Una breve guía para las etapas
y caminos de los Bodhisattvas
(Parte Uno)
Patrul
Rinpoche
¡Rindo homenaje a mi maestro que es inseparable del
Señor Manjughosha!
Ahora pondré las diferentes etapas y los caminos de
los bodhisattvas de manera clara y fácil de entender. Hay cinco caminos y diez
etapas (o bhumis). Los cinco caminos son los siguientes:
1.
El camino de acumulación
2. El camino de unir
3. El camino de
ver
4. El camino de meditación
5. El camino de no más aprendizaje
Los diez bhumis serán explicados a continuación junto con el camino de
la meditación.
1. El camino de acumulación
En el camino de la acumulación, los bodhisattvas, o
'herederos de los victoriosos', generan intención positiva y la bodichita tanto
de aspiración como de acción. Habiendo ellos desarrollado verdaderamente esta
bodichita relativa, aspiran a la bodichita última, la sabiduría no-conceptual
del camino de ver. Esto se conoce, por lo tanto, como la etapa de la 'práctica
aspiracional'.
Se le llama el camino de acumulación ya que es la
etapa en la que hacemos un esfuerzo especial para obtener la acumulación de
méritos, y también porque marca el comienzo de muchos incalculables eones de
reunir las acumulaciones.
El camino de acumulación está dividido en las
etapas menor, intermedia y superior.
En la etapa menor de la vía de acumulación, resulta
incierto cuándo alcanzamos el camino de unir. En la etapa intermedia del camino
de acumulación, lo cierto es que alcancemos el camino de unir en la vida
siguiente. En la etapa superior de la vía de acumulación, lo cierto es que
alcancemos el camino de unir durante una misma vida.
La etapa menor
El texto raíz dice:
Las aplicaciones de la atención consciente… ¡podemos comprometernos….!
Esto indica que en la etapa menor del camino de
acumulación, meditamos principalmente en las cuatro aplicaciones de la atención
consciente[1].
En primer lugar, es la aplicación de la atención
consciente al cuerpo. En esta meditación, el 'cuerpo' externo se entiende que
es nuestro entorno físico externo, el cuerpo interior es nuestro propio cuerpo
físico, y 'entre' ahí están los cuerpos de otros seres sensibles. Examinemos
estos tres con precisa inteligencia, y descansamos, con concentración meditativa,
en el reconocimiento que en última instancia son irreales y su naturaleza es
vacua como el espacio. Durante la pos meditación, nos entrenamos en
reconocerlos como ilusorios y como un ensueño
Esta práctica es especialmente útil como antídoto
al deseo físico. Podemos considerar que este cuerpo contiene todo tipo de
sustancias impuras como sangre y pus y que acoge a los 404 tipos de
enfermedades o a las 60.000 influencias nocivas (dön), así como todo tipo de bacterias y pequeños organismos.
También podemos considerar cómo, una vez que hemos muerto, el cuerpo decae,
convertido en un esqueleto, etc.
En segundo lugar, para la aplicación de la atención
consciente a los sentimientos, examinamos las sensaciones placenteras,
dolorosas y neutras con inteligencia precisa y quedamos en un estado de
meditación, reconociendo las sensaciones de estar no surgido y más allá de
surgido. Durante la fase de la pos meditación, nos entrenamos en reconocer que
todas las sensaciones son insustanciales, como un árbol de plátano, y que están sufriendo por su propia naturaleza.
En tercer lugar, para la aplicación de la atención
consciente a la mente, utilizamos inteligencia precisa para investigar los
tipos de percepción superior, menor e intermedia, y luego quedamos en meditación
sobre la naturaleza de la vacuidad. Durante la pos meditación, debemos entender
la naturaleza de la mente más allá de cesar y más allá de permanecer.
En cuarto lugar, con la aplicación de la atención
consciente a los fenómenos, utilizamos la inteligencia precisa de
discernimiento para analizar todos los fenómenos incluidos en la categoría de
las formaciones y luego establecerse en el reconocimiento de su naturaleza, que
es la igualdad. Durante la pos meditación, reconocemos cómo todos los fenómenos
se asemejan a los ocho símiles de la ilusión: son como un sueño, una ilusión
mágica, un espejismo, una alucinación, un reflejo, un eco, una ciudad de
gandharvas o una aparición.
Por otra parte, en el primer caso, el cuerpo es el
objeto a ser analizado con inteligencia precisa, pero una vez que este así
llamado 'cuerpo' se ha investigado completamente y se ha destruido cualquier
noción de su verdadera realidad, el consiguiente espacio-como vacuidad se
convierte en el verdadero objeto de la aplicación de la atención consciente. Es
igual con los otros tres. Las prácticas de las cuatro aplicaciones de la
atención consciente cada una tienen sus
propios objetos de interés, pero en esencia todas ellas consisten en la
meditación del espacio-como vacuidad y la pos meditación de lo ilusorio. No hay
ningún aspecto de ellas que no se incluya en estas dos.
