuidad al inicio
de una práctica corresponde a nuestra experiencia en el momento de la muerte.
Manifestar la deidad desde la vacuidad, cantando el mantra y purificando a nosotros y el medioambiente y todos los seres sensibles,
preparándonos todos para estar en el estado del bardo. Después, la disolución
en la vacuidad al final de la práctica es similar a la compleción del estado de
bardo. Surgiendo de nuevo desde la vacuidad como la deidad en la conclusión de
la práctica crea el patrón para renacer en una tierra pura u otro lugar
especial que fomenta el desarrollo espiritual.
De: Pearl Rosary.
The Path of Purification. Vajra Publications, Florida, EE. UU., 2007
Versión al castellano, los editores.
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