Acciones de entrenamiento para
tomar una dirección segura (refugio)
Modificado en marzo de 2002.
Tomado de:
Berzin, Alexander. Taking the Kalachakra Initiation.
Ithaca , Snow
Lion, 1997.
Traducido por Jorge Numata
Tomado de:
Berzin, Alexander. Taking the Kalachakra Initiation.
Traducido por Jorge Numata
Tomar refugio (skyabs-‘gro) significa
dar formalmente a nuestras vidas la dirección segura indicada por la Triple
Joya (Budas, Darma y Sanga) y comprometernos a mantener esta dirección de forma
continua y sin vacilar, hasta que nos lleve a la liberación o la iluminación.
Tomar refugio formal en una ceremonia de
votos del bodisatva o en una iniciación tántrica, ya sea en un empoderamiento
completo (dbang, “wang”) o una ceremonia de autorización
subsiguiente (rjes-snang, “jenang”) es equivalente a hacerlo en un
ritual separado con un maestro espiritual. Cortar un poco de pelo y recibir un
nombre de Darma no son componentes esenciales del procedimiento. Se prescinde
de ellos al tomar refugio en una ceremonia de votos del bodisatva o una
iniciación, aunque sea por primera vez.
Al orientar formalmente nuestras vidas en la
dirección segura y positiva del refugio, nos comprometemos a dos conjuntos de acciones
de entrenamiento (skyabs-‘gro bslabs-bya), que resultan útiles para
mantener esta dirección:
(1) El entrenamiento indicado en el Texto
todo incluyente (bsdu-ba-las ‘byung-ba’i bslabs-bya),
(2) El entrenamiento indicado en enseñanzas
quintaesenciales (man-ngag-las 'byung-ba'i bslabs-bya).
El primero proviene del Texto todo
incluyente para las determinaciones (gTan-la dbab-pa bsdu-ba,
sct. Vinishcaya-samgraha), uno de los cinco textos de Niveles
de la mente para el comportamiento integrado (rNal-'byor spyod-pa'i
sa, sct.:Yogacaryabhumi) escrito por el maestro indio, Asanga, del
siglo cuatro o cinco.
El segundo consta de dos conjuntos:
(1) Entrenamientos individuales para cada una
de las Tres Joyas (so-so’i bslab-bya)
(2) Entrenamientos comunes para las Tres
Joyas (thun-mong-ba’I bslab-bya).
Estos tres grupos de acciones para entrenar
no son votos. Si transgredimos cualquiera de ellas, simplemente debilitamos la
dirección segura en nuestras vidas. No perdemos esta dirección a menos que
formalmente la abandonemos.
Las acciones de entrenamiento que provienen
del texto de Asanga incluyen dos conjuntos de cuatro. El primer conjunto abarca
una acción paralela a tomar refugio en los Budas, dos en el Darma y una en la
sanga. El segundo conjunto de cuatro se relaciona con la Triple Joya como un
todo.
Paralelo a tomar dirección segura en los
Budas, (1) nos comprometemos de todo corazón a un maestro espiritual. Si aún no
tenemos un maestro espiritual personal para dirigir nuestra práctica, este
compromiso es encontrar uno.
Formalmente tomar refugio en la presencia de
un maestro no implica necesariamente comprometernos a seguir a este maestro
como nuestro guía espiritual personal. Por supuesto, es importante tener
respeto y gratitud hacia esta persona como la que nos abrió la puerta a una
dirección segura en la vida. Nuestro refugio, sin embargo, es en la Triple Joya
(representada por una estatua del Buda o una pintura durante la ceremonia) y no
en la persona específica que llevó a cabo el ritual. Sólo en el contexto de una
iniciación tántrica el maestro encarna las Tres Joyas del Refugio. En ese caso,
tomar la dirección segura crea un vínculo formal entre maestro espiritual y
discípulo.
Dejando a un lado el contexto, nuestra
dirección segura es la de la Triple Joya en general, no en un linaje específico
o en alguna tradición del budismo. Si el maestro que realiza el ritual de
refugio es de algún linaje en particular, recibir la dirección segura o
empoderamiento de su parte no necesariamente nos convierte en un seguidor del
mismo linaje.