La etapa intermedia
En la etapa intermedia del camino de acumulación,
practicamos fundamentalmente los cuatro abandonos apropiados.
Esto significa que nos esforzamos, en primer lugar,
de asegurarnos en no desarrollar cualquier tendencia no virtuosa[2]
que no hemos desarrollado anteriormente.
En segundo lugar, eliminar rápidamente cualquier
tendencia no virtuosa que hemos desarrollado.
En tercer lugar, cultivamos cualquier tendencia
virtuosa[3]
que aún no hemos desarrollado.
Y en cuarto lugar, aseguramos las virtudes que
hemos cultivado y además las incrementamos.
Estos son conocidos como los cuatro abandonos
correctos porque abandonamos todas las no virtudes y todo lo que obstruye el
cultivo de la virtud. Principalmente se refiere a nuestra conducta, ya sea a
través de cuerpo, habla o mente.
La etapa superior
En la etapa superior del camino de acumulación,
practicamos los cuatro apoyos de habilidad milagrosa:
El primero de ellos es el 'apoyo del milagro' de
determinación, que es para meditar con entusiasmo y aspiración hacia la
concentración meditativa, para que así la mente no se desvíe en la pérdida de
fe o en visiones equivocadas.
El segundo, el ‘apoyo del milagro del esfuerzo’, es
aplicarnos con diligencia a la práctica de la concentración meditativa y a
esforzarnos tanto en eliminar cualquier falla u obstáculo como en cultivar las
cualidades necesarias, para que así permanezcamos no afectados por
circunstancias temporales.
El tercero es el ‘apoyo del milagro de la atención’,
que asegura que permanezcamos en un estado de atención unidirigida,
evitando así la atención dividida que está atrapada entre varios pensamientos e
influencias que la distraen. A través de esto, realizamos la verdadera
concentración meditativa.
El cuarto, el ‘apoyo del milagro de discernimiento’,
nos ayuda a mantener la concentración meditativa durante la actividad diaria,
como una forma de obtener los poderes milagrosos, como el super conocimiento.
Estos cuatro se llaman 'apoyos' porque ayudan a
mantener la concentración meditativa, de la que puede surgir una gama de logros
milagrosos.
Al manifestarse diversos poderes milagrosos en el
camino superior de acumulación, podemos viajar milagrosamente a las tierras
donde residen realmente los budas. Allí, podemos recibir y dominar incontables
cientos y miles de enseñanzas del Dharma. Los bodhisattvas que hacen este
incremento continuo de concentración meditativa son capaces de mantenerla por
la fuerza de su sabiduría.
2. El camino de unir
El camino de unir es llamado así porque proporciona
la conexión [entre el camino de la acumulación y] la visión penetrante directa
de la sabiduría no-conceptual en el camino de ver.
Consiste de cuatro etapas. Estas son:
—las dos primeras etapas de calidez y de auge,
durante el cual es incierto cuándo alcanzamos el camino de ver, y
—las dos últimas etapas de aceptación y atributo
supremo, desde las que estamos seguros de alcanzar el camino de ver en la misma
vida.
El texto raíz dice:
Calidez y auge y demás… ¡podemos entrar…!
El significado de esto es como sigue:
La sabiduría no-conceptual del camino de ver se
asemeja a un fuego que incinera los ocuraciones emocionales. Sin embargo,
incluso antes de alcanzar el fuego, dos palos producirán un grado de calor
cuando se frotan juntos. De manera similar, ciertas indicaciones o signos de
‘calidez’, a diferencia de cualquiera que hayamos experimentado antes, se
desarrollan en nuestro ser en cuanto desaparecen las emociones más
destructivas. Esto se conoce como la etapa de calidez en el camino de unir. La
etapa del auge es llamada así porque es el pináculo de todas las fuentes de la
virtud mundana. En la etapa de aceptación, podemos aceptar sin miedo la
realidad de la vacuidad como la naturaleza de las cosas. La etapa del atributo
supremo se llama así porque se caracteriza por el logro de las cualidades
supemas que pueden surgir de la meditación que todavía está dentro de la esfera
mundana.
Estas cuatro – calidez, auge, aceptación y atributo
supremo – son conocidas como los cuatro factores conducente a la emergencia definitiva.
En los estados de calidez y auge, cultivamos los cinco poderes:
En primer lugar, con el poder de la fe, sentimos
una aspiración intensa hacia la sabiduría del poder de visionar.
Por el poder de diligencia, nos esforzamos en los
métodos para despertar la sabiduría del camino de visionar, sin adormecerse en
la pereza.
A a través del poder de la atención consciente,
somos capaces de mantener la preparación superior en la disciplina sin permitir
deteriorarse.
