Yidams – La Fuente de logros
Jamgon Kongtrul Rimpoche
Viena,
Octubre de 1987
Los métodos especiales del
Vajrayana apuntan a llevar las apariencias, que nosotros
experimentamos generalmente como impuras, a un nivel puro. El punto
central de esta transformación es la comprensión de que solamente en el nivel
relativo aparecen todos los fenómenos como los experimentamos. En el nivel
absoluto, no poseen ninguna existencia real – no son mas que un sueño, una ilusión. Si uno comprende la verdadera esencia de
todas las cosas, esto en sí mismo se vuelve la experiencia de su pureza.
Uno no puede transformar las
experiencias en puras solo por recitar un mantra con el fin de cambiar los
fenómenos. Tampoco es a través de algunas substancias especiales poseyendo
poderes tales, o a través de ofrecimientos a algunos dioses que a cambio nos ayudan.
Todo esto no tiene nada que ver con lo que ocurre en el Vajrayana. Lo que se
trata es de desarrollar la comprensión de que el mundo de las apariencias no se
presenta a sí mismo como confusión; es nuestro apego a las cosas el que trae la
confusión. Con el fin de experimentar la pureza de todas las cosas, no hay nada
más que hacer que comprender que en el nivel relativo las cosas aparecen debido
a varias condiciones y debido a acontecimientos dependientes, pero en el nivel
absoluto no son verdaderamente existentes. Estos dos aspectos no están
separados el uno del otro.
¿Que significa “apariencias impuras”
o “apariencias puras”? “Impuras” se refiere a nuestra creencia de que las cosas
son reales y existen independientemente unas de otras. La creencia de que las
cosas son verdaderamente existentes es una visión extrema la cual no es
correcta debido a que la verdadera naturaleza de las cosas es la vacuidad. Si
uno quiere reconocer la vacuidad de todos los fenómenos uno no puede aceptar
solo lo que se le dice. De hecho, sería muy difícil comprender la verdadera
naturaleza de las cosas simplemente por hablar o escuchar acerca de ella.
No es la mera apariencia de las
cosas lo que trae la confusión, es la manera en que nos relacionamos con las
cosas y nos aferrarnos a ellas como reales. Debido a que las cosas en sí mismas
están vacías, están más allá de las categorías del surgir y el cesar. El
hecho de que aparecen es el aspecto de una auto-expresión no obstruida. Los diferentes métodos del Vajrayana son utilizados
con el fin de comprender esto.
Para la práctica del Vajrayana, uno
necesita la visión de que las cosas solamente aparecen en el nivel relativo
pero que en su verdadera naturaleza son realmente no existentes. No obstante,
uno todavía cree que las cosas son reales. Estas son las dos perspectivas
diferentes, y de lo que se trata es de conectar ambas de manera que no estén
constantemente contradiciéndose una a otra. Los diferentes métodos Vajrayana,
como por ejemplo la meditación en los aspectos de Buddha (Tib.: yidam, lit.: vínculo-mental) y los mantras son usados para llevar estas
contradicciones aparentes a un final.
De entre las “tres raíces” del
Vajrayana – lama, yidam y protector – es el lama la que es mas importante; el
yidam y los protectores son manifestaciones del lama. La mente del lama es el
Dharmakaya, la vacuidad del espacio. Los yidams aparecen desde ella como una
expresión de la compasión y claridad inherente de la mente. De este modo no
poseen el tipo de existencia verdadera atribuida a los dioses mundanos.
La razón de que los yidams aparezcan
en multitud de formas, por ejemplo pacíficas o iracundas, es que los discípulos
poseen diferentes actitudes, visiones y aspiraciones. Con el fin de encontrar
estos diferentes deseos, existen diferentes apariencias de los yidams como
expresión de la compasión del lama. Los yidams también aparecen de muchas
maneras diferentes con el fin de simbolizar que el espectro completo de nuestro
apego a las apariencias impuras es purificado.