Para mantener la dirección del Darma en la
vida, resulta útil (2) estudiar las enseñanzas budistas y (3) enfocar nuestra
atención en aquellos aspectos de las enseñanzas diseñados específicamente para
superar nuestras emociones y actitudes perturbadas. El estudio académico no
basta; necesitamos aplicar el Darma a nuestra vida personal.
Para tomar refugio en la sanga (la comunidad
de practicantes altamente realizados o aryas), (4) hay que seguir su ejemplo.
Hacer esto no necesariamente implica adoptar una vida monástica, sino realizar
esfuerzos sinceros por comprender de forma directa y no conceptual los cuatro
hechos verdaderos de la vida (las cuatro verdades nobles). Estos son: que la vida
es difícil, que las dificultades provienen de una causa, concretamente de la
confusión sobre la realidad; y que podemos poner fin a nuestros problemas; para
hacerlo necesitamos el entendimiento del vacío como el estado mental que nos
guíe en el camino.
De forma paralela a tomar una dirección
segura en la Triple Joya en su conjunto, (5) retirar nuestras mentes de la
búsqueda de placeres sensoriales, cuando sin prestar atención éstas vuelan a su
acecho, y en vez de esto, trabajar con nosotros mismos como la principal tarea
de nuestras vidas. Esto implica utilizar plenamente nuestro tiempo y energías
para superar nuestras limitaciones y lograr la consecución de nuestros talentos
y potenciales, en lugar de perseguir más entretenimiento, comida, experiencia sexual
y acumular más dinero y posesiones materiales.
(6) Adoptar las normas éticas que nos han
dado los Budas. Esta ética está basada en la capacidad de discernir claramente
entre lo que es de utilidad y lo que es perjudicial para dirección positiva en
la vida. No se trata de obediencia a un conjunto de leyes ordenadas por una
divinidad. Por lo tanto, seguir una ética budista implica abstenerse de ciertos
tipos de conducta porque resultan destructivos y obstaculizan nuestras
habilidades para beneficiarnos a nosotros mismos o a otros. También implica
adoptar otros tipos de conducta porque son constructivos y nos ayudan a crecer.
(7) Tratar de ser tan comprensivo y compasivo
con otros como sea posible. Aún si nuestras metas espirituales se restringen a
obtener la liberación de nuestros problemas personales, esto no puede ocurrir a
expensas de otros.
Finalmente, para mantener nuestra conexión
con la Triple Joya, (8) hacer ofrendas especiales de fruta, flores, etc. en las
festividades budistas, tales como el aniversario de la iluminación del Buda.
Guardar las festividades religiosas por medio de rituales tradicionales nos
ayuda a sentirnos parte de una comunidad.
El primer grupo de acciones que se deriva de
las enseñanzas quintaesénciales está formado por tres acciones a evitar (dgag-pa'i
bslabs-bya) y tres acciones a practicar (sgrub-pa'i bslab-bya),
conectadas con cada una de las Tres Preciosas Joyas. Las acciones a evitar nos
llevan en una dirección contraria en la vida, mientras que aquellas a adoptar
promueven en nosotros la conciencia de la meta.
Las tres acciones a evitar son, a pesar de haber tomado dirección segura en
los Budas, (1) tomar como dirección principal otra cosa. Lo más importante en
la vida ya no es acumular tantos objetos materiales y experiencias entretenidas
como sea posible, sino tantas buenas cualidades como podamos, tales como amor,
paciencia, concentración y sabiduría, para poder ser de mayor beneficio a
otros. No se trata de un voto de pobreza y abstinencia, sino de la afirmación
de una dirección más profunda en la vida.
Más específicamente, este compromiso
significa no tomar refugio último en dioses o espíritus. El budismo,
especialmente en su variante tibetana, a menudo utiliza ceremonias rituales (puja)
dirigidos a diversas figuras búdicas (yidam, deidades tántricas) o
protectores airados para ayudar a quitar obstáculos y lograr propósitos
constructivos. Realizar estas ceremonias nos provee de circunstancias propicias
a la maduración de los potenciales negativos en formas triviales en lugar de
obstáculos serios, y para que los potenciales positivos maduren más pronto.