Por medio del poder la concentración meditativa,
que corresponde al entrenamiento en la concentración superior, somos capaces de
reposar constantemente en meditación.
Con el poder de sabiduría, somos capaces de
desarrollar la visión del estado natural y tomarla en el corazón como el
entrenamiento de la sabiduría suprema.
En las etapas de aceptación y atributo supremo, se
practican estas cinco facultades en ausencia de los correspondientes factores
de obstrucción. Cuando ellas ya no están más obstruidas por, respectivamente,
alguna falta de fe, pereza, olvido, distracción o falta de consciencia, las
cinco cualidades de fe, diligencia, atención, concentración y sabiduría se
conocen como las cinco fortalezas.
3. El camino de ver
El camino de ver es llamado así porque es la etapa
en que primero vemos la sabiduría supermundana de los nobles.
El texto raíz dice:
Atención consciente, discernimiento y demás… ¡Podemos alcanzar la etapa…!
El significado es esto es como sigue:
El factor de iluminación del discernimiento preciso
de los fenómenos se refiere, en general, a la sabiduría que discierne
precisamente los aspectos individuales de todas las cosas y eventos. Aquí, en
este contexto, se aplica más específicamente al conocimiento y aceptación, y
luego al consiguiente conocimiento y aceptación, del carácter de cada una de
las cuatro nobles verdades. En otras palabras, se refiere a los dieciséis
momentos de aceptación y conocimiento, durante los cuales la naturaleza
fundamental de todas las características específicas de los fenómenos es
mostrada estar más allá de cualquier elaboración conceptual, y esto lo
aceptamos sin miedo.
Hay, además, los factores de iluminación de la
atención consciente, de la diligencia, la dicha, la estabilidad mental y
física, el samadhi y la ecuanimidad – haciendo juntos siete factores de
iluminación.
Aquí, la ecuanimidad significa tener uniformidad de
la mente. Por ejemplo, los bodhisattvas que poseen este tipo de ecuanimidad
podrían experimentar que les aplican ungüento de sándalo por alguien a su
derecha, como carne rebanada de sus
cuerpos por alguien a su izquierda, pero ni sentirán apego [a uno] ni aversión
[al otro].
Reconociendo y luego perfeccionando este punto de
vista auténtico, que es la sabiduría del camino de ver, el bodhisattva se
vuelve más exaltado o más noble (arya), que un ser ordinario.
Primer Bhumi
Este es el primero de los diez bhumis de los nobles
bodisatvas, la etapa en la que se ve la verdad de la realidad de las cosas. Por
lo tanto se llama el camino de ver. En esta etapa, también hay una experiencia
de dicha abundante, a diferencia de alguna conocida antes: este bhumi es
conocido, por tanto, como la etapa de la "Perfecta dicha".
En esta etapa, purificando la oscuración de la
avaricia y sus tendencias habituales asociadas, como perfeccionando el paramita
de la generosidad, los bodhisattvas alcanzan doce conjuntos de cien cualidades.
Ellos son capaces de:
- Entrar en y surgir de cien meditaciones samadhi en un solo
instante,
- Ver cien budas cara a
cara y recibir sus bendiciones,
- Viajar a cien reinos
búdicos,
- Causar cien sistemas
de mundo para moverse,
- Iluminar cien sistemas
de mundo,
- Llevar a cien seres a
la madurez completa,
- Manifestarse en cien
eones en un solo instante,
- Conocer cien eones en
el pasado y
- Cien eones en el
futuro,
- Abrir cien puertas al Dharma,
- Manifestarse en cien
emanaciones, y
- Por cada uno de estos
cuerpos, manifestar cien auxiliares.
En esta etapa, un bodhisattva puede nacer
como un gobernante de Jambudvipa.
[1] Las cuatro
aplicaciones de la atención consciente o plena atención es traducida
frecuentemente como los cuatro fundamentos de la atención consciente en
referencia a la captura de la atención consciente a:
1.
El cuerpo
2.
Las sensaciones
3.
La mente,
y.
4.
Los
fenómenos (N. del editor)
[2] Las diez acciones no
virtuosas opuestas a las acciones virtuosas o paramitas: (del cuerpo) Matar,
tomar lo que no es ofrecido, conducta sexual inapropiada; (del habla) mentir,
calumniar o habla divisionista, usar palabras hirientes, chismes; (de la mente)
codicia, intención dañina o malicia, (sostener) visiones erróneas. (N. del
editor)
[3] Se refiere a las
paramitas o perfecciones: Generosidad o dar de sí, virtud o moralidad o
disciplina, paciencia o aceptación, energía o esfuerzo, concentración o
meditación concentrada en un punto, sabiduría o visión penetrante; a las que se
añaden: medios hábiles, votos o determinación o intención, fuerza o poder
espiritual y conocimiento (jhana). Ibíd.
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