Ahora, tenemos una percepción dualista y estamos siempre pensando en
categorías dualistas. Por lo tanto, no somos capaces de relacionarnos con el
yidam último y necesitamos algo que lo represente. Las muchas formas de los yidams que conocemos
por dibujos son en esta forma símbolos para el yidam último. La meditación en
las deidades yidam esta dividida en dos fases, la llamada fase de desarrollo (Tib.: kjerim)
y la fase de completación (Tib.: Dsogrim).
El significado de ello es como sigue.
Todas las apariencias surgen en una dependencia
mutua. Algo surge en un cierto momento, permanece por un tiempo y desaparece
otra vez. Las dos fases de meditación son usadas con el fin de simbolizar que
el principio de surgimiento y desaparición es llevado a un nivel puro. El
surgimiento de una deidad simboliza que el apego al surgimiento de un mundo
experimentado ordinariamente es purificado. Las fases de desarrollo poseen
diferentes elementos: primero uno se visualiza a sí mismo como deidad, luego
uno visualiza la deidad en el espacio en frente suyo, uno hace ofrecimientos y
alabanzas, etc. La razón de que uno se visualice primero como yidam es la
siguiente: todos nos consideramos como muy importantes. Si ahora alguien nos
dice: “realmente eres no existente” entonces esto es difícil de comprender y
aceptar para nosotros. En la fase de desarrollo uno trata con ello de una
manera en que uno no piensa acerca de si existe o no, sino que uno simplemente
ignora esta pregunta y se visualiza a sí mismo en la forma de la deidad. Si uno
se visualiza a sí mismo como la deidad, mientras es consciente de que el yidam
es una expresión de completa pureza, el apego a un ‘yo’ desaparece de forma
natural.
La visualización del yidam en el espacio enfrente de uno mismo trabaja
de manera similar. Ahora nos apegamos a todos los objetos externos que
percibimos. En la fase de desarrollo uno imagina la totalidad del mundo externo
como el palacio del yidam. El yidam está en medio del palacio, y todos los
seres aparecen en la forma del yidam. Visualizando las apariencias impuras en
su forma pura uno vence el apego a ellas.
Por lo tanto, es importante comprender que todos los elementos de la
fase de desarrollo tienen un contenido simbólico. Sin esta comprensión, por
ejemplo creyendo que la deidad existe verdaderamente, uno solo se confunde a sí
mismo en la meditación e incrementa incluso la ilusión. Si uno utiliza las
distintas fases de desarrollo y completación de los yidams, es importante
conocer el significado de sus diferentes formas. ¿Porque, por ejemplo,
visualiza uno 16 brazos, cuatro piernas, etc., si en realidad dos son
suficientes? Creer que debemos visualizar esto porque los yidams en realidad
tienen esta apariencia sería una equivocación. Creer en la verdadera existencia
del yidam es un poco ridículo y muy confuso. En lugar de esto, uno debe
comprender que existe algo que es purificado y algo que es un método de purificación.
La visualización de un yidam con cuatro brazos, por ejemplo, es un símbolo de
purificar nuestra manera general de experimentar las cosas en las así llamadas
cuatro categorías. Por ejemplo los cuatro elementos y cualquier otra cosa que
creamos que aparece de manera cuádruple. Los tres ojos del yidam simbolizan el
vencer nuestra manera de pensar en tres categorías. Por ejemplo los tres
tiempos. Lo mismo se aplica a todos los otros detalles de la deidad, todos
ellos tienen el significado de purificar nuestro apego común al mundo de
nuestras experiencias.
Sin esta comprensión, uno acaba en una meditación
llena de falsas ideas. Uno o sostiene
que las cosas son verdaderas o que absolutamente no existen. Así es como uno
entra en un camino totalmente erróneo, el cual no tiene nada que ver con el
Vajrayana o el Budismo como tal. Creer que los yidams existen verdaderamente y
no comprender que ellos son símbolos de la purificación de nuestras ideas
conceptuales sobre el mundo experimentado tan solo incrementa más los
conceptos. Tiene el efecto de que las ilusiones, que uno ya tiene, se vuelvan más
fuertes, lo que conduce luego a la experiencia de miedo durante la meditación o
a la aparición de pensamientos que uno no sabe como tratarlos. Por lo tanto, es
muy importante en la práctica de meditación, especialmente en el Vajrayana el
adquirir la visión correcta.