Pero si hemos acumulado potenciales negativos de forma abrumadora, estas
ceremonias no serán efectivas para prevenir dificultades. Por lo tanto,
procurar a dioses, espíritus, protectores o aún a Budas no puede sustituir la
atención que pongamos a nuestro karma. Esto quiere decir evitar las conductas
destructivas y actuar de maneras constructivas. El budismo no es un camino
espiritual de adoración a protectores, ni siquiera de adoración a los Budas. La
dirección segura de un camino budista está en el trabajo que pongamos para
convertirnos nosotros mismos en seres liberados o iluminados.
A pesar de haber tomado la dirección segura
del Darma, (2) causar daño o calamidades a animales o humanos. Uno de los
principales lineamientos que el Buda enseñó es ayudar a otros tanto como sea
posible, y si no podemos ayudar, por lo menos no causar ningún daño.
A pesar de haber tomado la dirección segura
de la sanga, (3) asociarnos estrechamente con personas negativas. Evitar tales
contactos nos ayuda a no tener influencias que nos alejen de metas positivas
mientras nuestra determinación de vida todavía sea débil. No quiere decir que debamos
vivir en una comunidad budista, sino que debemos ser precavidos respecto a qué
compañías frecuentamos y tomar las medidas pertinentes y necesarias para evitar
influencias perjudiciales.
Las tres
acciones a adoptar como signo
de respeto, honrar (4) a todas las estatuas, pinturas y otras representaciones
artísticas de Budas, (5) a todos los libros, especialmente los concernientes al
Darma y (6) a todas las personas con votos monásticos budistas y aún a sus
hábitos. Tradicionalmente se consideran signos de falta de respeto el pisar o
pasar sobre esos objetos, el sentarse o pararse en ellos y el colocarlos
directamente en el suelo sin por lo menos poner una pieza de tela bajo los
mismos. Aunque estos objetos no son fuente de una dirección segura en si mismos,
representan a los seres iluminados y a sus logros supremos así como a los
practicantes altamente realizados con un buen avance hacia la meta, dichos
objetos nos ayudan a mantener nuestra presencia mental en todo esto.
Entrenamientos compartidos comunes a las
Tres Joyas
El último grupo de compromisos al tomar una
dirección segura es el entrenar en seis acciones que se relacionan con las Tres
Joyas como un todo. Estas son:
(1) Reafirmar nuestra dirección segura al
constantemente recordar las cualidades de las Tres Joyas del Refugio, las
diferencias entre ellas y las diferencias con otras posibles sendas de vida.
(2) Como agradecimiento a su amabilidad y
sustento espiritual, ofrendar cada día la primera porción de bebida y comida
caliente a la Triple Joya. Esto generalmente se hace usando la imaginación,
aunque también podemos colocar una pequeña porción de nuestra primera bebida
caliente del día ante una estatua o pintura del Buda. Entonces imaginamos que
los Budas nos lo ofrecen de vuelta, para que lo bebamos y disfrutemos nosotros.
Sería una falta de respeto tirar las ofrendas al WC o vaciarlas en el lavabo.
Al hacer ofrendas de comida y bebida, no es
necesario recitar una plegaria en un idioma extranjero que no hablamos, a menos
que su misterio nos inspire. En realidad basta con pensar “Por favor, Budas,
disfruten esto”. Si las personas con las que comemos no son budistas, resulta
mejor hacer esta ofrenda discretamente, sin que sepan lo que hacemos. Convertir
nuestra práctica en un espectáculo sólo generará incomodidad o burlas.
(3) Conscientes de la compasión de la Triple
Joya, indirectamente animar a otros a tomar esta dirección. El propósito de
este compromiso no es volvernos misioneros y tratar de convertir a todos. Sin
embargo, las personas que nos muestran apertura y que no tienen una dirección
en la vida, o tienen una negativa, seguramente encontrarán útil que les
expliquemos la importancia y beneficio que nosotros mismos obtenemos de tener
una dirección positiva y segura. Que se vuelvan budistas o no, carece de
importancia, nuestro ejemplo puede motivarlos a hacer algo constructivo en sus
vidas al trabajar consigo mismos y crecer.