¿Que apariencia tiene esta visión correcta? Es la comprensión de que la
apariencia relativa de las cosas y su realidad última son una unidad, que no están
separadas la una de la otra y que no se contradicen entre sí.
Las fases de desarrollo de las deidades-yidam corresponden a la verdad
relativa, la manera en que las cosas aparecen. Las fases de completación
corresponden al principio de que en el estado último las cosas no existen
verdaderamente. Al mismo tiempo uno necesita comprender que ambas forman una
unidad.
Las fases de completación son utilizadas para evitar el caer en la
visión extrema de creer que las cosas son verdaderamente existentes. Las fases
de desarrollo impiden la visión extrema de que las cosas no existen absolutamente,
que solo son vacío. La comprensión de que ambas forman una unidad da pie a la
comprensión de que todas las cosas son la unión de la alegría y la vacuidad.
Meditando de esta manera, a través de la aplicación de la práctica del yidam,
pueden obtenerse los logros relativos y últimos. En este sentido, el yidam es
llamado “la raíz de logros”.
Los protectores, “la raíz de la actividad”, pueden verse como la
múltiple expresión de los yidams, que otra vez son la expresión de la mente del
Dharmadatu del lama. El significado de los protectores, puesto que el Vajrayana
en un camino muy profundo, es la de protegerle a uno de las muchas
circunstancias conflictivas e impedimentos que puedan aparecer mientras se está
en el camino. Uno depende de los protectores para pacificar y eliminar estos
impedimentos. Los yidams y protectores son muy importantes en el Vajrayana; sin
embargo, el lama, la raíz de bendición, es el elemento más importante. La razón
es que solamente a través del lama pueden entrar la bendición y la inspiración
en nuestro propio fluir mental.
Todos los elementos que son utilizados en el camino
Vajrayana poseen un significado profundo. El cuerpo del yidam es la unión de la
apariencia y la vacuidad, el mantra es la unión del sonido y la vacuidad, y la
mente es la unión de la consciencia y la vacuidad. Si uno aplica estos
elementos a la propia práctica, morando completamente en esta consciencia, uno
puede dejar el orgullo de la deidad surgir en uno mismo. Pero con el fin de
hacer esto uno tiene que comprender el significado real de estas cosas. No es
simplemente visualizarse uno mismo como deidad, porque por la mera
visualización uno no logra esta comprensión.
Los practicantes tienen que comprender tres cosas. La visión es que
ambos tipos de realidad construyen una inseparable unión. Para el camino, la
comprensión de que el método y la sabiduría son una unidad es importante. En
cuanto al fruto, uno necesita la comprensión de que los dos kayas que son
logrados son una unidad. Especialmente cuando se practica el Mahamudra o Maha
Ati, la comprensión de estos tres elementos es muy importante. De lo contrario,
uno no puede realizar el fruto a través de la práctica.
¿Que hay del llamado “yidam último”?. Chenrezig (Ojos Amorosos), por
ejemplo, aparece en una forma muy especifica, con cuatro brazos, etc. No
obstante, este no es el aspecto último de este yidam, es tan solo la manera en
la que él aparece. El yidam último es la consciencia de que la expresión de
Chenrezig es la compasión de todos los Budas.
La forma de Dorje Phagmo (Canal Diamantino) posee
una forma simbólica. El Dorje Phagmo último es que el espacio de los fenómenos
es la más alta sabiduría trascendente, la madre de todos los Budas, la cual da
nacimiento a todos los Budas. Ella es el paramita de la sabiduría.
Tomada
de: KAGYU LIFE
International, No. 4, 1995 -
Copyright
©1995 Kamtsang Choling USA
Traducción del Ingles: Josep
Ferrer – Blanes, Enero 1999 (versión ligeramente corregida para una mejor
comprensión)
Pueda esta traducción beneficiar a
incontables seres
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