(4) Recordar los beneficios de una dirección
positiva, formalmente reafirmarla tres veces al día y tres veces por noche,
comúnmente poco después de levantarse y justo antes de acostarse a dormir. Esta
afirmación normalmente se hace repitiendo, “Tomo la dirección segura de los
maestros, los Budas, el Darma y la sanga.” Los maestros espirituales no
constituyen una cuarta joya, sino que proveen acceso a las tres. En el contexto
del tantra, los maestros espirituales encarnan a las tres.
(5) Pase lo que pase, confiar en nuestra
dirección segura. En tiempos de crisis, una dirección segura es el mejor
refugio porque lidia con la adversidad buscando eliminar su causa. Los amigos
pueden reconfortarnos, pero a menos que sean seres iluminados, inevitablemente
nos decepcionarán. Tienen sus propios problemas y limitaciones en sus
capacidades. Sin embargo, trabajar siempre para eliminar nuestras limitaciones
y dificultades de forma sobria y realista nunca nos fallará en el momento
crítico.
Esto nos lleva al compromiso final, (6) nunca
abandonar esta dirección de vida, sin importar lo que ocurra.
Tomar refugio y seguir otras religiones o
caminos espirituales
Algunas personas preguntan si el tomar
refugio implica convertirse al budismo y abandonar sus religiones de origen
para siempre. No es el caso, a menos que así lo deseemos. En tibetano, no
existe una palabra equivalente a “budista”. La palabra que se usa para un
practicante quiere decir “alguien que vive desde adentro,” o sea, dentro de los
límites de tomar una dirección segura y positiva en la vida. Llevar este tipo
de vida no requiere llevar un cordón rojo de protección en el cuello y nunca
entrar a una iglesia, sinagoga, templo hindú o altar confucionista. Lo esencial
es trabajar con nosotros mismos para superar nuestras limitaciones y
concretizar nuestros potenciales. En otras palabras, deseamos llevar a cabo el
Darma, tal como los Budas lo han hecho y los practicantes altamente realizados,
la sanga, se encuentran haciéndolo. Ponemos nuestros esfuerzos principales en
esta dirección. Como muchos maestros budistas han dicho, incluyendo a mí propio
maestro, el difunto Tsenzhab Serkong Rimpoché, si analizamos las enseñanzas de
caridad y amor en otras religiones tales como la cristiana, debemos concluir
que seguirlas no va en contra de la dirección que enseña el budismo. El mensaje
humanitario de todas las religiones es el mismo.
Nuestra dirección positiva y segura es
primariamente evitar las diez acciones destructivas (diez no-virtudes): tomar
la vida de cualquier criatura viva, tomar lo que no es dado, involucrarse en
conductas sexuales inapropiadas, mentir, hablar divisoriamente, usar lenguaje
cruel e hiriente, parlotear sin sentido, y pensar de una forma codiciosa, de
forma maliciosa o bien de forma distorsionada y antagonista. Tomar la dirección
budista de vida sólo implica abandonar las enseñanzas de otras religiones,
filosofías o sistemas políticos que alienten las acciones, palabras o
pensamiento que involucren estas actitudes destructivas, y que sean dañinas
para nosotros y los demás. Aún cuando no existe ninguna prohibición de ir a la
iglesia, mantener una dirección estable de vida significa no enfocar toda
nuestra energía en ese aspecto de la vida, descuidando nuestro estudio y
práctica del budismo.
Algunas personas se preguntan si tomar
refugio como parte de una ceremonia tántrica requerirá que dejen de practicar
el zen o sistemas de entrenamiento físico como el hata yoga o las artes
marciales. La respuesta es que no, porque estos también son métodos para lograr
la consecución de nuestros potenciales positivos y no comprometen nuestra
dirección segura en la vida. Sin embargo, todos los grandes maestros
recomiendan no mezclar ni adulterar las prácticas de meditación. Si queremos
tomar una sopa y una taza de café en la comida, no vertimos el café en la sopa
y los tomamos juntos. Involucrarse en diferentes entrenamientos cada día está
bien. Sin embargo, es conveniente hacerlo en sesiones separadas, llevando a
cabo cada práctica respetando sus propias usanzas. Tal como sería absurdo
ofrecer tres postraciones al altar entrando a una iglesia, de igual forma es
inapropiado recitar mantras durante una sesión de meditación zen o vipasana.
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